Por Rubén Bourlot
La guerra contra el Paraguay, librada entre 1865 y 1870 por
la Triple Alianza – Argentina, Uruguay y el Imperio del Brasil – tuvo en Entre
Ríos una amplia repercusión y graves consecuencias. Fue un conflicto ajeno a
los intereses de la provincia y del país todo. La guerra estuvo motorizada por
el Imperio del Brasil y tuvo como telón de fondo los intereses del libre cambio
comercial de Inglaterra.
El Paraguay industrial e independiente era un precedente
insoportable para la política británica.
Bartolomé Mitre fue el firmante de la alianza bélica y
exigió a las provincias la contribución de todos los hombres disponibles. A Justo
José de Urquiza le tocó la movilización de las tropas entrerrianas. Pero los
entrerrianos no eran fáciles de arrear por su rebeldía natural y por la
impopularidad de una guerra de la mano del Brasil. Hacía medio siglo que la
provincia había sido teatro de operaciones de la compaña contra el imperio
portugués y aún estaban candentes las bombas que Tamandaré había lanzado contra
Paysandú en 1864-65. Allí estuvieron, junto a Leandro Gómez, en la defensa
heroica de la ciudad oriental entrerrianos como Lucas Piriz, Waldino de Urquiza
(hijo del General), Ricardo López Jordán, entre otros. Era la Paysandú que le
cantó Gabino Ezeiza: “Heroica Paysandú, ¡yo te saludo!”, y Olegario V. Andrade:
“¡Sombra de Paysandú, sombra gigante…!. Y ahora tenían que marchar bajo la
bandera imperial contra los hermanos paraguayos.
El gobierno nacional le impuso a Entre Ríos una contribución
de 5.000 hombres de caballería que serían reunidos en el campamento de Calá. Urquiza
cumplió sobradamente con ese cometido y partió hacia el norte provincial con
6.000 efectivos que acamparon sobre el arroyo Basualdo, en el límite con Corrientes.
En Concordia se encontraba Bartolomé Mitre al comando del cuartel general. Pero
el 3 de julio de 1865, aprovechando la ausencia de Urquiza, la caballería
provocó un desbande general. Los cuerpos de “victorianos” y “nogoyaceros”
escaparon y, al decir de Mitre, “no existe ya el cuerpo del ejército
entrerriano” (carta de Mitre a Juan Gelly y Obes). Urquiza le prometió volver a
reunir las tropas “después de haber tomado sus medidas contra aquellas que él
cree han tenido participación en tan desagradable incidente”. Mitre sostiene
que la rebelión fue producto de las “miserables intrigas de alguno de sus
jefes, entre los que parece haber sido cabecilla López Jordán”. No obstante
Aníbal S. Vázquez (Caudillos entrerrianos: López Jordán), dice que López Jordán
se mantuvo en su puesto ante la rebelión. Otros historiadores acusan al santafesino
Telmo López (hijo del brigadier Estanislao López), al servicio del Paraguay, de
ser el instigador.
No hay dudas que López Jordán no simpatizaba con esta guerra
y en una carta que se le atribuye le manifestaba a Urquiza: “Usted nos llama
para combatir al Paraguay. Nunca General, ese pueblo es nuestro. Llámenos para
pelear a los porteños y brasileros. Estamos prontos. Esos son nuestros enemigos.
Oímos todavía los cañones de Paysandú. Estoy seguro del verdadero sentimiento
del pueblo de Entre Ríos”. (Ramón J. Cárcano: Guerra del Paraguay).
Según Estanislao Zeballos, el propio Urquiza convocaba a las
tropas diciéndole que iban a la guerra contra el Imperio del Brasil.
Tras el desastre de Basualdo, Urquiza prometió reunir un nuevo contingente “más numeroso, más entusiasta y más decidido que el que licencié en
Basualdo…”, le asegura a Mitre.
Con mucho esfuerzo logró tener la tropa lista, que para noviembre se
encontraba en el arroyo Toledo y ahí nomás se volvieron a desbandar.
Posteriormente, bajo su propia vigilancia, embarcó en el
puerto de Concepción del Uruguay dos batallones de infantería y uno de
artillería, a los que seguirían otros contingentes en el transcurso de la
guerra.
No hay dudas que desde el comienzo fue esta una guerra impopular,
resistida por todas las provincias, que provocó la destrucción del Paraguay y
horadó el prestigio de muchos de los dirigentes que en ese momento tuvieron que
optar entre resistir los embates del gobierno nacional como lo hicieron Juan
Saá o Felipe Varela, u obedecer a regañadientes.
“La libertad que los presidentes Mitre y Sarmiento han
servido por la guerra contra el Paraguay, cuesta a la República Argentina diez
veces más sangre y diez veces más dinero que le costó toda la guerra de su
independencia contra España; y que si esta guerra produjo la independencia del
país respecto de la corona de España; la otra está produciendo la enfeudación
de la República a la corona del Brasil”, escribía Juan Bautista Alberdi (El
crimen de la guerra).
HOLA ME GUSTA MUCHO SU BLOG Y ME ES DE MUCHA UTILIDAD PARA LA PAGINA WEB QUE ESTOY CREANDO Y SI USTED ME LO PERMITE ME GUSTARÍA PODER SITAR FRAGMENTOS DE LOS RELATOS QUE TIENE... Y DE PASO LE DEJO UN LINK EN MI PAGINA....
ResponderEliminarHola, no hay problemas en citar los artículos publicados en el blog. Saludos. Rubén
ResponderEliminarViva el general Urquiza!
ResponderEliminar