Por Rubén Bourlot
Entre Ríos es pródiga iniciativas educativas desde los
orígenes de su conformación como territorio autónomo. Ya en 1815, ante el
cierre de la escuela parroquial, José Artigas encomienda al comandante Eusebio Hereñú
la fundación de una escuela sostenida por el estado en Paraná. Un año después,
en 1816 comienza a funcionar la primera escuela lancasteriana de Latinoamérica
en Concepción del Uruguay, fundada por el chileno Fray Solano García.
Años más tarde se destaca la labor a favor de la educación
sostenida por Francisco Ramírez, que en los reglamentos que organizan la
República de Entre Ríos dispone la obligatoriedad de asistir a la escuela a
todos los niños e instruye a los comandantes militares para que instalen
escuelas en sus respectivas jurisdicciones.
Justo José de Urquiza es reconocido como uno de los pioneros
en el impulso de la educación a nivel nacional. A él se le deben múltiples
proyectos como la ley de 1826 que ordenaba la construcción de escuelas en villa
y pueblos, o la fundación de escuelas normales en Paraná y Concepción del
Uruguay, en 1848, dos décadas antes de su efectiva concreción. Pero lo más
destacable son las realizaciones como los planes de educación durante sus
gobernaciones, la fundación del Colegio del Uruguay en 1849 y el impulso para
la definitiva instalación del normalismo en la provincia.
También merece reconocerse la labor de pioneros en sus
respectivos momentos a entrerrianos como Martiniano y Onésimo Leguizamón, y
Osvaldo Magnasco en sus gestiones a nivel nacional, a Manuel
Antequeda como Director General de Escuelas a principios del siglo XX y Héctor
Guionet en los albores de la década del ’60, por nombrar algunos.
Formar agricultores
En materia de educación agropecuaria la provincia tiene sobrados
títulos para considerársela precursora.
En los reglamentos de la República de Entre Ríos, se estimula a los
vecinos para que favorezcan el procreo de los animales vacunos y caballares, y
los instruye para que siembren granos y planten árboles frutales.
En 1824, en la memoria del gobernador José León Sola se
menciona el envío de jóvenes para estudiar en la Escuela de Agricultura de
Buenos Aires, la que fuera fundada por Rivadavia, de efímera existencia.
Durante la gestión de Urquiza, en 1851 se dispuso la formación
de chacras en las escuelas de campaña para que los niños aprendieran el cultivo
de la tierra. Estas chacras debían tener una extensión mínima de tres varas de
frente por tres de fondo.
A fines del siglo XIX comienzan a concretarse las primeras iniciativas
para instalar establecimientos de enseñanza agropecuaria, de lo cual ofrecemos
algunos ejemplos.
Carbó y la Escuela de Agricultura de Villa Urquiza
Uno de los impulsores de la educación agropecuaria fue Alejandro
Carbó, egresado y director de la Escuela Normal de Paraná, que alternó la función
docente con el desempeño como legislador. En 1896 fue nombrado presidente del Consejo de
Educación de Entre Ríos. Desde esa función se propuso cumplir la ley de
educación común promulgada en la provincia en 1886, la cual determinaba que se
debían preferir los elementos teórico–prácticos que mejor convinieran "a
las condiciones locales de cada distrito o sección escolar, teniendo en cuenta
los trabajos habituales del vecindario y el mejor servicio de las industrias
existentes o que puedan establecerse según las fuentes naturales de
riqueza". Por esa razón estableció un plan de actividades para el Consejo
de Educación que determinaba que en las escuelas de campaña (es decir, campo)
se haría obligatoria la práctica de la granja escolar para los varones y de
jardín para las niñas, a la vez que establecía excursiones a los
establecimientos y colonias cercanos a las escuelas. Con el objetivo de cumplir
esas disposiciones ordenó la creación de una granja escolar en los alrededores
de la capital y una escuela de agricultura en Villa Urquiza. Esta última creada
en 1898 en la que fuera la primer colonia agrícola del país fundada en 1853 por
Urquiza. El primer director fue un francés, Gastón Decleve. En 1920, un tornado
destruyó sus instalaciones. En 1985 fue recreada bajo su actual denominación de
Escuela Agrotécnica de Villa Urquiza.
La Escuela de Las Delicias
Durante la gobernación de Leónidas Echagüe, se adquiere 300
hectáreas en la Estación Las Delicias, cerca de Paraná, que se donan al gobierno
nacional para la instalación de una
escuela de agricultura que se formaliza mediante el decreto del 3 de mayo de
1900 que crea la escuela de Agricultura "Las Delicias". En 1904 comienza
la etapa de organización, funcionando en primera instancia como Escuela
Agrícola Primaria.
Posteriormente se
construyen nuevos edificios y el 5 de Junio de 1911, pasa a ser la Escuela
Práctica de Agricultura de Las Delicias.
Los cursos duraban 3 años y para su ingreso debían rendir un
examen equivalente al tercer grado de las escuelas comunes, pudiendo también
asistir en calidad de oyente, siendo el primer egresado don Ángel Barozzi en
Junio de 1914 como Práctico Competente en Agricultura y Ganadería.
En 1945 la Escuela de Agricultura Las Delicias pasa a
funcionar como Establecimiento de Enseñanza Agrícola Superior, de carácter
Politécnico, con la finalidad de capacitar a los agrónomos egresados de las
escuelas agrícolas, técnica y prácticamente para intervenir en el manejo de las
explotaciones rurales.
En 1946 comienza el nuevo plan de estudios que permitía al
alumno obtener el título de cabañero, dado que era una escuela de Tambo y
Cabaña. Posteriormente se otorga título
de Técnico en Granja. A partir de 1966 se extienden los títulos de Experto
Agropecuario al terminar el ciclo básico, y el de Agrónomo General Nacional de
tres años más de duración.
Escuela Agrotécnica de Villaguay
La escuela Justo José de Urquiza, fundada en Villaguay en
1905, se concentra en la enseñanza del cultivo, siembra, recolección de cereales,
la cría y cuidados del ganado, y la transformación
industrial de los productos. Los fundamentos de su creación hacen hincapié en
la supuesta "ignorancia de la población rural, refractaria a las
innovaciones". De ahí que se propicia convencer al alumno de la
importancia de las industrias accesorias que "deben resolver el problema
de la subsistencia del colono y su familia, y de que de las industrias madres
debe arrancarse esto: el ahorro". Los estudios duraban tres años y al
mismo tiempo los alumnos cursaban de tercero a quinto grados de la escuela
primaria común. Se aclaraba que no se proponía formar profesionales, ni
siquiera capataces, sino "desarrollar aptitudes que, bien aplicadas,
provocarán la evolución del trabajo empírico hacia el trabajo consciente y
fecundo".
Escuela de Avicultura de Colón
En 1903 el diputado Emilio Gouchón proyectó una Escuela de
Agricultura en Colón. En 1913, el diputado nacional Méndez Casariego presenta
un nuevo proyecto para el mismo fin. En 1927 el Centro de Fomento Departamental
de Colón se dirige al Ministro de Agricultura de la Nación ofreciendo 100 hectáreas
de terreno a dos kilómetros de la ciudad para una Escuela de Avicultura que empieza
a funcionar como un establecimiento agrícola siendo su primer encargado el
agrónomo Humberto Fonseca. En 1937 empieza a funcionar como Escuela de
Agricultura en Formación, sin alumnos oficiales y con peones aprendices. En 1942
asume la dirección el agrónomo y administrador rural Guillermo San Román, quien
le imprime una orientación más técnica a la escuela. Viendo que la avicultura
está muy desarrollada en la zona y que se realizaba con técnicas precarias se
comienzan a dictar clases teóricas en la Universidad Popular y prácticas en el
Establecimiento. Los primeros egresados en 1946 obtuvieron el título de
Práctico en Avicultura. En marzo de 1944 la “Escuela en formación” pasa a ser
Escuela de Avicultura, funcionando oficialmente.
El 2 de julio de 1944, se coloca la piedra fundamental del
futuro edificio de la Escuela de Avicultura con su respectivo internado que se
inaugura el 26 de mayo de 1952.
En la década del ’60 se modifican los planes de estudio con
la incorporación de dos ciclos, un básico del cual los alumnos egresan con el
título de Experto en Granja y otros superior del cual egresan con el título de
Agrónomo Nacional. Hasta fines de la década del ’80 perteneció a la
jurisdicción nacional.
La formación de maestros rurales
Con el objeto de implementar el plan de implementar las
granjas anexas a las escuelas rurales, establecidas por la ley de educación
común de 1896, en 1904 por iniciativa de Manuel Antequeda se resolvió crear una
escuela para la formación de maestros que a su vez tuvieran conocimientos en
técnicas de cultivos y crianza de animales para trasmitirlas a sus alumnos. Así
nace la Escuela Normal de Maestros Rurales Juan Bautista Alberdi, ubicada en
las cercanías de la estación Tezanos Pinto. Es la primera escuela en su tipo de
Latinoamérica. En esta escuela estudiaban exclusivamente varones.
Medio siglo después, en 1862, durante la gobernación de Raúl
Uranga y la presidencia del Consejo General de Educación de Héctor Guionet, se
fundó la Escuela Normal de Maestras Rurales Almafuerte, en las cercanías de La
Picada. De esta manera se agregaba la perspectiva femenina al magisterio rural.
Hoy ambos establecimientos son mixtos.