Por Rubén Bourlot
(publicado originalmente en la revista Orillas)
Una mañana de abril de 1982 el pueblo argentino despierta con aires de
gesta. La radio anuncia que un puñado de patriotas está pisando las turbas malvinenses.
El gobierno de facto hace suya una causa que es del pueblo. Pero el pueblo sabe
de qué se trata.
José Luis Navarro es un humilde hombre de pueblo que se siente convocado
por la causa. No cree que a su edad esté en condiciones de empuñar un fusil,
por eso se ofrece a hacer lo que sabe.
En Malvinas un puerto de nombre
inglés se convierte en Argentino. La celeste y blanca vuelve a flamear sobre
ese rincón recuperado. Ese puerto no puede ser Rivero, como el gaucho
entrerriano que defendió esas tierras en 1833, porque unos señores académicos
dictaminan que un simple gaucho alzado no merece tamaño recuerdo.
Navarro escribe una carta al Comandante de la Segunda Brigada de
Caballería Blindada de Paraná, general Binotti: “Con profunda emoción le hago
llegar esta nota en la que deseo resumir toda mi emoción en estas instancias
históricas que estamos viviendo (…)”.
Navarro le cuenta su historia de vida al comandante.
“(…) Nací en Santiago de Chile el 16 de marzo de 1917. En el año 1932
crucé la cordillera, y en el pueblo 3 de Marzo de Mendoza comencé a trabajar en
un circo propiedad de mi madre y mi padrastro (…) De esta forma me introduje en
la digna profesión de acróbata, trapecista y tony, y además realicé teatro
criollo (…)”
Con el circo recorre varios países de América y llega al Uruguay donde
desarrolla su arte circense y actúa como cantante en las radios del país, entre
otras la de Salto.
Un día de 1936 una muchacha de Villaguay, Dora Blasutti, escucha por
radio Salto esa voz melodiosa que se hace inconfundible para ella.
“(…) Todo este bagaje profesional, mi general, lo brindé siempre sin
egoísmo para todos los hermanos de esta mi segunda patria, la Argentina (…)”
Navarro sigue en la radio y en los circos. Cruza el Uruguay y en
Concordia se une al circo de Rosita de Palma Parodi. Su trabajo itinerante lo
lleva a Villaguay donde por fin esa muchacha logra conocer al hombre de la voz
melódica. Y ahí nomás unen sus destinos y siguen ambos el itinerario de los
circos.
Entre sus pertenecias atesora un banderín “que me fue otorgado en el año
1951 – le escribe al comandante – en ocasión del Día del Soldado, por una
actuación artística que realicé para las milicias herederas del Gral. San
Martín, el valeroso militar a quién le estamos todos reconocidos. Él cruzó los
Andes para libertar a mi patria, y yo también,
después, traspuse las altas montañas para devolverle a la Argentina,
todo lo que él consiguió (…)”
En 1940 llega a Victoria en un momento de crisis en su vida laboral y
debe hacer de todo para sobrevivir: changarín, vendedor de maní, helados y
caramelos.
Por fin arriba a Paraná donde descubre su lugar en el mundo para
establecerse. Encuentra un medio para desarrollar su arte musical en la
flamante radio LT14 y sigue con el circo y forma con sus hijos el conjunto
folclórico Los Cordilleranos. Las compañías de radioteatro lo incorporan en sus
elencos. Se hace peronista con carnet y todo como se estilaba en la época. Y
muchos años después logra un sueño, obtener la ciudadanía argentina.
En el circo sufre un accidente con secuelas que le impiden continuar practicando
destrezas riesgosas y ahí nace el Tony Peperina, con sonrisa prestada y nariz
de utilería.
“(…) Ahora mi general, como ayer y como siempre, estoy dispuesto a
brindarme de lleno por esta hermosa Argentina. La agresión británica a las
Malvinas necesita el aporte de todos, y aquí estoy yo, con mi arte y mi
profesionalidad, dispuesto, si es necesario ir a la Islas Malvinas aunque más
no sea a tocar la guitarra o contar un cuento, porque también soy cuentista
(…)”
El comandante tal vez haya leído la carta, tal vez un asistente, pero
nunca hubo respuesta. El comandante seguramente tiene asuntos mucho más
importantes que distraer su tiempo con un payaso.
Fuentes:
José Luis Navarro,
copia de la carta al comandante de la II Brigada de Caballería Blindada con asiento
en Paraná, 1982 y otra documentación obrante en el Fondo Radiodifusión, Sub
Fondo Navarro, AGER.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Enviá tu comentario