30/3/11

Bailes en las chacras

Por Rubén Bourlot
Bien entrado el siglo XX era una costumbre arraigada los bailes en las chacras, al finalizar las labores de la cosecha. Como el proceso es principalmente manual y con máquinas estáticas a las que había que alimentar para que hicieran su trabajo, se necesitaba convocar a un importante número de trabajadores. Era costumbre también que estas tareas las realizaba toda la familia (hombres, mujeres, niños) y los vecinos que se acercaban a colaborar en un sistema de ayuda mutua similar a la minga de los pueblos incas.
Al finalizar la cosecha, y a modo de agasajo, el dueño del campo organizaba un baile, que en ocasiones se realizaba en el mismo lugar de trabajo, entre las parvas de restrojo o las trojas de maíz.
La costumbre viene de muy lejos en Entre Ríos como lo podemos observar en un decreto del gobernador Justo José de Urquiza datado en 1848 que disponía lo siguiente. “Se prohíbe la antigua y perniciosa costumbre de bailes y demás diversiones en la yerras y cosechas.
“El agricultor o hacendado que quiera proporcionar alguna diversión a sus peones, podrá hacerlo solo con el conocimiento y venia de la autoridad más inmediata; siendo la autoridad y él responsables de cualquier grave desorden que tenga lugar en ella”
Como podemos leer, se refiere a la “antigua y perniciosa costumbre”, lo que indica que el problema venía de lejos.
Pensemos que en el campo, por esos tiempos heroicos no había televisión, ni radio, ni cines, ni boliches. El único momento de encuentro entre los jóvenes para platicar, para “echar unas parrafadas”, como decían Paraná hace años, era ese encuentro después del trabajo bajo el sol.
Después vino la radio que servía para ponerle algo de música a la vida, y los bailes en las terrazas anexas a los almacenes y bolichos. Pero eran muy cada tanto.
Omar Gallay, en su Narrativa histórica de la colonia San Cipriano no dice que “La música y el baile en familia fueron las improntas que subsistieron en la colonia por mucho tiempo (…) No en pocas casas, el dueño era capaz de tocar el acordeón de dos hileras o verdulera( …)”
“Otras fuentes de música fueron el fonógrafo y la vitrola (…)
Agrega el autor que los bailes muchas veces “coincidían con los finales de trilla, quema de ladrillos o carneadas de cerdos”
En un testimonio dejado por las hermanas Cecilia y María Defazi de colonia Hughes, a fines de la década de 1970, recuerdan los bailes que se hacían luego de las jornadas de deschala de maíz y los bailes familiares animados por con una orquesta improvisada con acordeón y guitarras. A medianoche se obsequiaba a las damas con una taza de chocolate.

28/3/11

¿Dónde nació el general Urquiza?

Por Rubén Bourlot
En la bibliografía histórica se indica que Justo José de Urquiza, el político más influyente de la historia entrerriana en el siglo XIX, varias veces gobernador, organizador constitucional del país y primer presidente, nació en el Talar del Arroyo Largo (hoy Urquiza). Un monolito emplazado sobre el trazado de la ruta 14, en el departamento Uruguay, señala el sitio aproximado de su nacimiento. Pero, ¿Cuál sería el lugar exacto donde vio la luz el futuro organizador de la República? Una hipótesis que aquí planteamos es un  sitio ubicado dentro del espacio que actualmente se denomina colonia Las Achiras.
La historia comienza con el padre de Urquiza, José Narciso de Urquiza y Álzaga, que llega a Entre Ríos para dedicarse a la actividad ganadera. En 1795 se instala en los campos de Pedro Duval que regentea hasta 1808, cuando los adquiere. Estas tierras están ubicadas entre el río Uruguay, el río Gualeguaychú, el arroyo Molino y el arroyo el Cordobés.
José construye su vivienda familiar, a la que nombra “San José”, en un predio que pasa a denominarse “Rincón de Urquiza”. El establecimiento estaría ubicado sobre el arroyo Las Achiras, a pocos metros de su desembocadura en el Urquiza donde aún hoy quedan vestigios de la construcción.
Con el tiempo el campo pasó manos de uno de los hijos de José, Cipriano, y posteriormente este lo transfiere a su hermano Justo José. Tras el asesinato de Urquiza en 1870, su hijo Carmelo hereda la fracción que comprendía el establecimiento “San José” y posteriormente vende esta última fracción a su hermana Teresa, casada con Juan Pablo Sáenz Valiente. En las cercanías del antiguo casco el matrimonio construye una nueva edificación bajo la denominación de “Villa Teresa” como se la conoce actualmente. 

16/3/11

¿Nos quedaremos en la vía?

Artículo publicado por el autor del blog en la revista Información Agraria de Concepción del Uruguay en 1977 cuando se iniciaba un nuevo proceso de destrucción de los ferrocarriles