4/6/09

Osvaldo Magnasco y la reforma educativa


Por Rubén Bourlot
Osvaldo Magnasco nació en Gualeguaychú y estudió en el histórico Colegio del Uruguay. Fue un destacado jurista, ocupó bancas en el Congreso de la Nación representando al Partido Autonomista Nacional, donde se destacó con su oratoria y tuvo un destacado papel en la investigación sobre el funcionamiento de los ferrocarriles privatizados.
Durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca (1894 – 1904) fue nombrado Ministro de Instrucción Pública. Desde ese cargo elaboró un proyecto de reforma educativa para sustituir el sistema implementado a partir de la Ley 1.420, sancionada precisamente, durante la primera presidencia de Roca (1880 – 1886). Consideraba Magnasco que el sistema universalista, enciclopédico y verbalista no respondía a las necesidades de la época, cuando el desarrollo del país necesitaba de más profesionales y técnicos para diversificar su economía que hasta el momento se sustentaba en las exportaciones de carnes y granos.
Su propuesta implicaba sustituir los bachilleratos comunes por un sistema de colegios secundarios descentralizados que respondieran a las características de cada región, con una considerable reducción de los contenidos humanistas, como la enseñanza del latín. Proponía en cambio incorporar “nociones elementales de trabajo agrícola, de trabajo y dibujo industrial y de química aplicada a nuestras principales industrias".
Pero no tuvo suerte con su audaz iniciativa. Los sectores influyentes de Buenos Aires, que concebían a la educación secundaria como mera preparatoria para el acceso a la universidad, reaccionaron rápidamente con una campaña de descrédito para Magnasco. El diario La Nación, representante del mitrismo opositor a Roca, se opuso a la reforma y lanzó denuncias contra el ministro. La misma actitud adoptó el diario La Prensa. La Iglesia también reaccionó negativamente ante la abolición del latín. Qué ironía la del sector clerical que en 1886 se opuso a la Ley 1.420 por establecer la educación laica, ahora la reivindicaba para oponerse a su reforma.
El operativo de desprestigio llegó al Congreso, donde un sector importante del propio roquismo se opuso a la sanción del proyecto. Ante estos hechos, el presidente Roca hizo renunciar a su ministro.
Y no es casual que hoy estemos debatiendo y tratando de “resignificar” el secundario que en las últimas décadas no ha dejado de deteriorarse, a pesar de las dos leyes que se sancionaron en pocos años. Tal vez si releemos un poco las ideas de Magnasco podríamos encontrar el rumbo.

Empresas de la economía social

Sus Comienzos desde la Confederación Argentina
Por Ricardo Cesar Bazan
Tec.Sup. en Cooperativismo

Paraná es la Cuna de la Cooperación Argentina y una de las pioneras en la creación de empresas que hoy llamamos de la economía social ya que hace 151 años (1858) empezó a funcionar en Paraná la primera cooperativa del país, la misma se llamo Panadería Del Pueblo y que según publicaciones de época encontrados en los archivos del Dr. Oscar Tavani Perez Colman deducimos que la misma fue fundada en 1855, apenas dos años de haber sido jurada la Constitución de la Confederación Argentina.
En investigaciones que realizamos en la Hemeroteca del Congreso de la Nación hallamos que dicha cooperativa realizaba sus asambleas en el Club Socialista hoy predio ocupado por el Banco Credicoop y la Cooperativa Institucional en calle Urquiza.
En 1859 fue fundada en la ciudad de Paraná una de las primeras mutuales en la Provincia de Entre Ríos nos referimos a la Sociedad Española que este año cumplió 150 años de su fundación y que actualmente se encuentra en actividad.
El 1 de Mayo de 1861, un núcleo de residentes franceses se reúnen en esta capital a fin de fundar una sociedad, dando origen a la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos, formándose la comisión directiva bajo la presidencia del Baron de Viel Castel.
Un núcleo de patriotas italianos residentes en Paraná, se reunieron en sesión para formar la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos “La Unión y Beneficencia”, un 10 de Abril de 1864.
En 1865 empieza a funcionar otra cooperativa, la misma era de apicultura y se llamo El Colmenar Paranaense, funciono en lo que hoy es el predio del Colegio Nacional.
En el libro “Historia de una Mutualidad Entrerriana - Ochenta Años de Acción de la Sociedad de Socorros Mutuos “Unión Suiza”-1891-1973, se comenta que “en Paraná a fines de 1891, existían nada menos que 25 sociedades de beneficencia y de socorros mutuos, con un total de 3260 asociados, mas o menos el 11 % de la población total, se remite esta publicación a una obra ilustrativa titulada “La Provincia de Entre Ríos”impresa en 1893, donde se citan las siguientes sociedades: “Sociedad Italiana Unione e Benevolenza”(con 350 socios), “Sociedad Italiana Operai Italini”(con 150 socios) , Sociedad Italiana Italia Meriodionale”(con 98 socios) , “Sociedad Española de Socorros Mutuos”(con 330 socios) , “Sociedad Argentina Smiles”(con 110 socios),”Sociedad Francesa”(con 90 socios), “Sociedad Alemana” (con 80 socios), “Sociedad Helvética”(con 50 socios), “Sociedad Masónica”(con 300 socios), “Sociedad Postal Telegráfica”(con 53 socios), “Sociedad Esmeralda”(con 150 socios), “Sociedad Centro Italiano”(con 125 socios), “Sociedad Primera Argentina”(con 57 socios), “Sociedad Austro - Húngara”(con 203 socios), “Sociedad de Beneficencia”(con 340 socios), “Sociedad Hermanas de los Pobres”(con 167 socios), “Sociedad Club de Gimnasia y Esgrima”(con 250 socios), “Sociedad El Porvenir”(con 30 socios), “Sociedad Juventud Unida”(con 30 socios), “Sociedad Bartolomé Mitre” (con 60 socios, “Sociedad Filantrópica Normal”(con 80 socios), “Sociedad Esteban Echeverría”(con 40 socios), “Sociedad Mariano Moreno (con 45 socios), “Sociedad Sarmiento”(con 60 socios), “Sociedad Froebeliana Argentina”(con 57 socios) “Club de Regatas”(con 12 socios)
En 1888 es fundada la Cooperativa de Alumbrado a Gas del Paraná, hoy su edificio es conocido como la Vieja Usina.

23/4/09

Paraná, ¿capital del país?

Por Rubén Bourlot


Una noticia que ocupó la tapa de los diarios entrerrianos en 1972 fue el anuncio acerca del traslado de la Capital Federal a Paraná.
Paraná, entre 1854 y 1861, fue capital de la Confederación Argentina, debido a la separación de Buenos Aires, que se escindió del resto de las provincias. Tras el combate de Pavón donde fueron derrotadas las fuerzas de la Confederación, Buenos Aires accedió a se sede del gobierno federal. No obstante, recién en 1880, tras una dura batalla, se federalizó Buenos Aires para convertirla en capital del país.
Posteriormente, en el transcurso del siguiente siglo surgieron diversos proyectos para el traslado de la capital a otro lugar como una forma de reafirmar el federalismo.
En 1972, la noticia de los diarios daban cuenta de que el gobierno nacional de facto había declarado mediante el decreto ley Nº 19.610 “la necesidad de determinar la conveniencia, oportunidad y factibilidad” del traslado de la Capital Federal. Y tomando la posta el gobierno de Entre Ríos, cuyo titular de facto era el brigadier Ricardo Favre, presentó un proyecto de traslado de la Capital Federal a la ciudad de Paraná, para evitar “la concentración monopólica del capital, las finanzas y la industria en el reducido ámbito del puerto de buenos Aires”.
Entre las consideraciones del proyecto se sostenía que “Paraná reúne los mejores antecedentes para ser designada nueva sede el Poder Ejecutivo Nacional, y razones de entorno físico, ubicación geográfica, infraestructura y comunicaciones también avalan la proposición que efectuamos”. También se valoraba la existencia del Túnel subfluvial como medio de comunicación con Santa Fe, que se proponía como sede del Poder Legislativo y también Córdoba como sede del Poder Judicial.
En definitiva la propuesta era la instalación en Paraná del Poder Ejecutivo.

13/4/09

Una experiencia de periodismo chacarero

Por Rubén Bourlot

Durante un lustro, entre 1974 y 1979, circuló en los departamentos Uruguay y Colón el periódico Información Agraria, una singular publicación dirigida a la familia rural, que reflejaba los acontecimientos de pueblos y colonias de ambos departamentos de la provincia de Entre Ríos.
El periódico estaba dirigido, redactado y armado artesanalmente por Rafael Almeyra (seudónimo de José María Almeyra) en Concepción del Uruguay. Tijeras, cola vinílica, planchas de letraset, diarios viejos y la Olivetti eran los insumos utilizados para el armado de los textos. Los títulos se armaban recortando las letras de diarios y pegándolas con cola vinílica. En casos especiales, principalmente los avisos, se utilizaban letras transferibles (letraset). El propio Almeyra confeccionaba las fotos en su laboratorio.
Los originales se enviaban a una imprenta de Gualeguaychú para imprimirlos en offset ya que facilitaba la publicación de fotografías. Al principio la periodicidad fue quincenal y luego mensual.
La publicación reflejaba la actividades sociales, productivas y deportivas de zonas rurales, como el fútbol de la Liga Zonal. Lo que la caracterizaba eran las historias familiares mediante entrevistas. Otra característica era la profusión de fotografías. Contaba con corresponsales en distintas localidades. Con el tiempo se fueron incorporando algunos colaboradores.
Almeyra recorría mensualmente ambos departamentos en un vetusto automóvil, realizando notas, tomando fotos, repartiendo los ejemplares de la publicación y realizando la cobranza de los ejemplares vendidos y de la publicidad.
Otra particularidad era el sistema de venta de Información Agraria, que se efectuaba en bares, almacenes de ramos generales y carnicerías de los pueblos y colonias.
El fútbol de la Liga Zonal, las competencias de Fórmula Entrerriana y Fórmula 7, y las jineteadas eran cubiertas con abundante material gráfico.
Hacia 1979 la publicación comenzó a declinar, eclipsada por otros proyectos de Almeyra que comenzó a publicar el semanario Sucesos, posteriormente convertido en diario. Finalmente dejó de publicarse en ese año.

Paréntesis de humor (H)


29/3/09

El juego de taba

Por Omar Alberto Gallay
Es un juego típicamente campero, derivado de los españoles, que siempre fue considerado clandestino y nunca fue legalizado.
Precisamente y dadas estas características de juego prohibido y penado por la justicia, sólo en épocas previas a las elecciones se realizaba, con la anuencia de los políticos que regenteaban los distintos comités, mientras las autoridades, incluida la policía, hacían la "vista gorda". Era la oportunidad para la reunión y suma de adeptos, halagándolos con una "vaquilla con cuero" y abundante vino. En San Cipriano, departamento Uruguay, las jugadas se organizaban en el domicilio de don Felipe Malaval, partidario de la Unión Cívica Radical o en el de don Lorenzo Dodera, de extracción demócrata.
La taba es el hueso astrágalo del vacuno, al cual se prepara colocándole un enchapado, generalmente de bronce en sus extremos superior e inferior. El primero posee una oquedad, al que se denomina "culo" y la otra es lisa, que recibe el nombre de "suerte".
Se jugaba entre dos personas y se preparaba un campo de juego quo se caracterizaba, especialmente, por un terreno blando y un poco húmedo llamado "cancha". Esta cancha se dividía en dos partes, mediante raya bien marcada. A partir de esa línea cada jugador debía tomar un/l distancia de alrededor de 6 metros (en algunos casos 7 metros) de manera enfrentada y lanzar la taba hacia el lado contrario. Si no sobrepasaba 1/1 línea, se repetía el tiro.
La Taba podía caer en diferentes posiciones:
· Con la parte lisa hacia arriba: SUERTE. Era ganadora
· Con la parte hueca hacia arriba: CULO(l). Era perdedora
·En forma vertical, se le llamaba "31" y era considerada no admitida, Cualquier otra posición en que cayera la taba no era válida. Además participaban varios apostadores, que jugaban al tiro de quien ello elegían. Normalmente las apuestas eran por dinero, pero también se llegaba a apostar otros bienes o pertenencias.
El canchero, banquero o coimero era el que recibía las apuestas Podían apostar los jugadores al tiro, y los asistentes a cada competidor. El sistema era así: un jugador jugaba una suma de dinero al tiro, si salía suerte ganaba; si en cambio la taba caía de "culo", perdía automáticamente; pero si caía de costado, le tocaba el tiro al adversario lógicamente se tiraba hasta que uno ganaba.
Las últimas reuniones que se recuerdan fueron organizadas en el domicilio de don Celso Delaloye, aproximandamente en 1971.

Extraído de Gallay, Omar. “Narrativa histórica de la colonia San Cipriano”.

5/3/09

Curiosidades: Gurí no es sólo entrerriano

El término gurí es característico del habla entrerriana, pero no exclusivo. Así lo sugiere el nombre de una antigua revista brasilera denominada O Gurí, publicada en 1945 que combinaba superhéroes estadounidenses con producción autóctona. Aquí está la imagen de una de sus tapas.

18/2/09

El Quijote de la lluvia


Por Rubén Bourlot

En las décadas de 1930 y 40 la sociedad se conmovía de tanto en tanto con las noticias de un quijotesco personaje que, manipulando unos extraños artefacto provocaba lluvias donde la madre naturaleza se negaba a brindar ese vital elemento. Se trataba de Juan Baigorri Velar, un entrerriano oriundo de Concepción del Uruguay que se había graduado en geofísica en la Universidad de Milán y prestaba servicios en YPF.
Baigorri tenía una vasta experiencia en la exploración petrolera. Un día, en el año 1938, maniobrando uno equipo para explorar el subsuelo - que funcionaba cargado con reactivos químicos y conectado a una batería -, descubrió que se producían lluvias como respuesta. A poco tiempo, enterados de este descubrimiento, las autoridades de la provincia de Santiago del Estero, afectada por una prolongada sequía, le ofrecieron un contrato para repetir la experiencia. Allá fue Baigorri con sus aparatos y logró que lloviera, precisamente en en la estancia "Los Milagros", de Juan Balbi. La experiencia se repite en varias localidades de la provincia con resultados exitosos y luego en las provincias de Buenos Aires y San Juan La noticia rápidamente saltó a la tapa de los principales diarios del país y desató el debate sobre a veracidad del descubrimiento. El director de Meteorología Nacional se burlaba de Baigorri y lo mismo hacía el diario Crítica.

El artefacto que hacía llover

El artefacto en cuestión fue diseñado por Baigorri durante su estadía en Italia para medir el potencial eléctrico y las condiciones electromagnéticas de la tierra. Se trataba de una caja cúbica del tamaño de un aparato de TV actual (de los medianos) y con dos antenas que sobresalían misteriosamente. Según su inventor ese aparato provocaba la lluvia por un mecanismo de electromagnetismo que concentraba nubes en el área de influencia del aparato. No obstante, nadie jamás conoció el funcionamiento interno de la máquina, pero se sabe que tenía un circuito “A” para lloviznas leves, y un circuito “B”, para grandes lluvias
Desde Estados Unidos vinieron ofrecerle un jugoso contrato para llevar su experiencia a ese país, pero Baigorri se negó porque quería que su descubrimiento sirviera al país.
Pasada la euforia inicial, la prensa no habló más del fenómeno. En 1951 fue asesor ad honórem del Ministerio de Asuntos Técnicos. Al año siguiente desempolvó su viejo invento y viajó a La Pampa. Llegó, encendió la batería y empezó a llover, aunque ya la gente dudaba de sus méritos: "Iba a llover de todos modos", decían. El escepticismo generalizado hizo que se recluyera en un prolongado silencio, hasta 1972 cuando falleció.
Nadie heredó el artefacto ni el secreto de su funcionamiento.

5/1/09

La solapa, un duende entrerriano

Por Rubén Bourlot

En Entre Ríos existe un duende, conocido como La Solapa, muy mentado en las zonas rurales. Se trata de un mito popular que tiene distintas representaciones. Santos Tala en su conocida canción la describe como “Toda vestida de blanco… Con su sombrero grandote”(1). En Nogoyá se lo ha caracterizado como una especie de águila que atrapa y se lleva a los niños que encuentra solos a la hora da la siesta, especialmente en los días de verano.
En efecto, este duende suele atemorizar a los niños, que amparados en la impunidad de la tradicional siesta entrerriana, particularmente en el verano, salen al campo a hacer de las suyas: cazar pájaros con la honda, pescar o zambullirse en algún arroyo con todos los riesgos que implica, sumado al sol implacable de la primera tarde veraniega. “Gurisito entrerrianito / no andés trotiando a lo iguana …Revisando los niditos”, recomienda Santos Tala. Y seguramente, el mito se crea como una forma de proteger a los gurises de estos incidentes.
Fabián Gustavo Reato caracteriza a este duende como “una vieja vestida de negro y con una bolsa de leña cargada”.(2) En Santa Fe también se lo encuentra bajo la forma de un duende pequeño, tiene la altura de una bola, y piel de color amarillo intenso.

(2) Reato, Fabián, ¿Quién le tiene miedo a la solapa?, revista El Aguará, abril de 1992
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