Mostrando entradas con la etiqueta José Artigas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta José Artigas. Mostrar todas las entradas

14/6/12

En la huella de Artigas (III)


Rumbo a un nuevo aniversario del Congreso del Arroyo de la China (29-6-1815) transcribimos la tercera entrega de la conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983, durante las Primeras Jornadas Humanísticas organizadas por la institución educativa de Concepción del Uruguay en adhesión a los 200 años de la ciudad.

Aquí emerge la voluntad federal como primer paso básico de la organización futura de los pueblos, es en la voz de los provincianos libre y espontáneamente electos ante una convocatoria abierta y no coartada, no calificada luego con trocha angosta para impedir que se formaran mayorías adversas a tal o cual posición. Y también los entrerrianos, y también los de la Banda Oriental y aquellos diputados indios de que os hablé no llegaron; tenemos la constancia de que llegaron tarde, la distancia no los permitió estar en los días aquellos del 29 y 30 de junio, en que tuvieron lugar las deliberaciones del Congreso del Arroyo de la China. Lo sabemos por el propio Protector que con fecha 29 de agosto se dirige a los diputados que habían sido electos manifestando que desgraciadamente no pudieron llegar pero que les agradece todo el interés y devoción puesta en la procura de estar en la causa federal de los pueblos. Convendría decir que Córdoba eligió, tenemos el acta, al ilustre doctor José Antonio Cabrera, el cual nos ha dejado a su vez una relación de lo actuado en este congreso que podemos utilizar como el elemento de contraste documental con la relación que hace el propio don José Artigas.
Veamos qué dice don José Artigas respecto de lo ocurrido en aquella jornada. Pocos días antes (para que todos tengan la total ilustración de los hechos), iniciando lo que sería una intriga hábil, habían sido enviados ante el Protector, de parte del director sustituto (Álvarez Thomas) a dos comisionados que tenían que ser y eran hombres gratos al Protector: el valiente coronel José Blas de Pico y el ilustre sacerdote Dr. Francisco Bruno de Rivarola  – la famosa misión Pico – Rivarola – que llegó a ofrecer a don José de Artigas, ¡oh escándalo!, que creo no se subraya suficientemente, le va a ofrecer, ¿qué cosa de va a ofrecer?, le va a ofrecer partir la patria. Que las tierras que están más allá del Paraná, total más allá del Paraná…, sean del Protectorado de don José y haga lo que quiera, lo que le venga en gana con los pueblos de Entre Ríos, de Corrientes y de la Banda Oriental, pero que del Paraná para acá, allí debía imperar Buenos Aires. Trasladaban la misión de dueños, la visión de quienes disponen como patrimonio de las tierras de los pueblos y de los intereses de los pueblos, lo trasladaban de su intencionalidad y designio y creían que fuera la intencionalidad y designio del hombre que convocaba a los pueblos para que estos decidieran sobre su destino, querían ganar la voluntad del Protector de los Pueblos Libres, como quien corta una torta y se reparte la mitad para cada uno. Naturalmente que esto fue rechazado, porque dirá don José Artigas que garantir la independencia de las Provincias no es ni por asomo una cuestión personal.
Muchas veces se ha acusado, de mala fe, a los viejos federales fundadores de esta tierra, de haber sido segregacionistas y se ha dicho de ellos que son los íncubos de nuestras desgracias, de la imposibilidad de construir la Patria Grande, que si hubiera imperado el orden unitario, centralizador, prudente y sabio de los hombres que regían el destino común de los pueblos otro hubiera sido el cantar. Pero si ellos a cada rato y a cada paso reiterarán la oferta de las tierras americanas como sobrantes. Todo cuanto fuera un poco más allá de los lindes de los campos poseídos en la pampa de Buenos Aires y las inmediatas, no preocupaba a la visión miope, patriachiquista de la ciudad – puerto, eran terrenos sobrantes, sin utilidad, llenos de indios, de criollos pobres, de pueblos en armas por su libertad que creían formular exigencias de respeto, de autonomías y derechos ¿qué es esto?, esto es anarquía.
Había ocurrido este escándalo y el Protector narra, cuando se refiere a lo ocurrido en el Congreso: “Conducidos siempre por la prudencia y ansioso de la concordia general, llamé a los pueblos para que por medio de sus diputados formalizaran cualquier medida competentes a su ulterior felicidad. No pudimos acordar, entre tanto, con los diputados de Buenos Aires los principios que debían fijar y, creyendo que por la grande importancia del asunto, el destino de la nación, debía sujetarse el tema al escrutinio de la expresión general, convoqué a un congreso de todos los diputados que hasta aquella fecha se habían reunido, tanto de la Banda Oriental como de los demás pueblos que tengo el honor de proteger. Ya reunidos en esta Villa de Concepción del Uruguay, el 29 del corriente, expuse lo urgente de las circunstancias para no dejar en problema estos resultados (se refiere al fracaso de las negociaciones con Pico y Rivarola). Califiqué las proposiciones que por ambas partes se habían hecho, su conveniencia o disonancia en todas y cada una de sus partes, y después de muchas reflexiones resolvió tan respetable corporación, el Congreso de los Pueblos Libres reunidos en Concepción del Uruguay, marchase nuevamente ante el gobierno de Buenos Aires cuatro diputados (del Congreso de Artigas ) que a nombre de este Congreso General representase la uniformidad de sus intereses y la seguridad que reclaman sus provincias”.


Para publicar en este blog enviar los artículos a bourlotruben@gmail.com. Son requisitos que traten sobre la temática de este espacio, con una extensión no mayor a 2500 caracteres y agregar los datos del autor. Se puede adjuntar una imagen en formato jpg.
---------------------------------------------------------------