7/3/25

Ángela Artigas, la huella artiguista en Entre Ríos

Rubén I. Bourlot  

Indudablemente oriental, José Artigas ha dejado se huella en Entre Ríos. Sin duda los vientos de la política y la historia esparcieron su descendencia por distintas localidades de esta provincia. Lo que comparten todos es la vida modesta, muchas veces directamente pobre.

El 19 de junio de 1764 nacía en Montevideo el caudillo de los Pueblos Libres, José Artigas. Tras su fulgurante paso por la escena rioplatense, en 1820 se internó en la selva paraguaya, en un exilio interior que ni la muerte logró liberar. Pero dejó la herencia de su ideario y su descendencia perdurable hasta hoy.

En Entre Ríos su influencia es indiscutible, su presencia personal y la de sus familiares. En nuestra provincia surgieron los primeros artiguistas, entre ellos la espada principal de la región como lo fue Francisco Ramírez. Y en Entre Ríos se convocó el magno Congreso del Arroyo de La China, se libró la batalla fundacional en El Espinillo, se asentó parte de su familia y legó para los entrerrianos la bandera tricolor.

Su última esposa Melchora Cuenca vivió sus últimos años en Concordia. En Concepción de Uruguay residió Manuel Artigas, hijo del caudillo, donde también nacieron sus tres hijos. Otro hijo, Santiago prestó servicios para el general Urquiza. Casado con Ana Vallejo Monzón, estuvo a cargo de una de las estancias del Estado, que llamó Santa Ana en honor a su esposa, y es el origen de la actual localidad del mismo nombre ubicada a la vera del lago de Salto Grande.

Bien entrado el siglo XX en Concepción del Uruguay residió Ángela Artigas Peyrallo de Amado, nieta de Artigas.  Nacida en Porongos, República Oriental del Uruguay, el 2 de octubre de 1836, hija de Roberto Artigas y de Francisca Peyrallo y nieta de José Artigas y María Matilda Borda. Contrajo matrimonio con Amado, con quien tuvo dos hijos: Vicenta Amado y José Amado Artigas. Otra hermana, Matilde Artigas, se había radicado en Concordia.

Ángela, testimonio vivo

Ángela vivía en un simple rancho de ladrillo montado en barro con paredes pintadas a la cal, con piso también de ladrillos, techo de zinc con tejuelas como figura en el acta catastral de 1944 de la municipalidad local, ubicada en la esquina suroeste de Bulevar Yrigoyen y Congreso de Tucumán.

En 1918 la recordada  revista Caras y Caretas publicó una entrevista a Ángela, realizada por su corresponsal Dr. Augusto Vaccari.

“El coche paró delante de una casita humilde –relata el cronista-, rodeada por un jardincito algo descuidado en la calle Congreso de Tucumán. La casita no lleva número.

Nos recibió una morochita algo bizca, rebosante de salud, atareada en sujetar a un chico más vivo que el diablo.

–¿A quién buscan?

–¿Vive siempre acá doña Ángela?…

–¿Abuelita? Sí, señor… Por qué, ¿desea hablarla?

–Eso es… Le dice que está Barral…

Apareció en esto una viejita sonriente, bondadosa, fuerte todavía, que nos hizo entrar y nos ofreció sillas debajo de un corredorcito al lado de la cocina.

–Van a disculpar… Casa de pobres…

–Está bien, señora, está bien… ¿Así que usted es nieta de Artigas?

–Sí, señor… somos dos hermanas que vivimos todavía, nietas de Artigas: yo Ángela Artigas de Amado y Matilde Artigas de Corrales que vive en La Unión, República Oriental… Yo tuve un hijo, José, que fue empleado de policía aquí, en Uruguay, y se murió ahogado por salvar a un chico que se había caído al agua… El gobierno me pasa una pensión de 30 pesos mensuales y con eso me arreglo para vivir…

–¿Qué edad tiene, señora?

–He nacido el 2 de octubre de 1835… Voy a cumplir 83… He sabido por los diarios que el gobierno uruguayo me acordó una pensión; pero hasta la fecha no he visto nada y ya van unos meses que tendría que recibir mi dinero… A mi edad no es el caso de esperar con paciencia…”

La pensión a la que se refiere le fue concedida el 15 de julio de 1918 por el Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay. El Artículo Primero del decreto establece: “Otórgase por gracia especial a doña Ángela Artigas de Amado, nieta del general José Gervasio Artigas, una pensión alimenticia e inembargable de setecientos pesos anuales”.

El 16 de mayo 1922 falleció y sus restos fueron sepultados en el cementerio de Concepción del Uruguay, en cuyo epitafio se puede leer: “Familia a Ángela Artigas de Amado”.

Y siguiendo la pista de los Artigas, hallamos que su hija Vicenta Amado y Artigas se casó con Diego Burgos radicado en el paraje Puente Gualeguaychú, en el departamento Colón, según surge del acta donde se registra el bautismo de una hija de nombre Ángela en 1886. Francisco Horacio Francou a su vez nos informa, en su libro El faro de la cuchilla, que uno de los primeros pobladores de la colonia Villa Elisa, fundada por Héctor de Elía, es Diego Burgos, alcalde vitalicio de Puente Gualeguaychú desde 1885 “casado con Vicenta Amado y Artigas, bisnieta del prócer uruguayo José Artigas…” También nos anoticia que el matrimonio, además de la nombrada Ángela, tuvo otros quince hijos.

Bibliografía

– Caras y caretas, (16 de noviembre de 1918), Buenos Aires,  N° 1.050. Disponible en la Hemeroteca digital de la biblioteca Nacional de España. http://www.bne.es/es/Catalogos/HemerotecaDigital/

– Francou, F. H., (1942). El faro de la cuchilla, el autor, Bs. As.

– Miloslavich de Álvarez, María del Carmen, (1988). Hace un largo fondo de años. Genealogía Uruguayense, Concepción del Uruguay.

– Civetta, María Virginia, “Breve Historia y Guía del Cementerio de Concepción del Uruguay”, Municipalidad de Concepción del Uruguay, sin fecha.

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