15/6/15

Un congreso a caballo

Por Rubén Bourlot
(Publicado originalmente en Orillas, 13 de junio de 2015)

En la segunda década del siglo XIX se llevó a cabo un congreso en la pequeña villa del Arroyo de la China, la Concepción del Uruguay nombrada por Rocamora pero que los vecinos se resistían a llamarla así.  
Fue un congreso que se hizo a lomo de caballos. Nada de las carretas o diligencias que nos muestran las revistas escolares, que trasportaban a los almidonados congresales de Tucumán en 1816. Al galope tendido, o al trotecito nomás fueron llegando los representantes de los cuatro rumbos de la Liga de los Pueblos Libres. Habían sido convocados por Artigas, el Protector, para tratar el tema fundamental de la independencia de la Provincias Unidas del Sur. Artigas que venía siendo hostigado por Buenos Aires, considerado un personaje molesto que quería la independencia antes de tiempo y además pretendía la autonomía de cada uno de los pueblos del antiguo Virreinato del Río de la Plata.
Artigas creyó conveniente reunir a los representantes de cada uno de los cabildos de la Liga en un sitio central como lo era Concepción del Uruguay. Allí sesionaron los que alcanzaron a llegar a tiempo el 29 de junio de 1815 reunidos en un congreso que se llamó de Oriente, o del Arroyo de la China o de Los Pueblos Libres.
Referencia a la convocatoria para
la elección de diputados

Artigas escribió acerca de la convocatoria del Congreso “… creo ya oportuno reunir en Arroyo de la China un congreso compuesto de los diputados de los pueblos y, para facilitar el modo de la elección tengo el honor de acompañar a usía el adjunto reglamento confiando en el esmero de su ilustre corporación que, eludiendo hasta el menor motivo de demora, al momento de recibir esta de las disposiciones competentes para que con igual actividad se proceda en ese departamento a la reunión de las asambleas electorales, encargando muy particularmente que los ciudadanos en quienes la mayoridad de votos haga recaer la elección sean inmediatamente provistos de sus credenciales y poderes y se pongan con toda prontitud en camino al indicado punto del Arroyo de la China, no siendo posible fijar otros que aminore la distancia por ser el prescripto un punto medio relativamente a los demás pueblos que deben concurrir. El orden, la buena fe y la voluntad deben caracterizar el fondo que recomiendo al celo de usía”
¿Quiénes estuvieron? Estuvieron representantes de Córdoba, de Santa Fe, de la provincia Oriental, de Corrientes, sin dudas Entre Ríos, pero de esta representación no se conocen los nombres. Tampoco alcanzaron a llegar los representantes indígenas de las Misiones. La larga distancia y la urgencia para sesionar imposibilitó su presencia. Fueron elegidos y se conocen sus nombres de resonancias guaraníticas. Por el pueblo de Concepción: Manuel Cahiré, corregidor, Carlos Areñú, alcalde de primer voto, Inocencio Emburana, alcalde de segundo voto. Pueblo de Santa María de Mayorí: Eustaquio de Arecayá, corregidos, José Evaristo Aybó, regidor primero, Vicente Pérez, secretario del Cabildo. San Javier: Francisco Borja Albasariyé, corregidor, Mariano Ñandutí, alcalde de primer voto, Pascual Cuaraguá, secretario del Cabildo. Pueblo de los Santos Mártires: Ignacio Cuñariguez, corregidor, Celedonio Chaiñez, Miguel Ibayú. Pueblo de San José: Esteban Manaustí, Juan Cheque, Celedonio Mandomí, Nicolás Guaranguaí. Pueblo de San Carlos: Tomás Yripá, Ponciano Mano, Miguel Yaribú. Pueblo de Apóstoles: Miguel Ángel Gramajo, Ventura Abayá.
Artigas en la Meseta que lleva su nombre
Es notable que los indios fueran convocados a un solemne congreso “porque este caudillo increíble no convocaba a la parte más sana o distinguida de los vecindarios a resolver en consejo de notables lo que importaba al común americano – dice Reyes Abadie -. Convocaba también a todos los vecinos sin distinción de color de piel ni condición y por eso convocaba a los vecindarios indios de los pueblos de Misiones.”

Los temas del Congreso

¿Qué se trató en esa reunión? No mucho se sabe de fuentes directas. Las actas o cualquier otro registro no se encontraron. Seguramente, al igual que las actas del cabildo uruguayense, se perdieron en los entreveros. Pero sabemos que tuvo como propósito nombrar una delegación de la Liga para negociar la paz con Buenos Aires e instar a la convocatoria de un congreso que declare la independencia absoluta del sur de América, y reafirme de las bases para la organización republicana y federal, respetando la “soberanía particular” de los pueblos.
Por la documentación obrante se conoce que el 28 de junio Artigas salió de Paysandú, cruzó el río Uruguay y al día siguiente realizó una exposición de apertura del congreso. De acuerdo a las cartas enviadas con fecha 30 de junio por los diputados de Córdoba y Santa Fe, en la sesión del 29 Artigas explicó lo tratado con los enviados Pico y Rivarola, señalando el éxito desgraciado que había tenido la negociación y luego se decidió enviar cuatro diputados a Buenos Aires para:
“(...) reproducir las mismas reclamaciones hechas anteriormente por dicho general (...)”
Es importante destacar que la pequeña Villa del Arroyo de la China, no solo se constituye en protagonista, con la adhesión al gobierno patrio, el 8 de junio de 1810, si no que es uno de los primeros pueblos del interior en sumarse a la gesta emancipadora, y comienza, de esta manera, a ser un lugar de referencia en las disputas entre los realistas españoles, que querían mantener el orden monárquico, y os criollos, que luchaban por la emancipación contra españoles y portugueses.
¿Y la independencia? Mucho se ha dicho acerca de una supuesta declaración de la independencia en 1815, previa a la del 9 de julio de 1816. Pero poco son los fundamentos de tal afirmación. Sólo algunas manifestaciones posteriores por cierto ambiguas. Artigas no lo dice en su informe inmediato sobre los resultados del Congreso. Sólo menciona la negociación con Buenos Aires en reclamo de la “unión ofensiva y defensiva” de todas las provincias respetando sus respectivas autonomías, y por añadidura el reclamo de una pronta decisión de declarar la independencia. No habría sido prudente que el Congreso del Arroyo de la China adoptara tal decisión para dejarle servido en bandeja el propósito de Buenos Aires, que días antes, mediante la Misión Pico – Rivarola precisamente le había ofrecido a Artigas: “Buenos Aires reconoce la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, renunciando los derechos que por el anterior régimen le pertenecían.” La independencia debía declararse manteniendo la unidad de todas las Provincias Unidas.

La misión ante Buenos Aires

De ese congreso salieron comisionados a Buenos Aires el Dr. José Simón García del Cosio (por el continente de Entre Ríos) Pascual Diez de Andino (por Santa Fe), José Antonio Cabrera (por Córdoba) y Miguel Barreiro (por la provincia Oriental) con instrucciones para negociar la "unión ofensiva y defensiva" entre las provincias que se hallan bajo la dirección del Jefe de los Orientales y el gobierno de Buenos Aires" y la devolución del parque extraído de Montevideo por el general Alvear.
Artigas al frente del Éxodo Oriental
Como decíamos al principio, sobre los resultados del Congreso, Artigas informa que “Reunidos en esta Villa de Concepción del Uruguay, el 29 del corriente, expuse lo urgente de las circunstancias para no dejar en problema estos resultados (se refiere al fracaso de las negociaciones con Pico y Rivarola, enviados por Buenos Aires). Califiqué las proposiciones que por ambas partes se habían hecho, su conveniencia o disonancia en todas y cada una de sus partes, y después de muchas reflexiones resolvió tan respetable corporación, el Congreso de los Pueblos Libres reunidos en Concepción del Uruguay, marchase nuevamente ante el gobierno de Buenos Aires cuatro diputados que a nombre de este Congreso General representase la uniformidad de sus intereses y la seguridad que reclaman sus provincias”.
Y van estos diputados a Buenos Aires, y comienza una larga gestión. Dice Reyes Abadie: “Sépase que fracasó y que fracasó porque mal podía triunfar una gestión que estaba de antemano destinada a no ser atendida ni entendida por cuanto no se había hecho otra cosa, de parte del Directorio de señor Álvarez Thomas, que ganar tiempo para preparar un nuevo asalto sobre el flanco de Santa Fe con sus ejércitos y con la escuadrilla volante desde el Paraná, y que sacudió incluso hasta el soborno en dinero para ganar voluntades de algunos jefes montaraces de las montoneras entrerrianas y orientales, para volcarlos a favor del Directorio. No se escatimó nada. Al extremo, además, que estos diputados por la inveterada tradición americana que penetra en el fondo del medioevo castellano, de nuestro derecho esencial, eran inmunes como diputados de los pueblos, fueron alojados en una fragata de guerra, la Neptuno, sin poder abandonar los camarotes. Sus alojamientos un poco singulares para alojar diputados de los pueblos libres. Y en esos ámbitos de la nave de guerra, surta en la bahía de Buenos Aires, les llegó finalmente un hombre bueno – la historia está llena de hombres buenos que ha sido intérpretes de maldades -. Un comisionado respetable en su persona, don Ignacio Sáenz, el padre Ignacio Sáenz, con el cual estos diputados melancólicamente, luego de haber hecho una protesta admirable por la energía y posición con que se expresan ante el directorio que no fue finalmente contestada, ante don Ignacio Sáenz, sólo melancólicamente pueden suscribir una sola frase que dice: ‘habrá paz entre el director Álvarez Thomas y el Protector de los Pueblos Libres’”.

Fuentes: 
- “En la huella de Artigas”, conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983.
- Archivo Artigas, Montevideo, 1976.

13/6/15

Elio C. Leyes en el recuerdo

Por Ricardo C. Bazán*

La presente nota es parte de  una extensa entrevista exclusiva que me concediera el querido profesor Elio C. Leyes en su despacho de la antigua Universidad Popular de Paraná en el año 1994.


Ricardo Bazán ¿Qué recuerda de la cooperativa 1º de Mayo?

Elio C. Leyes. La cooperativa 1° de Mayo yo me acerqué a raíz de que estaba organizada y dirigida por ferroviarios, obreros ferroviarios, eran los principales organizadores y dirigentes, tenía como radio de acción todo aquel barrio de la estación del ferrocarril, lo que se llama boulevard Ramírez, tenía un nombre distinto y abarcaba todo ese barrio y eran parte de la ciudad, los socialistas por supuesto éramos socios de la cooperativa y se fundó en calle Villaguay y ahí adquirió su propio local, era un local de 2 plantas, en la planta baja funcionaba la cooperativa , y en la planta alta funcionaba La Unión Ferroviaria, de manera que la entrada y salida de ferroviarios era constante y la mayoría de los ferroviarios eran cooperativistas, porque estaba hecha por ellos , recuerdo entre los dirigentes Martín Torres, Pablo Jacob, y una cantidad de ferroviarios que eran compañeros nuestros, yo me acerqué a esa cooperativa en esa forma, en mi condición de socialista creí que así como el socialista debía militar en su gremio (yo militaba en los gremios docentes), debía militar en el cooperativismo, entonces empecé a compenetrarme sobre lo que es el cooperativismo, estudié bastante la historia del cooperativismo mundial con Los Pioneros De Rochdale en aquella aventura tan hermosa producida en Inglaterra por la fundación de cooperativas (...).
Yo era consumidor, mis padres eran consumidores, había un almacén bien surtido ahí estaba el escritorio y el viejo dependiente diríamos que atendía a la gente, siempre hubo un dependiente, se llamaba Lescano, ya murió Lescano, un buen hombre, un modesto hombre que tenía el manejo de la cooperativa en cuanto se refería a los artículos, a las mercaderías conocía bien, y yo entré en la cooperativa cuando estaba de gerente Francisco J. Moreno, el que llaman el gallego Moreno (que Ud.  ayer cuando me hizo oír un poquito de lo que decía Raúl Alcain), le dijo a Ud. le decían el gallego Moreno, y así era, era español y vivía..., había dependencias en la cooperativa para vivir el gerente, así que vivía ahí, con su señora y su dos hijos, con Galdós y María de los Ángeles que eran chiquitos en ese tiempo cuando yo entré, hasta que llegó un momento, yo era consumidor solamente, y asistía a las asambleas que se hacían, pero llegó un momento en que yo tuve que irme por razones de tipo económico a trabajar a Buenos Aires, me fui, me ofreció mi compañero socialista Maximiliano Amaro López un trabajo en el estudio, en un estudio que él estaba, y yo me fui a trabajar 2 o 3 meses, pero los compañeros de aquí no podían soportar el que yo no estuviera con ellos, porque teníamos un periódico llamado “La Lucha”, un periódico que apareció durante 4 o 5 años y tuvo gran influencia en la ciudad de Paraná, porque era el único periódico socialista que había y decíamos las cosas que no decían los otros periódicos, las cosas que pueden decir los socialistas porque son libres ..., porque tienen libre pensamiento, y porque están libres de las ataduras económicas que ha hecho que mucha gente no pueda hablar, o no pueda decir las cosas como deben, entonces caía la gente a darnos datos sobre las cosas que ocurrían en la ciudad y el periódico las recogía y así todo el mundo leía “La Lucha”, teníamos una buena edición y yo trabajaba en “La Lucha”, escribía en ese ya era periodista, yo ya trabajaba y era periodista en “El Diario” que me inicié muy joven, y entonces prácticamente yo hacia lo principal de “La Lucha”, cuando me fui a Buenos Aires mis compañeros de la cooperativa me dijeron , tiene que venirse acá, vengase y nosotros vamos a reemplazar lo que Ud. tiene en Buenos Aires lo vamos a reemplazar acá en la cooperativa, hágase empleado de la cooperativa, y entonces yo fui empleado de la cooperativa, siendo empleado como era socio y como no estaba inhibido para eso ascendí al directorio, y fui del directorio cuando era presidente de la cooperativa que la llevó a muy buena posición económica la cooperativa, fue el presidente Francisco Costa un querido compañero, un querido amigo, un hombre luchador, un hombre extravertido, que peleaba en todas partes, peleaba en la calle, peleaba en la oficina, el en  los gobiernos Radicales lo respetaron siempre, trabajaba en la receptoría de Rentas, lo respetaron siempre a pesar de que vivía gritando contra el gobierno, vivía gritando, en fin, el señalaba  los errores como Socialista, él fue uno de los grandes militantes Socialista que hubo en Paraná, además era un hombre que tenía cierta independencia económica, no sé..., no por su sueldo de empleado, tenia propiedades en fin, era un hombre absolutamente libre y absolutamente luchador, y fue así como Costa me pidió de que me viniera acá, que trabajara en “La Lucha” que siguiera trabajando y escribiendo en “La Lucha” e integre el directorio.
Recuerdo por ejemplo algunos nombres, Moreno seguía siendo el gerente de la cooperativa  y Costa el presidente, yo era secretario, secretario general, secretario de actas era un compañero nuestro Luis María Firpo, el profesor del que yo fui íntimo amigo, éramos amigos todos, estaba un señor Aragón que era radical, estaba Frías un ferroviario, la mayoría eran ferroviarios, estaba Jacob por ejemplo, Pablo Jacob un gran socialista, obrero ferroviario, todos militantes de “La Unión Ferroviaria”, estaba Torres, en fin los principales ferroviarios socialistas pertenecían al directorio, y el directorio resolvía todas las cuestiones, yo en ese tiempo, en el tiempo de realmente florecimiento de la cooperativa me designaron secretario encargado de la cultura, de la cultura no económica, entonces yo organicé festivales, cosas que no se habían hecho nunca en la cooperativa, en el gran patio de la cooperativa, era una casa colonial, una casa grande con un gran patio, festivales, acerqué a jóvenes, formamos una juventud en la cooperativa, juventud de la cooperativa para la organización de festivales, recuerdo un acto teatral, musical..., hacíamos en fin.., obra cultural en el patio de la cooperativa, bueno... organizábamos algunos actos y juntamente trabajábamos en el partido, pero eso es una cosa aparte, el socialista cuidaba muy bien de no dominar ideológicamente, sino que tenía interés en que se acercara gente no socialista, y así fue, Aragón por ejemplo era radical y sin embargo estaba muy cómodo en la cooperativa, porque si bien nosotros hacíamos “La Lucha” y militábamos en el socialismo no molestamos en absoluto al que no era socialista, había tolerancia, había el respeto mutuo y así fue como la cooperativa fue creciendo, fue siendo importante, muchos años duró la cooperativa. 

Yo tengo acá y ahora se lo voy a mostrar como una reliquia el gran roperón que era en donde se guardaba todos los expedientes, donde se guardaba todo el material, las actas y todo, el gran roperón, que cuando terminó la cooperativa, yo pedí con la Universidad Popular comprar ese mueble, vendieron los muebles y yo compré y lo tengo ahí todavía en buen estado al gran roperón, tengo una fotografía que algún día se la mostraré con el directorio completo, con el fondo de ese roperón, de manera de que ese roperón ya es diríamos histórico, porque es el roperón donde se guardaron todos los elementos administrativos de la cooperativa.

*Téc. Sup. Coop

3/4/15

El payaso que quiso ir a Malvinas

Por Rubén Bourlot (publicado originalmente en la revista Orillas)

Una mañana de abril de 1982 el pueblo argentino despierta con aires de gesta. La radio anuncia que un puñado de patriotas está pisando las turbas malvinenses. El gobierno de facto hace suya una causa que es del pueblo. Pero el pueblo sabe de qué se trata.
José Luis Navarro es un humilde hombre de pueblo que se siente convocado por la causa. No cree que a su edad esté en condiciones de empuñar un fusil, por eso se ofrece a hacer lo que sabe.
En Malvinas  un puerto de nombre inglés se convierte en Argentino. La celeste y blanca vuelve a flamear sobre ese rincón recuperado. Ese puerto no puede ser Rivero, como el gaucho entrerriano que defendió esas tierras en 1833, porque unos señores académicos dictaminan que un simple gaucho alzado no merece tamaño recuerdo.
Navarro escribe una carta al Comandante de la Segunda Brigada de Caballería Blindada de Paraná, general Binotti: “Con profunda emoción le hago llegar esta nota en la que deseo resumir toda mi emoción en estas instancias históricas que estamos viviendo (…)”.
Navarro le cuenta su historia de vida al comandante.
“(…) Nací en Santiago de Chile el 16 de marzo de 1917. En el año 1932 crucé la cordillera, y en el pueblo 3 de Marzo de Mendoza comencé a trabajar en un circo propiedad de mi madre y mi padrastro (…) De esta forma me introduje en la digna profesión de acróbata, trapecista y tony, y además realicé teatro criollo (…)”

Con el circo recorre varios países de América y llega al Uruguay donde desarrolla su arte circense y actúa como cantante en las radios del país, entre otras la de Salto.
Un día de 1936 una muchacha de Villaguay, Dora Blasutti, escucha por radio Salto esa voz melodiosa que se hace inconfundible para ella.
“(…) Todo este bagaje profesional, mi general, lo brindé siempre sin egoísmo para todos los hermanos de esta mi segunda patria, la Argentina (…)”
Navarro sigue en la radio y en los circos. Cruza el Uruguay y en Concordia se une al circo de Rosita de Palma Parodi. Su trabajo itinerante lo lleva a Villaguay donde por fin esa muchacha logra conocer al hombre de la voz melódica. Y ahí nomás unen sus destinos y siguen ambos el itinerario de los circos.
Entre sus pertenecias atesora un banderín “que me fue otorgado en el año 1951 – le escribe al comandante – en ocasión del Día del Soldado, por una actuación artística que realicé para las milicias herederas del Gral. San Martín, el valeroso militar a quién le estamos todos reconocidos. Él cruzó los Andes para libertar a mi patria, y yo también,  después, traspuse las altas montañas para devolverle a la Argentina, todo lo que él consiguió (…)”
En 1940 llega a Victoria en un momento de crisis en su vida laboral y debe hacer de todo para sobrevivir: changarín, vendedor de maní, helados y caramelos.
Por fin arriba a Paraná donde descubre su lugar en el mundo para establecerse. Encuentra un medio para desarrollar su arte musical en la flamante radio LT14 y sigue con el circo y forma con sus hijos el conjunto folclórico Los Cordilleranos. Las compañías de radioteatro lo incorporan en sus elencos. Se hace peronista con carnet y todo como se estilaba en la época. Y muchos años después logra un sueño, obtener la ciudadanía argentina.
En el circo sufre un accidente con secuelas que le impiden continuar practicando destrezas riesgosas y ahí nace el Tony Peperina, con sonrisa prestada y nariz de utilería.
“(…) Ahora mi general, como ayer y como siempre, estoy dispuesto a brindarme de lleno por esta hermosa Argentina. La agresión británica a las Malvinas necesita el aporte de todos, y aquí estoy yo, con mi arte y mi profesionalidad, dispuesto, si es necesario ir a la Islas Malvinas aunque más no sea a tocar la guitarra o contar un cuento, porque también soy cuentista (…)”
El comandante tal vez haya leído la carta, tal vez un asistente, pero nunca hubo respuesta. El comandante seguramente tiene asuntos mucho más importantes que distraer su tiempo con un payaso.

Fuentes:
José Luis Navarro, copia de la carta al comandante de la II Brigada de Caballería Blindada con asiento en Paraná, 1982 y otra documentación obrante en el Fondo Radiodifusión, Sub Fondo Navarro, AGER.

29/1/15

Borges en nuestros pagos

Por Rubén Bourlot
Publicado originalmente en la revista Orillas

Paraná tuvo en varias oportunidades la visita de Jorge Luis Borges, en un aparente  retorno a sus antiguas raíces. Por la venas del autor del Aleph corría sangre tagüé mezclada con  torrentes de estirpe anglosajona. Su abuelo, el coronel Francisco Borges anduvo por Entre Ríos en la época de las rebeliones jordanistas y aquí se casó con Frances Ann Haslam y de esa unión nació su padre, en 1874, Jorge Guillermo Borges. De ente último es la novela El Caudillo, que  transcurre en el ambiente de las guerras civiles provinciales.
Es por ello que en la frondosa literatura borgeana se cuelan personajes entrerrianos, sables, cuchillos y tacuaras. De sus primeras escrituras, de su etapa irigoyenista y prologuista de Jauretche, son sus relatos amigables con esos paisanos que frecuentó su padre, que luego abandonó con el paso del tiempo, prefiriendo los compadritos orilleros de Buenos Aires. Por otra parte, la amistad de Borges con los entrerrianos Evaristo Carriego (Carrieguito) y Carlos Mastronardi es bien conocida.

En los años 50

En la década de 1950, apabullado por las turbas peronistas, por la irrupción de personajes orilleros de carne y hueso, nuestro escritor laureado arriba a Paraná en una visita más o menos clandestina. Cuenta Iris Estela Longo que Beatriz Boch “evoca una casi ignorada visita de Jorge Luis Borges a Paraná en tiempos difíciles (1952, época peronista), para dictar una conferencia, que contó con un público discreto en cuanto al número, pero no distante. Lo fue a buscar al Plaza Hotel, y mientras caminaban por calle San Martín, D. Jorge Luis le confió que nunca había imaginado que alguna vez saldría a pronunciar conferencias (confesión que años más tarde comentarían varios de sus biógrafos). Finalizada la conferencia, muy pocos se animaron a cenar con él en el modesto restaurante de la Sociedad Italiana, frente a la Plaza Alvear. Eran cuatro o cinco -puntualiza-; entre ellos el ex gobernador Raúl Uranga. Al otro día, alternó con Juan L. Ortiz y Julio H. Meirama, quien lo condujo en su automóvil hasta la estación del ferrocarril, desde donde viajaría hasta Gualeguay. A Beatriz Bosch se le iluminan los ojos cuando rememora que le llevó a la estación un ejemplar de la primera edición de Historia Universal de la Infamia, para que se lo autografiara. Ninguno de los cuatro contaba con una lapicera para el caso. ‘No sé de dónde Borges sacó un cabito de lapicera (tal vez se lo daría Meirama) y grabó fuertemente los caracteres: ‘A.B.B. con la amistad del antiguo entrerriano J.L. Borges, 1952’ (lo de “entrerriano”, dice, era por el recuerdo de su padre, nacido en Paraná en 1874)”.

En los años 60

 Firma de Borges sobre la pared de un local de Paraná
Una década después, el 29 de julio de 1963, El Diario de Paraná publica una foto del autor de Libro de arena para ilustrar una breve nota donde informa sobre su “visita a la redacción después de pronunciar la magnífica conferencia en el Colegio de Escribanos y bajo el patrocinio de la Asociación Mariano Moreno”. No abundan testimonios periodísticos sobre la repercusión que tuvo el acontecimiento. De esta visita sí quedó estampada su firma en el local donde Élida Guzmán editaba la revista Orquídeas, ubicado sobre calle Laprida casi San Martín.
Más ecos periodísticos tuvo su visita de 1969 cuando el laureado y sempiterno candidato al premio Nobel fue convocado en el marco de un ciclo organizado por una conocida compañía fabricante de máquinas de escribir. Borges habló sobre el tema “El tiempo y los libros” en el auditorio del Instituto del Seguro.
Previamente a la disertación mantuvo una entrevista con periodistas de El Diario. Entre otras consideraciones, manifestó que “cuando escribo pienso fundamentalmente en mis amigos, aunque naturalmente me place, obviamente, que el público en general pueda acoger con satisfacción y agrado mis obras”. En otro segmento de su diálogo periodístico consideró que “el escritor no debe mostrar preocupación alguna por ser contemporáneo, porque ya lo es por naturaleza. Recuerdo a propósito, que cuando yo era joven quería ser moderno, porque creía descubiertos el pasado y el porvenir. Estoy seguro que perdía así toda autenticidad. Ahora escribo, en cambio, con libertad y comodidad; me abandono a la práctica fácil del oficio (…)”. Más adelante sostiene que “la influencia de Groussac y Alfonso Reyes y la frecuentación de la literatura inglesa (…) me han ayudado a simplificar la elaboración de mis conceptos. Antes, creo que por ser un mal lector de los clásicos españoles y de la obra de Leopoldo Lugones, me incliné a un barroquismo que luego presentí que usaba en mis primeras páginas para evitar, quizás, que se descubriera mi propia simpleza (…)”
El diario aporta datos sobre las actividades del escritor en ese momento: profesor de Literatura Inglesa desde 1955 y actualmente a cargo de un seminario de poesía anglosajona en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa.
Al final de la entrevista, el cronista agrega que el diálogo termina “no porque se agote el tema, ni porque Borges lo pida. Sólo es la hora del almuerzo. ‘Y comer es una necesidad natural que debemos cumplir. Como escribir – dice Borges -, sin que nadie nos lo imponga y sin motivaciones especiales”
Cuenta Adolfo Golz,  presente en la conferencia,  un acontecimiento curioso: dice que al momento de comenzar la alocución el micrófono se “empacó” y no hubo manera de arreglarlo por lo que el escritor la emprendió a viva voz, pero la mala acústica del lugar que se sumó a la deficiente dicción del disertante convirtieron la charla en ininteligible. No obstante los concurrentes a la salida, en los corrillos, comentaban: “qué bueno, qué interesante conferencia…”
Acompaña la nota de El Diario una foto que muestra a Borges departiendo con el cronista de El Diario, Carlos Lerena y el presentador Marcos Rosemberg.
Años después, nos informa Roberto Romani en su libro Hermanos de Patria y Cielo, el ya veterano escritor arribó a Gualeguay con motivo del traslado de los restos de su amigo Carlos Mastronardi. Corría 1982 y se cumplía seis años de la muerte del autor de Luz de provincia, era junio y el cementerio gualeyo temblaba con la brisa fría que lo atravesaba. Y ahí estaban firmes para brindarle el merecido homenaje Borges, Héctor Izaguirre, Juan José Manauta, Roberto Beracochea, Juan María Gianello y Armando Freyre, entre otros.

Fuentes:
Testimonio de Adolfo Golz, Paraná.
El Diario, Paraná: 29-07-1963 y 15-08-1969
Romani, Roberto, Hermanos de patria y cielo, Ed. Del Clé, Nogoyá, 1013.
Longo, Iris Estela, La herencia entrerriana en Borges, en Espéculo, revista digital, Nº 35, marzo – junio, 2007

9/1/15

“Sin libertad nada sirve”. Entrevista a don Luis Perriere

Por  Ricardo Cesar Bazán*

La siguiente entrevista fue realizada el 10 de Septiembre del 2005 al destacado periodista Don Luis Perriere (LP) por Ricardo César Bazán (RB) y Julio Argentino Maidana (JM) en el programa “Entre Todos” -Programa de la Economía Social- que se emite F.M. Cambalache 89, 7 Mhz, Paraná, Entre Ríos.

(RB) Cuéntenos Don Luis de donde es oriundo usted.
 (LP) Del pago más lindo de la provincia, de Basavilbaso
(RB) Hace muchos años que está aquí en Paraná.
(LP) Desde el año 1943
(RB) Como se inició en el periodismo.
(LP) Por vocación, fui primero empleado público nacional en el Sanatorio Fidanza (el leprosario), pero no me gustó la idea de seguir trabajando en ese lugar y di rienda suelta a mi vocación que era hacer periodismo, pero...fundamentalmente el periodismo gráfico, y así me inicie en dos diarios, en uno como corrector, el diario La Causa y el otro como redactor de policiales en El Libertador, ya periódicos... diarios de Paraná que desaparecieron.
(RB) Usted es un hombre de radio, en sus comienzos, la radio cómo era en esos tiempos, y qué programas hizo.
(LP) La radio tenía...la imagen completa que tiene hoy la televisión, era un medio de comunicación social nuevo, había nacido allá por 1920 a través de experiencias que realizaron entre otros Marconi y los Estados Unidos, para la época que se desarrolló el sistema de radiodifusión era considerado un secreto militar, pero algunas cosas trascendieron y también por 1920, el 27 de agosto de ese año, la radio nace en la Argentina por empuje y desarrollo de los locos de la azotea que encabezaba el Dr. (Enrique) Susini que era médico cirujano, acompañado por un grupo de estudiantes de medicina de la Capital Federal
(RB) Usted entrevistó a muchas personalidades, ¿a quiénes entrevisto que usted recuerda?
(LP) Bueno...a figuras de la época, entrevisté a...la señora....una dirigente socialista, cuyo nombre es (en estos momentos no lo puedo recordar) , ya lo voy a tener presente, pero entre otras figuras a Don Arturo Frondizi cuando vino para hacer la campaña en Entre Ríos con su candidatura presidencial, Rodolfo Ghioldi militante político de la izquierda, Héctor Domingo Maya gobernador que fue de la provincia, en fin las principales personalidades de la época incluyendo entre otros actos que participé que tuvieron trascendencia nacional, fue el descubrimiento. ..la inauguración del monumento a Urquiza en Palermo, Buenos Aires que contó con la presencia del Almirante Rojas que era en esos momentos el Vicepresidente (de facto) de la República acompañando al Gobernador de Entre Ríos. Los acontecimientos que me toco vivir los viví compartiendo la vida con la radio que fue mi segundo hogar, y hasta hoy lo sigue siendo pese a que ya la edad me ha quitado...los horarios que tenía en algunas emisoras...en algunos momentos de la radio, entre ellos La Hora Príncipe que desarrollé como programa de entretenimiento durante 31 años consecutivos, hice dos programas para chicos, La Escuelita Radial y El Club de los Ruxcolitos, hice programas folklóricos en Noches de Celeste y Blanco y Tardecitas Correntinas entre otros y finalmente recalé en el campo con Mundo Rural.


Mundo Rural

(RB) Cómo nace Mundo Rural.
(LP) Nace por invitación de un querido amigo que fue el director de la radio Raúl Emilio Galanti en 1983 ya cuando la democracia abría las compuertas de la libertad cercenada, para que se ganara en el ámbito de todo el país, primero le dije que no, yo tenía algún entripado, habían desaparecido dos de mis hijos, una hija y un yerno, que fueron víctimas de la represión, y bueno...esa situación no la tenía muy en claro, tenía...creía que había alguien en la radio que había servido de soplón, cosa que no pude comprobar nunca, pero de todas maneras mis hijos desaparecieron y fue razón fundamental para que yo en el primer momento le dijera a Raúl Emilio Galante que no, para que después me convenciera que iniciara en 1984 el primer programa de Mundo Rural de 12 a 13 horas como hasta ahora.
(RB) Mundo Rural se escucha en toda la provincia, lo escucha la gente de campo, está muy relacionado con las cooperativas, ¿recuerda a gente importante del cooperativismo que haya entrevistado?
(LP) Tuve la suerte de conocer a Rogelio Gómez en Basavilbaso que fue presidente de la FEDECO, Federación Entrerriana de Cooperativas , vino de la mano de la Cooperativa Lucenville de Basabilvaso, y a Don David Merener que fue otra figura característica del movimiento cooperativo entrerriano.
(Pausa).
(RB) En el corte Don Luis recordó el nombre de esa militante luchadora socialista a quien yo he leído mucho, nos puede comentar quien era Don Luis.
(LP) Alicia Moreau de Justo.
 (RB) Qué recuerda de ella.
(LP) Bueno..., fue una mujer muy agradable en todo sentido, yo no pertenezco al partido socialista, pero no dejo de reconocer la calidad de los dirigentes que ha tenido y que tiene todavía el partido que fundó entre otros Don Juan B. Justo y otros dirigentes más de nuestro país.

Desapariciones y hallazgos

(RB) También usted hizo referencia a sus hijos. ¿Nos podría comentar como fue que encontró a sus nietos?
(LP) Acá desapareció mi hija junto a su esposo y dos nenas que todavía están en Paraná, ya son mayores de edad, una está casada. Desaparecieron en la década del 70 en medio de los comentarios que había...de que existían campos de concentración, que los presos y los detenidos eran torturados, en esa redada cayó mi hija y mi yerno, y lo único que apareció en Mar del Plata después de una búsqueda bastante importante fueron dos nietas, que según la marina de guerra en un comunicado oficial que se publicó por los diarios de Paraná las niñas fueron encontradas en un lugar de la costa marítima y depositadas en un lugar de tránsito, pero la información no decía que el hogar de tránsito era para prostitutas, y allí fueron mis nenas, mis nietas de 2 años y 1 año respectivamente. Después que logré que me las entregaran, después de un trámite que realicé en Mar del Plata, la información sobre la de los hijos desaparecidos no se conoció nunca. Mi nieta, la mayorcita, recuerda que la mamá le dijo: “mira, te dejo dos geniolitos por si tiene fiebre tu hermanita para que se los des”. Es la única información que yo poseo de las últimas palabras de mi hija, que seguramente fue torturada salvajemente y tirada al río De la Plata desde un avión.
(RB) Cómo la recuerda a su hija.
(LP) Como una espiga de trigo, como una brisa de primavera.
(RB) Es muy difícil este tema, es una herida que tenemos todos los argentinos, ¿cómo hace un padre para afrontar esa realidad diaria de no tener a sus hijos?
(LP) No hay posibilidad de convivir con la imagen permanentemente. Como creyente que soy, lo único que me ha salvado es la oración, pensando que rezando por ellos alcancen la gloria de Dios en el reino de los reinos. Es lo único que me ha permitido seguir acompañado por la imagen de mi hija torturada, a quien jamás yo le había pegado una palmada porque se había portado mal o alguna negligencia, jamás. Sin embargo fue torturada salvajemente reitero, y quien sabe donde fue depositada en el río De la Plata.
(JM) Algo que me interesaría conocer desde la voz de su experiencia, es ¿cual piensa que fundamentalmente debe ser el rol que deben jugar los medios de comunicación en una sociedad argentina como la de hoy, donde fundamentalmente tenemos por un lado tantas cosas del pasado que debemos mantener vivas, pero por otro lado necesitamos también imperiosamente desarrollar una conciencia nacional y una educación que nos permita mirar hacia el futuro?
(LP) Bueno... la radiofonía y los medios de comunicación social en general no pueden prescindir de algo que se pergeñó desde el mismo momento de la fundación de la radio y que es por sobre todas las cosas convertirse en un medio de cultura, en un ámbito de libertad. Cultura y libertad son esenciales para un medio de comunicación social. No siempre uno tiene esa respuesta, porque basta escuchar algunos medios donde la grosería es el pan de cada día de muchos periodistas o pseudoperiodistas y de algunos comentaristas de radio y hasta comentaristas deportivos. Pienso que la radio debe servir a esa cultura que ambicionamos todos los argentinos, en un marco de libertad, porque como decía Alfredo L. Palacios “Sin Libertad todo es absurdo”.
(Pausa)

Las entrevistas de Don Luis

(RB) Fuera de micrófono Don Luis recordaba a otras personas que entrevistó.
 (LP) Presenté o entrevisté, sobre todo a artistas de fama nacional, entre ellos a Don Mario Millán Medina que es un poco, el monitor, el pionero del folklore regional en el país, y fundamentalmente a través de nuestra emisora LT 14, el cantor de tangos Héctor Mauré, Antonio Tormo, Pedrito Rico, Chito Galindo que era cantante de boleros,  Los Makimás un grupo de música joven, Berta Singerman que era poetisa, Alfonso Amigo cabeza de radioteatro, Tarragó Ros, el papá de Antoñito,  Yamandú Rodríguez, Los Tucu Tucu que presenté por primera vez en Tucumán cuando iniciaban la carrera artística, que era un grupo de pioneros universitarios que se unieron para realizar el conjunto, y Los Hermanos Cuestas que también presenté por primera vez en la radio de Paraná, cuando se iniciaban en una trayectoria que iba a ser realmente  empinada, llena de éxitos y de aplausos.
(RB) Fuera de micrófono me comentaba de un hecho, de una persona que pasó llorando frente a su casa, ¿me puede comentar?
(LP) ... Que fue un dirigente cooperativista y un militante radical, siendo titular de la Junta de Fomento de Basavilbaso allá por la década del 30, estoy hablando de Don Rogelio Gómez, Don Rogelio Gómez, pasó una tarde llorando frente a mi casa. Yo estaba con mi madre atendiendo a una persona en la puerta, y como iba llorando prácticamente a lagrima viva mi madre le pregunto qué le pasa don Rogelio, y él le contestó simplemente “qué me va a pasar...ha muerto Hipólito Yrigoyen”.
(JM) Cuál de todas las personalidades que usted ha conocido a lo largo de su vida, tanto en el ambiente artístico como político, cooperativo y demás le ha dejado un recuerdo fuerte así para destacarlo.
(LP) Bueno...en el sector cooperativo lo que constituyó para mí un gran alago poder hablar con él y hacerle una entrevista, sacarle una foto es Don David Merener, que es un hombre de gran prestigio en el sector cooperativo, en los momentos iniciales, creo que estuvo desde el primer momento en la fundación de Fondo Comunal de Domínguez, creo que era de la zona, pero vino a Paraná en 1987 cuando la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos celebró sus primeros 50 años de existencia. Ahí lo conocí. Y musicalmente, bueno...podrí a nombrar a varios, pero indudablemente una figura que me impactó, fue la de los 5 Latinos, pero fundamentalmente de Estela Raval, que es una extraordinaria cantante, una figura excepcional de la música argentina, una mujer que se ha valido de sus propios méritos para triunfar sin necesitar otra cosa que con su voz y su calidad interpretativa. Podría nombrar a otros, pero sería muy largo. Quiero señalarles que cada figura de tinte nacional o internacional tiene sus propios méritos y tiene su estilo, su forma de ser, y siempre deja una buena impresión en  quien entrevista, que es mi caso particular.
(RB)  Qué consejo le daría Don Luis a los jóvenes estudiantes de periodismo.
(LP) Simplemente  que tengan presente que nunca se termina de aprender, sobre todo en medios dinámicos... como son la radio, la televisión, las expresiones gráficas de diarios y revistas. Eso por un lado, y por el otro lado mantener siempre como bandera, como objetivo permanente, decir la verdad, y sobre todo defender el pensamiento en un marco de libertad, la libertad es necesaria, imprescindible para desarrollar una actividad de esta naturaleza. Sin libertad nada sirve. Simplemente esto les quiero dejar a los  jóvenes como testimonio de mi vida de 55 años de radio, gracias.


*T.S.Coop.- Periodista

23/12/14

El caballo y la reja

Por Rubén Bourlot
Publicado originalmente en Orillas


“Tenía diecisiete o dieciocho años cuando todavía arábamos con caballos.
“La tarea no era de improvisados, tenía sus técnicas y secretos. Había que atar —ese era el término— los siete caballos juntos, y no era cuestión de juntarlos y ubicarlos donde se quisiera. Los caballos, como las personas, tienen distintas formas de ser. En las personas se dice personalidad; en los animales eso está en discusión pero, en definitiva, tienen características que los diferencian a unos de otros, más allá de la raza.” Así relata Aldo Herrera su experiencia en el libro que precisamente se llama Arar con caballos. 
El caballo aparece en nuestra región traído por los criollos descendientes de los pobladores españoles en la época colonial y pronto son adoptados por los nativos, charrúas principalmente. Eran caballos para tareas de hombres de a caballo, para los arreos y para la caballería de guerra. Hasta mediados del siglo XIX los caballos cumplieron esa función y la de tirar algún carruaje ligero, hasta que la llegada de los inmigrantes los transformó en el auxiliar de las tareas agrícolas, a la par de los bueyes. El caballo utilizado para tirar de la reja, abrir surcos y luego arrastrar el carro para el acarreo de la cosecha.
Tractor de vapor y caballos en la zona de Yeruá en 1910, 
fotografía de Barcón Olesa
Hasta la década del ’60 del siglo pasado se podían ver en los campos a los agricultores roturando las melgas con arados simples (de una reja), dobles, o de tres rejas; pasando la rastra, sembrando o carpiendo el maíz todos con el auxilio de los nobles caballos, a la par de los humeantes tractores que ya venían ganando terreno desde principios del siglo. Los arados utilizados eran el Ruso, Triunfo, Deering, entre otros. Una imagen característica de otras épocas es el arado seguido por bandadas de aves de distintas especies que se agolpan para recoger los insectos dejados al descubierto la roturación del suelo. Eran tiempos cuando aún la lucha contra las “plagas” no había arrasado con muchos de nuestros pájaros autóctonos y otros tantos exóticos. 
Recuerdo que a los cinco o seis años ayudaba con la carpida del maíz: mi padre Isidoro inclinado sobre la esteva del arado de mancera y yo sobre el caballo para conducirlo y luchando con el equino que se engolosinaba con las plantas y cada tanto robaba un bocado. También me tocaba, en la largas tardes de laboreo, llevar el recipiente con el mate cocido para la pausa de la merienda. “El mate cocido a media tarde, que si era con galletas de Zampa, remojadas en el mate cocido, era lo más rico que alguien pueda imaginar – Recuerda también Herrera -. Le servíamos a mi padre en ese tiempo, o algún peón mensual que siempre había…”
Emiliano Delaloye arando en la zona de colonia Las Achiras 
(gentileza de Mario Ramírez)
La jornada comenzaba muy temprano, antes que el sol insinuara sus albores, para reunir los caballos llevarlos al corral y atarlos al arado, la rastra o la sembradora. Aldo Herrera explica que solía usarse un caballo más dócil, al que le llamaban “madrina”, que llevaba “en el cuello el cencerro, una campanita que en la oscuridad de la noche o la madrugada, cuando ibas a buscar los caballos, desde lejos te indicaba dónde estaban. El sonido de esa campanita —y se supone que también el reconocimiento de autoridad de quien la llevaba— hacía que todos los demás caballos se mantuvieran siempre a su alrededor (...)”
Cada caballo, como el perro - considerados de los “amigos” más preciados del hombre por su utilidad y fidelidad -, tenía su propio nombre. Recordemos los famosos como el Rocinante del Quijote, Bucéfalo de Alejandro Magno, Babieca del Cid Campeador, los no menos famosos Tornado de El Zorro y Silver del Llanero solitario, el Moro de Artigas, El Sauce de Urquiza o el Pampero de Patoruzú. Muy al pasar mencionamos nombres escuchados en las zonas rurales que generalmente aluden al pelaje o al carácter del animal: Zaino, Tordillo, Alazana, Carbón, el Novecientos (curioso nombre que recordaba el precio de compra), Picaso, Malacara, Zenona o Titina, una famosa yegua corredora de cuadreras de los pagos de San Cipriano.
En cuanto a las razas, además del muy rústico andaluz traído por los españoles en tiempos de la Colonia, que derivó en el criollo argentino, era muy utilizado el denominado percherón originario de Normandía (Francia) producto de la cruza con caballos árabes. Hacia 1904 llegaron a Argentina, donde se difundieron rápidamente para las tareas agrícolas.
También el noble equino fue utilizado para el placer y el esparcimiento, como animal de monta y de tiro para arrastrar los sulkys, jardineras y otros vehículos de transporte familiar. O para las diversiones muy populares de las zonas rurales como las carreras cuadreras y de sulkys, y las polémicas jineteadas.


Bibliografía:
Herrera, Aldo , Arar con caballos, Imprenta Lux, Santa Fe, Junio de 2013
Gallay, Omar Alberto, Esperanza, corazón y tierra: narrativa histórica de la colonia San Cipriano, El Autor, C. del Uruguay, s/f.

14/12/14

Entrevista a la historiadora Celia Gladys López

Por Ricardo Cesar Bazán, periodista cooperativo

RB—Estamos en Concordia con la profesora Celia Gladys López.
Celia, ¿dónde nació usted?
CGL—Nací en el pueblo de Anzoátegui, una estación de tren muy pequeña en el confín de La Pampa en el límite con Río Negro, el nombre de esa población que es una población de industria salinera es debido al fundador.
RB— ¿cómo empieza su historia  con la historia?
CGL—Bueno, en realidad la historia fue siempre  de estación ¿no?, eso se lo debo a mi padre que inculco desde muy chica el gusto por la lectura, conversaciones sobre personajes, etcétera. Yo me recibí en el profesorado de Concepción del Uruguay y a partir de a ahí comencé ni bien recibida. Me recibí en diciembre y para junio ya estaba haciendo un trabajo de investigación, porque se venía el Segundo Congreso Nacional de Historia de Entre Ríos que se celebraba en la ciudad en conmemoración al bicentenario de la fundación por Rocamora, así que la temática a decidir  fue, como diría, instintiva porque tenía muchos alumnos de la colectividad Judía, yo también soy profesora de inglés, y daba clases en ese momento para ayudarme en mis estudios. Así que empecé a intentar posibilidades de escribir de las colonias judías, que era una temática que había sido muy poco trabajada. Solo unos pequeños trabajos de Beatriz Bosch, en unas colecciones de geografía de la academia nacional de la historia pero ella misma me confesó en una entrevista posterior, que no había podido llegar al fondo del tema por la falta de no sé si de comunicación con la comunidad o de desinterés por parte de la comunidad para que ella investigara. Entonces, había quedado iniciada la temática y yo aproveché esas pequeñas conexiones de mis alumnas  y me fui muy temerariamente al pueblo de Villa Domínguez, que fue el elegido. Estaba  en duda entre Basabilbaso y Villa Domínguez. El corazón me dijo que Villa Domínguez había sido más importante y aparecí ahí con algunas tarjetitas para el intendente. Tenía el nombre Vera  Sajaroff, la hija del gran cooperativista también, y tuve mucha suerte porque no sé si se notó mi entusiasmo o qué habrá sido pero todo el mundo me abrió las puertas enseguida, me hizo horarios especiales  para que pudiera estar en la biblioteca aprovechando todo el día. Yo en ese tiempo esa investigación la hice con mi hijo Patricio que ahora es profesor en el moisés, la mamadera, el calentadorcito,  etcétera y aprovechaba todo el día porque podía viajar una vez por semana.

RB— ¿y después lo plasmaba en un libro?
CGL—Claro, el primero de mis libros Cooperativismo y Cultura, historia de Villa Domínguez. Tiene un recorte cronológico de mil nueve cuarenta (1940). Fue muy pequeño hecho con aporte comunitarios y enseguida tuvo un premio a la actividad de parte de la subsecretaría de Cultura de Entre Ríos, que permitió la edición ampliada por parte de la editorial. En ese tiempo estaba Blanca Nott.
Debo aclarar también que yo no me limité a investigar. Vi una mina de oro, en cuantos documentos que se estaban perdiendo o porque estaban en galpones o porque la gente no les daba el valor que tenían y, documentos muy importantes tanto institucionales como privados. Había varias familias que tenían el archivo desde que salieron de Rusia completos, la saga familiar, pero no le habían dado mucha importancia, salvo dos o tres. Así qué paralelamente a la investigación yo fui creando conciencia en las autoridades y en el pueblo, de que eso tenía que ser resguardado. Y clasificado para que en algún lugar para que la gente pudiera consultar, para que quedara para las futuras generaciones. Desde el primer día eso y bueno, tuve la suerte que en mil novecientos ochenta y cinco (1985), apenas dos años y medio de haber empezado la investigación, fundamos el museo y archivo de la colonia Judía en Villa Domínguez. Desde ahí se preserva todo el patrimonio.
RB— ¿También ha escrito sobre los alemanes?
CGL—Sí, en realidad el que habla de inmigración y cooperativismo no puede dejar de tocar. De investigar ¿no es cierto?, a la colectividad alemana del Volga que es la fundadora de la cooperativa agrícola regional, yo diría que es la única que subsiste como tal en nuestros días. Entonces, la idiosincrasia de cada una de las colectividades es totalmente diferente así que primero hay que hacer un estudio de sus costumbres, su lengua, sus prácticas religiosas, el por qué esas diferencias porque provenían de un mismo territorio pero no eran oriundos de esos territorios, unos eran alemanes otros Judíos, pero ambos provenían de Rusia por eso en los primeros censos de la Argentina no se encuentran discriminados ni judíos, ni alemanes, se dicen rusos. Así que hay que hacer un cálculo estimativo  conociendo más  o menos la gente que vivía en las colonias porque el censo no los diferencia. En el caso de los alemanes es muy interesante, cómo ellos muy lentamente se fueron aproximando al cooperativismo, porque ya tenían sistemas cerrados más bien mutuales, no cooperativismo, mutuales en las pequeñas cajas que  manejaban, no podemos decirle cajas de crédito tampoco que eran manejadas por el sacerdote o el  pastor que personalmente decidía a quién le daba o no, quién precisaba o quién no precisaba. Algo además de cerrado muy subjetivo, ellos mismos consideran que no se puede llamar cooperativa pero en mil novecientos diez (1910), o sea, diez años después  de la primera cooperativa de las colonias judías aparece la agrícola regional con la particularidad, porque siempre tuvo muchas particularidades, por eso ha alcanzado tanto éxito quizás porque fue transitando caminos diferentes y encontrando vías de solución con la particularidad de que estaba atada a un banco agrícola regional, porque el gerente del banco era el gerente de la cooperativa y había sido apoyado por gente importante del lugar. Alemanes como lo son Müller por ejemplo. Pero lo que yo noto como gran diferencia es que parte del éxito de esa cooperativa en sus años iniciales, se debe a que tuvo acceso a créditos fáciles porque tenía el banco. A los chacareros les daba mucha seguridad saber que estaba el banco en algún momento de crisis, no era como en las otras colonias que el crédito del Banco Nación  o del Banco de Italia eran más difíciles de conseguir.
RB— ¿En la actualidad está dedicada a la investigación y actividades catedráticas, universitarias?
CGL—Sí, exactamente sí.
RB— ¿Dictando cursos, seminarios?
 CGL—Sí, yo estoy desde hace cuatro casi cinco años plenamente como investigadora tanto en la enseñanza media, en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay, donde hago trabajos de investigación de la historia de la educación porque el normalismo ha sido un pilar fundamental en el sistema educativo argentino, y en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, presento anualmente los informes de extensión o de investigación como es debido.
RB—Bueno, ¿algún proyecto para el futuro?
CGL—Bueno, siempre hay proyectos. Tenemos para el año que viene, en la parte de extensión las jornadas entrerrianas de inmigración que van a tener su segunda etapa aquí. El año pasado usted estuvo presente. Y de investigación, bueno terminar ese proyecto de historia de la educación que también se va a plasmar en un libro bastante importante, con más de seiscientas páginas. No es solamente sobre normalismo sino sobre todo la trayectoria educativa normalista y de los colegios nacionales pero anclados en Entre Ríos. Bueno, creo que con esto ya tengo bastante  
RB—Muchas gracias.

CGL—No, al contrario.

18/11/14

Artigas y la escuelita de Paraná

Por Rubén Bourlot
Publicada originalmente en revista Orillas

Hacia 1815 José Artigas, ya triunfante en su proyecto de constituir la Liga de los Pueblos Libres, dispone la fundación de una escuela de primeras letras en Paraná. No abunda la información acerca del funcionamiento de esta institución como tampoco de la existencia de otras escuelas en la provincia, lo que hace suponer coherente su preocupación por la educación de los niños.
Pérez Colman consigna que el seis de abril de 1815, estando Artigas en Paraná, ordena al comandante José Eusebio Hereñú fundar una escuela de primeras letras “notando que la existente continuaba clausurada, con graves perjuicios para la niñez en edad escolar”(1). En ese momento Herenú era el comandante militar de Paraná, tras su triunfo en la batalla del Espinillo ante los porteños comandados por el barón Eduardo de Holmberg.
La información surge de un expediente mediante el cual Doña Francisca Paula del Valle, reclama los alquileres adeudado por el Estado de la casa de su propiedad que había funcionado como escuela. Según consta en la documentación, el 5 de julio de 1815, Hereñú dispuso que ese local se destinara al funcionamiento de la institución.
En el petitorio del Valle, viuda y albacea de D. José Romeo, solicita que se certifique la propiedad del inmueble y se le abone los alquileres adeudados entre 1814 y 1821 de “… una casa pajiza, con sitio correspondiente, distante de la plaza una quadra al Norte, (que) la alquilé al actual Tesorero del Estado Dn. José Ramírez, para con el estipendio que perciba vine manteniendo, en el entretanto concluir los encargos de la testamentaria; y habiendo el dicho D. José Ramírez, mudándose, la alquilé nuevamente a D. José Eusebio Hereñú, quien vivió en ella algún tiempo, hasta que pasándose a otra casa determinó de la mía ocupándola en varios destinos, y últimamente a escuela de primeras letras sin mi conocimiento cuyo procedimiento atribuía las circunstancias del tiempo o a otros motivos que debía ignorar …” (2) 
El comandante Hereñú certifica 
que la casa arrendada funcionó como escuela
En la respuesta al reclamo, Hereñú manifiesta que “viví en ella algún tiempo, y que con motivo de hablar venido a esta Villla el Sr. Gral. D. José Artigas, y mandado se pusiese una escuela de primeras letras para la educación de la juventud, destiné y otra casa por lo pronto al mencionado ejercicio con ánimo de consultar el pago de los alquileres, fuese a cuenta del estado, lo que no pudo tener efecto por las ocurrencias del tiempo…”
En el testamento de la señora del Valle, firmado el 14 de enero de 1822, precisa detalles de la ubicación y características de la vivienda localizada en un “sitio distante de la Plaza una cuadra, que hace esquina frente al Leste y Sud y en él edificada una casa pajiza, paredes de adobe, compuesta de una sala y dos cuartos, y en el corral un galpón que servía de cocina y jabonería, y un cuarto de dispensa. Que la expresada casa al poco tiempo se alquiló a D. José Eusebio Hereñú cuyos alquileres no satisfizo y después como gobernador de este pueblo la estuvo en servicio del estado, sin que yo pudiese sacarla, hasta que mudado, y en el mes de febrero del año veinte y uno me la mandó a entregar…” La vivienda lindaba con las propiedades de Dionisio Castañeda, Ignacio Vera, Seguier y Miguel Varbarrey. Pérez Colman concluye que el lugar corresponde a la esquina de las actuales calles Andrés Pazos y Corrientes.
Firma de Francisca del Valle, propietaria de la vivienda
En 1821 la edificación se encontraba en un estado de evidente abandono, “(…) de hecho perdido el galpón, cocina y cuarto y toda la casa muy maltratada; de forma que la alquiló dicho Hereñú el día catorce de septiembre de mil ochocientos catorce y la entregó el día dos de febrero del año mi ochocientos veintiuno (…) La pieza expresada era de tanteo y de treinta y cinco varas de largo y seis de ancho (…)”
Probable ubicación de la escuela, actuales calles
Corrientes y Andrés Pazos
Como mencionábamos más arriba, no existen constancia del funcionamiento de escuelas en la provincia a partir de 1810, y recién para 1916 se informa de la existencia de una de sistema Lancaster en Concepción del Uruguay, fundada por el sacerdote chileno Solano García, también impulsada por Artigas. Es probable que la escuela de Paraná hubiera funcionado por poco tiempo dada la situación de inestabilidad política de la época y la carencia de fondos para sostenerla. El estado de abandono del edificio hacia 1821 demuestra que desde un tiempo considerable no prestaba ninguna utilidad.
Cabe acotar que el Protector de los Pueblos Libres mantuvo una permanente preocupación por la educación demostrada en la abundante legislación y en varias iniciativas como la distribución de cartillas para la enseñanza y la creación de la biblioteca pública de Montevideo, en 1816. "Sean los orientales tan ilustrados como valientes", era una de sus consignas.

(1) Pérez Colman, César B., Paraná 1810-1860, 1946.
(2) Archivo General de Entre Ríos, Fondo Gobierno, Serie VIII: tierras, propiedades del estado y colonización 1778 – 1897.

12/10/14

El día del mestizaje

Por Rubén Bourlot
Publicado en Orillas, el 12 de octubre de 2014

La realidad de nuestro continente latinoamericano es el mestizaje. Un continente nación atravesado por la diversidad de culturas indígenas y por la influencia hispánica que, en tres siglos de ocupación, le dejó dos preciados tesoros: Dios y la palabra. La palabra que une con una sola voz el continente; que es entendimiento, comprensión y prenda de unidad. Y el Dios que funde a la diversidad en un abrazo místico. Porque nuestra América es fruto del sincretismo que fue gestando una religión nueva, un religar de las diversas culturas americanas. Eso explica, además,  por qué la elección de un papa americano provocó el júbilo general del continente, más allá de las confesiones.
Esta palabra americana que alguna vez trajeron los peninsulares, el viejo castellano, no es la misma de hace cinco siglo. Es una palabra mestiza, acriollada, hecha nuestra. Y El Dios, que es único y universal, aquí en esta América también se hizo mestizo; es dios de maíz, de vientos antárticos, de tierras sin mal, de pachamamas. Todo se hace original en nuestra América.
América hispana es cultura de choques y contradicciones, pero también de fusiones y autocríticas. De prédicas religiosas surrealistas para adoctrinar al indio, de inquisiciones incendiarias y de misiones ejemplares para crear pueblos indios dueños de su destino frente a una realidad inevitable.
La persistencia indígena está en el mestizaje; está en la palabra quechua, aymara, guaraní que resisten como lenguas habladas y como argamasa de un castellano enriquecido.  Está en los rostros cobrizos del altiplano, y en los albañiles que todas las mañanas desafían las alturas de los edificios de las grandes urbes.

Cuestión de identidad
Arturo Uslar Pietri, el gran escritor venezolano, ponía el acento en que “… muchos hombres representativos de la América de lengua castellana y portuguesa creyeron ingenuamente, o lo pretendieron, ser lo que obviamente no eran ni podían ser. Hubo la hora de creerse hidalgos de la Castilla, como hubo más tarde la de imaginarse europeos en el exilio en lucha desigual contra la barbarie nativa. Hubo quienes trataron con todas las fuerzas de su alma de parecer franceses, ingleses, alemanes y americanos del Norte. Hubo más tarde quienes se creyeron indígenas y se dieron a reivindicar la plenitud de una civilización aborigen irrevocablemente interrumpida por la conquista …”. Y agrega: “por un absurdo y antihistórico concepto de pereza, los hispanoamericanos han tendido a mirar como una marca de inferioridad la condición de su mestizaje.”
Placa existente en la Plaza de las Tres Culturas de México

 Los entrerrianos nos reconocemos con el gurí, el tagüé, el mboyeré, y el che, que nos traen reminiscencias guaraníticas, y con el mate (mati) quechua en la mano. Porque si observamos a nuestro alrededor, el guaraní está en el aguaribay, el ñandubay, el apereá, el chajá, el pecarí, el mboretá, y tantos nombres dados a la naturaleza. En los caracoles del río Uruguay y en el Paraná como un mar. Ese lenguaje guaraní que en su momento fue común a los charrúas, a los chanaes  y otros grupos que habitaban estas tierras onduladas, y aún habitan en nosotros. Y luego vino el mancebo de la tierra, el mestizo del Paraguay que fue ocupando estas tierras y poblándola con palabras de un castellano castizo con tonadas guaraníticas. Y la soldadura de términos hispánicos con indígenas fue inevitable. La vemos en la Concepción del Uruguay, el San Antonio de Concordia, el Rosario del Tala, la Carmen de Nogoyá, el San José de Gualeguaychú.
Y Entre Ríos fue fusión entre lo español y lo indígena en las luchas por la emancipación y la autonomía de sus pueblos. Resuenan desde el pasado apellidos hispánicos en los Urquiza, Ramírez, López Jordán, Artigas. Pero con ellos están los soldados olvidados de mil batallas de inconfundibles rasgos guaraníticos,  los charrúas de las tropas de Artigas, y Anacleto Medina, y Miguel Guarumba con sus tapes de Federación, y Gaspar Tacuabé, y Pablo de la Cruz, todos misioneros afincados en la provincia.

Nuevas fusiones
Después vino el aluvión, de las montañas alpinas, de las riberas del Volga, de las praderas del oriente europeo, con sus palabras extrañas, y sus dioses, y sus cánticos, y sus ropajes. Y aquí multiplicaron las estancias en cientos de chacras, de concesiones que modificaron el paisaje entrerriano y lo tiñeron de dorados trigales, de celestes linares. Y el caballo del soldado, del tropero, tiró de la reja para hacer brotar el americano maíz, el mijo, el girasol, en melgas geométricas. Y las chacras se poblaron de cabezas rubias, de vacas, gallinas, viñedos, olivares…
Y el judío se hizo hombre de a caballo en Basavilbaso, los rusos de Diamante cocinaron la carne al rescoldo junto con el pirok y el kreppel. Los piamonteses supieron exclamar mboreyé con tanta naturalidad como decían mercí o comprampá. Y así se fueron amestizando, de a poco, con desconfianza, por necesidad y por imposiciones de un estado que quería “nacionalizar” a ese mosaico de culturas trasplantadas. Así el rabino tuvo que admitir la escuela pública en castellano con las efemérides de San Martín, Belgrano y mayos con escarapelas y negritas vendedoras de velas. Y el cura de la aldea alemana tuvo que aprender la lengua de Castilla para pronunciar los sermones en el idioma del país.
“Lo que vino a realizarse en América – dice Uslar Pietri – no fue ni la permanencia del mundo indígena, ni la prolongación de Europa. Lo que ocurrió fue otra cosa y por eso fue Nuevo Mundo desde el comienzo. El mestizaje comenzó de inmediato por la lengua, por la cocina, por las costumbres.”
Pero, como dice Mariano Picón-Salas, otro indispensable escritor venezolano, “es la lengua española el instrumento de identificación mayor y más válido entre los pueblos que viven desde la estepas del río Bravo hasta la helada pampa patagónica. Idioma e historia tienden, contra los obstáculos de la naturaleza, un sentimiento de fraternidad que, precediendo a los bloques económicos y políticos que acaso surjan en el futuro, sostienen la esperanza y más promisoria garantía del mundo hispanoamericano.”

Fuentes citadas:
Uslar Pietri, Arturo, En busca del Nuevo Mundo, Fondo de Cultura Económica, México, 1969.
Picón-Salas, Mariano, De la conquista a la independencia, Fondo de Cultura Económica, México, 1985.
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