13/7/24

Paraná, ciudad de retazos

 Rubén I. Bourlot


La capital de Entre Ríos, que fue también capital de la Confederación durante casi una década (1854-1861), es la ciudad retaceada. Por un lado, por motivos no muy bien fundamentados, se suele decir que es “la ciudad no fundada” y se conmemora como “día de la ciudad” el 25 de junio relacionado con la constitución del primer cabildo en 1813.

Por el otro lado es la ciudad que aún no ha escrito su historia completa como la tienen otras ciudades y pueblos entrerrianos. Solo cuenta retazos como la historia de Blas Pérez Colman (Paraná 1810-1860) y los dos tomos de Ofelia Sors (Paraná: dos siglos y cuarto de su evolución urbana, 1730-1955 y Paraná después del túnel subfluvial: 1960-1990), trabajos meritorios pero parciales. Actualmente se encuentra en marcha un proyecto de editar una historia para publicar con motivo de los 200 años de su elevación a ciudad (1826). Por otro lado hay un grupo que trabaja sobre la creación de la Parroquia.

Pero la verdadera fecha fundacional es el 23 de octubre de 1730 que durante mucho tiempo era reconocida como el origen de Paraná hasta que en estos últimos tiempos fue pasando al olvido y sustituida por el 25 de junio.

El caserío de lo que a principios del siglo XVIII se denominaba “Bajada del Paraná” o “La Capilla” en 1730 mereció ser sede de una parroquia. El asentamiento surgió a partir del traslado de Santa Fe desde su antigua localización en Cayastá a la actual que impulsó la radicación de pobladores en la “otra banda” del Paraná para dedicarse a las actividades mineras, ganaderas y vinculadas al desarrollo de un puerto favorecido por la topografía de la zona. También los viajeros que se dirigían a Corrientes y Asunción solían atravesar el Paraná para retomar la senda terrestre en La Bajada aprovechando por las mejores condiciones de transitabilidad de la ribera oriental del Paraná respecto de la costa santafesina. Así lo certifica la cartografía de la época que nos informa sobre las carreras de postas y correos que se fueron estableciendo desde la Bajada hacia Corrientes y las Misiones.

Con el tiempo el núcleo urbano fue creciendo en espejo al de Santa Fe de la Vera Cruz, hasta que en 1730, con fecha 23 de octubre, el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires tomó la decisión de erigir la Parroquia del Pago de la otra Banda del Paraná haciendo lugar a lo solicitado por el gobernador Bruno Mauricio de Zabala. Este hecho se debe considerar como el acto fundacional de la actual capital de Entre Ríos aún dentro de la jurisdicción del Cabildo de Santa Fe.

Como argumentos incontrastables para reivindicar el origen de Paraná en 1730 tomamos los criterios que adoptaron otras localidades de la región.

En el caso de la ciudad de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires, toma al 23 de octubre como su fecha fundacional en coincidencia con la creación de su parroquia. Se trata del mismo acuerdo que erigió la parroquia de Paraná. Con el crecimiento de la población -aproximadamente veinticinco propietarios (que incluía a mujeres e indios) y encabezados por José Ruiz de Arellano- el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires, declaró a San Antonio de Areco como una de las primeras siete “Parroquias de campaña”, firmándose el documento el 23 de octubre de 1730, fecha que se considera la partida de nacimiento del pueblo (Actis, 1944).

También la ciudad de Nogoyá conmemora su fundación el 16 de julio que está relacionada con la erección de la capilla del Carmen por parte del cura Fernando Andrés Quiroga y Taboada en 1782 (Segura, 1972).

Por todo lo expuesto no caben dudas que Paraná es el primer núcleo urbano de Entre Ríos, próximo a cumplir los tres siglos, tiene sus orígenes fundacionales en la creación de la parroquia el 23 de octubre de 1730.

También, para quienes argumentan que Paraná nace a partir de su emancipación del cabildo de Santa Fe, tenemos el ejemplo de Coronda que también estaba comprendida dentro del ejido de la ciudad fundada por Garay que fija su origen en 1664.

Según información histórica Coronda nace en torno a la fundación de Santa Fe. Cuando Juan de Garay salió desde Asunción rumbo a esta parte para fundar un puerto cercano a Buenos Aires. Al mismo tiempo parte desde Córdoba de Tucumán (actual Córdoba) Jerónimo Luis de Cabrera. Ambos tenían la misma intensión y la casualidad hizo que se encontraran en Coronda, dando comienzo a la propia historia del lugar.

El 28 de marzo de 1664, Melchor Martínez obtiene la posesión de las tierras pobladas, al sur del arroyo Matadero (actual Coronda), las que ya se encontraban habitadas por diversos pobladores y cuyo núcleo se va acrecentando, constituyendo así el asentamiento definitivo y tomando su nombre de los aborígenes del lugar.

Si bien no tiene fecha fundacional se toma como tal la de la posesión de la tierra por parte de Melchor Martínez, celebrándose entonces cada 28 de marzo.

Lo mismo sucede con San José del Rincón que toma como fecha fundacional el 7 de diciembre de 1580, cuando vecinos de Santa Fe la Vieja decidieron asentarse en los márgenes del arroyo Ubajay y río Colastiné por entonces terrenos de propiedad Antón Martín.


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