Entrevista por
Ricardo César Bazán*
-Pedro,
quisiera preguntarte sobre el cooperativismo desde tu juventud ¿Cómo comienza?
-Mi interés
por el cooperativismo data desde que empecé a acompañar a mi padre, Gumersindo
Aguer, quien fuera el maestro con quién me forjé como militante en los
aconteceres de la política en general y del cooperativismo en particular.
Su vocación
por la problemática social hizo que no pudiese mantenerme al margen, iniciando
mi formación cuando participé en la creación del Centro Reformista de la
Escuela Normal, ese fue mi primer compromiso, el que continué hasta la fecha.
Conocí el
movimiento cooperativista de mi provincia escuchando a hombres que dejaron su
impronta con el ejemplo: Bernardino Horne, David Merener, Luis de Casas,
Guillermo Bender, Arturo Álvarez Daneri, con quienes mi padre sostenía una
amistad compartida en la lucha, que se traduciría en una propuesta social
agraria, para que el hombre fuese dueño de la tierra que trabajaba y se
preparara para quedarse a vivir dignamente en el campo, en vez de prepararse
para abandonarlo.
Era una
lucha que se daba sin cuartel contra la intermediación despiadada de la
especulación.
En sus
reuniones aprendí las bondades del cooperativismo como herramienta para
encauzar la producción, la educación y el consumo solidario democráticamente.
-¿Qué mas
recuerdas de tu familia en relación con el cooperativismo?
-Yo tengo el
antecedente de un abuelo mío, de mi abuelo paterno Don Pedro Aguer que fue participante de la Cooperativa
de Ferroviarios (Coop 1° de Mayo fundada en 1917), después mi padre trabajó
como docente en la Escuela Alberdi y estuvo siempre vinculado a la actividad
rural porque él se recibió de profesor trabajando como lechero y docente, y
entonces estuvo vinculado a ese tipo de actividades, porque el comprendía la
necesidad que la gente tenía de asociarse para poder seguir trabajando en la
pequeña empresa familiar, sobre todo en las empresas rurales familiares, así
fue como también vio que era necesario que se asociaran los avicultores que
eran los que cultivaban las razas de gallinas de las cuales derivaron todas
estas otras que hoy se consideran como parrilleras o se conocen con el nombre
de parrilleros o alta postura, pero en realidad en ese entonces acá en la
ciudad de Paraná se cultivaban las distintas razas, eran como 20 o 30 razas de
distintas gallinas, y entonces formó una cooperativa para realizar exposiciones
y para que la gente tuviera la oportunidad de… comunicándose, mejorar la
genética, por eso fue que se constituyó esta cooperativa de la que mi padre
formó parte.
-Durante tu
función pública ¿podrías nombrar alguna cooperativa emblemática?
-Evito nombrar
algunas porque si me estuvieran escuchando los cooperativistas dirían ¿Cómo se
acuerda de ella y no se acuerda de la mía?, porque el problema del
cooperativismo no es si hay mejores o peores cooperativas, sino si hay
cooperativistas, verdaderamente cooperativistas en las cooperativas, entonces
yo lo que sí inclusive siempre mencioné como cooperativa emblemática ya que vos
empleaste esa palabra yo te la tomo, fue la Cooperativa de Pescadores de
Victoria que fue todo un ejemplo de lucha, que fue todo un ejemplo de progreso
y que fue en consecuencia un ejemplo cooperativista.
-Cuando yo
era estudiante leí un escrito tuyo en donde contestabas a una afirmación de una
persona que decía que el cooperativismo era un parche del sistema capitalista,
¿Qué pensás hoy?
-Lo que
pensaba entonces, el cooperativismo es una entidad institucional, social y
espiritual que no tiene nada que ver con el extremo de la derecha que dice que
en aras de la libertad hay que restringir los derechos o de la extrema
izquierda que dice que para que los derechos se logren es necesario restringir
la libertad, estos son los dos planteos de la desesperación, por un lado
mantener las injusticias que perjudican a los pobres y por el otro lado de
utilizar a los pobres para llegar a las alturas de la burocracia y del poder. En
cambio en la cooperativa con la participación democrática de sus asociados y en
forma igualitaria, un socio es igual a un voto y a esto lo repito muchas veces,
porque ni siquiera el presidente en una cooperativa puede desempatar en el caso
que haya dos posturas con igualdad de votos. Tiene que seguirse discutiendo
hasta que se llegue a la luz buscada, entonces esto es lo importante del
cooperativismo, por eso si bien tiene una raíz socialista, que hay que
reconocerla y decirla con toda tranquilidad, porque por lo general han sido los
partidos socialistas los que promovieron el sindicalismo, los que promovieron
las organizaciones solidarias y entre ellas el cooperativismo, lo que pasa es
que a la derecha le conviene para asustar a la gente decir que el
cooperativismo es comunista, pero no se trata de una cosa ni de la otra, el
cooperativismo es la igualdad, es la equidad y es la libertad en democracia.
*Téc. Sup. en
Cooperativismo
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