Rubén I. Bourlot
A fines de diciembre de 1933 se anunciaba la inauguración de la enfermería de la cárcel pública de Paraná. El acto se llevaría a cabo el año nuevo de 1934 y “con este motivo se ofrecerá a los recluidos un festival con participación de varios artistas” en donde participaría nada menos que la ya consagrada Libertad Lamarque.
La información publicada en EL DIARIO agregaba que la enfermería contaba con equipamiento moderno para satisfacer las necesidades del penal. También la Sociedad de Beneficencia había donado quince colchas.
En la inauguración, la mañana del primero de enero, se presentarían la pareja de cantos y bailes americanos Dupont-Pelegri, el cómico Della Valle y el dúo “futurista” Splendid. A la tarde, como broche de oro, se presentaba el recital de Libertad Lamarque.
En la edición del 3 de enero EL DIARIO publicaba la crónica del festival acompañada por registros gráficos de la actuación de Lamarque. En la misma se insertaba el texto de una carta enviada por los reclusos que describe las “escenas hilarantes y amenas que nos ofrecieron los artistas que nos visitaron por la mañana, nos ha hecho vivir momentos de felicidad verdadera en nuestra monótona y sombría existencia, cuyo recuerdo perdurará por mucho tiempo.
“La mejor sorpresa -agregan- se nos tenía deparada para la tarde cuando hizo su entrada en el penal la calandria criolla que con su habitual amabilidad acogió las ovaciones jubilosas y departió con nosotros afablemente”, refiriéndose a Libertad Lamarque.
También los propios reclusos fueron protagonistas sobre las tablas con el discurso de José Sauer, un recitado de parte de Luis Di Pangracio y una canción interpretada por el penado Víctor Marín acompañado por la guitarra de José Catalán.
También José Sauer le escribió a Lamarque un soneto: “Bienvenida seas, Libertad. Es tanta / tu gentileza como es la canora / algarabía agreste que atesora / tu suave, dulce y musical garganta.”
La presencia de Libertad Lamarque en el ámbito carcelario parece algo curioso pero no resultaba extraño a su trayectoria como veremos.
Ya había estado en territorio entrerriano en varias oportunidades. Por ejemplo en Colón donde actuó en el teatro Centenario en 1932. Luego se presentó, el 20 diciembre de 1933, en Concepción del Uruguay. Su actuación fue en el salón del Cine Teatro Texier. El 21 actuó nuevamente en dos funciones, vermouth y noche. Luego continuó su gira por la ciudad de Gualeguaychú según relata el historiador Andrés Rousseaux.
Libertad en las cárceles
Su labor en el ámbito artístico fue muy precoz. Había nacido el 24 de noviembre de 1908 en Rosario y su primera experiencia fue la participación a los siete años actuando en una obra de teatro de beneficencia ¡en la cárcel de su ciudad natal! El detalle es que su propio padre estaba preso en el lugar condenado por su militancia en el anarquismo.
Al notar su potencial, la familia decidió trasladarse a Buenos Aires con una carta de recomendación para el dueño del Teatro El Nacional, Pascual Carcavallo. Francisco Canaro fue quien la descubrió y unió a su orquesta, grabando temas como Mocosita, El ciruja, Langosta y Pato. Así fue como en 1926 consiguió un papel en el sainete La muchacha de Montmartre, cantando junto a Olinda Bazán y Antonia Volpe. A los dos meses debutaría en Radio Prieto y la discográfica Víctor la contrataría a 150 pesos por disco, grabando uno por mes.
En 1926, en el marco de una gira, actuó nuevamente en la cárcel de Rosario junto a Pedro Maffia y Osvaldo Pugliese para acompañar a Ernesto Ponzio, el autor del tango Don Juan, que estaba allí alojado por haber asesinado a un hombre en 1924.
En el tiempo que visitó Paraná, ya era consagrada y calificada como “la reina del tango”. En 1929 había participado de El conventillo de la paloma, de Alberto Vaccarezza, un gran éxito. Luego de dos años y más de mil representaciones, decidió renunciar para continuar su carrera como cantante.
En 1930 debutó como actriz en un filme mudo, Adiós, Argentina, de Mario Parpagnoli, mientras que en 1933 intervino en la primera película sonora argentina, ¡Tango!, junto a Tita Merello. Con su actuación en El alma del bandoneón (1935) se consagró definitivamente como actriz melodramática.
Vida de contrastes
Su vida privada estuvo plagada de contrastes. A los sinsabores por las persecuciones políticas a su padre se sumó un precoz y tormentoso matrimonio a los 18 años con Emilio Romero, tuvo una hija y tras episodios de maltrato intentó divorciarse que recién logró tras doce años de litigios. En 1935, en Santiago de Chile, tuvo un intento de suicidio.
En medio de la disputa por la tenencia de la hija una información consigna que Romero la raptó -tenía siete años- y se la llevó al Uruguay. Pero Libertad no se resignó y logró recuperarla del mismo modo. El diario El Orden de Santa Fe (12 de julio de 1935) publicó la noticia de este episodio con el título “Libertad Lamarque raptó de una escuela de Montevideo a una hija de siete años” que luego la condujo a Buenos Aires en avión. Menciona que el amigo que la ayudó fue el cantor Alberto Gómez.
Luego contrajo matrimonio con el pianista Alfredo Malerba, autor de Besos brujos y Madreselva, clásicos en el repertorio de la artista.Existen distintas versiones sobre el enfrentamiento con la que luego sería la esposa de Juan Domingo Perón. Ambas se habrían conocido en la filmación de la película La cabalgata del circo (1945), dirigida por Mario Soficci.
Según Fermín Chávez, en su libro Eva Perón en la historia, en el curso de la filmación tuvo lugar un incidente con Eva Duarte cuando “Libertad le había propinado una cachetada, lo que habría dado lugar a una enemistad indeleble. No es verdad; el propio Soffici se encargó de desinflar el globo en una entrevista periodística. Ocurrió que, un día, Evita llegó unos cuantos minutos tarde a la filmación y Libertad Lamarque, que era una profesional muy exigente y a la vez muy cumplidora en los horarios, le recriminó su atraso (…)”. Días después la propia Lamarque se retrasó a lo que Eva hizo lo propio posteriormente en una competencia que solo finalizó cuando intervino el propio Soffici. De ese incidente quedaron heridas que nunca se saldaron.