9/6/14

Victoria del canto

Por Rubén Bourlot
(Publicado originalmente en la revista Orillas)

El folclore, nuestra música nativa, no suele gozar de los favores de los medios de difusión masiva orientado a los jóvenes, salvo casos que a fuerza de la fusión con otros géneros y muchas concesiones estéticas logran la difusión masiva.
Hubo un tiempo que el folclore fue multitudinario y gozó de los favores de los medios, de las productoras y del público joven. La década del ’60 fue una explosión de renovación en el arte y la cultura en general. Desde el norte argentino, como una lava, bajaba el sonido de bombos y guitarras para hacerse un lugar en las grandes urbes, junto a la naciente “nueva ola”, la beatlemanía y el emergente rock nacional. La juventud se prendía con el folclore, empuñaba guitarras y el clásico “Zamba de mi esperanza” estaba en boca de todos. Nacía Cosquín como una catedral del canto nativo. Luego la maquinaria comercial tomó otros rumbos. Poco a poco el canto autóctono se fue arrinconando y desapareciendo de las grandes vidrieras. Hoy, con las excepciones que mencionamos más arriba, nuestra música está como apichonada. El retumbo de cumbias de dudoso buen gusto, reggatones altisonantes y latinos “internacionales” varios, satura el aire. Pero siempre quedan hendijas por donde jóvenes con rebeldía y audacia hacen rebrotar la música desde nuestras raíces.

“Siempre me pregunto por qué canto yo”, dice Victoria del Rosario Dobler, y agrega: “Me gusta cantarle a los niños, y llamarlos para que canten. Cantar a los niños es como plantar semillitas. Plantar semillitas de amor, de hermandad. Porque eso es la música: es amor, es liberación del alma, es lucha”, afirma.
Victoria transcurrió sus diecisiete años en San Benito, es pequeña localidad acollarada a la capital provincial. Y desde siempre sintió que la música, y en particular el folclore, fue su vocación. “Amo la música desde que tengo pañales. No fui influenciada por nadie. En mi familia no había músicos, salvo mi padrino que tenía una guitarra y cantaba algo. Mi abuelo que era panadero escuchaba todas las noches la radio y escuchaba folclore”. A los diez años, porque sus padres no podían comprarle una guitarra, “agarraba una escoba y me subía a un tablón y me ponía a cantar.  A veces me subía a un árbol que me gustaba mucho y ahí cantaba, hasta que mi mamá se dio cuenta que eso del canto venía en serio”.
“Yo no elegí ir a boliches donde generalmente va la juventud - afirma. Yo elegí estar como mi guitarra, y cantar. La música es muy importante porque es como ser predicadores de la vida. Es como un sacerdocio, porque hay que dedicarle tiempo y amor. Estás trabajando con el alma todo el tiempo. Es sembrar amor para que la gente se enamore con las canciones”.
Victoria lleva su guitarra como una extremidad más de su cuerpo. Canta a los niños en las escuelas, y se abre caminos en peñas y en algunos escenarios mayores de la zona,  “y donde me convoquen”. Interpreta a los clásicos del folclore del litoral: Puente Pexoa, El Jornalero, Puentecito de la Picada, muchos rasguidos dobles, todo el repertorio de Jorge Méndez. Es una convencida que hay que empezar por lo nuestro, por lo más cercano, por lo que nos identifica para poder apreciar lo  que viene de afuera.  “Quiero partir de conocer quién soy acá en Entre Ríos. Me gusta cantar cosas del litoral, de artistas que ya no están y que han dejado un gran legado con letras que tienen sentido. Es lindo escuchar canciones  que trasmiten valores y respuestas para el otro, porque es una manera bonita que te lleguen las cosas más claras. Cuando una escucha una canción aprende. Ese es mi objetivo y mi convicción: aprender. Canto temas folclóricos de toda la Argentina, pero en estos momentos me he planteado conocer a nuestros artistas, poetas, escritores del litoral”. Grandes definiciones de una incipiente artista.
También escribe letras con una perspectiva femenina. “Quiero escribir canciones femeninas, desde la perspectiva de la mujer. En vez de ‘te acordás mi chinita’ me gusta decir ‘te acordás mi cambacito”. Y opina que le gustaría que “en la escuela, en las clases de música se escuchara más de nuestra música para que sepamos de dónde venimos. Porque si no estamos perdidos. Si viene alguien de otro lado y nos dice: ¿sos argentina, sos entrerriana?, y te van a decir ¿qué escuchás? ¿qué comés? Y entonces se pierde el vínculo con ese hermano que quiere aprender de lo nuestro si no se quién soy. Hay que partir de conocer lo nuestro, qué significa ser entrerriano, para luego conocer a nuestro país. Porque así se valora más lo del otro”.
Opina sobre los nuevos intérpretes de nuestra música que a veces fusionan géneros para congraciarse con la preferencia del público más joven. “Me gusta el artista que actúa por convicción propia y no por cosas comerciales. No estoy en contra de la fusión de la música, de esos nuevos valores que surgen, pero sí que canten cosas que nos dejen algo valioso”.

Hoy Victoria está ocupada en seleccionar los temas de su primer disco en donde interpreta letras propias y otras de artistas reconocidos, mientras se foguea con los consagrados en espacios como el Anfiteatro Santángelo de Paraná, la Fiesta de los Reyes Magos, en Festival de la Juventud de Urdinarrain y más recientemente en la Noche de los Nuestros que se desarrolla en el teatro 3 de Febrero de Paraná.

7/6/14

Entrevista al Dr. Oscar Ricardo Tavani Pérez Colman* (I Parte)

Por Ricardo Cesar Bazán

- ¿Dr. Tavani que nos podría decir del Dr. Cesar Blas Pérez Colman?

-Ricardo, hay muchísimo para hablar. Es un personaje que, me atrevo a decir, está casi olvidado en Entre Ríos, sobre todo en su ciudad natal que fue Concepción del Uruguay. Yo me he encontrado con la sorpresa de que se conoce más su obra en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires que en la misma Entre Ríos. No sé a que se debe. De todas maneras, él nació el 11 de Diciembre de 1874 en Concepción del Uruguay por la circunstancia de que su padre era político, en realidad toda la familia tanto el Pérez como el Colman, los Mendieta de los cuales el también venía, eran de Rosario del Tala. La provincia de Entre Ríos empezó a poblarse con paraguayos que se radicaron en la provincia, hablo de fines del siglo XVII - fines 1680 aproximadamente -. Él venía de esa familia: los Mendieta que eran paraguayos, Miguel Jerónimo Mendieta que era hijo de paraguayos y paraguayo él también. Los padres de Mendieta habían llegado a Entre Ríos y él había sido intendente o alcalde de Rosario del Tala. Eran épocas en que todas las tierras eran fiscales así que prácticamente uno se instalaba en un lugar y sentaba sus reales y poseía las tierras, después los Colman también, descendían de un inglés que había llegado al Paraguay en el siglo XVI  (con un primo, en realidad sobrino. Nos decimos primos no sé por qué con Luis Sebastián Pérez Colman que vive en Buenos Aires), y consideramos que todos los Colman que anduvieron por Entre Ríos y por la República del Uruguay en el siglo XVIII tienen que haber tenido el mismo origen. Algunos sostienen que Colman es un apellido catalán, pero hablando casualmente con un argentino pero que es mas catalán que argentino, me mostró en Buenos Aires un libro con cerca de 40 páginas con apellidos catalanes en ninguno figura el Colman. Le pregunté directamente por Colman y me dijo que no es un apellido catalán, es realmente un apellido inglés.
Tavani Pérez Colman (izquierda) junto a Ricardo Bazán
Estaba Julián Colman que que insta a la fundación de Concepción del Uruguay, en Arroyo de la China en 1780 - 1781, después hay otro Colman que ya es oriental, José del Carmen, llamado Carmelo Colman que es uno de los 33 orientales y luego está José Colman que es Paraguayo y se instaló en el departamento Tala y los Pérez que eran de origen santafesino, posiblemente de Coronda que pasaron a Entre Ríos. El trayecto fue Paraná, Nogoyá, Gualeguay, Rosario del Tala. En realidad el padre de Cesar Blas era Benito Estanislao Pérez (él se decía Pérez solamente), la madre era Juana Colman y el padre de Benito Pérez era Blas Pérez de los primeros vecinos de ahí del departamento Tala, que lo había acompañado a Urquiza en todas las campañas militares. Blas Pérez, había nacido el 3 de Febrero (San Blas es el 3 de Febrero) y él celebraba todos los años su patrono, su nacimiento y el 3 de febrero porque era gente de Urquiza. Cesar Blas nació de esa unión entre Benito Pérez Colman y de Dolores Britos. Los Britos eran Britos Fernández de origen portugués llevados al Brasil en el ejército portugués aproximadamente en 1816 como parte de las tropas portuguesas que después iban a invadir la Banda Oriental y combatir contra Artigas, y por el lado de su madre también Pérez Colman venia de la familia Fernández. Fernández era un comerciante Oriental, oriundo de Montevideo, casado con una porteña que en 1814 se radicó en Arroyo de la China. La suposición es que se fue o dejó Montevideo, que era su ciudad natal, disgustado con la manera de gobernar de los porteños de Buenos Aires después de la caída de Montevideo en manos patriotas. Todos sabemos que entró Alvear al frente de las tropas en Montevideo y practicamente empezaron a gobernar gente de Buenos Aires la Banda Oriental y digamos llevando mayor discordia o desagrado a los Orientales que sostenían y defendían la autonomía de la provincia Oriental. Era una provincia más de las Provincias Unidas del Río de la Plata, eso de que hoy día sea una república aparte nace con el armisticio de agosto de 1828. Ningún oriental quiso ser independiente, fue un país o una república creada por un tratado celebrado entre el emperador de Brasil, el gobernador de Buenos Aires que era Dorrego con la mediación Británica.
Como le decía, Ricardo Pérez Colman nació el 11 de diciembre de 1874 en circunstancia en que el padre que se había mudado a Concepción del Uruguay porque era capital de la provincia y llevaba ahí su actividad política. El padre llegó a ser intendente de Concepción del Uruguay, fue vicegobernador de la provincia de Entre Ríos con aproximadamente 28 años de edad. Primero se dedicó al comercio y después, ya escribano, tuvo una de las escribanías más acreditadas de Concepción del Uruguay. Con los años Benito Pérez fue diputado nacional, ministro de Hacienda de la provincia (esa es la razón por la cual Pérez Colman nació en Concepción del Uruguay). Él adopta el apellido paterno Pérez Colman porque en realidad Don Benito era hijo de Blas Pérez y Juana Colman o sea que era Pérez Colman, pero el Colman no lo usaba, sí lo usaba el hermano menor Luis José Pérez Colman. Luis José, dos años menor que Benito Pérez, fue coronel del Ejército de Entre Ríos, llegó a ser diputado provincial por el pueblo de Gualeguaychú, y además se dedicó mucho a la actividad política, tanto que en cierto momento se le atribuyó formar parte de un complot para matarlo al General Racedo, resistiendo Pérez Colman y otros vecinos de Concepción del Uruguay (hablo siempre del tío de Cesar Blas Pérez Colman) el traslado de la capital de la provincia de Concepción del Uruguay a Paraná. Descubierto ese complot que no se sabe si fue nada más que  una versión que arrojó el oficialismo para frenar a esta gente que quería mantener la capital en Concepción del Uruguay o si fue realmente un complot, lo cierto es que  Luis José Pérez Colman con otros vecinos y familiares tuvieron que exiliarse en Paysandú perseguidos por el gobierno de la provincia.
Tanto Luis José Pérez Colman como su hermano Benito, integraron la logia masónica Jorge Washington de Concepción del Uruguay, y Pérez Colman se crió en ese ambiente, tanto de los relatos del abuelo de las campañas con Urquiza, la actividad política de su padre, la actividad social de su madre que integraba la Sociedad de Beneficencia de Concepción del Uruguay interesada en colaborar para la salud de la población y también en la escolaridad y en la instrucción de los niños. Se crió en ese ambiente y empezó sus primeros estudios en una escuelita privada de Doña Encarnación Cámara. Los niños iban cada uno con su sillita, no había pupitres, tal es así que yo tengo en mi poder una sillita que no era de Pérez Colman sino del abuelo de la esposa de Pérez Colman, o sea que yo estoy hablando de una sillita que es de fines del siglo XVIII, muy rústica por cierto. Es una prueba de que todos los niños de esa época iban con sus sillitas a las escuelas privadas. De la escuela de Encarnación Cámara, Pérez Colman pasó a unos estudios más elevados a una escuela que tenia José Zubiaur, que junto con otros estudiantes de Derecho daban instrucción previa, digamos el secundario (o lo que hoy sería un secundario) en esa escuela. Terminado ese ciclo o esos estudios en la Escuela de Zubiaur (aquí en Paraná hay una escuela con su nombre), Pérez Colman ingresó al Colegio Nacional del Uruguay donde se recibió de bachiller en 1891 y se fue a estudiar medicina a Buenos Aires. Hizo los dos primeros años de medicina en la Universidad de Buenos Aires y tuvo que volver porque tuvo una afección en su salud, ya que el tratamiento lo obligaba vivir en su casa. Fue a una estancia que tenía el padre, que se llamaba Santa Juana en el departamento Tala. De ahí la familia se vino a Paraná porque fue la época en el que el padre se trasladó a Paraná para seguir con su actividad política e ingresó a la facultad de derecho de Santa Fe. Previamente, ese verano el entró a trabajar en la oficina química de Paraná donde estaba el Dr. Alberto Saraví que era muy amigo de Benito Pérez. Alberto Saraví es el padre del poeta Guillermo Saraví. Había mucha amistad con Faustino Parera (eran todos dedicados a la actividad política) y se le dio licencia de un mes a Cesar Blas Pérez Colman para que fuera a Santa Fe y se interiorizara de la carrera que iba a seguir. Viajaba después periódicamente a Santa Fe. Se le concedió también la posibilidad de establecerse durante tres meses y empezó a estudiar derecho en Santa Fe con el Dr. Depetris que era su amigo y su compañero (primer amigo y compañero que tuvo en la facultad de Derecho de Santa Fe). Hoy el edificio de la sede del Club del Orden de Santa Fe es la casa que fuera el domicilio particular del Dr. Depetris, un destacado abogado de la ciudad. Después pasó a vivir con un familiar que venía de Concepción del Uruguay sin trabajo por la crisis de esa época (coletazo de la crisis del 90), y vivían en un cuarto del (convento) San Francisco, y vivían con dos catres una mesa, dos sillas, dos baúles, una percha y una jofaina. Ese era el inmobiliario que tenía Pérez Colman con su pariente y compañero de habitación.

 *Nieto del Historiador Entrerriano Cesar Blas Pérez Colman
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