12/10/16

Los entrerrianos vinimos de todos lados (y los americanos también)

Pa’ los que andan hablando de indios en lengua de Castilla, recuerden que los entrerrianos vinimos de todos lados.
Vinimos de las profundidades amazónicas, del Paraguay buscando la tierra sin mal. De los costeros sambaquís.
Y esa es nuestra identidad.
Vinimos de la Pampa llana y desnuda. Vinimos de todos lados. De la España caballeresca en barcos de vela. De la señorial Asunción, de las misiones guaraníticas.
Vinimos encadenados en naves negreras trayendo el retumbo de los tamboriles.
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos comemos la mandioca y el locro de maíz, y la empanada que nos vino de los árabes a través de España. Comemos el asado al rescoldo, de las vacas que nos trajo Hernandarias. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos tomamos el mate guaraníticos y nuestros criollos usan la bombacha que nos vino de Crimea. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos vinimos de todos lados. En barcos de vapor de Suiza y de Saboya, del Piamonte y de Rusia, de Siria y del Líbano, y de otros tantos rumbos. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos venimos y nos vamos. Muchos emigramos llevando nuestro canto de pájaros y chamarritas que nos vino de las Canarias. Acompañamos el canto con la guitarra bien criolla que nos vino de la Europa.
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos arrastramos las erres y decimos gurí y mboreyé. Y lo decimos en lengua de Castilla.
Los entrerrianos sembramos cruces de un dios que nos vino allende el mar. 
Y esa es nuestra identidad.
Pa’ los que andan hablando de indios en lengua de Castilla, como escribió el poeta “se dice que el entrerriano / es algo caminador”, en esa misma lengua nos hacemos entender tras las Cordillera, y en los llanos venezolanos. Nos hacemos entender en México y en la Cuba de los sones. Los entrerrianos podemos charlar de bueyes perdidos en Bolivia y en el Perú. Y si nos apuran, bien que nos defendemos en los morros del Brasil.
Los entrerrianos vinimos y vamos a todos lados, y no renegamos de nuestra identidad.

5/10/16

De Roballos mejor no hablar

Por Rubén Bourlot

Si uno pregunta a Paraná qué colectivo hay que tomar para ir a la zona del Túnel, seguramente le indicarán: “tomate el uno que pasa por el Roballos”. No advertirán que desde 2010 la institución de salud que existe en el lugar ya no lleva el nombre del prestigioso médico. 
La política de los nombres de los lugares es una práctica milenaria, en particular cuando se trata de cambiar o eliminar una designación para modificar las connotaciones de sitio. Pero los nombres los ponen y adoptan los pueblos, no los funcionarios. Esa es la lógica de la toponimia. Y aunque les digan que de Roballos no se habla, la gente no se calla.
La institución a la que nos referimos es la hoy conocida como Hospital Escuela de Salud Mental, situada en la zona de El Brete, en la capital provincial. Sus orígenes se hunden en las primeras décadas del siglo XX cuando se crea un servicio especial para tratar a personas con patologías mentales. Hasta ese momento el lugar que se merecían esas personas era algún calabozo en una comisaría. 
Antonio Roballos
En 1927 se crea en el ámbito municipal el Refugio de Alineados que en 1944 fue transferido a la provincia. Posteriormente, a principio de la década de 1950, este servicio tomó la forma de un hospital y pasó denominarse Neuropsiquiátrico “Dr. Antonio L. Roballos”. La historia de la institución se corona en 1963 con la inauguración del actual edificio.
Mucha agua pasó debajo de los puentes. Distintos criterios fueron aplicándose para el tratamiento de las patologías mentales. Notable es lo que se avanzó en este terreno, y parte de lo construido en la provincia se le debe al vapuleado Roballos. 
Volvamos a 2010. Un escueto decreto justifica, muy raquíticamente el cambio de denominación de la institución, que se transforma en Hospital Escuela de Salud Mental, sin el aditamento del nombre del reconocido profesional. “Se fundamenta - sostienen los considerandos – a que durante décadas se ha denominado Neuropsiquiátrico “Dr. Antonio Roballos”, lo que estaba ligado a una concepción médica hegemónica, especialmente centrada en la neuropsiquiatría que entendía los problemas mentales como campo específico de la ciencia médica, a lo que cabe adunar que “Roballos” como se lo denomina vulgarmente, se asocia con lo manicomial, con las prácticas que pensaban a los hospitales como lugares de asilo permanente, circunstancia esta que se halla internalizada por la comunidad de nuestra provincia, en su subjetividad y eso contribuye a la etigmatización que sufren los pacientes.” 
Un verdadero pase mágico para solucionar la cuestión del estigma sobre nuestros locos. Pero que coloca un gravoso estigma sobre la figura Antonio Roballos y de su hijo, ambos no suficientemente valorados.

La saga de los Roballos 
Antonio Luis Roballos nació en Buenos Aires, en 1882, se recibió de médico a los 23 años, y en 1906 se casó con la entrerriana Sara Albariño, hermana del ex gobernador Ramón Albariño (1950-1952). Por ese motivo se radicó en la capital provincial donde desplegó una notable labor profesional. 
En apretada síntesis, durante los 16 años que convivió con nosotros, participó de la organización del Hospital San Martín, fundó la primera Escuela de Enfermeros y el Cuerpo Médico Escolar. En 1911 dirigió el Laboratorio Bacteriológico y en 1912 el Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital San Martín. Entre 1914 y 1818 fue nombrado para dirigir el Departamento de Salubridad Pública e Higiene, equivalente a un ministerio de salud. En 1921 fundó el Comité Paraná de la Cruz Roja. Fue durante su gestión que dispuso modificaciones sustanciales para el tratamiento de los pacientes psiquiátricos, destinando un espacio específico para esas patologías.
Al año siguiente se trasladó a Córdoba para dirigir el Sanatorio Nacional de Tuberculosos. Murió muy joven, a los 53 años y dejó además una larga lista de publicaciones reunidas entre libros, ponencias y colaboraciones. 
Del matrimonio Roballos – Albariño nació Rodolfo Alberto (hoy residente en Buenos Aires), quien llegó a desempeñarse como Secretario General de la Gobernación de Ramón Albariño. Años después tuvo una breve gestión como Ministro de Bienestar Social de la presidencia de Isabel Perón, tras la caída de López Rega. 
Durante la gobernación de Albariño es precisamente cuando se rinde el merecido homenaje al médico Antonio Roballos. En 1950 se impone su nombre a la flamante Clínica Médica Escolar de la provincia. Por esa misma época, aunque no hay precisiones, se nombró al hospital neuropsiquiátrico como Antonio L. Roballos.
El Hospital Roballos antes del cambio de nombre
En la década de 1960, a partir de 1967, con los trabajos del doctor Luis César Guedes Arroyo, el hospital se transforma en una Comunidad Terapéutica modelo y puntapié inicial de los cambios en el enfoque de la psiquiatría que se proyecta hasta nuestros días. Un centro de salud que comienza a derrumbar las fronteras entre el adentro y el afuera.
Pero un buen día, alguien resolvió que no eran suficientes los esfuerzos de investigadores y profesionales para cambiar la supuesta imagen negativa del “Roballos” y concluyeron que el problema era el nombre. La solución tan buscada estaba al alcance de una oficina burocrática que en una veintena de renglones borró para siempre el estigma manicomial de la institución.

Bibliografía y fuentes
- Sors, Ofelia: “Paraná- Dos siglos y cuarto de su evolución urbana- 1730  –1955- Paraná 1981.
- Decreto 4901/2010 Ministerio de Salud
- Memorias de Rodolfo Alberto Roballos, 2009.
- Testimonios de Mario Chiesa
- http://antonioluisroballos.blogspot.com.ar/

19/9/16

Urquiza, no tan colonizador

Pro Rubén Bourlot
Los historiadores consideran a Justo José de Urquiza como uno de los pioneros de la colonización europea en Entre Ríos y el país. Con la consigna alberdiana de “gobernar es poblar” introducida en el artículo 25 de nuestra constitución sancionada en 1853 bajo el imperativo de “fomentar la inmigración europea”, no cabe duda de su vocación colonizadora. 
Héctor de Elía 
No obstante esta aseveración tendría algunos matices. Héctor de Elía, el fundador de Villa Elisa y Colonia Elía, en nuestra provincia, en alguna oportunidad puso en tela de juicio la vocación del Organizador por la radicación de agricultores del viejo continente.
 La acción pionera de Urquiza en 1857, no se trató de otra cosa que hacerse cargo de un contingente de inmigrantes que tenía por destino original su radicación en una colonia privada en Corrientes, y ante el no cumplimiento del contrato por parte de la compañía colonizadora, les ofreció en venta lotes de terrenos de su propiedad. Así nació la colonia San José. Las experiencias anteriores, como la Colonia Agrícola Militar de Las Conchas, fueron pobladas por criollos. Luego vendrían la colonia y villa Urquiza y las ampliaciones de la de San José.

Una carta
En una carta hallada por David Rougier en el Museo Estancia El Porvenir de Villa Elisa, Héctor de Elía refuta al historiador Benigno Tejeiro Martínez la afirmación “Urquiza no olvidó el fomento de la inmigración, planteando las primeras colonias de Entre Ríos; San José en 1857, y Villa Urquiza en 1858”. En la misiva firmada en Villa Elisa el 23 de julio de 1916, de Elía hace alusión a una actitud de Urquiza contraria a la radicación de colonos, a partir de una experiencia familiar. Escribe el fundador de Villa Elisa que en la década de 1840, su abuela, Isabel de Álzaga, viuda de Ángel Mariano de Elía, propietaria de la Estancia San Lorenzo que se ubicaba al sur de Gualeguaychú, intentó fundar una colonia con inmigrantes griegos y canarios (de Las Canarias), a quienes trasladó desde sus países de origen y los ubicó en una parcela de la zona de Puerto Unzué. Esta sería la primera experiencia colonizadora en la provincia (si dejamos de lado el intento frustrado de colonización inglesa de 1825, en la calera Barquín). Apellidos hoy reconocidos en la provincia como Mabragaña, Mihanovich, Cardassy, Vázquez, Jorge, Maldonado, Ducó se asentaron en lo que debía ser la Colonia San Lorenza pero con poca suerte. Por esos años gobernaba la provincia Justo José de Urquiza que no autorizó la formación de la misma “porque no quería gringos”, según testimonia de Elía. Ante el fracaso de la iniciativa los colonos fueron trasladados a Concepción del Uruguay y su promotora, la señora Álzaga, detenida y en prisión durante seis meses en la estancia San José, medida sin dudas desproporcionada pero no ajena a la época.
Fragmento de la carta de de Elía
Tales actitudes no se condecían con la vocación por radicar agricultores que le adjudican sus panegiristas. Pero esto no sería un juicio negativo a priori. Podría suponerse que la expresión “no quería gringos” estaba relacionado con la intención de darles prioridad a los pobladores criollos, en su mayoría soldados, que pretendía radicarlos para que trabajen la tierra. Existen varias iniciativas de la época que apuntan en ese sentido, como la formación de Estancias del Estado, la promoción de la ayuda mutua para levantar las cosechas de los soldados en campaña o la ya nombrada Colonia de Las Conchas. En 1848 el gobernador Urquiza dispuso ayudas económicas "a todos los agricultores que por su pobreza no tengan recursos para hacer de su cuenta la cosecha de de granos que hayan sembrado" y también la entrega de semillas "gratis y por cuenta del Estado” a quienes carecían recursos para comprarla.  
Agreguemos que las distintas normativas para combatir la “vagancia” podrían haber tenido como motivación fomentar el arraigo a la tierra de matreros y gauchos errantes. Los proyectos colonizadores con inmigrantes europeos son posteriores.
No obstante, para David Rougier, la cancelación del proyecto de la familia de Elía habría tenido un motivo muy distinto y personal. “Colonia San Lorenzo hubiese sido la madre de la colonización nacional – dice Rougier-, un proyecto próspero con puerto propio pero que se vio truncado por la voracidad latifundista de Urquiza quien ambicionaba para sí el extenso campo conocido como Rincón de Elía o Estancia Cupalén (sus límites eran: al Norte el Arroyo de la China, al Este el río Uruguay y al Oeste y Sud el Gualeguaychú).
“Urquiza paulatinamente ejercerá presión sobre cada uno de los tíos de Don Héctor para que le vendan sus heredades lo cual logra a excepción de Don Genaro (padre de Don Héctor) quien se niega a venderle los campos al general Urquiza y automáticamente por temor a represalias cruza a ‘la otra Banda’ y es allí donde circunstancialmente nace el fundador de Villa Elisa.”
El sueño de la abuela Álzaga se vio realizado con creces por la acción fundadora de su nieto Héctor de Elía organizó la colonia y villa Elisa, en el departamento Colón, Colonia Elía, en el departamento Uruguay y también la localidad de San Jorge en la provincia de Buenos Aires.

Fuentes y bibliografía:
- Testimonios de David Rougier
- Carta de Héctor de Elía a Benigno Martínez, Villa Elisa, 23 de julio de 1916

12/8/16

PRECONGRESO: “Identidades: perspectivas del pasado en clave regional”

25 y 26 de agosto de 2016 – Salón del Consejo General de Educación, Paraná

Preparatorio del 
II Congreso de Historiadores “Identidades – Vigencia del Artiguismo – Unión de los Pueblos Libres – La Historia y su Enseñanza en clave Regional”

(21 y 23 de setiembre en las ciudades de Concepción del Uruguay y Paysandú)



La creciente complejidad de temas y problemas que hoy comprende la investigación y enseñanza de la Historia demanda de las instituciones formativas de nivel terciario y universitario la generación de instancias de intercambio e integración, dentro y fuera de la academia. Estos puentes disciplinarios e interdisciplinarios animan a los integrantes de sus comunidades a revisar con actitud crítica y constructiva los relatos forjados en el tiempo acerca del pasado, presente y futuro de las sociedades. En ese marco, el estudio de la formación histórica de los Estados y comunidades del Cono Sur ofrece la oportunidad de reunir especialistas, profesores, docentes en formación y actores de la sociedad civil regional para compartir, debatir e intercambiar ideas y experiencias en torno a la dinámica social, política, económica y cultural que hizo posible su constitución, o bien el abandono o la derrota de formas alternativas de organización. 
En este pre Congreso, preparatorio del II Congreso de Historiadores “Identidades – Vigencia del Artiguismo” la Historia es uno de los pilares para la reflexión de las identidades, objeto de indagaciones disciplinares múltiples, pero sin descuidar a su vez las relaciones entre docencia, investigación y extensión para la educación primaria, secundaria, terciaria y universitaria. 
Se han convocado en la oportunidad a especialistas en diversas áreas del conocimiento para volcar sus experiencias que contribuyan al debate contemporáneo desde varias perspectivas.

Objetivos:

· Analizar y debatir críticamente los procesos históricos nacionales y regionales y sus formas de enseñanza, así como promover la difusión de nuevos enfoques en las aulas.

· Facilitar la interacción de docentes, estudiantes y egresados con académicos de la región.

· Efectivizar instancias de intercambio estudiantil entre Centros, Universidades e Institutos de Formación docente de la región.

· Fortalecer las líneas de investigación en curso así como las acciones de extensión de docentes y estudiantes.

PROGRAMA

Día 25

*9 hs. Acreditaciones
*10 hs. Apertura: 
*11.30 Intermedio
* 12 hs. Panel: “El proceso histórico emancipador sudamericano“ (proyectos y realidades) 
Panelistas: Rubén Bourlot (Instituto Federal Artigas), Alfredo Mason (Ex docente UBA- Universidad del Salvador y otras), Alejandro Damianovich (Junta de Estudios Históricos de Santa Fe - ANH), Prof. Luis Moyano (UNC).
Coordinador: Prof. Ramón Cieri 

*13 hs. Receso para almorzar

- Visita al Archivo General de la Provincia: exposición de documentos- Archivo “Artigas” – Alameda de la Federación 222

*14 hs. Encuentro docente SINTEP (Uruguay) - SADOP en Alem 258.

*15. hs. Panel: “Enseñanza e investigación de la Historia en clave regional” 
Panelistas: Dra. Mariela Coudannes (UNL – UADER), Rubén Román (UCSF), Dr. Pablo Fucé, (Consejo de formación docente ANEP - Uruguay), Prof. Damián Capdevila (Archivo General de Entre Ríos).
Coordinadora: Prof. Sara del Rosario Mentasti

*16.30 Intermedio
*17 hs. “Artigas: la vigencia de su pensamiento en la identidad cultural de la región” 
Panelistas: Alfredo Montenegro (UNR - Diario La Capital, Rosario), Lic. Paola Volker (Instituto Sedes Sapentiae- Gualeguaychú – USAL - Delegación Sur, SADOP), Dr. Norberto Marani (Colegio de Abogados de Entre Ríos).
Coordinadora: Prof. Marina Pagani

*19 hs. Peña. 

Día 26 

*9.00 hs. Presentación de la novela “Amores Cimarrones. Las mujeres de Artigas “

*10. 30 hs. Panel: Panel “Perspectivas del pasado- Desafíos del presente: la Integración en el espacio geopolítico y social” 
Panelistas: Lic Cyntia Cabrol (UCA), Carlos Schepens (Ministro de la Producción de Entre Ríos), Dr. Guillermo Caraballo (Pte. Comité Hidrovía del Río Uruguay)
Coordinador: Lic. Facundo Gabás

*11. 30 hs. Intermedio
*11.45 Lectura de conclusiones y recomendaciones 
*12.30 Lunch

Declaración de interés educativo por el Consejo General de Educación de Entre Ríos. Se otorga puntaje docente.
No se cobra arancel

Instituto Federal de Estudios e Integración José Artigas


21/7/16

La independencia entre dos congresos

Por Rubén Bourlot

Versión completa, publicada originalmente en el quincenario Análisis de la actualidad, .

Promediando la segunda década del siglo XIX parten las diligencias hacia el norte, rumbo a Tucumán. Los porteños almidonados abandonaban por primera vez las comodidades d
e la aldea portuaria para asistir a un congreso que, sin proponérselo, dejaría su impronta en los libros de historia. Por fin parecía que desde el centralismo se accedía a deliberar fuera del puerto que todo lo absorbía.
En abril de 1815, la Junta de Observación dicta un estatuto por el que reglamenta la forma que debían elegirse los diputados y lo envían a los gobiernos provinciales para su conocimiento y aprobación. 
Las disposiciones de ese instrumento improvisado disgustaron a los pueblos por las excesivas prerrogativas que se arrogaban sus autores, simples miembros de una autoridad que gobernaba desde Buenos Aires. Sólo las aceptaron, con reservas, Salta, Jujuy, Tucumán, Chuquisaca y Potosí.
La Junta de Guerra presidida por José de San Martín, en Mendoza, lo rechazó, “por no considerarlo oportuno al actual régimen de las provincias”.

El congreso de Oriente
Por otro lado el 29 de junio de 1815, en el Congreso de Oriente o de Concepción del Uruguay convocado por Artigas, se trató el tema de la independencia como una de las prioridades en el diálogo pendiente entre los representantes de las provincias y las autoridades de Buenos Aires. Fueron citados a esta magna asamblea representantes de Córdoba, de Santa Fe, de la provincia Oriental, de Corrientes, los pueblos guaraníticos de las Misiones, y de Entre Ríos. La voluntad de declarar la independencia que propiciaba el Protector José Artigas estaba atada también a la forma de organización de la nueva nación independiente de la América del sur, que comprendía el sistema republicano y el respeto a la autonomía de cada territorio, la “soberanía particular de los pueblos”, según su particular definición.
Mucho se ha dicho acerca de una presunta declaración de la independencia en 1815. Son debates de barricada son escasos fundamentos y mucha imaginación literaria. Sólo algunas manifestaciones posteriores, por cierto ambiguas, alientan las especulaciones. Artigas no lo dice en su informe inmediato sobre los resultados del Congreso. Sólo menciona la negociación con Buenos Aires en reclamo de la “unión ofensiva y defensiva” de todas las provincias respetando sus respectivas autonomías, y por añadidura el reclamo de una pronta decisión de declarar la independencia. No habría sido prudente, sostenemos, que el Congreso del Arroyo de la China adoptara tal decisión para dejarle servido en bandeja el propósito de Buenos Aires, que días antes, mediante la Misión Pico – Rivarola, precisamente le había ofrecido a Artigas: “Buenos Aires reconoce la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, renunciando los derechos que por el anterior régimen le pertenecían.” La independencia debía declararse manteniendo la unidad de todas las Provincias Unidas del Sur según surge de la voluminosa documentación artiguista. Sí el congreso uruguayense resuelve enviar cuatro diputados a negociar con el director Álvarez Thomas “la unión ofensiva y defensiva” de todas las provincias.
No hubo ningún acuerdo. Sólo el ofrecimiento de una paz ficticia (“habrá paz entre el director Álvarez Thomas y el Protector de los Pueblos Libres”) mientras se preparaba una expedición militar sobre Santa Fe. Los enviados del Congreso de Oriente (José Simón García del Cosio por el continente de Entre Ríos, Pascual Diez de Andino por Santa Fe, José Antonio Cabrera por Córdoba, y Miguel Barreiro por la provincia Oriental), fueron alojados en una fragata de guerra, la Neptuno, sin poder abandonar los camarotes. Así frustró la posible participación de las provincias de la Liga en Tucumán.
En julio de 1816, tras la declaración de la independencia en Tucumán, Artigas le manifiesta al director Pueyrredón, en una breve misiva, que "Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V. E. presente al soberano Congreso para su superior conocimiento.” No existe otra documentación que corrobore esta afirmación y está sujeta a las más diversas interpretaciones.

El Congreso de Tucumán
Así llegamos a la fría jornada del 9 de julio 1816 cuando los diputados de medio país resolvieron, enredados en intrigas, declarar la independencia. Tan accidentada fue esta manifestación que lo hizo un congreso no convocado con ese objeto sino para decidir acerca de la forma de gobierno. Los diputados de dos provincias fueron los únicos que llevaron el mandato expreso de tratar la cuestión de la independencia: Tucumán y Jujuy. Pero era un contrasentido discutir cómo se iba a gobernar un país si primero no se constituía en un estado independiente.
Así lo hizo saber San Martín desde Mendoza: "¡Hasta cuando esperaremos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? ... Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos...
"Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas".
¿Qué territorios estuvieron representados? Por el conflicto entre la Liga de los Pueblos Libres y Buenos Aires no estuvieron Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe Misiones y la Banda Oriental. Tampoco asistieron representantes del Paraguay alejado desde 1810 del gobierno de Buenos Aires y de parte del Alto Perú, ocupado por los realistas. Córdoba estuvo representada a medias, haciendo equilibrio entre su adhesión a la Liga artiguista y la participación del congreso que sesionaba en la provincia vecina.
Concurrieron 33 congresales que representaban a las provincias de San Juan, Salta, Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Jujuy, La Rioja, Cuyo, Santiago del Estero, Tucumán, Mizque, Charcas y Chichas, estas tres últimas actualmente pertenecientes a Bolivia. 
El 9 de julio al fin se declaró con toda solemnidad que las "Provincias Unidas en Sudamérica" eran "una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli". Días después se agregó "...y toda otra dominación extranjera".
Como dijimos, en 1816 se cierra la primera etapa del proceso de emancipación con la declaración de la independencia que en esos tiempos era de las Provincias Unidas de Sudamérica, no solo del Río de la Plata. Había una vocación de integración de los países de América del sur que se deslizaba en la terminología. Así el mismo Congreso nombra, el 5 de mayo de ese año, a Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas de Sudamérica. 

15/7/16

Cooperativa “La Unión San Guillermo” de Galarza

Por  Ricardo César Bazán, periodista cooperativo

Siguiendo con el rescate histórico del cooperativismo entrerriano a continuación transcribo material de la Cooperativa La Unión San Guillermo escrita en la recopilación de  Conrado Martín Uzal  de 1921 titulada “Las Cooperativas de la Provincia de Entre Ríos”.
Comenta el compendio en su página 264 que “con algunos días de antelación al 31 de octubre de 1920 se llevaron a cabo los trabajos de propaganda en toda la zona agrícola comprendida entre las estaciones Desvío Clé y Lazo, Colonia San Guillermo y grupo de chacras ubicadas en todo el Distrito Tercero de Gualeguay, con una acogida entusiasta por parte de los ganaderos y de los órganos de publicidad de Tala y Gualeguay.
“Siendo la estación Galarza el eje de esa propaganda, tenía que ser forzosamente el centro elegido, o sede social, ya que las personas más caracterizadas por su moral, labor y fortuna, propiciaron desde un principio que así lo fuera, en recompensa al bienestar de que gozan actualmente y en donde se iniciaron en la explotación agrícola-ganadera.
“El éxito obtenido en estos últimos tiempos por ser la sociedad similar de Mansilla ‘Unión Agrícola’, fue un aliciente perpetuo el mejor de los estímulos y argumento eficaz de que se valió la propaganda de cuyas ulterioridades nos ha tocado constatar”.
Sobre su fundación detalla:
“Concurrencia de agricultores y ganaderos –Los Fundadores- 
“La persisten lluvia de todo el día el día 31, no fue un obstáculo para el éxito de la reunión; los caminos en tales condiciones se ponen insoportables y los vecinos de más lejos encomendaron a sus relaciones su representación en la asamblea, para que los inscribieran como socios y suscribieran acciones (…).
“Corresponde dejar constancia, que siendo esta sociedad de carácter universal, se han inscripto alrededor de 200 personas de la más progresistas de la región y que teniendo que defender nuestras dos fuentes de producción, concurren por consiguiente a formar una entidad respetable por la cantidad y calidad de sus elementos. No estando  en pugna los interesados  ganaderos con los de la agricultura, si no que por el contrario se encuentran íntimamente ligados o se complementan en sus formas y fondo, su influencia tuvo y tiene que ser de positivos resultados en el futuro.”
En la nómina de socios fundadores transcriptos, se hallan agricultores progresistas dueños de buenas extensiones  de campo, pequeños propietarios y arrendatarios que gozan de la relativa holgura, en fin, ganaderos  que llevan a la explotación  de su industria el aporte de su experiencia a las practicas modernas del refinamiento de sus haciendas, cierran la lista un contingente de agricultores pobres que reciben la Sociedad con los brazos abiertos ya que ella concurre a salvarlos de las múltiples adversidades a que están expuestas su reducida pero humanitaria industria. 
He aquí la nómina:
Nemesio y Eduardo Hyastuy, Agustín Baldi, Juan Bellolo, Jorge Bensen (hijo), Federico, Victor y Jorge Besen, Conrado y Alejandro Bruckman, Teófilo Berac, Gregorio Cuenca, Cristián Degraf, Enrique y Federico  Degraf, Pedro E. Elizalde, Godofredo, Enrique y David Engel, Enrique y Federico Erbes; Fioravanti, Fantini, Francisco y Luis Frare; Felipe Gauderrino, Santiago y Enrique Hock; David Hopp; Jorge Hocck; David Klauss, Baltazar:Klos; David Loose; José Liggerini; Enrique Loose; Miguel Malarino; Juan Nooz; Antonio Riton; Segundo Romero; Antonio Riton; Antonio Reggiardo; Domingo Ritou; Rómulo E. Rochelle; Jorge Riedel; Jorge E. Sinner; Jorge E. Schimpf; Santiago Simner; David Schazambach; Pablo Hurinetto; Francisco Turinetto, Conrado Ubrig; Pedro Wenfer y E. Panseyra.
Sobre los propietarios y Arrendatarios – Nacionalidad, comenta el compendio:
“Puede considerarse que un ochenta por ciento de las tierras que cultiva, y en cuanto a la nacionalidad están representados por orden siguiente: rusos alemanes, argentinos, uruguayos y franceses”.
Su primer presidente fue el señor Antonio Reggiardo “agricultor, ganadero afincado que tiene aquilatada su reputación como hombre de trabajo y progresista y cuyo su decidido partidismo por la cooperación recibió la consagración unánime de votos de sus compañeros. Los demás miembros del Directorio son: Jorge Enrique Sinner; vice-presidente: Jorge Besel (hijo) , secretario; Agustín Baldi, prosecretario; Jorge Enrique Schimp, tesorero; Pablo Turinetto, protesorero, Consejeros: Nemesio Ayastuy, Anonio Riton, Jorge Reichel (h) Genaro Bencenutto y Baltazar Kloos”.

4/7/16

Francisquillo: dramaturgo gauchesco y jordanista

Cada tanto alguien recuerda al que fuera, según Ricardo Rojas, el primer dramaturgo gauchesco por su obra Solané de fines de 1872. Después vendría Ricardo Gutiérrez con su Juan Moreira, Hormiga Negra y otros. En simultáneo José Hernández daría a luz el exitoso Martín Fierro pero en otro formato.
Francisco F. Fernández, Francisquillo,  es uno de esos raros personajes que se deslizó por los márgenes, que anduvo por caminos tortuosos cultivando las artes de las letras y la política, una mezcla tóxica. Más aún, en política anduvo por el lado de las rebeliones jordanistas, fue opositor del mitrismo, se arrimó al roquismo y en la provincia al racedismo. Ingredientes indigeribles para los historiadores que quieren todo servido sin complicaciones: por un lado los buenos y por el otro los malos. Pero Fernández resulta inclasificable. Y para colmo escribe un drama como Solané, la épica de un bandido de los peores.
El poeta Juan Carlos Jara lo califica como un “maldito” silenciado por su oposición a la política del mitrismo que además era dueño de los medios de difusión y panegirista de la historia oficial, la que se difundía y aun se difunde. 
 Fernández nació en Paraná, el 1º de mayo de 1842. Toda su juventud fue atravesada por acontecimientos fundantes del país. El rosismo, el Pronunciamiento de Urquiza, el gobierno de la Confederación. Se inició en la carrera de las armas y participó de batallas definitivas para el destino del país como Cepeda (1859) y Pavón (1861). 
Urquiza, seguramente en reconocimiento de su habilidad con la pluma, lo llevó de secretario secretario privado en el Palacio San José. También por esos tiempos se desempeñó como redactor de los periódicos El Porvenir y El Pueblo Entrerriano, de Gualeguaychú.

La ruptura con Urquiza
Pero hacia 1864 las relaciones con su jefe se fueron deteriorando, consigna Ana María Barreto. El apoyo de Urquiza a la candidatura a gobernador de José María Domínguez, oponiéndolo a la de Ricardo López Jordán dividió las aguas. Fernández, afín a este último, pudo presenciar la influencia del poder urquicista para favorecer a su delfín. Simultáneamente estalla otro acontecimiento que conmoverá a los entrerrianos. El bombardeo de Paysandú por parte de la escuadra brasileña y la heroica defensa de sus habitantes en donde participaron muchos entrerrianos. A raíz de ese hecho Fernández escribe un pieza teatral, La Triple Alianza, un verdadera alegato contra la intervención del Brasil, el partico Colorado del Uruguay y el gobierno de Mitre que meses después firmarían el tratado con ese nombre para atacar el Paraguay. Esta obra no pudo ser representada “a pesar de haberse anunciado el estreno en la ciudad de Concepción del Uruguay en el mes de marzo – escribe Barreto –, no se llevó a cabo. Tampoco pudieron hacerlo con posterioridad en la ciudad de Gualeguaychú. Los tiempo eran difíciles y el contenido de la obra ‘versaba sobre un tema candente y polémico’.”

La obra literaria
La obra literaria de Francisquillo comienza en los ratos libres que le deja su tarea de secretario de Urquiza. En 1864 logra representar Un ángel bueno, un ángel malo en Concepción del Uruguay. 
Al año siguiente comienza con su dramaturgia de carácter histórico y da a luz El 25 de Mayo de 1810, dedicada “al héroe inmortal y al distinguido patriota (…) general D. Ricardo López Jordán”. La obra sale impresa por el diario El Porvenir de Gualeguaychú. Luego siguen varias obras más que 1881 son publicadas bajo el título Obras dramáticas, la mayoría de carácter histórico. Pero la piedra del escándalo sería La Triple Alianza, un drama anticipatorio escrito en diciembre de 1864 “referente a la diplomacia brasilera, mitrista y florista en la revolución oriental de 1864” reza en la portada impresa en 1870. Barreto escribe que anunciada la representación de la obra “un grupo de vecinos se presentó pidiendo que se prohibiera su representación porque:
‘(…) iba a causar conmoción en lo ánimos y quizá producir un sangriento conflicto (…)”. Si dudas, detrás de esos “vecinos” estaba la sugerencia del propio Urquiza.
Pronto Fernández rompería definitivamente con su mentor Urquiza para plegarse al partido jordanista. El estallido de 1870 y el consecuente asesinato del Señor de San José envolvió a la provincia en la tragedia de la invención federal y el enfrentamiento armado que tuvo a Francisquillo con la espada y la pluma en sus manos. Intervino en la primera campaña de López Jordán en 1870 y fue el enérgico redactor de El Obrero y El Obrero Nacional, periódicos de Paraná, clausurados sucesivamente por Urquiza. Tras el asesinato de éste, Fernández fue quien defendió la inocencia de López Jordán en relación con el hecho.

El drama gauchesco
Exiliado en Salto (Uruguay) tras la revolución jordanista, luego se traslada la Paraguay. En estas circunstancias da a luz su obra más importante y pionera: Solané.
Raúl H. Castagnino sostiene que “Solané, escrito en Concordia (Entre Ríos), a fines de 1872, a poco de la aparición de la Primera Parte de Martin Fierro y rotulado como "drama histórico contemporáneo" con alguna justificación, fue reeditado por el Instituto de Literatura Argentina, en 1925, precedido por un volumen complementario en el cual Ricardo Rojas estudió personalidad y obra del autor (…)”
Para Roberto Ángel Parodi, coincide con Ricardo Rojas en considerar a la obra Solané como el primer drama de temática gauchesca. “No debe olvidarse que el Juan Moreira de Eduardo Gutiérrez recién llega a las tablas, como pantomima en 1884. Y pasarán aún dos años más para que José Podestá escriba los diálogos de la pieza y l represente por primera vez en la ciudad de Chivilcoy.”
Esta obra relata las aventuras de un personaje polémico de existencia real en los pagos de Tandil, Gerónimo G. Solané, perseguido por las autoridades, de oficio curandero con el nombre de “Tata Dios” que un buen día decidió levantarse contra el gobierno y “los extranjeros son la causa de todo mal y por lo tanto hay que exterminarlos”, a los que acusaba de explotar laboralmente al gauchaje. 
Pero Francisquillo no termina su actuación política con la desaparición del jordanismo. En 1876, Fernández rumbea para Buenos Aires, a propuesta de su amigo Olegario V. Andrade. El presidente Avellaneda lo designa profesor de Historia en el Colegio Nacional de Buenos Aires y luego inspector de enseñanza secundaria. Como muchos viejos jordanistas se incorpora a los comités que impulsan la candidatura a gobernador de Eduardo Racedo, representante del Roquismo en Entre Ríos. 
Muere en Buenos Aires el 22 de diciembre de 1922, la que se consignó según Ricardo Rojas, con “vagos sueltos necrológicos de algunos periódicos y el silencio de otros”.

La rebelión de Tata Dios
Una crónica relata que “Al grito de ‘¡Viva la Patria!’, ‘¡Viva la Religión!’, ‘¡Mueran los gringos y los masones!’ y ‘¡Maten, siendo gringos y vascos!’, se dirigieron corriendo a la plaza central del pueblo donde se encontraba la multitud. Allí rodearon a Santiago Imberti ―un italiano que era organillero  y vivía en la plaza― y lo degollaron.
“Cruzaron al galope los campos aledaños para matar a los ‘gringos’ arguyendo que atacaban a la Patria y a la Iglesia.”
La banda de forajidos continuó con la matanza de vecinos “extranjeros” y también peones de las estancias de la zona.
“En el pueblo del Tandil se preparó la persecución de Jacinto Pérez y sus gauchos, quienes permanecían apostados en la estancia de Ramón Santamarina.
“En duro combate cae abatida una decena de los seguidores de Tata Dios Solané y este es tomado preso, junto con siete de sus adeptos, por las milicias.
“Enterada de lo que estaba sucediendo, una partida policial salió a perseguir a los gauchos, matando a once y atrapando a doce. El resto pudo escapar. La partida también fue a detener a Geronimo Solané a su rancho (…)
“Cinco días después ―el 6 de enero de 1872― Gerónimo G. Solané fue asesinado en el calabozo del juzgado local.”

Biblografía:
http://es.wikipedia.org/wiki/Masacre_de_Tandil
Castagnino, Raúl H, “Lo Gauchesco en el Teatro Argentino, Antes y Después de Martin Fierro”, en http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ Vol. XL, Núm. 87-88, Abril-Septiembre 1974 
Juan Carlos Jara, Francisco F. Fernández, un entrerriano rebelde y olvidado, en http://otrabuenosaires.com.ar/francisco-f-fernandez/
Parodi, Roberto Ángel, Enciclopedia de Entre Ríos, T. V: Literatura, Arozena Editores, Paraná, 1979.
Barreto, Ana María, Francisco Fernández. La pluma de la revolución jordanista, en En tiempos de Urquiza (Luis Ángel Cerrudo, coord.), N° 1, Dunken. Bs. As. 2011.

3/7/16

Merecido reconocimiento a la historiadora Celia Vernaz


Nada más elocuente que la treintena de libros publicados sobre la inmigración, para que la Cámara de Diputados de la Nación distinga a la historiadora Celia Vernaz. por su trayectoria.
Este 2 de julio el Salón Saint Exupéry del Centro Saboyano de San José se vistió de gala para recibir en manos del Diputado Nacional Don Marcelo Monfort un distinguido reconocimiento.
El Profesor Carlos Contegrand realizó un pormenorizado relato de la vida de Celia destacando su labor en la educación y las Profesoras Gloria Ballay y Rosa Maxit, a través de fotografías, plasmaron su actividad cultural en diferentes épocas.
Celia, una mujer dedicada a la historia de nuestros abuelos, es reconocida en ambitos nacionales e internacionales, sobre todo, en Saboya, Valais y Piamonte, tierra de orígen de la inmigración. Asimismo, todo visitante extranjero que recorre la región la tiene como referente bibliográfico en las consultas históricas.
Nacida en la Colonia San José, convivió con las tareas del campo y sus habitantes , quizás por eso, sus relatos son tan claros y atrapantes que llevan al lector a querer saber más.
En sus palabras, Celia relató las experiencias de muchos años para lograr la documentación, las historias de vida , las anécdotas que la llevaron a escribir diferentes libros sobre nuestra Colonia San José.
El acto se realizó bajo un clima de admiración,serenidad y emoción. Celia es sinónimo de historia, de docente querida, de incansable colaboradora y de ciudadana respetada.
Estuvieron presentes familiares, amigos de diferentes localidades, exalumnos, autoridades muncipales y educativas como también representantes de la Sociedad Suiza de Paysandú y el Senador Don Pablo Canali.

(https://www.facebook.com/museohistorico.sanjose/?notif_t=notify_me_page&notif_id=1467577180336062)

25/6/16

Don Cristóbal y la Casa Bordoy

Por Rubén Bourlot

En San Salvador se levanta una centenaria residencia que se destaca del resto de las construcciones por el remate de almenas. El edificio conocido como Casa Bordoy fue declarado patrimonio cultural de la Capital Nacional de Arroz. Alguna vez su imponente presencia provocó sospechas inquietantes de los interventores que irrumpieron en 1930, tras la caída de Irigoyen. Con la sutileza que caracterizó al régimen de facto de José Félix Uriburu, la familia fue allanada porque esas almenas resultaban muy sospechosas. 
El edificio es producto de los sacrificios de un inmigrante español que arribó a estas tierras al filo del siglo XX.
Unas décadas antes, del otro lado del mundo, Cristóbal Bordoy, junto a su esposa, asiste nuevamente al médico para buscar una cura a los achaques de su primogénito Andrés.
- Doctor, sigue con problemas. El tratamiento que usted le recomendó parece no dar resultados.
- Doncs, Don Cristóbal, jo li suggereixo que per a la cures dels seus mals ha de canviar d'aires (Pues, Don Cristóbal, yo le sugiero que para la curas de sus males debe cambiar de aires) – replica el médico que se resiste a usar el castellano.
- ¿Cambiar de aires? ¿Y eso qué significa doctor?
- Això vol dir que s'ha d'anar de Palma, traslladar-se a un altre lloc (Eso significa que debe irse de Palma, trasladarse a otro lugar).
- ¿A otro lugar?, ¿a qué otro lugar?
- Jo li dic que s'ha d'anar per Amèrica  (Yo le digo que se debe ir para América).
Cristóbal Bordoy, su esposa Catalina Roselló
y sus hijos Andrés y Cristóbal, nietos (circa 1918)
Como un baldazo de agua fría le cae la sugerencia a Cristóbal, y a su esposa - Catalina Roselló Llabrés - también. Dejar todo para irse a hacer la América como tantos españoles lo habían hecho. Pero aquellos lo hacían desesperados por la pobreza. Don Cristóbal tenía todo esa paradisíaca isla de las Baleares. Tenía su fábrica de aceites y lo otra de cigarros que le permitían vivir sin sobresaltos.  
Lo consultó con Catalina y al final tomó la decisión. Vendió las dos fábricas, su casa, y con un puñado de libras esterlinas  compró el pasaje que los llevaría a los nuevos aires de América.
El barco zarpó del antiguo puerto de Palma de Mallorca y, tras navegar por el Mediterráneo, se internó en el ancho Atlántico. Al compás de las olas se incrementaban las expectativas. De pronto anunciaron el arribo a un puerto cuyo nombre aludía a lo que les había recomendado el médico mallorquí: Buenos Aires.
En el lugar hallaron la bienvenida en un hotel para inmigrantes, para asombre de los recién llegados. Con sus equipajes apilados en un rincón, y lo que restaban de las pesetas comenzaron a averiguar por algún lugar donde instalarse. Les ofrecieron un predio en la provincia de Buenos Aires, por la zona de Azul, y hasta allí fueron. Cristóbal, con su experiencia de emprendedor, instaló una fábrica de jabón y de licores. 

Rumbo a Entre Ríos
Pero no se quedaron mucho tiempo en el lugar. Se enteraron por la publicidad de una empresa colonizadora que en Hernandarias, a la vera del gran río Paraná, había disponibles tierras aptas para plantar viñas.
- ¿Y si nos vamos y ponemos un viñedo?, consultó Cristóbal a Catalina.
Hasta allá se fueron. Nuevamente dejaron todo, hicieron las valijas en la colonia del norte entrerriano plantaron viñas, las cuidaron como sabían hacerlo también el Mallorca, construyeron un sótano, y pronto las plantas se apretujaron de racimos. Molieron la uva y obtuvieron un muy buen vino. Consiguieron los primeros clientes en La Paz y al poco tiempo también el vino de Bordoy se degustaba en Paraná. 
Almacén de Ramos Generales de Perper,
que funcionaba en la casa de Bordoy
“Cuando todo marchaba maravillosamente bien – Escribe Victorio Bianchi en su “Esquema de la historia de Hernandarias” – y ya se vislumbraban las esperanzas de un futuro promisor, con las vides y los trigales en su madurez, vino un tarde la más sombría de la historia de la villa: una temible manga de langostas que cubría el firmamento, y devastó, devoró hasta la corteza de la plantas”.
No quedaron viñas, ni árboles, ni los tutores de las viñas se salvaron. Pero quedaron los compromisos de entrega de la producción a lo ávidos clientes de La Paz y Paraná que habían adelantado el dinero. Y para Bordoy los compromisos son sagrados. Quiso la providencia que un miembro de la familia del coronel Miguel Malarín le ofreciera radicarse en un predio de la nueva colonia que estaba formando en el entonces departamento Colón. De nuevo un nombre evocador: San Salvador. 
Vendieron todo lo que le quedaba, saldaron las deudas, subieron sus equipajes en un robusto carro playero y viajaron durante días entre montes de algarrobos, espinillos y palmas caranday hasta arribar el nuevo hogar. 
En el carro cargaron el último tonel de vino que lograron conservar de la cosecha anterior y fue el obsequio de agradecimiento para el coronel Malarín. 
 En el lugar Cristóbal hizo prosperar el trigo, el maíz, y todo lo que pudiese cultivar. Poco a poco fue dejando la actividad en manos de sus hijos, Andrés y el hermano nacido en el país: Cristóbal.

La Casa Bordoy
En tanto Bordoy fue edificando su casa en la estación San Salvador donde se trasladó para pasar sus últimos años de su agitada vida. Allí participó de la vida social del pujante núcleo urbano integrando  varias instituciones comunitarias.
Casa de Cristóbal Bordoy hacia 1918
Entre 1916 y 1917, construyó la conocida residencia de calle 25 de mayo, en un predio adquirido en 1913. Se trata en realidad de un conjunto de tres casas, un local comercial y un depósito. En el lugar Bordoy vivía con su familia, el depósito lo utilizaba para su negocio de acopio de cereales y el resto lo arrendaba a terceros. En el local de la esquina funcionaba un almacén de ramos generales. Las otras casas se alquilaban a distintas familias.
El arquitecto Ricardo Marcó Muñoa describe la construcción como una casa de estilo colonial con patios interiores y una fachada en donde se destacan las “almenas de contorno curvo que coronan el parapeto, de que sobresalen, a modo de pequeñas torretas, los remates de la pilastras de la fachada. Las pilastras también tienen apariencia sólida, robusta, hasta parecer sobredimensionadas, dado que sólo cumplen una función ornamental.”

Bibliografia:
- Magdalena Pandiani de Chemín, El departamento San Salvador en las noticias y algo más…, Imp. Ciscato, Santa fe, 2007.
- Testimonios de Magdalena Pandiani, Paraná.


Para publicar en este blog enviar los artículos a bourlotruben@gmail.com. Son requisitos que traten sobre la temática de este espacio, con una extensión no mayor a 2500 caracteres y agregar los datos del autor. Se puede adjuntar una imagen en formato jpg.
---------------------------------------------------------------