25/11/11

Historia del cooperativismo: el Colmenar Paranaense


Por Ricardo César Bazán*
El historiador  Dr. César Blas Pérez Colman, en su libro “Paraná” -1810-1860- Los primeros cincuenta años de la vida nacional, cita que “En 1864, los naturalistas franceses Maximiliano y Oscar Durand Savoyat fundaron en Paraná una empresa de carácter cooperativo, para explotar la apicultura en forma científica y en gran escala.
Al efecto, los señores Savoyat ocuparon la antigua quinta edificada por el coronel Alfredo M. Du Graty y que luego fuera del general Lucio V. Mansilla, ubicada en los terrenos situados al Norte de la iglesia San Miguel. Desde entonces y por muchos años, el sitio aludido se denominaba en Paraná “El Colmenar”, en recuerdo del establecimiento fundado en 1864.
Los Durand Savoyat iniciaron sus trabajos con cuarenta colmenas de buena clase, y al mismo tiempo organizaron una cooperativa popular. Cada suscriptor adquiría una o dos colmenas, que los Durand  Savoyat cuidaban, repartiéndose luego los beneficios por partes iguales. Según los prospectos, cada colmena debía producir un término medio de un quintal de miel y cera por año, más diez enjambres.
Estos se recogerían y pasarían a ser explotados en las mismas condiciones antedichas. La sociedad daría comienzo el 1° de enero de 1865 y su duración sería de tres años.
En los archivos perteneciente al Dr. Oscar R. Tavani Pérez Colman encontramos publicaciones que documentan los inicios de este emprendimiento cooperativo, a continuación transcribo textualmente los mismos, la primera noticia que daba cuenta de esta empresa asociativa dice lo siguiente:
NUEVA INDUSTRIA
“Se nos asegura que la quinta que fue del S. du Graty, ha sido alquilada por unos súbditos franceses para establecer colmenares, y la cría del gusano de seda en mayor escala.
No hay que dudar del éxito de la primera industria.
En cuanto á la segunda, los ensayos hechos por el Sr. Bernard, no pudieron ser mejores-La muerte de ese activo é inteligente industrial, nos privó indudablemente de que ya conociésemos entre nosotros los beneficios de tan importante ramo de comercio.
Con conocimiento de los ensayos del Sr. Bernard, auguramos á los nuevos especuladores un feliz resultado; y á fe que lo deseamos de veras.” (El Paraná,  Jueves 8 de diciembre de 1864, año I,  Nº  82, pág. 2)
La segunda publicación, es de una carta enviada por los Durand Savoyat al mismo periódico:
CARTA
 “Tenemos el gusto de publicar la que nos ha dirigido el Sr. Savoyat, deseándole prosperidad en su empresa.
Por otra parte, no dudamos que esta sociedad aprovechara del establecimiento del Sr. Savoyat, para disfrutar de las comodidades y distracciones que ofrece.
Hace bien el Sr. Savoyat, de contar con nuestra débil cooperación, siempre pronta para todo aquello que se relacione con el adelanto y el progreso.
Sr. Redactor de El Paraná:
Estimado Sr.
Reconocida y agradecida la decidida protección que U. nos presta, para la formación de nuestro establecimiento, nos hacemos un deber en anunciarles, que ya podemos presentar á los habitantes del Paraná cuarenta colmenas, que han principiado á trabajar con un ardor del cual auguramos un brillante éxito.
Las colmenas llevarán por nombre el de Paranaense.
Participamos igualmente á U. de que arreglamos la quinta para que se vuelva un agradable paseo, donde varios juegos y ejercicios amenizarán los momentos que en ella vengan á pasar las personas que gusten de lo bello y de lo atractivo .La hermosa vista que se tiene desde la casa; El colmenar, los juegos, etc. no dejarán de traernos muchas visitas. Esperamos que la de U. sea frecuente, y podamos así manifestarle muy a menudo el deseo que tenemos de serle útil.
Saludamos á U. con todo respeto.
SS.SS.SS., Durand Savoyat Hos., C. V. El Colmenar, 17 de diciembre de 1864”
(El Paraná, Sábado 17 de Diciembre de 1864, Año I, Nº 86)
La invitación a participar en este emprendimiento fue publicada también en el periódico El Paraná el martes 20 de diciembre de 1864 (año I, Nº 87). La misma comienza con una introducción por parte del medio grafico y dice así:
COLMENAR
“Damos lugar en seguida, á las bases bajo las cuales los Sres, Savoyat Hnos, ofrecen participación en la empresa de los Colmenares que han establecido en esta ciudad, no dudando que muchas personas se asociarán por lo importante y meritoria de la empresa.
Ya que hablamos otra vez del Colmenar Paranaense recomendamos el estado en que los S. S. Savoyat están poniendo la antigua quinta Du Graty- Nada faltará para ser un delicioso paseo.
Estas tardes de verano tendremos donde ir á gozar de los momentos mas agradables.
EL COLMENAR PARANAENSE
Los Sres. Durand Savoyat hnos., establecen bajo esta denominación un colmenar modelo, en la casa y quinta conocida por la del barón du Graty perteneciente hoy al Gobierno del Paraguay; dicho colmenar se formará como sigue:
 Venderán una ó más colmenas, á los Sres. que quisieren hacerse de ellas, con las condiciones siguientes:
I. Cada colmena comprada, llevará el nombre del comprador, y se dejará á los cuidados de los Sres. Durand Savoyat hnos, en la quinta susodicha.
 II. Los productos “en enjambres”, miel y cera serán a medias entre los compradores y los planteadores del colmenar, quedando siempre las colmenas compradas en el principio, propiedad exclusiva de los compradores.
III. Todo enjambre nuevo será puesto en una colmena que llevara el nombre de su propietario al cual se le agregará: y Ca.
IV. Se tendrá un libro por debe y haber constando de los productos en enjambres, miel, cera, como de los gastos para colmenas vacías, &...siendo todo gasto á medias como los productos.
V. La duración del colmenar y de todas las condiciones mas arribas expresadas será de tres años a partir del 1º de Enero de 1865. Al concluir el tercer año se hará la repartición general de las colmenas y se balancearan todas las cuentas del libro.
VENTAJAS QUE REPORTARAN LAS COLMENAS
Cada colmena puede en un año, según el tiempo y circunstancias favorables producir más de diez enjambres y más de un quintal de miel y cera.
Así es que con cuidados inteligentes, no solo no se arriesga pérdidas de consideración, pero se puede hasta sextuplicar en tres años el capital primitivo.
Además se tiene la ventaja de tener siempre a su disposición una miel exquisita, y sin tener otro trabajo que mandarla buscar al colmenar.
No hablaremos del nuevo paseo que siempre ofrecerán el colmenar y la quinta a los visitantes, ni tampoco del adelanto que toda industria, recién planteada introduce en un país, pero si contamos con el apoyo y la cooperación decidida de la ilustrada sociedad Paranaense.
Durand.Savoyat hnos, Casa quinta del colmenar, diciembre 19 de 1864”

El Dr. César Blas Pérez Colman, cita sobre esta empresa lo siguiente “Aprovechando las plantaciones y jardines existentes  en el local, los señores Durand Savoyat organizaron un “jardín paseo”, dotándolo de comodidades y diversiones variadas, entre las cuales, juegos diversos, tiro al blanco y aparatos gimnásticos. La entrada era libre para los asociados al colmenar y por tarjeta para los que no eran.
A fines de 1865, los Durand Savoyat editaron en Paraná un interesante folleto titulado “Manual del apicultor para la República Argentina y países adyacentes”.
Independientemente de “El Colmenar”, sus fundadores dieron comienzo a la cría de gusanos de seda, realizando con tal motivo, interesantes estudios sobre ciertas especies aborígenes análogas, cuyos productos podían ser industrializados. Al efecto, realizaron viajes por el interior de la provincia, extendiendo sus investigaciones por el campo de la entomología y la botánica con felices resultados, que vieron la luz pública en algunos periódicos de esa época.”.
La historiadora Ofelia Sors señala que El Colmenar se encontraba ubicado en lo que es hoy el solar ocupado por el Colegio Nacional y campo de ejercicio del mismo.
Fuentes:
César B. Pérez Colman- Paraná -(1810-1860)- Los primeros cincuenta años de la vida  nacional.
Ofelia Sors- Paraná dos siglos y cuarto de su evolución urbana- (1730-1955)
Daniel Tirso Fiorotto - Descubriendo Entre Ríos - Ciudad pionera en sistemas asociativos - La miel de una Paraná cooperativa - Diario Uno(2005).
Dr. Oscar Ricardo Tavani Pérez Colman- Archivos, de la colección que fuera del Dr. Manuel Martínez De Fontes, posteriormente de su yerno Dr. César Blas Pérez Colman  (2005/2006)
Periodicos de El Paraná- Año 1864- Editor Responsable: J. Alzugaray. (Este periódico se publicaba por la imprenta 1º de Mayo sita en la plaza Alvear, salía tres veces por semana: martes, jueves y sábados, la suscripción mensual era de un peso. Se suscribía en la misma imprenta, recibiéndose comunicados, avisos y toda clase de impresiones, siendo las publicaciones de interés publico y los avisos suscritores gratis.)
 La foto que ilustra esta nota, fue publicada el 27 de Diciembre de 1864 , en el periódico El Paraná (Año 1. Num.80) “El Colmenar Paranaense: Avisa que vende en panales y colada en el mismo local del colmenar: además las personas que quieran comprar sin costearse a la quinta la encontraran en el almacén del Sr. D. Pedro Dachary, esquina de la plaza, casa del Sr. Mantero.
Los fundadores del colmenar avisan igualmente, que van a publicar muy en breve un pequeño manual del agricultor que permitirá una fácil comprensión del trabajo de las abejas.” 
*Tec. Sup. en Cooperativismo

23/11/11

De troperos y tropeadas

Por Rubén Bourlot
El tropero, esa figura que nos trae el recuerdo del gaucho, hombre de a caballo forjado en la intemperie, pieza indispensable de las estancias coloniales, soldado de los ejércitos de la independencia y de los entreveros entre caudillos. Gaucho perseguido por las leyes contra la vagancia y reivindicado en las fiestas tradicionalistas.
Hasta hace unos años el tropero era indispensable para arrear vacas y caballos de un campo a otro, a los remates feria o al frigorífico. Era el hombre de la yerra, hábil jinete y diestro con el lazo.  El caballo es su herramienta indispensable, su compañía, lustroso y bien empilchado. Y la indumentaria característica: el sombrero de paño de alas anchas para cubrirse de los soles ardientes en el verano, la capa impermeable para los inviernos fríos y lluviosos, la bombacha cómoda y las botas de cuero. Es conocedor de calles y senderos perdidos por donde lleva a paso lento la tropa, como acariciándola para que no se desparrame. Son días a veces los que les insume el viaje. Pasa las noches a campo abierto, tirándose un sueño sobre el apero, come un churrasco asado a la estaca con el cuchillo como único utensilio y desayuna unos mates cebados con una pava que rezonga sobre los rescoldos.
Para el tropero cada animal tiene una identidad: En tanto el hombre de ciudad las ve a todas iguales, como todos los gatos son pardos. Para nuestro arriero cada vaca tiene algo que la distingue, una historia propia que sabe reconocer.
Y aquí vale una digresión para recordar la magnífica descripción que hace Sarmiento del rastreador en  su libro Facundo: “Todos los gauchos del interior son rastreadores. En llanuras tan dilatadas en donde las sendas y caminos se cruzan en todas direcciones, y los campos en que pacen o transitan las bestias son abiertos, es preciso saber seguir las huellas de un animal, y distinguirlas de entre mil; conocer si va despacio o ligero, suelto o tirado, cargado o de vacío. Ésta es una ciencia casera y popular. Una vez caía yo de un camino de encrucijada al de Buenos Aires, y el peón que me conducía echó como de costumbre la vista al suelo. "Aquí va, dijo luego, una mulita mora, muy buena... ésta es la tropa de don N. Zapata... es de muy buena silla... va ensillada... ha pasado ayer..." Este hombre venía de la sierra de San Luis, la tropa volvía de Buenos Aires, y hacía un año que él había visto por última vez la mulita mora cuyo rastro estaba confundido con el de toda una tropa en un sendero de dos pies de ancho. Pues esto, que parece increíble, es, con todo, la ciencia vulgar; éste era un peón de arria, y no un rastreador de profesión”.
El tropero es también rastreador y baquiano. Mi primo Aurelio, que fue tropero muchos años, sabía distinguir a los animales con esa misma habilidad del rastreador. Veía a lo lejos una vaca que alguna vez había tropeado y podía describir sus orígenes, su genealogía, sabía quiénes eran los padres, quiénes sus dueños sucesivos, que la había llevado a tal feria y la había comprado tal o cual.
Hoy el tropero es una rara especie superada por el camión jaula que acarrea el ganado apilado y a los tumbos, sin identidad. Solo le queda la tarea de juntar la animalada en el campo y llevarla a la manga.

22/11/11

Rosas "siempre ha sostenido con energía los derechos de la soberanía e independencia nacional”

Por Ángel Harman*

Esta declaración no proviene de un simpatizante del ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, ni de algún escritor contemporáneo. Tal vez quienes no están interiorizados de los pormenores de la historia argentina, se sorprenderán al conocer la identidad de quien escribió estas palabras: fue el general Justo José de Urquiza, quien lo expresó en sendas cartas; una, fechada el 27 de diciembre de 1858, dirigida al ex gobernador y ex encargado de las relaciones exteriores  asilado en Inglaterra; la otra es una carta del mismo año, dirigida a Juan Bautista Alberdi.
Se preguntarán por qué razón, después de haber pasado seis años desde la batalla de Caseros que terminó con la renuncia y exilio de Rosas, el presidente de la Confederación Argentina  hizo estas declaraciones. Para comprenderlo, hay que retroceder al mismo año 1852, en que la legislatura de Buenos Aires, en un acto de total injusticia, había confiscado los bienes de Juan Manuel de Rosas, condenándolo casi a vivir en la indigencia. Ante tal situación, Urquiza derogó el malhadado decreto y ordenó la devolución de los bienes del proscripto.
En respuesta a esa medida, Juan Manuel de Rosas le escribe a Urquiza el 3 de noviembre de 1852, para hacerle conocer su gratitud. Entre otras expresiones, escribió Rosas:
 “V.E. ha colmado de consideraciones a mi apoderado amigo Nepomuceno Terrero, ha derogado el decreto que confiscó mis propiedades, en que eran envueltas las inocentes de mi hija, y ha dispuesto se me las entreguen. (…). De mi deber es presentar a V. E. esta declaración ingenua de mi entrañable reconocimiento. Si en mis circunstancias, en el retiro y silencio de mi vida privada, en un país extranjero, cree V. E. que en algo alguna vez llegara a serle útil, y quisiera ocuparme, tendré el placer de servir a V. E. en cuanto me sea posible”.
 A partir de entonces, hubo un intercambio de correspondencia entre ambos hombres, quienes habiendo superado antiguas diferencias, pudieron mantener sinceras relaciones de cordialidad y respeto.
Como consecuencia  de la secesión de la provincia de Buenos Aires ocurrida el 11 de septiembre de 1852, y el rechazo porteño a integrarse a la Confederación Argentina encabezada por el presidente Urquiza, nuevamente la legislatura porteña decretó la confiscación de las propiedades de Rosas. Ante esta situación, el 6 de octubre de 1857 el exilado le escribe a Urquiza suplicándole que diera a conocer en los periódicos su protesta contra la ley de la provincia de Buenos Aires que lo privaba de sus bienes.
El presidente de la Confederación Argentina calificó a dichas medidas confiscatorias como “injustas y violentas”. En carta a Rosas  [24 de agosto de 1858], el presidente Urquiza le expresaba:
                           “Por mi parte debe Vd contar con que ejercitaré toda mi influencia en su obsequio”, y al ofrecerle su ayuda y la de sus amigos, agregaba: “Ella no importará otra cosa que la expresión de los buenos sentimientos que le guardan los mismos que contribuyeron a su caída; pero que no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país, y a los servicios altos que le debe y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle, y son los que se refieren a la energía con que siempre sostuvo los derechos de la soberanía e independencia nacional.”[1] [Resaltado en negrita por A.H.] 
Poco después, enterado Urquiza de la precaria situación económica del ex gobernador, le remite mil libras esterlinas. Una vez más, Rosas le escribe una carta,  en la que agradece esa actitud con estas palabras:
“¿Podré alguna vez pronunciar su nombre, su justicia, sus demostraciones generosas con que sabe explicarse, sin hallar mi corazón ocupado de la gratitud, de la ternura y del respeto?”.   Vuelve a referirse a Urquiza  en la correspondencia con su amiga Josefa Gómez: “Lo poco que tengo lo debo al General Urquiza. ¿Cómo así podía dejar de serle perdurablemente agradecido?”.
Luego, en los momentos en que la confrontación entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires había llegado a su punto más álgido, Rosas vuelve a explayarse en una carta al presidente, en la que juzga que era el deber de todos apoyarlo e insinuaba la conveniencia de su perduración en el gobierno, porque “si V. E. falta, –le dice- los errores han de ser tales, tan terribles y tan funestos, como los que hemos visto y estamos viendo en los que mandan en Buenos Aires”.
Durante un tiempo más, continuó el intercambio de ideas y comentarios entre dos de los  personajes destacados en los tiempos de la formación institucional argentina. Como ha ocurrido con otros actores de la historia, aquí o en cualquier lugar, no hubo rencores permanentes ni deseos de revancha, sino que se confrontaron de proyectos y  se superaron  diferencias.
Por cierto, que el conocimiento histórico se logra, no mediante la búsqueda de conspiraciones, ni en la exaltación de prohombres o en la lapidación de réprobos, sino haciendo un esfuerzo por comprender de qué modo operan y piensan los actores sociales, cuáles son sus divergencias y convergencias.

Concepción del Uruguay, 21 de Noviembre de 2011


[1] Cuatro meses después, en carta dirigida a Juan Bautista Alberdi, representante del gobierno de la Confederación ante los Estados europeos,  Urquiza hizo parecidas apreciaciones sobre la actuación de Rosas: “Yo no puedo dejar de prestarle la consideración que se merece un hombre que ha estado al frente de la nación y donde ha prestado servicios cuando menos por la energía con que siempre ha sostenido los derechos de la soberanía e independencia nacional.



Fuentes
ALBERDI, Juan Bautista, Escritos póstumos, Buenos Aires, [Reedición de 16 tomos] Universidad Nacional de Quilmes, 2002.
BOSCH, Beatriz, Urquiza y su tiempo, Buenos Aires, Eudeba, 1980
GRAS, Mario César, Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros, Buenos Aires, 1948
IBARGUREN, Carlos, Juan Manuel de Rosas. Su vida- Su drama – Su tiempo, Buenos Aires, Sopena, 1941

*El profesor Ángel Harman es autor de "Los rostros invisibles de nuestra historia. Indígenas y africanos en Concepción del Uruguay"

18/11/11

Juan Domingo Perón, el mutualismo y la enseñanza mutual en Entre Ríos

Por Ricardo Cesar Bazan (Tec. Sup. Coop)



Saludo de Juan Domingo Peron a los Mutualistas del país
“Para los mutualistas del país, verdaderos precursores de la Previsión Social Argentina”, Buenos Aires, 2 de Octubre de 1945
En el año 1945 dijo el Vicepresidente de la Nación, Coronel Juan Perón:
“La acción privada que desarrollan las instituciones mutuales de la República, representa un factor de indiscutibles alcances para el bienestar de la comunidad y ofrece, a la vez una base estable de fructífero trabajo social. El Estado reconoce ese hecho y es por ello, precisamente, que contempla el estímulo del mutualismo con el amparo de una acción oficial encaminada a lograr su mayor incremento, bajo la fiscalización de los poderes públicos, y en función subsidiaria del seguro social.
Habla con elocuencia del arraigo que tienen en el ambiente argentino los principios mutualistas, el hecho de que casi no existe ciudad o pueblo de alguna importancia que no cuente con una o varias Sociedades de Socorros Mutuos, desde las cuales se irradie una influencia bienhechora y la conveniente ayuda material a millares de familias. El innegable valor de esa práctica mutualista, ha hecho que la Secretaria de Trabajo y Previsión otorgara su más amplio apoyo a estas entidades, sobre cuyo funcionamiento ejercerá conveniente fiscalización para garantizar a sus afiliados la prestación de servicios en forma concordante con las elevadas finalidades para las que fueron creadas.(...)
El estado no escatimará su esfuerzo para impulsar a la gestión mutualista privada, como complemento de la acción oficial, a fin de alcanzar, por este medio una mayor dignificación humana, propia del elevado rango que ocupa nuestro país.
Puedo asegurar a los mutualistas que, en mi carácter de secretario de Trabajo y Previsión, pondré el mayor interés para que, en un futuro no lejano, los principios del mutualismo integral sean uno de los pilares más sólidos de la justicia social que estamos empeñados en implementar, para beneficio nuestro y de los que nos sucederán.”
                                                       JUAN PERON
Buenos Aires, Julio de 1945.

Meses después es dictado el decreto ley declarando el primer sábado de octubre “Día del Mutualismo”.

El mismo dice así:
                  “Buenos Aires, 25 de septiembre de 1945.

Visto las presentaciones ante la Secretaria de Trabajo y Previsión (División Mutualidades y Descanso) de la Liga Argentina de Entidades Mutualistas, de la Comisión Organizadora de los actos del Día del Mutualismo realizados el año próximo pasado y de numerosas entidades mutualistas del país a fin de concretar la aspiración de que se oficialice el Día del Mutualismo; y
Considerando:
Que el mutualismo constituye en el país, actualmente, un esfuerzo ponderable de agremiación, alcanzando una magnitud y un relieve insospechado.
Que el desarrollo de la acción privada de dichas instituciones redunda en beneficio de la masa obrera del país, evitando en sí el pauperismo;
Que el punto de partida de los sistemas de seguro social lo construyeron las organizaciones mutualistas sobre los mismos principios fundamentales que dieron vida a estas;
Que todo lo que el Estado haga por intermedio de sus organismos oficiales para difundir y estimular el mutualismo, significará un movimiento de profundo contenido social;
por ello,

El presidente de la Nación Argentina, en acuerdo de ministros.

                                          Decreta:

Articulo 1º- Declárase oficial el primer sábado de octubre como Día del Mutualismo. (...)

                                                     Farrel
                          Juan Perón-J.H.Quijano.- A. Teisaire.
                          -Amaro Avalos.- A. J. Benitez.

Decreto Nº 22.946/45

En la Provincia de Entre Ríos siendo Juan Domingo Perón Presidente de la República Argentina y Albariño su gobernador se dictó el Decreto Nº 3710 M.E, que dice así:
                                 “Paraná, 7 de setiembre de 1951.
Considerando:
Que a los efectos de dar cumplimiento a la Ley Nº 3564 (la ley 3564 fue dictada cuando era Héctor Maya el Gobernador de Entre Ríos) que instituye la enseñanza del mutualismo en los establecimientos educacionales de la Provincia, corresponde dictar las disposiciones reglamentarias,
Por ello, y atento lo prescripto en el Inc. 2º del Art. 135 de la Constitución Provincial y 3º de la mencionada Ley,

                      El Gobernador de la Provincia
                                   
                                      DECRETA

Art. 1º-Implántese con carácter obligatorio la enseñanza del Mutualismo en todos los establecimientos educacionales de la Provincia, bajo las condiciones, modo y forma que se determinen en la Ley 3564 y la presente reglamentación.
Art. 2º - En las escuelas primarias del 1º a 6º grado la enseñanza del Mutualismo se impartirá incluida en el programa de Desenvolvimiento, de conformidad al temario preparado al efecto por la Dirección de Enseñanza Pública.(...)
Fuente: Biblioteca y archivos del autor.

15/11/11

Educación: si avanzamos muy “tranquilos” no incluimos

Por Rubén Bourlot
La escuela está en crisis, aunque algunos digan que estamos avanzando mucho. Estimo que avanzamos demasiado “tranquilos” y la historia nos pasa por encima. Los efectos del descalabro se observan tiempo después, cuando es un poco tarde. Ahora se están viendo las consecuencias de la aplicación de la nefasta ley Federal de Educación de la década infame de 1990 orientada a formar personas con habilidades para enfrentar un mercado laboral flexibilizado y competitivo – vaciada de contenidos formativos (una verdadera colonización pedagógica) -, con un fuerte impulso hacia la privatización de la escuela y que sólo logró fragmentar en mil pedazos el sistema educativo.
Con la nueva ley Nacional de Educación se suprimieron esos intentos neoliberales, pero su implementación no avanza. En Entre Ríos en particular, con nueva ley tampoco no se alcanzan los objetivos mínimos que se pretenden con la tan mentada “inclusión”. No hay estadísticas fiables acerca del nivel de repitencia (neologismo que espanta) en el nivel primario, inclusive del abandono. Tampoco salen a la luz, en los análisis políticos, las dificultades del secundario “resignificado” que, no obstante ser obligatorio, no logra consolidarse. El porcentaje de desgranamiento y abandono debería preocupar, más aún teniendo en cuenta los cada vez más bajos niveles de exigencia que carcome de a poco la calidad de los egresados. Eso lo observa el mismo egresado cuando intenta acceder a la universidad o al mundo laboral.
Este panorama es más grave si lo contextualizamos en medio de numerosas acciones que pretenden favorecer la inclusión, como becas, ayudas económicas (planes Asignación por hijos, Jóvenes estudiando), distribución de tecnología (netbook) y otras.
Los indicadores de la crisis se observan a la noche. Efectivamente, cuando la educación se “nocturniza”, cuando ante la incapacidad de la escuela para contener al alumno, lo deriva a las modalidades de escuelas primarias nocturnas y secundarios para jóvenes y adultos que generalmente se cursan a la noche. Si comparamos la composición de los Bachilleratos para adultos (BAPA) de hace dos década con los actuales ESJA (Escuela Secundaria para Jóvenes y Adultos) observamos un inquietante incremento de la matrícula y una pronunciada baja en la edad de los alumnos. En lo últimos años se permite el ingreso de jóvenes a partir de los 16 años (antes era desde los 18) y el grueso de la matrícula pertenece al grupos de edades entre los 16 y 20 años. Como esta modalidad no resulta suficiente se agregó otro régimen complementario para procurar la finalización del secundario como es el denominado FINES (para alumnos que terminaron de cursar y adeudan algunas materias). Un nuevo parche.
Una pequeña estadística tomada de casos muy puntuales – seguramente el Consejo General de Educación cuenta con datos completos de todo el sistema y los técnicos se toman el trabajo de leerlos para sacar sus conclusiones -  nos da la idea de la profundidad de la crisis. Para ellos se tomaron cuatro divisiones de una ESJA y se compararon los ingresantes en marzo del corriente año, y los alumnos que continúan regulares a noviembre. En tres divisiones de primer año ingresaron al principio del ciclo lectivo 38, 37 y 50 alumnos, de los cuales siguen como regulares 13, 9 y 11 alumnos, respectivamente. En la restante división, de segundo año, ingresaron 46 estudiantes de los cuales 22 continúan en noviembre.
Los mencionados son casos puntuales pero muestran una tendencia preocupante, síntoma de un mal que no se está tratando. Se habla mucho de inclusión, de retención, de contención pero son solo palabras que suenan bien. En los hechos poco es lo que se hace. ¿Crisis? Si lo vemos por la positiva podemos decir que el estado de crisis es una transición hacia un cambio. Pero ¿qué cambio? ¿Hacia dónde? Esta es la cuestión.