Por Rubén Bourlot
En 2014 se anunciaba
la construcción de acueductos para irrigar las tierras del norte entrerriano,
uno en la cuenca del arroyo Mandisoví, en el departamento Federación, y el otro
en el departamento La Paz, que desde el río Paraná se prolongaría entre La Paz
y Estacas.
Pero esta idea de
volcar las aguas de la rica red hidrográfica provincia a los campos para
hacerlos producir en épocas de sequía nos viene de muy lejos. Aunque nos
parezca extraño que en una provincia rodeada de ríos que la abrazan y surcada
por centenares de arroyos, haya épocas que nos quedemos sin agua. Así sucede.
En tiempo de Urquiza,
el gobernador, se impulsó la construcción de tajamares para proveer de agua a
los animales. En 1851 había en la provincia 465 de este tipo de represas.
Diario La Acción, 6-11-1913 |
Años después, con la
formación de colonias agrícolas, se creyó necesario proyectar un sistema de
irrigación para salvar los cultivos de las recurrentes sequías. Así en la
gobernación de Prócoro Crespo, a fines de la primera década del siglo XX, se planeó
una obra vinculada a los arroyos Las Conchas y Espinillo, en la zona de La
Picada, departamento Paraná.
Para 1913 las obras
estaban finalizadas con la instalación dos máquinas accionadas por dos motores
de 60 H. P. y un depósito con capacidad de 300.000 litros de agua y una casa de
máquinas, canales de distribución y un tanque para los mismos. En el momento de
la inauguración existían 85 kilómetros de canales destinados a irrigar unas
3.000 hectáreas.
Esta obra ambiciosa al
parecer no arrojó los resultados esperados, según los informes que difundían
los medios de prensa. Un año antes de la habilitación, el diario La Acción
comentaba que a consecuencias de las lluvias “la obras del dique de la
irrigación pública, que dirige el ingeniero señor Segovia, han sufrido
desperfectos que se estiman en 14 mil pesos.” Y abundaba en detalles que
explicaban por qué no eran viables estos trabajos. En primer término sostenía
en base a un informe que el arroyo, en épocas de sequía no tendría el caudal
suficiente para abastecer los canales. En segundo término, en los periodos de
lluvias excesivas los canales quedarían ociosos y no se podrían cobrar los
cánones estipulados. Y finalmente, las crecientes de los arroyos Tala y
Espinillo destruirían permanentemente los embalses. Recomendaba por lo tanto
realizar una obra más pequeña a modo de ensayo.
Un vecino de la zona,
irónico decía: “¡Viera Ud. los famosos canales destinados a traernos la riqueza
y la vida! Ni siquiera para proveer de agua a algunas hectáreas de repollo han
de servir esas pobres zanjas que las lluvias últimas y el paso de los caballos
y los bueyes han destruido…”
Medalla conmemorativa |
No obstante las obras
continuaron, y a fines de 1913 el citado diario informaba sobre una excursión a
las obras prontas a habilitarse, invitados por la casa Bromberg y Cía.,
proveedoras de las máquinas. “Tras un corto viaje hasta el lugar donde está
ubicada la dirección y oficina técnica y previo breve descanso – dice la
crónica - , se inició un recorrido por el dique de embalse, depósitos de
distribución y galería de máquinas.”
Y abunda en detalles
sobre el funcionamiento del mecanismo.
“Los ensayos
verificados ayer dentro de la capacidad de las máquinas –continua la crónica – y
conforme a las especificaciones del ingeniero Segovia has dado buen resultado.
“A nuestro juicio las
obras construidas por la casa Bromberg y Cía. han dado el resultado esperado.
Falta ahora verificar si el canon establecido por el gobierno está de acuerdo
con los servicios que prestará.”
El tren a las obras
Pero de este viaje
también surgió la necesidad imperiosa de mejorar los caminos. “Los automóviles
dispuestos para el traslado de esos invitados sufrieron en el trayecto varios
atascamientos para salir de los cuales fue preciso que se ofreciesen unos a
otros recíproca ayuda.”
El dique de La Picada en 1926 (Fondo Germinal Chemín - AGER) |
Precisamente el día
anterior (5 de noviembre de 1913) el periódico cuestionaba la inclusión en el
presupuesto para 1914 una partida destinada para construir un ramal ferroviario
a las obras de irrigación al que calificaba de “ridículo e irrisorio”. “Se
trata (…) de construir una línea férrea de una extensión máxima de 30
kilómetros de extensión, por lugares despoblados a través de la campiña de
nuestro departamento.” En días subsiguientes se continuó cuestionando el
proyecto a pesar de las dificultades experimentadas en la citada excursión.
“Esto no quiere decir en manera alguna que se sienta la necesidad de un
ferrocarril – escribía en la edición del 7 de noviembre -. Que por razones expuestas
en nuestro diario, y según versiones autorizadas que justifican nuestras
aseveraciones, considerábamos y seguimos considerando que es un puro disparate,
sin objetivo inmediato (…)”
En ese mismo año se efectúan
reforma en el diseño del dique para corregir los defectos de construcción.
Fragmento del plan de reformas del dique -1914 (AGER) |
Durante la gobernación
de Laurencena, se mencionaban los trabajos de reparaciones ejecutadas en el
dique de la obra y a la resistencia de los vecinos a abonar el canon ya que “el
costos de provisión y de transporte de los productos que pudieran obtener,
parece que no resulta francamente compensado por el precio de los mismos.”,
decía el gobernador en su mensaje a la Legislatura de 1817. Al año siguiente se
confirma con un informe del ingeniero estadounidense Lorenzo Bennet, la escasa
viabilidad de la obra. Los costos para el funcionamiento del sistema de riego
eran considerablemente altos que no compensaban la mayor producción que se
podía obtener. Para esa época sumaba 253 hectáreas cubiertas por irrigación,
muy lejos de las 3.000 prevista inicialmente.
Hacia 1926, una
fotografía muestra la obra del dique sobre el arroyo La Conchas, en La Picada. Con
el tiempo esta ambiciosa obra se fue diluyendo, y hoy, en pleno siglo XXI, aún
siguen en proyecto las obras para volcar el agua a la producción.
Bibliografía y
fuentes:
- Mensajes del gobernador
Miguel Laurencena 1917 – 1918- Diario La Acción, Paraná, varios números, 1912 y 1913
- http://diariojunio.com.ar/noticia.php?noticia=62401, 18/07/2014
- Archivo General de Entre Ríos (AGER)
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