La guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay siempre dará lugar a controversias y especulaciones.
De todos modos, es necesario hacer algunas aclaraciones:
1) Este conflicto se inscribe en el largo proceso de conformación territorial de los Estados sudamericanos y de formación de las nacionalidades.
2) Tanto la diplomacia del Estado oriental como la paraguaya cometieron errores inconcebibles q
ue tuvieron influencia decisiva en el origen de la guerra.
3) El Paraguay no era una potencia industrial: el establecimiento de Ibicuy era una fundición de hierro, no muy diferente de las que se conocían en Europa desde fines de la Edad Media.
4) Nadie duda de que el Paraguay era un país independiente, en el cual el Estado ejercía el monopolio de los principales rubros del comercio exterior (yerba mate, tabaco y maderas). Pero su producción esencialmente agrícola y forestal alcanzaba para el autoabastecimiento, y en menor medida, para la exportación a los países vecinos.
5) No se puede decir que la guerra fue alentada por Gran Bretaña. En todo caso, una vez iniciada la contienda, tanto Argentina como el Imperio del Brasil buscaron financiación a través de las casas bancarias británicas, que eran las que mayor presencia y capacidad en la región.
6) La guerra fue aprovechada por grupos empresariales vinculados al gobierno argentino, que hicieron buenos negocios como proveedores del ejército. Esta costumbre no era una novedad, pues venía desde los tiempos de las guerras de la independencia.
7) De parte del gobierno argentino hubo errores e improvisación: nadie había pensado en que el conflicto durara más de un año.
8) Además, las deserciones en los ejércitos, más que relacionarse con el sentimiento de unidad americana o de reacción antimperialista, era común en nuestro país: mientras la lucha fuera en territorio propio había posibilidades de conservar el control de las tropas; pero siempre hubo deserciones masivas cuando los conflictos se producían en regiones alejadas del lugar de procedencia de los milicianos.
9) No se puede negar las responsabilidades que los principales actores tuvieron en el estallido de la guerra y en su perduración: en principio, la del Imperio con su afán expansionista; la del gobierno encabezado por Mitre, por haber alentado el derrocamiento del gobierno “blanco” uruguayo; los desaciertos políticos y diplomáticos cometidos por el gobierno oriental; y los errores políticos y estratégicos cometidos por de Francisco Solano López, cuya megalomanía suicida condujo al sacrificio de la mayor parte de su pueblo.
10) Esta guerra significó para los entrerrianos otro elemento negativo en el declinante prestigio del general Urquiza, que se sumó a las dudas sobre la derrota de Pavón y a las subsiguientes rebeliones protagonizadas por los federales del interior. Pese a la resistencia y desbande de las milicias entrerrianas, un buen número que participó en la guerra murió, en tanto, algunos pocos de los que pudieron regresar, recibieron compensaciones, mientras la mayoría padeció las secuelas producidas por las heridas o por el abandono de sus propiedades.
La tragedia de la guerra contra el Paraguay ha representado una pesada carga sobre la conciencia de los argentinos. Pero si se quiere comprender en amplitud las causas de la misma, es necesario hacer un análisis profundo de cada una de ellas. No hubo entre los principales protagonistas voluntad de solucionar los conflictos por otra vía; en cambio, millares de hombres de los cuatro Estados fueron conducidos a sufrimientos indecibles. El Paraguay padeció las peores consecuencias de la guerra; pero los otros países quedaron endeudados y maltrechas sus economías.
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