Por Rubén Bourlot
En el siglo XIX, en la comunidad judía europea cobró fuerza el movimiento sionista que pretendía lograr un asentamiento geográfico para sus miembros dispersos en el mundo. Concretamente, aspiraban constituirse en un estado judío (Israel) sobre un territorio propio. Una de las alternativas era la recuperación del territorio palestino, por esa época ocupado por el imperio turco. No todos los judíos, desplazados durante siglos por distintos territorios, acordaban con esta solución, pero una importante corriente propiciaba el retorno al territorio de sus orígenes.
Entre los promotores del proyecto se encontraban los ricos empresario judío de Europa occidental (Inglaterra y Francia) preocupados por la problemática de los miembros de la colectividad residente en los territorios de la Rusia zarista y otros países del este europeo, que debido a las persecuciones pretendían migrar hacíale occidente europeo. Por ello se idearon planes de colonización en los territorios palestinos y en América, fomentados por compañías como la Jewish Colonization financiada por el Barón Hirsch. En este contexto el movimiento sionista propuso una alternativa al asentamiento palestino, la posibilidad de crear un estado judío en América, más concretamente en el Litoral Argentino, donde se estaba formando un núcleo de colonias de ese origen: las colonias de Entre Ríos. Así lo proponía en 1897 Teodoro Herlz: “Dos países tienen que ser tomados en cuenta (para ese objeto): Palestina y la Argentina” y agegaba “La República Argentina tendría el mayor interés en cedernos una porción de su tierra”. ( T. Herlz: “El Estado Judío”) Este proyecto se cristalizaría “bajo el protectorado de las potencias europeas si a éstas les parece plausible el asunto”.
La iniciativa quedó latente pero cada tanto la idea cobraba vida, como en 1933 cuando el dirigente del Partido Comunista Argentino, Rodolfo Ghioldi, propuso otorgarle autonomía nacional a “las colonias judías en ciertas zonas de Entre Ríos”, según un boletín interno de la agrupación. Tras la finalización de la Segunda Guerra Europea, y la consecuente persecución y matanza de miles de judíos por parte del nazismo, se constituyó el Estado de Israel en territorios palestinos. El proyecto argentino pasó al olvido, con excepción del anecdótico proyecto Andinia surgido en la década del ’60.
En el siglo XIX, en la comunidad judía europea cobró fuerza el movimiento sionista que pretendía lograr un asentamiento geográfico para sus miembros dispersos en el mundo. Concretamente, aspiraban constituirse en un estado judío (Israel) sobre un territorio propio. Una de las alternativas era la recuperación del territorio palestino, por esa época ocupado por el imperio turco. No todos los judíos, desplazados durante siglos por distintos territorios, acordaban con esta solución, pero una importante corriente propiciaba el retorno al territorio de sus orígenes.
Entre los promotores del proyecto se encontraban los ricos empresario judío de Europa occidental (Inglaterra y Francia) preocupados por la problemática de los miembros de la colectividad residente en los territorios de la Rusia zarista y otros países del este europeo, que debido a las persecuciones pretendían migrar hacíale occidente europeo. Por ello se idearon planes de colonización en los territorios palestinos y en América, fomentados por compañías como la Jewish Colonization financiada por el Barón Hirsch. En este contexto el movimiento sionista propuso una alternativa al asentamiento palestino, la posibilidad de crear un estado judío en América, más concretamente en el Litoral Argentino, donde se estaba formando un núcleo de colonias de ese origen: las colonias de Entre Ríos. Así lo proponía en 1897 Teodoro Herlz: “Dos países tienen que ser tomados en cuenta (para ese objeto): Palestina y la Argentina” y agegaba “La República Argentina tendría el mayor interés en cedernos una porción de su tierra”. ( T. Herlz: “El Estado Judío”) Este proyecto se cristalizaría “bajo el protectorado de las potencias europeas si a éstas les parece plausible el asunto”.
La iniciativa quedó latente pero cada tanto la idea cobraba vida, como en 1933 cuando el dirigente del Partido Comunista Argentino, Rodolfo Ghioldi, propuso otorgarle autonomía nacional a “las colonias judías en ciertas zonas de Entre Ríos”, según un boletín interno de la agrupación. Tras la finalización de la Segunda Guerra Europea, y la consecuente persecución y matanza de miles de judíos por parte del nazismo, se constituyó el Estado de Israel en territorios palestinos. El proyecto argentino pasó al olvido, con excepción del anecdótico proyecto Andinia surgido en la década del ’60.
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