10/7/12

Un calandria cobra vuelo


Por Rubén Bourlot
Nació cerca de Larroque, se fue al mundo y canta aires criollos. Es Ana Frías, nacida en el campo, en Talitas, que le brindó cobijo en sus días de infancia y seguramente la marcó para siempre. 
“Fui a la escuela número 18, a caballo como todo el mundo en mi Picaza – cuenta -, no era muy ligera pero igual se apuntaba a las carreras de ida y de vuelta. 
“Yo era bastante salvaje, estaba casi siempre jugando o recorriendo el campo. También pasaba horas cantando en una hamaca colgada en un paraíso, me sentaba mirando hacia el campo; a veces de noche algún vecino de los más cercanos me hacia coro”.
Como en los tiempos de la primaria
De ese entorno y de su familia le vino su pasión por las cosas del arte y del canto. “Mi papá trabajaba con animales y mamá, que tenia tendencia feminista, en casa, era muy buena cantora, cantaba tangos. A veces, cualquier día y en cualquier momento se abrazaban y se bailaban un vals. Él también andaba siempre cantando o silbando. Hay muchos parientes músicos que aparecían a darnos serenata o tocaban en reuniones, pero ninguno profesional”.
Cuando se terminó la escuela primaria partió para Larroque, la ciudad de María Ester de Miguel y Roberto Romani, y comenzó a cantar en el Coro del Perpetuo Socorro, donde interpretaba como solista temas folklóricos y posteriormente acompañada por el guitarrista Ricardo Elena.
“Soñaba con viajar, mi vida transcurría en un espacio bastante chico, así que decidí estudiar Turismo  y me fui a Buenos  Aires para hacer la licenciatura. Enseguida me propusieron trabajo de modelo y me gustó, además ya me había dado cuenta que lo del turismo no era lo que yo creía”.

El encuentro con el Mundo
“Con este nuevo trabajo empecé a viajar, había muchas posibilidades en ese momento. Sólo había que animarse”.
Se fue a España donde trabajó como modelo algunos años hasta que la convocaron para hacer cine junto a Antonio Banderas – actuó en películas como Trío y  Así como habían sido- con el seudónimo de Ana Vasoni.  “Me gusto ser actriz –dice -. Estudié en la Escuela Integral de Actores de Cristina Rota en Madrid. Después de 10 años empecé a sentir ganas de volver. 
De vuelta a Buenos Aires siguió con la actuación “hasta que al interpretar a una bailarina de tango en una película descubrí la magia de esa danza. A los tres meses debuté como bailarina.
“Bailé en la Orquesta Nacional  Juan de Dios Filiberto, en festivales y estuve dedicada a la docencia”. Actuó en los reductos tangueros más importantes de Buenos Aires, presentando su espectáculo denominado La Maleva  junto al maestro Germán Erijimovich en piano y Marcelo Maechelini.
Con el tiempo sintió la necesidad de volver a su antiguo amor por el canto. “A medida que perdía el entusiasmo por la actuación iba sintiendo la necesidad de volver a cantar, y empecé con el tango, en ese momento me movía en ese entorno y vivir en Buenos Aires me hizo más fácil la comprensión de este género. Fui recorriendo y conociendo los diferentes estilos y  la propia historia del tango me fue llevando a lo criollo, a los primeros repertorios de Gardel y de Nelly Omar donde están sus genes, y finalmente de Amalia de la Vega. Me encantó el refinamiento de estas canciones; me encontré como caminando entre mi propia historia cuando empecé a cantarlo.

Los nuevos viejos aires criollos
Tapa de su álbum Criolla
Escuchá "Mate amargo"

Del tango fue acercándose a esa musicalidad que seguramente había bebido en su infancia, en la colonia Talitas, entre  paraísos y espinillos. Esos aires que acariciaban su rostro cuando retozaba por el campo sobre el loma de su Picaza. Ahora canta aires criollos que se plasmaron en un disco que precisamente se llama Criolla. “Este álbum es el reflejo de una etapa de encuentro con mi esencia, de soltar esquemas y dejarme ser a través del lenguaje conocido de estos valses y milongas. Son canciones de Argentina y de Uruguay, porque creo que este género criollo esta hecho de partecitas de todos los del cono Sur, más allá de las divisiones políticas de países y provincias, por eso creo que es muy positivo rescatarlo, grabarlo y difundirlo”. Entre las interpretaciones se encuentran Mate amargo, Tristeza criolla y Milonga de dos orillas.
El destacado difusor de nuestro folclore Marcelo Simón lo caracteriza como un “fantástico trabajo, un gran modelo estético, muy bien cantado, con un repertorio que nadie aborda en estos días…” 
“Me dio mucha alegría que Marcelo Simón destacara este disco – dice Ana - porque él puede apoyar estos proyectos, y hacer que esta música llegue a tanta gente que le gusta y a tantos jóvenes que están muy entusiasmados por aprenderlo tal como es.
“Hace falta difundir toda la música – reflexiona - y dejar que el público seleccione creo, es grandiosa la variedad de estilos de artistas y de obras, y todo eso está para dar. 
Con respecto a la presencia de Entre Ríos en su repertorio explica que “cuidé que Entre Ríos estuviera presente en el cd. Estoy muy agradecida a la provincia por haberlo declarado de interés cultural, por el prólogo de Romani y a los auspiciantes. Quiero llevar a Criolla por toda la provincia porque sé que les va a gustar, ahora estoy en eso”.



26/6/12

En al huella de Artigas (IV)

Rumbo a un nuevo aniversario del Congreso del Arroyo de la China (29-6-1815) transcribimos la cuarta y última entrega de la conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983, durante las Primeras Jornadas Humanísticas organizadas por la institución educativa de Concepción del Uruguay en adhesión a los 200 años de la ciudad.

Escribe Artigas, refiriéndose a las deliberaciones del Congreso: “Resolvió tan respetable corporación, el Congreso de los Pueblos Libres reunidos en Concepción del Uruguay, marchase nuevamente ante el gobierno de Buenos Aires cuatro diputados (del Congreso de Artigas ) que a nombre de este Congreso General representase la uniformidad de sus intereses y la seguridad que reclaman sus provincias”. 
En efecto, partirán en breve para aquel destino los ciudadanos Dr. José Simón García del Cosio nombrado por el Entre Ríos. Y aquí una precisión: en la época fue corriente dar denominación en sentido lato a Entre Ríos para Misiones, Corrientes y la propia Entre Ríos. Se elige al doctor Cosio de la zona central de Corrientes para todo el Entre Ríos por ser el hombre de vastas luces y de respeto y consideración de todos los vecindarios, y además por no tener representatividad, posiblemente, de la dimensión del cabildo. En todo el sistema representativo federal primero hay una fuerte adhesión al viejo derecho indiano que confería representaciones en cortes o congresos a las ciudades con cabildos y no a las villas o pueblos que no lo tuvieran. Don José Artigas es amplio en la convocatoria porque se dirige a la villa, a pueblos, pero que en el acto en que el congreso designa le confiere al cabildo, al representante del cabildo de Corrientes, la representación de Entre Ríos. Al doctor Andino por Santa Fe – Cabildo -, al doctor Cabrera – Cabildo – por Córdoba y a don Miguel Barreiro por la Banda Oriental – Cabildo -. Es decir cuatro ciudades con cabildo. El congreso toma esos representantes y los hace suyos y los envía a Buenos Aires, “todos con los poderes e instrucciones bastantes a llenar su comisión”. Van estos diputados a Buenos Aires y comienza una larga gestión. No voy a fatigar a ustedes con este particular detalle de la gestión. Sépase que fracasó y que fracasó porque mal podía triunfar una gestión que estaba de antemano destinada a no ser atendida ni entendida por cuanto no se había hecho otra cosa, de parte del Directorio de señor Álvarez Thomas, que ganar tiempo para preparar un nuevo asalto sobre el flanco de Santa Fe con sus ejércitos y con la escuadrilla volante desde el Paraná, y que sacudió incluso hasta el soborno en dinero para ganar voluntades de algunos jefes montaraces de las montoneras entrerrianas y orientales, para volcarlos a favor del Directorio. No se escatimó nada. Al extremo, además, que estos diputados por la inveterada tradición americana que penetra en el fondo del medioevo castellano, de nuestro derecho esencial, eran inmunes como diputados de los pueblos, fueron alojados en una fragata de guerra, la Neptuno, sin poder abandonar los camarotes. Sus alojamientos un poco singulares para alojar diputados de los pueblos libres. Y en esos ámbitos de la nave de guerra, surta en la bahía de Buenos Aires, les llegó finalmente un hombre bueno – la historia está llena de hombres buenos que ha sido intérpretes de maldades -. Un comisionado respetable en su persona, don Ignacio Sáenz, el padre Ignacio Sáenz, con el cual estos diputados melancólicamente, luego de haber hecho una protesta admirable por la energía y posición con que se expresan ante el directorio que no fue finalmente contestada, ante don Ignacio Sáenz, sólo melancólicamente pueden suscribir una sola frase que dice: “habrá paz entre el director Álvarez Thomas y el Protector de los Pueblos Libres”. 
Todo el tremendo, vertebral problema de fundar sobre principios de decisión soberana de dos pueblos la estructura del a patria quedaba reducido a una querella menor de investiduras de dos personajes, o de pretensiones de dos personajes. Y en la triste historia con que a veces nos manejamos así ha quedado un poco planteado el tema. Como un problema de personalismos, lo que es un problema vertebral, esencial de la constitución y del concepto que se tenga de quien es el verdadero titular del derecho público en la constitución de una patria. 
Los acontecimientos que habrán de seguir traerán, con la llamada “sublime intriga” por Mitre, refiriéndose a la maniobra grosera con que se gestó la tropelía de la invasión del Portugal sobre los pueblos libres, que no debía haber separado el Uruguay, en el designio de las instrucciones originarias de quien sería cívicamente llamado “pacificador”, debía haber marchado hasta la línea del Paraná. Pero tiene una obsesión bonaerense, partir la torta en el Paraná, salvar el puerto preciso. Claro, Santa Fe era el nudo de las comunicaciones con el norte. Pero amparado por una franja que querían sacar; que no se emponzoñaran Santa Fe y Córdoba con esta peste del Litoral, afuera Santa Fe. Entonces las instrucciones originarias de Lecor es avanzar hasta el Paraná. Habrá acontecimientos que modificarán la marcha. Y en el engrudo no era ajeno, por cierto, el imperio británico, siempre vigilante sobre tan ricos mercados. Porque el señor Lecor traerá, como es sabido, de asesor militar - ¡creíamos que el nombre de “asesores militares” era de este tiempo!, ¡qué equivocados estábamos! , pero la dolorosa historia de nuestros pueblos ya registró el sofisma en sí mismo de la denominación de la intervención subrepticia de las potencias interesadas en sacar la castaña con mano ajena – cuando el mismísimo conde de Beresford, Williams Carr Beresford, el prisionero que pudo escapar de Luján por la inteligente complicidad pava de Saturnino Rodríguez Peña, ¿recuerdan?. El conde Beresford venía para asesorar y para reforzar la invasión 2.000 lansquenetes mercenarios alemanes contratados, munición, barcos y armamento – no sé, sería porque sobraba acero – hechos en Sherfield que está casualmente en al islas británicas. Lecor que había sido el jefe de la vanguardia de Waterloo. Iba a venir el propio duque de Wellington pero sufrió un ataque renal y fue sustituido por su jefe de estado mayor en Waterloo: Beresford. 
Digo esto señores para que se den cuenta que se daba a esta expedición un cierto interés y un cierto rango, porque no se mandan generales de primera para pequeños episodios menores en estas alejadas tierras. Se pensó en el duque de Wellington y luego se lo sustituyó por el conde de Beresford, como “asesor” de Lecor. Es porque importaba callar la boca de los pueblos libres y el sistema del Protectorado. No era, estimados amigos, meramente una actitud paternalista del viejo y admirable caudillo. El Protectorado era un sistema americano de tarifas diferenciales protectoras que formaban un mercado intermedio incómodo a la fácil penetración de las mercancía británica introducida por los amables consignatarios y clientes de los puertos de Buenos Aires y luego rápidamente Montevideo. De manera, pues que había que romper ese núcleo intermedio que osaba oponerse a las ideas de libertad de comercio tan prestigiosamente defendidas por el inteligente Adam Smith y tan hábilmente aprovechadas por los comerciantes de ambas márgenes y sus proveedores ingleses. No era un simple episodio de pequeña intriga, de doctrina entre unitarismo y federalismo, era mucho más profundo. Ya vendrá después aquel que dirá que hay que hacer la unidad a palos. Eso vendrá después. Por ahora se dan los palos sin mentarlos.
Y el hecho es que en ese contexto se desvanecerá la voluntad del pueblo. La guerra, en el frente interior y en el frente externo, la guerra que acabará con el Protector de los Pueblos Libres y con la posibilidad de obtener desde las bases mismas de los pueblos de la Patria Grande. Pero la primera formulación y denuncia categórica y la primera presentación frontal de un programa común de las provincias tuvo lugar en esta honorable ciudad de Concepción del Uruguay un 29 de junio de 1815. Y hoy, que en este junio de 1983, levantamos nuestro recuerdo a la fundación, 200 años ha de este primer vecindario, unamos en nuestro recuerdo el título de honor de haber sido la sede primaria del primer congreso auténticamente libre y democrático de los pueblos americanos del Plata. 
Pienso, pues hacer que desde cada uno de nuestros pueblos, de nuestras comunidades y vecindarios, con este caso, al reconocer en cada uno de ellos la parte o porción que les haya correspondido en el intento grande y generoso, fraterno de armar, de instituir la convivencia de la comarca unida del Río de la Plata. Rescatar esto es, a mi modo de ver, hacernos conscientes del legado auténtico de nuestra historia y comprender que efectivamente ella nos compromete ante la nación americana inconclusa a que, superando esquemas maltrechos de las patrias hechas a medias, podamos reconstruir esta curiosa nación plural donde, sin perder ninguno de nuestros pueblos el color, la particularidad, la singularidad propia; lo que decía el caudillo: la soberanía particular, se integren armónicamente en una soberanía compartida mayor que nos asegure a todos por fin el ser protagonistas o al menos actores de nuestro destino por nosotros mismos, sin tener que estar viviendo en los sobresaltos que quedan sometidos eternamente los pueblos que no acaban de concluir su gran proyecto histórico nacional. Si no concluimos el gran proyecto soñado por los libertadores no descansarán estos en paz por más homenajes, ofrendas y recuerdos que le tributemos y nosotros no volveremos a encontrar la huella del viejo camino histórico que una vez nos hicieron perder el andar.

14/6/12

En la huella de Artigas (III)


Rumbo a un nuevo aniversario del Congreso del Arroyo de la China (29-6-1815) transcribimos la tercera entrega de la conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983, durante las Primeras Jornadas Humanísticas organizadas por la institución educativa de Concepción del Uruguay en adhesión a los 200 años de la ciudad.

Aquí emerge la voluntad federal como primer paso básico de la organización futura de los pueblos, es en la voz de los provincianos libre y espontáneamente electos ante una convocatoria abierta y no coartada, no calificada luego con trocha angosta para impedir que se formaran mayorías adversas a tal o cual posición. Y también los entrerrianos, y también los de la Banda Oriental y aquellos diputados indios de que os hablé no llegaron; tenemos la constancia de que llegaron tarde, la distancia no los permitió estar en los días aquellos del 29 y 30 de junio, en que tuvieron lugar las deliberaciones del Congreso del Arroyo de la China. Lo sabemos por el propio Protector que con fecha 29 de agosto se dirige a los diputados que habían sido electos manifestando que desgraciadamente no pudieron llegar pero que les agradece todo el interés y devoción puesta en la procura de estar en la causa federal de los pueblos. Convendría decir que Córdoba eligió, tenemos el acta, al ilustre doctor José Antonio Cabrera, el cual nos ha dejado a su vez una relación de lo actuado en este congreso que podemos utilizar como el elemento de contraste documental con la relación que hace el propio don José Artigas.
Veamos qué dice don José Artigas respecto de lo ocurrido en aquella jornada. Pocos días antes (para que todos tengan la total ilustración de los hechos), iniciando lo que sería una intriga hábil, habían sido enviados ante el Protector, de parte del director sustituto (Álvarez Thomas) a dos comisionados que tenían que ser y eran hombres gratos al Protector: el valiente coronel José Blas de Pico y el ilustre sacerdote Dr. Francisco Bruno de Rivarola  – la famosa misión Pico – Rivarola – que llegó a ofrecer a don José de Artigas, ¡oh escándalo!, que creo no se subraya suficientemente, le va a ofrecer, ¿qué cosa de va a ofrecer?, le va a ofrecer partir la patria. Que las tierras que están más allá del Paraná, total más allá del Paraná…, sean del Protectorado de don José y haga lo que quiera, lo que le venga en gana con los pueblos de Entre Ríos, de Corrientes y de la Banda Oriental, pero que del Paraná para acá, allí debía imperar Buenos Aires. Trasladaban la misión de dueños, la visión de quienes disponen como patrimonio de las tierras de los pueblos y de los intereses de los pueblos, lo trasladaban de su intencionalidad y designio y creían que fuera la intencionalidad y designio del hombre que convocaba a los pueblos para que estos decidieran sobre su destino, querían ganar la voluntad del Protector de los Pueblos Libres, como quien corta una torta y se reparte la mitad para cada uno. Naturalmente que esto fue rechazado, porque dirá don José Artigas que garantir la independencia de las Provincias no es ni por asomo una cuestión personal.
Muchas veces se ha acusado, de mala fe, a los viejos federales fundadores de esta tierra, de haber sido segregacionistas y se ha dicho de ellos que son los íncubos de nuestras desgracias, de la imposibilidad de construir la Patria Grande, que si hubiera imperado el orden unitario, centralizador, prudente y sabio de los hombres que regían el destino común de los pueblos otro hubiera sido el cantar. Pero si ellos a cada rato y a cada paso reiterarán la oferta de las tierras americanas como sobrantes. Todo cuanto fuera un poco más allá de los lindes de los campos poseídos en la pampa de Buenos Aires y las inmediatas, no preocupaba a la visión miope, patriachiquista de la ciudad – puerto, eran terrenos sobrantes, sin utilidad, llenos de indios, de criollos pobres, de pueblos en armas por su libertad que creían formular exigencias de respeto, de autonomías y derechos ¿qué es esto?, esto es anarquía.
Había ocurrido este escándalo y el Protector narra, cuando se refiere a lo ocurrido en el Congreso: “Conducidos siempre por la prudencia y ansioso de la concordia general, llamé a los pueblos para que por medio de sus diputados formalizaran cualquier medida competentes a su ulterior felicidad. No pudimos acordar, entre tanto, con los diputados de Buenos Aires los principios que debían fijar y, creyendo que por la grande importancia del asunto, el destino de la nación, debía sujetarse el tema al escrutinio de la expresión general, convoqué a un congreso de todos los diputados que hasta aquella fecha se habían reunido, tanto de la Banda Oriental como de los demás pueblos que tengo el honor de proteger. Ya reunidos en esta Villa de Concepción del Uruguay, el 29 del corriente, expuse lo urgente de las circunstancias para no dejar en problema estos resultados (se refiere al fracaso de las negociaciones con Pico y Rivarola). Califiqué las proposiciones que por ambas partes se habían hecho, su conveniencia o disonancia en todas y cada una de sus partes, y después de muchas reflexiones resolvió tan respetable corporación, el Congreso de los Pueblos Libres reunidos en Concepción del Uruguay, marchase nuevamente ante el gobierno de Buenos Aires cuatro diputados (del Congreso de Artigas ) que a nombre de este Congreso General representase la uniformidad de sus intereses y la seguridad que reclaman sus provincias”.


4/6/12

Entre Ríos tiene chamamé


Por Rubén Bourlot
Entre Ríos, como cada provincia, tiene la música que la identifica, en este caso la chamarrita. Otros ritmos entrerrianos quedaron en el olvido o en muy segundo plano, como el tanguito liso o montielero, los antiguos tristes o bailecitos federales, los valsesitos criollos, la milonga, el compuesto entrerriano, el carancho cupé y tantos otros.
Pero sin dudas que el chamamé, que identifica a Corrientes tiene profundas raíces en nuestra provincia. El investigador Carlos Vega, recoge el testimonio del santaelenense Agustín Franco, que en una entrevistas dice "tocaré un tanguito antiguo que ahora llaman chamamé...me lo enseñaron en Federal, en 1905". Es expresión nos da la idea de la antigüedad del ritmo litoraleño entre nosotros. Cada año, el Festival Nacional del Chamamé del Norte Entrerriano que se realiza en Federal es un testimonio más del arraigo del baile popular.
Escuchá "Extraño mi acordeón"
Uno de los máximos cultores del chamamé entrerriano es el acordeonista y compositor Abelardo Héctor Dimotta  nacido en Villaguay en 1921. Criado en un ambiente rural, se inició en la ejecución del acordeón de 2 hileras aprendiendo de los peones rurales en las estancias del departamento Villaguay.
 En el 1945 Dimotta hace su estreno como músico profesional y posteriormente se radica en Buenos Aires donde pasa a integrar al conjunto Los Troperos del Iberá dirigido por el poeta goyano Odín Fleitas. En esta etapa se presenta además como solista actuando en bailes del barrio de La Boca en Buenos Aires, acompañado del guitarrista correntino Cambá Quiroz.

Rápidamente le llega el reconocimiento de sus colegas y el público por lo que a principios de la década del 50 decide formar su propia agrupación con la que realiza sus primeras grabaciones para el sello R.C.A. Víctor. En estas primeras grabaciones lo acompañan Julio Lujan “El cantor del Litoral, también oriundo de Villaguay y Eliseo Corrales.
En esta etapa compone sus primeras obras como Estancia La Isabel y El carretel, obras que desde su edición pasan al repertorio de celebrados artistas como Ernesto Montiel, Mario Millán Medina y Tarragó Ros, entre otros.
Dueño de un particular estilo que luego se conocería como el sonido a la “selva de montiel” , Dimotta recrea todos los ritmos litoraleños como valseados, rasguidos dobles, tanguito montielero y chamamé.
Integraron su conjunto  artistas como los bandoneonistas Francisco Casís, Paulino Correa, Tilo Trevisán y Luis Marcó; el acordeonista Alvaro Copello y las voces de Julio Luján, Juancito El Peregrino, Gregorio Molina,  Hugo Suárez, Lucio Maidana, Jorge Toloza y las Hermanas Caballero.
 Compuso más de 200 obras, entre las que recordamos (además de las nombradas) El mingo, dedicado a su hermano, El arisco, Motivo triste, El entrerriano, Tagüé rape , Canto a Entre Ríos, Los corrales y Suerte escasa, por citar algunas.

 Continúo presentándose con gran aceptación de público al frente de su conjunto hasta su fallecimiento, acaecido en Rosario el 15 de Junio de 1992.


1/6/12

En la huella de Artigas (II)


Rumbo a un nuevo aniversario del Congreso del Arroyo de la China (29-6-1815) transcribimos la segunda entrega de la conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983, durante las Primeras Jornadas Humanísticas organizadas por la institución educativa de Concepción del Uruguay en adhesión a los 200 años de la ciudad.


De este congreso sabemos fragmentos, los hemos pesquisado y los pesquisaron ilustres historiadores de las provincias argentinas. Entre otras el doctor Hernán Félix Gómez de Corrientes, tiempo ha. ¿Quiénes en definitiva estuvieron, si fue congreso? Estuvieron representantes de Córdoba, de Santa Fe, de la provincia Oriental, de Corrientes, sin dudas Entre Ríos. Lo sabemos por constancias que vamos a mencionar aunque la circunstancia de no existir entonces cabildos en las villas de Entre Ríos no nos dejó, como en el caso de Córdoba o Corrientes, o Misiones o Santa Fe, las actas donde se eligieron los diputados y hasta las instrucciones que se le impartieron, pero tenemos la certidumbre de que mal podía haberse realizado el Congreso de los Pueblos Libres en el Arroyo de la China sin que los hombres más importantes y preclaros del Entre Ríos naciente no estuvieran aquí representando a esos pueblos.
Creo que es un desafío para los historiadores de Entre Ríos el dirigir el interés de la indagación para ver si podemos llegar a alcanzar otras referencias que nos permitan ubicar quiénes fueron aquellos representantes en aquel primer gran Congreso de los Pueblos Libres. Y habrán observado que bonitamente he ignorado el tan cacareado Congreso del año XIII, ¿verdad? Y lo he ignorado porque, obviamente, no vamos a referirnos a lo que fue la más triste mascarada que solo sirvió para cohonestar malamente, sin dudas, los intereses del grupo oligárquico directorial porteño. Aquel congreso donde se maniobró de manera descarada para impedir que los diputados de la provincia Oriental pudieran sumarse a los votos de los diputados que respondían a la preclara conducción de San Martín, con cuya unidad podía haberse imposible la maniobra porteñista. De manera que tal congreso, que fue prácticamente en la trascendencia del devenir histórico un mero antecedente de la repetición casi a la letra de cuanta ley iban sancionando las Cortes de Cádiz, repudiada por toda América, en definitiva, ese congreso no es para quien está sintiendo la historia como un quehacer de los pueblos, una asamblea digna de ser recordada. Más bien si hay una asamblea a olvidar es aquella mascarada del año XIII. Pero la que no deberá ser olvidada y tengo la esperanza que aquí, en el Colegio del Uruguay, en Concepción, se levantará la reivindicación para que nunca jamás se le olvide, es aquel congreso rústico del Arroyo de la China, donde se reunieron convocados y elegidos directamente por los pueblos libres, los representantes dignos de la voluntad popular. Y no eran cualquier cosa los representantes. Porque ahora vamos a pasar a decir quiénes y cómo, de qué manera vinieron a ese congreso.
La convocatoria, en primer lugar, fue hecha en abril con lógica secuencia a la esperanzada actitud con que los pueblos recibieron la noticia de que al fin de la fortaleza de Buenos Aires se había arriado el escandalosos estandarte de la monarquía española y se había levantado la bandera azul y blanca que se le había oportunamente prohibido a Manuel Belgrano. Recordad, la bandera prohibida, la bandera execrada, ahora lucía en el mástil de la fortaleza como insignia de independencia y libertad. Y eso fue considerado por los pueblos del Plata como una definición categórica de que al fin se había tomado el camino que todos esperaban, más no sería así. Nuevas artimañas esperaban a los pueblos para estafar su voluntad. Pero en Concepción del Uruguay se afirmaría esa esperanza, y la convocatoria del Protector en ese clima de abril de 1815. Esa convocatoria la conservamos en originales hallados en los archivos de las Misiones. Porque este caudillo increíble no convocaba a la parte más sana o distinguida de los vecindarios a resolver en consejo de notables lo que importaba al común americano. Convocaba también a todos los vecinos sin distinción de color de piel ni condición y por eso convocaba a los vecindarios indios de los pueblos de Misiones.
Les voy a leer las notificaciones con que al pie de la convocatoria se firman en cada uno de los pueblos misioneros al haber dado recibo a la convocatoria y ponerla en ejecución. Por ejemplo: pueblo de Concepción: Manuel Cahiré, corregidos, Carlos Areñú, alcalde de primer voto, Inocencio Emburana, alcalde de segundo voto. Pueblo de Santa María de Mayorí: Eustaquio de Arecayá, corregidos, José Evaristo Aybó, regidor primero, Vicente Pérez, secretario del Cabildo. San Javier: Francisco Borja Albasariyé, corregidor, Mariano Ñandutí, alcalde de primer voto, Pascual Cuaraguá, secretario del Cabildo. Pueblo de los Santos Mártires: Ignacio Cuñariguez, corregidor, Celedonio Chaiñez, Miguel Ibayú. Pueblo de San José: Esteban Manaustí, Juan Cheque, Celedonio Mandomí, Nicolás Guaranguaí. Pueblo de San Carlos: Tomás Yripá, Ponciano Mano, Miguel Yaribú. Pueblo de Apóstoles: Miguel Ángel Gramajo, Ventura Abayá.
En todos los pueblos no está Candelaria, porque Candelaria, por el tratado celebrado con don Manuel (Belgrano) al dar término a la desgraciada campaña contra el Paraguay, y celebrado el tratado de Federación en octubre de 1811, Candelaria quedaba en jurisdicción del Paraguay.
¿Y qué les había dicho el Protector a estos pueblos? “Concluidos los negocios públicos (con fecha 29 de abril de 1815) al alto punto en que se ven es peculiar al pueblo sellar el primer paso que deben seguirse a la conclusión de las transacciones que espero formalizar. En esta virtud creo ya oportuno reunir en Arroyo de la China un congreso compuesto de los diputados de los pueblos y, para facilitar el modo de la elección tengo el honor de acompañar a usía el adjunto reglamento confiando en el esmero de su ilustre corporación que, eludiendo hasta el menor motivo de demora, al momento de recibir esta de las disposiciones competentes para que con igual actividad se proceda en ese departamento a la reunión de las asambleas electorales, encargando muy particularmente que los ciudadanos en quienes la mayoridad de votos haga recaer la elección sean inmediatamente provistos de sus credenciales y poderes y se pongan con toda prontitud en camino al indicado punto del Arroyo de la China, no siendo posible fijar otros que aminore la distancia por ser el prescripto un punto medio relativamente a los demás pueblos que deben concurrir. El orden, la buena fe y la voluntad deben caracterizar el fondo que recomiendo al celo de usía”. Y se procedió a la elección.
Conocemos la convocatoria que se hizo llega al cabildo de Corrientes, tenemos los documentos que se hicieron llegar a Córdoba y a Santa Fe. Repito: tenemos constancia documental que voy a pasar luego a leer, de la existencia naturalmente de representantes de Entre Ríos y de la provincia Oriental. El cabildo de Corrientes se reúne y elige primeros electores de diputados que son: Juan Francisco Cabral y Ángel Mariano Bedoya, el teniente Serapio Rodríguez, Juan Hernández, Bartolomé Lezcano, luego sustituido por Sebastián Almirón, y un hermano de José Artigas elegido por otra jurisdicción. Y estos, luego reunidos, van a proceder a designar nada menos que al ilustre letrado y figura de alto nivel, doctor Simón García del Cosio, como representante de la provincia de Corrientes en el Congreso de Concepción.
Sabemos de los electos por el Entre Ríos porque cuando en la autobiografía de un médico oriental que estuvo presente como uno de los diputados de la Banda Oriental, el doctor Francisco Martínez, junto a Pablo Bauzá. En la autobiografía de Francisco Martínez, este hace constar la existencia de diputados de todos los pueblos en los que enumera a los pueblos del Entre Ríos sin dar, desgraciadamente, los nombres. Podemos suponer sin embargo que no podían faltar los hombres que por entonces eran representativos de cada una de estas comunidades, tales como por ejemplo: Pancho Ramírez, Samaniego, Hereñú, Correa y algunos otros. También Santa Fe, tenemos las actas, tenemos las instrucciones que dieron a los representantes. Santa Fe elige a otra alta e importante figura, el doctor Pascual Diez de Andino que trae precisamente instrucciones para defender, fijar de una vez el sistema proclamado en esta América de su libertad e independencia, y la de cada uno de los pueblos unidos, y particularmente que se reconozca a Santa Fe como provincia independiente con todo el territorio que comprende su jurisdicción en el continente occidental del río de la Plata. 

18/5/12

En la huella de Artigas (1)


Transcribimos la primera entrega de la conferencia pronunciada por Wáshington Reyes Abadie en el Colegio Nacional del Uruguay el 11 de junio de 1983, durante las Primeras Jornadas Humanísticas organizadas por la institución educativa de Concepción del Uruguay en adhesión a los 200 años de la ciudad.

Para un oriental cruzar el río Uruguay para pisar tierra entrerriana es siempre dar un paso adelante en la interioridad de la Patria Grande, no es cruzar la frontera, no es venir como ajeno a casa extraña, es reincorporarme sencillamente al viejo hogar americano, y en esa emocionante condición y situación, qué grande e importante paso de retorno cuando se hace para venir a hablar a hablar en el Colegio del Uruguay, institución que señera en el tiempo sobre el perfil del río Uruguay como un continen­te de luz y cultura para mantener viva la llama permanente de nuestra identidad ameri­cana. Y en esta Concepción del Uruguay, la vieja Villa del Arroyo de la China, llegó primigenia, fundacional la convocatoria de aquel admirable intérprete de las voluntades profundas de los pueblos, de las comarcas del Plata que fue José Artigas , el caudi­llo del milagro, el hombre que alcanza por su profunda vigencia en el hoy y en el futuro inmediato de estas patrias hermanas, el valor estimulante, simbólico y permanente del mito viviente, del mito que convoca, del que compromete la comprensión profundo de nuestra condición; porque en su huella marcharon, los pueblos para erigirse desde la soberanía particular de cada una de las comarcas a construir la gran nación, y ese co­losal y aun no logrado proyecto de esa Patria Grande que la miopía penosa, la ambición alienada y los intereses conjurados de las capatacías oligárquicas de las ciudades puer­to del Plata -Buenos Aires y Montevideo- más el interés del naciente Imperio inglés, impidió. Porque, no vamos a resignarnos lo hombres de este tiempo, naturalmente a ceder la pedana de la historia dejando como término inconcluso la tarea heredada de nuestros fun­dadores, la de dar sí culminación a la empresta emancipadora, en tanto y en cuanto emancipación implica la plenitud del desarrollo de nuestro propio ser histórico - cultural en la dimensión magna de nuestro continente sin los límites artificiales y egoístas de la jurisdicciones impuestas por los intereses antinacionales y antiamericanos que hasta hoy dolorosamente han logrado prevalecer.
Pero, desde el fondo de la historia y cabalgando en el mundo de las sombras los li­bertadores, que no pueden descansar en paz mientras quede un pedazo de tierra ameri­cana sin liberar, nos convocan a proseguir en su huella la obra iniciada entonces. De allí el vivo interés que tiene el venir a Concepción, a la vieja Villa del Arroyo de la China, a recordar, a actualizar, a dar vigencia nueva y renovadora a un acontecimien­to que nuestra desmemoria ha dejado, no digo en el olvido, pero amnésicamente largo rato perdido, y que sería inútil buscar en la letra, y aun en la chica, de los textos en uso fabricados, a menudo, por el subsistema de dominación intelectual que pretende escamotearnos parte de la historia, no toda la historia - imposible- pero la suficien­te parte como para que se haga ininteligible y para que la historia la tengamos que aprender con dolor y sufrimiento, rescatando del olvido las partes esenciales, aque­llos capítulos que pintan el aparente confuso tramite de un proceso que repetimos y repasamos, y reexaminamos y no terminamos de entender bien. Porque mal puede entenderse un pro­ceso vital como el de la historia cuando se le hace ablación de aspectos sustanciales del mismo.
Y es que en esta tierra, en este lugar, un 29 de junio de 1815 tuvo lugar el primer congreso libre y auténticamente representativo de la soberanía de los pueblos americanos del Plata con el propósito, nada menos, que de echar los fundamentos del nuevo orden americano que debía nacer. El que en efecto ese mismo 29 de junio de 1815, convocados por quién era proclamado por la egregia Córdoba “Protector de los Pueblos Libres”, se reunían diputados de los pueblos de todas aquellas provincias que ante sí y por sí, sin tutela de nadie se habían declarado libres e independientes, y reconocido también ante sí y por sí, el protectorado del gran caudillo al sólo efecto de ser garante de su mutua seguridad y el efectivo valimiento de su recién adquirida libertad e independencia. No estuvieron todas las provincias del Río de la Plata, no porque no lo quisiera el Protector. Empezamos por decir que este hecho augural que ocurría aquí, en Concepción era factible porque acababa de sufrir un rudo traspié el sistema bonaerense y la pretensión de aquella ciudad – puerto de continuar ejercitando su despótica jurisdicción omnipotente sobre la voluntad de los pueblos interiores. Había sufrido un traspié; dicho traspié es el que protagonizó la caída del director Carlos de Alvear y su sustitución por Ignacio Álvarez Thomas, después del conocido motín de Fontezuela.
Álvarez Thomas nos explicita en un reservada correspondencia a Manuel de Sarratea, por entonces residente en Londres en busca todavía, sin haber superado aún su visión unilateral del proceso americano - Manuel Sarratea es una alta personalidad americana, sus graves errores de mocedades no le pueden se achacadas de una manera implacable atento que en el resto de su importante y fecunda vida habría de servir, desde la embajada de la Confederación Argentina en París, los intereses nacionales de América. De modo que basta y sobra con los largos servicios prestados por esta ilustre hombre que a su muerte en 1847, fue reconocido en la prensa francesa y europea en general como uno de los más representativos hombres del cuerpo, todavía en agraz, diplomático de las patrias nuevas o jóvenes de América Latina -, digo, Don Manuel de Sarratea en este año 15 todavía soñaba en la búsqueda de un rey posible detrás de aquella malhadada gestión que encabezaría don Bernardino, y buscaba un rey posible de las distintas cortes, llegando hasta la fantasía aquella que ustedes recordarán del rapto del pequeño infante Francisco de Paula, el menor de la estirpe de los borbones. Ignacio Álvarez Thomas confiesa luego del golpe de Fontezuela a don Manuel de Sarratea la verdadera razón del golpe y dice que la verdadera razón del golpe “es elegir entre dos males el menor”, porque para don Ignacio era un tremendo mal que se presentaran frente a la orgullosa excapital virreinal las huestes de los pueblos encabezados por el caudillo inmortal, y era mejor detenerlos, y si para detenerlos había que descabezar el sistema urdido en la ciudad capital, pues se descabezaba. Le narra en efecto don Ignacio a Sarratea, en oficio del 10 de octubre de 1815, lo acontecido a partir de Fontezuela, la deposición de Alvear, la emergencia al cargo y la intriga desarrollada para, ahora que se pudo eliminar y detener las caballerías criollas de las grandes vanguardias entrerrianas precisamente, en San Francisco de Areco y retrogradaron hasta Santa Fe – Paraná, La Bajada, en atención a la concordia y al pronunciamiento sincero que creyó el Protector, había hecho el régimen porteño. Una vez que logró esto había ganado tiempo, había que buscar ahora la manera de inhabilitar a don José Artigas y los pueblos libres. Don José de San Martín, en este momento gobernador de Cuyo, es notificado por don José de Artigas de lo que acababa de acontecer e invitando también a la unión. Don José de San Martín prefirió lógicamente, aterrado por la anarquía que esto implicaba, una composición de punto de vista de espera, desgraciadamente, del desarrollo de los acontecimientos, y los pueblos del Cuyo no van a venir a Concepción. Los pueblos del Noroeste, las provincias del Tucumán y de Salta, no estarán tampoco, pero por una razón muy simple: están enfrentando con las armas en las manos a las fuerzas limeñas que amenazan por aquel ángulo penetrar en el corazón de las Provincias Unidas. Y allá se bate el inmortal Güemes, defendiendo con sus gauchos inmortales la amenaza que sufre el contexto de la patria toda. Queda el corazón del Litoral para asumir en representación de los pueblos. 

4/5/12

Con la presencia de Norberto Galasso, se presentó Mariano Fragueiro y la Constitución Económica de 1853


En el Día de Entre Ríos en la 38º Feria del Libro fue presentado el miércoles el libro Mariano Fragueiro y la Constitución Económica de 1853, de Rubén Bourlot, en un acto donde participó el historiador Norberto Galasso, el autor y autoridades provinciales. Galasso definió a Fragueiro como "uno de los malditos acallados por la historia oficial" y consideró a la actividad como "una doble reivindicación, porque un autor puede presentar su trabajo y por la labor de la Editorial de Entre Ríos, que permite rescatar figuras olvidadas".
Fragueiro fue ministro de Hacienda de Justo José de Urquiza y es uno de los hombres que se mencionan en el libro Los Malditos, autoría de Galasso, que se refiere a figuras silenciadas por el relato oficial de la historia.
"Se avanza en la medida en que lo permiten las circunstancias. Aunque aún hay materias pendientes, Argentina continúa el rescate de sus figuras y avanza así en la recuperación de su soberanía. Actos y libros como éste ayudan en ese proceso", valoró Galasso, que al término de la actividad recibió el llamado telefónico del gobernador Sergio Urribarri, quien le transmitió su saludo y su agradecimiento por acompañar el Día de Entre Ríos en la Feria Internacional del Libro.
"Existe un correlato entre lo planteado por un patriota como Mariano Fragueiro en la época de la Confederación y los hechos actuales", sostuvo Galasso. Luego, mencionó la nacionalización de YPF, la lucha con las corporaciones mediáticas y el proteccionismo Estatal a la industria nacional a través de gravámenes a las exportaciones. Finalmente, subrayó "la importancia de que estas figuras audaces y de un pensamiento lúcido que quedaron aisladas, sean conocidas por la juventud".
El ministro de Cultura y Comunicación, Pedro Báez, agradeció también la participación de Galasso, a quien definió como "un bronce del pensamiento nacional”. Luego, anticipó una nueva impronta del trabajo de la Editorial Entre Ríos, "en busca de dar espacio a autores que dan visibilidad a figuras como Fragueiro".
"Es necesario dar la batalla cultural para avanzar en todo lo que falta. Todavía en muchas aulas y medios de comunicación hay personas que defienden intereses que no son los de la patria. No por nada crecimos sin leer a autores como Jauretche, Hernández Arregui o Scalabrini Ortiz, que fueron silenciados por las empresas de producción cultural. Hoy podemos reivindicar a patriotas como Fragueiro, un silenciado por la historia oficial construida por el mitrismo y un maldito de la historia argentina, porque existe un proceso de recuperación de nuestra autoestima como argentinos. Hay un desplazamiento del neoliberalismo para poner en el centro de la escena la reconstrucción de nuestra soberanía, del pensamiento y la conciencia nacional”, expresó Báez, quien también recordó el 30º aniversario del hundimiento del crucero General Belgrano e instó a "volver a las islas Malvinas en base al derecho que nos asiste, en paz y con justicia”.
Bourlot, a su turno, agradeció a la Editorial de Entre Ríos por el apoyo para publicar su trabajo y también a Galasso por sumarse a la presentación. También explicó que en la obra de Fragueiro se delineaban ideas relacionadas a la defensa de los recursos naturales, a la repatriación de la deuda y los ferrocarriles, al desarrollo de las manufacturas nacionales y al proteccionismo mediante el control aduanero de las exportaciones. "Se sostenía además que el Estado debía tener su propio banco y emitir su propia moneda. Fue un experimento notable y original y por eso el sistema se encargó de quitarle a Fragueiro su papel de economista y estadista. Estas ideas están vigentes y se pusieron en práctica en algunos momentos de la historia: durante los dos primeros gobierno de Perón y ahora se están recuperando”, señaló Bourlot.
La actividad se llevó a cabo en la sala María Esther de Miguel del pabellón Rojo de la Feria y contó con la presencia también del secretario de Cultura, Roberto Romani, del titular de la Editorial Entre Ríos, José María Blanco; y de la directora de la Casa de Entre Ríos, Carolina Galliard.

21/3/12

Cooperativa Fondo Comunal: entrevista a Salvador Efron

Por Ricardo César Bazán, Tec. Sup. en Cooperativismo

“La cooperativa Fondo Comunal fue fundada el 21 de Noviembre de 1904, en el centro de la región agrícola colonizada por la Jewish Colonization Association donde se halla la colonia “Clara”. Las reuniones preliminares se hicieron en el local del Club “La Capilla”pequeño pueblo ubicado en las inmediaciones.
Sus fundadores fueron el famoso médico filantrópico Dr. N. Yarcho y el administrador de la Jewis en ese entonces don Adolfo Libovich, quienes fueron secundados por el Ing. Agrónomo Miguel Sajaroff, Simon Pustilnich, Benjamin Mellibonsky, Isaac M. Sas, Isaac Kaplan y Moisés Abramovich.
Acta Fundacional: En la misma se procedió a la elección del Consejo Directivo, habiendo resultado electos por mayoría de votos los siguientes miembros:
Presidente: Adolfo Leibovich; Secretario, Bur Nellibovsky; Vice-Presidente, Nevay Yarcho; Tesorero, Bur Nellibovsky; Consejales: Moisés Abramovich, Pujos Saltzam, Schaye Toff, Meer Kosttianovsky, Isaac M. Sas, Miguel Sajaroff, Abraham Kosarinsky, Jaime Balman; Suplentes: León Sarvovetzky, Gregorio Glass, José Idelsohn.”
Salvador Efron 

Así cuenta la historia según el compendio de cooperativas del año 1921 al referirse a la Cooperativa agrícola “Fondo Comunal”, y a continuación voy a transcribir la nota que le realizara al “Abuelo Efron”, era así como lo llamábamos, el abuelo Salvador se sentaba todas las mañanas a leer en su banco de plaza que tenia en el frente de su casa de calle Belgrano (ciudad de Paraná), luego salía a caminar en la placita Sáenz Peña, en la cual daba varias vueltas a la misma, para luego ponerse a descansar y leer un libro, la lectura era uno de sus pasatiempos favoritos, cuentan que en la residencia donde paso sus últimos días les leía a sus amigos el diario sin la ayuda de anteojos, de una prodigiosa memoria me relato la siguiente historia de Fondo Comunal:
-¿Cuándo vino (Miguel) Sajaroff?
-En el año 1900 llega a Buenos Aires, se traslada a Dominguez porque tiene el cuñado, el doctor (Noe) Yarcho. Después pide para que lo colonicen, lo colonizan a la colonia Leben, en una estanzuela vieja con techo de paja y todo. El era ingeniero agrónomo (...) en Rusia y después en Francia, pero no conocía la agricultura, el trabajo...entonces hizo amistad con los vecinos, le recomendaron una persona...Compró más campo, aparte del que le dieron...
Primeramente quería saber qué producen, qué hacen con la producción. Le contaron que producían trigo, maíz. A quién venden, a Bunge y Born. En qué forma venden. Antes de que madure el cereal, ya cuando hay que empezar a trillar, ya están los agentes de Bunge y Born. Venían y le decían le vamos a dar...para levantar la cosecha, para la trilla, le vamos a mandar la bolsa. Usted me firma el contrato de que todo el cereal va para nosotros. Después venía la liquidación. Entonces él pregunto cuánto, que trigo vendió usted, bueno malo, qué hectolitro tenía. No sabían nada.
Dijo, saben qué, y empezó a reunir a muchos, a los colonos más inteligentes, e hizo una comisión de cinco personas. Y dijo, miren señores, ustedes no saben ni qué cobran ni cuánto deben cobrar. Entonces nosotros nos vamos a reunir...Nosotros vamos a recorrer 40, 50, 60 colonos, que nos firmen que ellos nos van a entregar el cereal, nosotros vamos a alquilar un galpón en Las Moscas y después vamos a vender directamente a Bunge y Born. Y cada uno va a recibir.
Y ya la comisión se organizó, el explicó cómo. Fueron a Las Moscas le dijo al jefe, mire que venimos a alquilar un galpón porque ya falta para la cosecha quince, veinte días, y necesitamos un galpón porque nosotros somos 45, ahí están las firmas en el libro, de todos los que han firmado para entregar el cereal.
No dice, nosotros no podemos, no le puedo dar un galpón porque están todos alquilados.
¡Señor -le dice-, acá va a haber un galpón!
Efron En su juventud en el campo cuando iba a trillar
Se dirigió directamente a Concepción del Uruguay. Había una compañía constructora de galpones, y el día que se empezó a trillar estaba terminado el galpón.
Y recibió de todos los 40 ó 45 colonos. Vendieron en conjunto, cada uno su liquidación con lo que corresponde.
Hizo una reunión con ellos. Les dijo bueno, ahora tenemos que ir a Domínguez tengo mi cuñado y tenemos que hacer una cooperativa, todos.
Se fue a Dominguez, ahí con el cuñado eligieron. Conocía a la gente más capaz, había un Kaplan, otro, eligieron así de cada colonia el hombre más capaz. Por ejemplo de colonia San Gregorio eligieron a Bendersky, cerca de Clara a un señor Plustein (no se escucha bien el apellido)...que era un hombre preparadísimo, él dirigía el diario El Colono Israelita.
Y así se reunieron y se fueron a la administración, y le propusieron al administrador. Él aceptó hacer una cooperativa pero le dijeron que necesitaban plata para adelantarla para la cosecha, ni un problema. Y así se hizo la cooperativa. Se eligió un consejo directivo, presidente el administrador. Secretario el empleado de él. Dos años siguieron, y cada uno de los consejeros tenía la obligación de hacer socios en sus barrios, para que entreguen. Y pasaron dos años, había una cantidad enorme de socios, todos habían entregado. Entonces llamó a una asamblea, y ya se eligió presidente a Isaac Kaplan era secretario, y ahí marcho la cooperativa.
-En sus años, siempre había problema con la langosta.
-La langosta venia siete años, bueno, era un problema. Pero la colonia se defendía...A veces venía y pasaba, dejaba negro todo, comido. La administración de la cooperativa consiguió un maíz que no lo comía. Pasaban las mangas hasta Paraná. Ahí empezaba por todo a desovar. A los 90 días salía la langosta chica, 90 langosta ponía cada uno. Se empezaba a juntar la manga y caminaban. Dejaban como acá (patio). Lo único que dejaban era el maíz. Y así se luchó 7 años.
-¿Cómo hicieron los silos de la cooperativa?
-Con Fondo Comunal...esos silos que hay ahora están todos vendidos, la fábrica, todo.
Cuando yo era presidente hicimos así: nos fuimos a Chajarí (donde) había una fábrica de aceite de lino, para ver cómo era, si podíamos industrializar. Hicimos un contrato, industrializamos y salió bien. Entonces se resolvió hacer (industrializar desde) la cooperativa. Pero se necesitaba plata. Se reunió a todas las cooperativas y se empezó a estudiar.
Eran las elecciones. Estaba (Raúl) Uranga de candidato, y otros. Yo era presidente. Un día vinieron, una tarde era, una comisión. Señor presidente, anda Uranga haciendo propaganda para candidato a gobernador, quiere visitar. Le dije, mire: puede venir a visitar a toda la comisión, pero pasando el umbral que no me hable de política. Porque acá no hay política.
Nosotros avisamos a las otras cooperativas, vinieron otras dos más. Estuvo tres horas, con nosotros, a lo último nos preguntó qué es lo que desean. Le dije yo: mire señor, no deseamos ahora nada, pero si va a llegar a ser gobernador le pedimos la palabra que cuando vayan las cooperativas a decir queremos una audiencia, que no diga mañana, pasado. El día que vamos a pedir, usted nos va a dar la audiencia.
Se despidió, se fue, nos dio la palabra.
Asumió de gobernador. Nos reunimos las cooperativas, pedimos audiencia, cuando fuimos mandó a decir que lo esperemos 5 minutos. A los 5 minutos vino, se sentó...saludó a todos de la cooperativa, el fondo comunal, los conocía ya, y hablamos de una cosa, de otra. Después nos dice bueno, vamos al grano. Le digo...lo que nosotros necesitamos...tenemos que hacer, no es queremos, tenemos que hacer una fábrica de aceite de lino, porque tenemos 50.000 fanegas del fondo comunal... y tenemos que venderle a veces apretados por precios...
Dice: mire señores, yo les doy el crédito sin límites, hasta que terminen la fábrica. Van a tener libre en el Banco de Entre Ríos para ir a sacar la plata. Pero les digo antes: yo doy crédito al Fondo Comunal. Por qué no puedo dar a todas las cooperativas...El fondo Comunal sacó el crédito y se empezó a hacer. A los dos años él corto la cinta de la fábrica.

El abuelo Salvador había nacido en Rosp Pina (una colonia cerca de Dominguez), Elva Beron Viuda de Efron (Manuel) me contó que el abuelo Salvador entro en un largo sueño y que su corazón quiso descansar un 19 de Octubre de 1998; a los 101 años y 7 meses fallecía Salvador Efron quien fuera miembro del Consejo de Administración en el ejercicio 1949-1950, 1950-1951, 1951-1952 y Presidente en 1952-53 y 1953-1954, según reza la Historia de “Fondo Comunal” Cincuenta Años de su Vida (1904-1954).


Fuentes:
Entrevista a Salvador Efron en el banco de plaza de su domicilio particular de calle Belgrano en la ciudad de Paraná -(Programa “Cooperando” F.M. De La Nuca- Ricardo César Bazán) -Año 1994.
Daniel Tirso Fiorotto- Primeros Esbozos de Cooperación -Diario Uno-5 de Julio de 2004-
Fondo Comunal- Cincuenta Años de su Vida- (1904-1954) Año 1957.
Compendio “Las cooperativas de la Provincia de Entre Ríos” (Año 1921)
Jacinta Wainer “material de Villa Dominguez enviado por Internet”
Entrevista a Elva Beron Vda. de Efron (Manuel) (2005)
Álbum Familiar de Manuel Efron. (2005).

9/3/12

Nativos de Angola en Concepción del Uruguay

Por Ángel J. Harman©
Las agencias de noticias informaron que entre los días 6 y 7 de marzo del presente año, cerca de cuatro centenares de empresas argentinas concretaron negocios o avanzaron tratativas con pares de Angola, durante la Misión Comercial Multisectorial que encabezaron el canciller Timerman y el secretario Moreno. Asimismo, durante las reuniones entre representantes del INCAA con el Instituto Angolano de Cine, se sentaron bases para acuerdos de coproducción y ya se ha confirmado la realización de un día de homenaje al cine argentino en el Festival Internacional de Cine de Luanda. También se han llevado a cabo reuniones con distribuidores locales con la intensión de acercar nuestro cine a las salas angoleñas.
Estas noticias auspiciosas nos obligan a ampliar nuestros conocimientos –por cierto, escasos- sobre las culturas africanas y su aporte a nuestro patrimonio genético y cultural.

Un poco de historia
En nuestro caso, diversos grupos étnicos de origen angoleño fueron incorporados como esclavos durante la época colonial y primeros años poscoloniales. Este grupo de lengua bantú ya estaba presente en Buenos Aires  desde el siglo XVII y ya en época independiente, hacia 1827, la “nación angola” tenía un sitio en la actual calle Independencia, en donde realizaban diversas actividades sociales, como  los “tambos” o “tangos” y guardaban elementos religiosos y musicales.
Otros grupos angoleños presentes en Buenos Aires eran: los calumbu, los benguela, los lubolo(1).
El nombre de Banguela se adjudica a un pueblo,  y  también a una ciudad y una región de la costa de la ex colonia portuguesa de Angola, situada entre Loanda y Mozambique.
En Buenos Aires, los benguela o bangela, constituyeron una asociación en el año 1822 y solicitaron autorización para danzar en las calles de la ciudad, “comprometiéndose a no hacerlo en la Plaza de la Victoria ni en las cercanías de la Fortaleza”. Poseían dos sitios de reuniones: uno en la actual calle México y otro en la calle Chile.
Según ha escrito Néstor Ortiz Oderigo, en el candombe se practicaba un “toque” tamborístico denominado “benguela”, caracterizado por su tempo rápido, violento e impetuoso (2).  
Por su parte, los lubolo eran originarios de la zona de influencia bantú del África (Angola y el Congo). En Buenos Aires se organizaron hacia el año 1826 en que fueron aprobados sus reglamentos y poseían un local en la actual calle Independencia.
Arte angoleño
Si bien la música de los grupos bantúes se sustentaba en instrumentos de percusión, los lubolo se destacaban como grandes músicos, sobre todo en la ejecución de violines de dos cuerdas, y la marimba curva (3). 

En nuestra ciudad
Es probable que algunos individuos de origen angoleño ya estuvieran presentes en la villa de Concepción del Uruguay desde los primeros tiempos de su fundación, aunque no se hacía la identificación étnica, sino que en las partidas de bautismo o de casamiento sólo se anotaba el origen “africano” o “negro”.
Luego, al levantarse el censo de la República de Entre Ríos en 1820, casi todos los africanos han sido anotados como nacidos en “Guinea”, término que los afro-lusitanos usaron como genérico de  “negro” o de “esclavo”,  y que designaba a los hombres nativos de todo el golfo de ese nombre, así como a muchos procedentes de otros lugares del continente africano.
Candombe, de Pedro Fígari
Sólo en el Censo provincial ejecutado en 1849 se dejó asentado con un poco más de precisión el origen. Si bien en la mayoría de los casos sólo se identifico a individuos como nacidos en África, en otros, hemos podido identificar algunos originarios de Guinea, Congo, Mina, Banguela, Angola, Bobolo o Lubolo,  y Mozambique. Entre los nativos de Angola figuraban: José Antonio Comonos, cabo de infantería, radicado en el primer cuartel de la ciudad.
De origen Lubolo o Bobolo: Pedro Mererero; de Banghela: María Alvin, que vivía en el primer cuartel con Lorenzo López; Pancho Artigas, “sembrador”, en el cuarto cuartel. En este cuartel, ubicado al sureste de la ciudad, partiendo a pocas cuadras de la Plaza General Ramírez hacia el riacho Itapé, estaban edificadas la mayoría de las viviendas habitadas por africanos y afrodescendientes.
Marimba
   Para esa época, -mediados del siglo XIX- quedaban pocas personas en la condición de esclavos; muchos en cambio,  figuraban como “conchabados”, “sirvientes”, labradores, hortelanos, peones, jornaleros, lavanderas, y en menor número, costureras, cocineras, sombrereros, techadores, cortadores de maderas, curtidor, etcétera. Hay que destacar que había 36 hombres en las milicias, que estaban incorporados a los batallones “Urquiza” y “Entrerriano, entre otros.
Por lo general, estos descendientes de africanos se reunían los sábados en alguna casa ubicada a pocas cuadras de la plaza para celebrar los candombes, con gritos que eran acompañados por  el toque de los tamboriles.
En la actualidad, sólo queda un tenue recuerdo de la presencia de africanos en nuestra ciudad. Sin embargo, nadie podría negar hoy la importancia social, económica y cultural que éstos significaron en la conformación de nuestras sociedades.
Tanto los aportes angoleños como los de otros grupos etno-culturales africanos deben ser estudiados y conocidos  a través de los programas educativos provinciales. De ese modo, se ampliarán los lazos que nos deben unir con los países de África.
©2012

1 La denominación “angola” es genérica y  se aplicaba a las diferentes naciones integradas por grupos etnoculturales pertenecientes a los bantúes. [Cfr. ORTÍZ ODERIGO, Néstor, “Orígenes etnoculturales de los negros argentinos”, en Revista Historia, Nº 7, setiembre - noviembre  de 1982, p. 102
Otros grupos pertenecientes al tronco  lingüístico bantú, eran:  agunga,  basundi,  mayormbe o bayombe, a éstos de los conocía como mondongues o mondongos, ,  cabinda,  loango, luanda, bombona o monbona (embona),los miunñanche, mozambique, muñanbani, munchagua, monyola o mongolo,  moros, etc.
2 ORTÍZ ODERIGO, Néstor, “Orígenes etnoculturales de los negros argentinos”, en Revista Historia, Nº 7, setiembre - noviembre  de 1982, p. 103
3 RODRÍGUEZ MOLAS, Ricardo, “Presencia de África Negra en la Argentina (Etnias, Religión y Esclavitud)”, en Desmemoria Re-vista de Historia, Nº 21/22, Buenos Aires, enero-junio de 1999, pp. 33-70

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