29/1/15

Borges en nuestros pagos

Por Rubén Bourlot
Publicado originalmente en la revista Orillas

Paraná tuvo en varias oportunidades la visita de Jorge Luis Borges, en un aparente  retorno a sus antiguas raíces. Por la venas del autor del Aleph corría sangre tagüé mezclada con  torrentes de estirpe anglosajona. Su abuelo, el coronel Francisco Borges anduvo por Entre Ríos en la época de las rebeliones jordanistas y aquí se casó con Frances Ann Haslam y de esa unión nació su padre, en 1874, Jorge Guillermo Borges. De ente último es la novela El Caudillo, que  transcurre en el ambiente de las guerras civiles provinciales.
Es por ello que en la frondosa literatura borgeana se cuelan personajes entrerrianos, sables, cuchillos y tacuaras. De sus primeras escrituras, de su etapa irigoyenista y prologuista de Jauretche, son sus relatos amigables con esos paisanos que frecuentó su padre, que luego abandonó con el paso del tiempo, prefiriendo los compadritos orilleros de Buenos Aires. Por otra parte, la amistad de Borges con los entrerrianos Evaristo Carriego (Carrieguito) y Carlos Mastronardi es bien conocida.

En los años 50

En la década de 1950, apabullado por las turbas peronistas, por la irrupción de personajes orilleros de carne y hueso, nuestro escritor laureado arriba a Paraná en una visita más o menos clandestina. Cuenta Iris Estela Longo que Beatriz Boch “evoca una casi ignorada visita de Jorge Luis Borges a Paraná en tiempos difíciles (1952, época peronista), para dictar una conferencia, que contó con un público discreto en cuanto al número, pero no distante. Lo fue a buscar al Plaza Hotel, y mientras caminaban por calle San Martín, D. Jorge Luis le confió que nunca había imaginado que alguna vez saldría a pronunciar conferencias (confesión que años más tarde comentarían varios de sus biógrafos). Finalizada la conferencia, muy pocos se animaron a cenar con él en el modesto restaurante de la Sociedad Italiana, frente a la Plaza Alvear. Eran cuatro o cinco -puntualiza-; entre ellos el ex gobernador Raúl Uranga. Al otro día, alternó con Juan L. Ortiz y Julio H. Meirama, quien lo condujo en su automóvil hasta la estación del ferrocarril, desde donde viajaría hasta Gualeguay. A Beatriz Bosch se le iluminan los ojos cuando rememora que le llevó a la estación un ejemplar de la primera edición de Historia Universal de la Infamia, para que se lo autografiara. Ninguno de los cuatro contaba con una lapicera para el caso. ‘No sé de dónde Borges sacó un cabito de lapicera (tal vez se lo daría Meirama) y grabó fuertemente los caracteres: ‘A.B.B. con la amistad del antiguo entrerriano J.L. Borges, 1952’ (lo de “entrerriano”, dice, era por el recuerdo de su padre, nacido en Paraná en 1874)”.

En los años 60

 Firma de Borges sobre la pared de un local de Paraná
Una década después, el 29 de julio de 1963, El Diario de Paraná publica una foto del autor de Libro de arena para ilustrar una breve nota donde informa sobre su “visita a la redacción después de pronunciar la magnífica conferencia en el Colegio de Escribanos y bajo el patrocinio de la Asociación Mariano Moreno”. No abundan testimonios periodísticos sobre la repercusión que tuvo el acontecimiento. De esta visita sí quedó estampada su firma en el local donde Élida Guzmán editaba la revista Orquídeas, ubicado sobre calle Laprida casi San Martín.
Más ecos periodísticos tuvo su visita de 1969 cuando el laureado y sempiterno candidato al premio Nobel fue convocado en el marco de un ciclo organizado por una conocida compañía fabricante de máquinas de escribir. Borges habló sobre el tema “El tiempo y los libros” en el auditorio del Instituto del Seguro.
Previamente a la disertación mantuvo una entrevista con periodistas de El Diario. Entre otras consideraciones, manifestó que “cuando escribo pienso fundamentalmente en mis amigos, aunque naturalmente me place, obviamente, que el público en general pueda acoger con satisfacción y agrado mis obras”. En otro segmento de su diálogo periodístico consideró que “el escritor no debe mostrar preocupación alguna por ser contemporáneo, porque ya lo es por naturaleza. Recuerdo a propósito, que cuando yo era joven quería ser moderno, porque creía descubiertos el pasado y el porvenir. Estoy seguro que perdía así toda autenticidad. Ahora escribo, en cambio, con libertad y comodidad; me abandono a la práctica fácil del oficio (…)”. Más adelante sostiene que “la influencia de Groussac y Alfonso Reyes y la frecuentación de la literatura inglesa (…) me han ayudado a simplificar la elaboración de mis conceptos. Antes, creo que por ser un mal lector de los clásicos españoles y de la obra de Leopoldo Lugones, me incliné a un barroquismo que luego presentí que usaba en mis primeras páginas para evitar, quizás, que se descubriera mi propia simpleza (…)”
El diario aporta datos sobre las actividades del escritor en ese momento: profesor de Literatura Inglesa desde 1955 y actualmente a cargo de un seminario de poesía anglosajona en la Asociación Argentina de Cultura Inglesa.
Al final de la entrevista, el cronista agrega que el diálogo termina “no porque se agote el tema, ni porque Borges lo pida. Sólo es la hora del almuerzo. ‘Y comer es una necesidad natural que debemos cumplir. Como escribir – dice Borges -, sin que nadie nos lo imponga y sin motivaciones especiales”
Cuenta Adolfo Golz,  presente en la conferencia,  un acontecimiento curioso: dice que al momento de comenzar la alocución el micrófono se “empacó” y no hubo manera de arreglarlo por lo que el escritor la emprendió a viva voz, pero la mala acústica del lugar que se sumó a la deficiente dicción del disertante convirtieron la charla en ininteligible. No obstante los concurrentes a la salida, en los corrillos, comentaban: “qué bueno, qué interesante conferencia…”
Acompaña la nota de El Diario una foto que muestra a Borges departiendo con el cronista de El Diario, Carlos Lerena y el presentador Marcos Rosemberg.
Años después, nos informa Roberto Romani en su libro Hermanos de Patria y Cielo, el ya veterano escritor arribó a Gualeguay con motivo del traslado de los restos de su amigo Carlos Mastronardi. Corría 1982 y se cumplía seis años de la muerte del autor de Luz de provincia, era junio y el cementerio gualeyo temblaba con la brisa fría que lo atravesaba. Y ahí estaban firmes para brindarle el merecido homenaje Borges, Héctor Izaguirre, Juan José Manauta, Roberto Beracochea, Juan María Gianello y Armando Freyre, entre otros.

Fuentes:
Testimonio de Adolfo Golz, Paraná.
El Diario, Paraná: 29-07-1963 y 15-08-1969
Romani, Roberto, Hermanos de patria y cielo, Ed. Del Clé, Nogoyá, 1013.
Longo, Iris Estela, La herencia entrerriana en Borges, en Espéculo, revista digital, Nº 35, marzo – junio, 2007

9/1/15

“Sin libertad nada sirve”. Entrevista a don Luis Perriere

Por  Ricardo Cesar Bazán*

La siguiente entrevista fue realizada el 10 de Septiembre del 2005 al destacado periodista Don Luis Perriere (LP) por Ricardo César Bazán (RB) y Julio Argentino Maidana (JM) en el programa “Entre Todos” -Programa de la Economía Social- que se emite F.M. Cambalache 89, 7 Mhz, Paraná, Entre Ríos.

(RB) Cuéntenos Don Luis de donde es oriundo usted.
 (LP) Del pago más lindo de la provincia, de Basavilbaso
(RB) Hace muchos años que está aquí en Paraná.
(LP) Desde el año 1943
(RB) Como se inició en el periodismo.
(LP) Por vocación, fui primero empleado público nacional en el Sanatorio Fidanza (el leprosario), pero no me gustó la idea de seguir trabajando en ese lugar y di rienda suelta a mi vocación que era hacer periodismo, pero...fundamentalmente el periodismo gráfico, y así me inicie en dos diarios, en uno como corrector, el diario La Causa y el otro como redactor de policiales en El Libertador, ya periódicos... diarios de Paraná que desaparecieron.
(RB) Usted es un hombre de radio, en sus comienzos, la radio cómo era en esos tiempos, y qué programas hizo.
(LP) La radio tenía...la imagen completa que tiene hoy la televisión, era un medio de comunicación social nuevo, había nacido allá por 1920 a través de experiencias que realizaron entre otros Marconi y los Estados Unidos, para la época que se desarrolló el sistema de radiodifusión era considerado un secreto militar, pero algunas cosas trascendieron y también por 1920, el 27 de agosto de ese año, la radio nace en la Argentina por empuje y desarrollo de los locos de la azotea que encabezaba el Dr. (Enrique) Susini que era médico cirujano, acompañado por un grupo de estudiantes de medicina de la Capital Federal
(RB) Usted entrevistó a muchas personalidades, ¿a quiénes entrevisto que usted recuerda?
(LP) Bueno...a figuras de la época, entrevisté a...la señora....una dirigente socialista, cuyo nombre es (en estos momentos no lo puedo recordar) , ya lo voy a tener presente, pero entre otras figuras a Don Arturo Frondizi cuando vino para hacer la campaña en Entre Ríos con su candidatura presidencial, Rodolfo Ghioldi militante político de la izquierda, Héctor Domingo Maya gobernador que fue de la provincia, en fin las principales personalidades de la época incluyendo entre otros actos que participé que tuvieron trascendencia nacional, fue el descubrimiento. ..la inauguración del monumento a Urquiza en Palermo, Buenos Aires que contó con la presencia del Almirante Rojas que era en esos momentos el Vicepresidente (de facto) de la República acompañando al Gobernador de Entre Ríos. Los acontecimientos que me toco vivir los viví compartiendo la vida con la radio que fue mi segundo hogar, y hasta hoy lo sigue siendo pese a que ya la edad me ha quitado...los horarios que tenía en algunas emisoras...en algunos momentos de la radio, entre ellos La Hora Príncipe que desarrollé como programa de entretenimiento durante 31 años consecutivos, hice dos programas para chicos, La Escuelita Radial y El Club de los Ruxcolitos, hice programas folklóricos en Noches de Celeste y Blanco y Tardecitas Correntinas entre otros y finalmente recalé en el campo con Mundo Rural.


Mundo Rural

(RB) Cómo nace Mundo Rural.
(LP) Nace por invitación de un querido amigo que fue el director de la radio Raúl Emilio Galanti en 1983 ya cuando la democracia abría las compuertas de la libertad cercenada, para que se ganara en el ámbito de todo el país, primero le dije que no, yo tenía algún entripado, habían desaparecido dos de mis hijos, una hija y un yerno, que fueron víctimas de la represión, y bueno...esa situación no la tenía muy en claro, tenía...creía que había alguien en la radio que había servido de soplón, cosa que no pude comprobar nunca, pero de todas maneras mis hijos desaparecieron y fue razón fundamental para que yo en el primer momento le dijera a Raúl Emilio Galante que no, para que después me convenciera que iniciara en 1984 el primer programa de Mundo Rural de 12 a 13 horas como hasta ahora.
(RB) Mundo Rural se escucha en toda la provincia, lo escucha la gente de campo, está muy relacionado con las cooperativas, ¿recuerda a gente importante del cooperativismo que haya entrevistado?
(LP) Tuve la suerte de conocer a Rogelio Gómez en Basavilbaso que fue presidente de la FEDECO, Federación Entrerriana de Cooperativas , vino de la mano de la Cooperativa Lucenville de Basabilvaso, y a Don David Merener que fue otra figura característica del movimiento cooperativo entrerriano.
(Pausa).
(RB) En el corte Don Luis recordó el nombre de esa militante luchadora socialista a quien yo he leído mucho, nos puede comentar quien era Don Luis.
(LP) Alicia Moreau de Justo.
 (RB) Qué recuerda de ella.
(LP) Bueno..., fue una mujer muy agradable en todo sentido, yo no pertenezco al partido socialista, pero no dejo de reconocer la calidad de los dirigentes que ha tenido y que tiene todavía el partido que fundó entre otros Don Juan B. Justo y otros dirigentes más de nuestro país.

Desapariciones y hallazgos

(RB) También usted hizo referencia a sus hijos. ¿Nos podría comentar como fue que encontró a sus nietos?
(LP) Acá desapareció mi hija junto a su esposo y dos nenas que todavía están en Paraná, ya son mayores de edad, una está casada. Desaparecieron en la década del 70 en medio de los comentarios que había...de que existían campos de concentración, que los presos y los detenidos eran torturados, en esa redada cayó mi hija y mi yerno, y lo único que apareció en Mar del Plata después de una búsqueda bastante importante fueron dos nietas, que según la marina de guerra en un comunicado oficial que se publicó por los diarios de Paraná las niñas fueron encontradas en un lugar de la costa marítima y depositadas en un lugar de tránsito, pero la información no decía que el hogar de tránsito era para prostitutas, y allí fueron mis nenas, mis nietas de 2 años y 1 año respectivamente. Después que logré que me las entregaran, después de un trámite que realicé en Mar del Plata, la información sobre la de los hijos desaparecidos no se conoció nunca. Mi nieta, la mayorcita, recuerda que la mamá le dijo: “mira, te dejo dos geniolitos por si tiene fiebre tu hermanita para que se los des”. Es la única información que yo poseo de las últimas palabras de mi hija, que seguramente fue torturada salvajemente y tirada al río De la Plata desde un avión.
(RB) Cómo la recuerda a su hija.
(LP) Como una espiga de trigo, como una brisa de primavera.
(RB) Es muy difícil este tema, es una herida que tenemos todos los argentinos, ¿cómo hace un padre para afrontar esa realidad diaria de no tener a sus hijos?
(LP) No hay posibilidad de convivir con la imagen permanentemente. Como creyente que soy, lo único que me ha salvado es la oración, pensando que rezando por ellos alcancen la gloria de Dios en el reino de los reinos. Es lo único que me ha permitido seguir acompañado por la imagen de mi hija torturada, a quien jamás yo le había pegado una palmada porque se había portado mal o alguna negligencia, jamás. Sin embargo fue torturada salvajemente reitero, y quien sabe donde fue depositada en el río De la Plata.
(JM) Algo que me interesaría conocer desde la voz de su experiencia, es ¿cual piensa que fundamentalmente debe ser el rol que deben jugar los medios de comunicación en una sociedad argentina como la de hoy, donde fundamentalmente tenemos por un lado tantas cosas del pasado que debemos mantener vivas, pero por otro lado necesitamos también imperiosamente desarrollar una conciencia nacional y una educación que nos permita mirar hacia el futuro?
(LP) Bueno... la radiofonía y los medios de comunicación social en general no pueden prescindir de algo que se pergeñó desde el mismo momento de la fundación de la radio y que es por sobre todas las cosas convertirse en un medio de cultura, en un ámbito de libertad. Cultura y libertad son esenciales para un medio de comunicación social. No siempre uno tiene esa respuesta, porque basta escuchar algunos medios donde la grosería es el pan de cada día de muchos periodistas o pseudoperiodistas y de algunos comentaristas de radio y hasta comentaristas deportivos. Pienso que la radio debe servir a esa cultura que ambicionamos todos los argentinos, en un marco de libertad, porque como decía Alfredo L. Palacios “Sin Libertad todo es absurdo”.
(Pausa)

Las entrevistas de Don Luis

(RB) Fuera de micrófono Don Luis recordaba a otras personas que entrevistó.
 (LP) Presenté o entrevisté, sobre todo a artistas de fama nacional, entre ellos a Don Mario Millán Medina que es un poco, el monitor, el pionero del folklore regional en el país, y fundamentalmente a través de nuestra emisora LT 14, el cantor de tangos Héctor Mauré, Antonio Tormo, Pedrito Rico, Chito Galindo que era cantante de boleros,  Los Makimás un grupo de música joven, Berta Singerman que era poetisa, Alfonso Amigo cabeza de radioteatro, Tarragó Ros, el papá de Antoñito,  Yamandú Rodríguez, Los Tucu Tucu que presenté por primera vez en Tucumán cuando iniciaban la carrera artística, que era un grupo de pioneros universitarios que se unieron para realizar el conjunto, y Los Hermanos Cuestas que también presenté por primera vez en la radio de Paraná, cuando se iniciaban en una trayectoria que iba a ser realmente  empinada, llena de éxitos y de aplausos.
(RB) Fuera de micrófono me comentaba de un hecho, de una persona que pasó llorando frente a su casa, ¿me puede comentar?
(LP) ... Que fue un dirigente cooperativista y un militante radical, siendo titular de la Junta de Fomento de Basavilbaso allá por la década del 30, estoy hablando de Don Rogelio Gómez, Don Rogelio Gómez, pasó una tarde llorando frente a mi casa. Yo estaba con mi madre atendiendo a una persona en la puerta, y como iba llorando prácticamente a lagrima viva mi madre le pregunto qué le pasa don Rogelio, y él le contestó simplemente “qué me va a pasar...ha muerto Hipólito Yrigoyen”.
(JM) Cuál de todas las personalidades que usted ha conocido a lo largo de su vida, tanto en el ambiente artístico como político, cooperativo y demás le ha dejado un recuerdo fuerte así para destacarlo.
(LP) Bueno...en el sector cooperativo lo que constituyó para mí un gran alago poder hablar con él y hacerle una entrevista, sacarle una foto es Don David Merener, que es un hombre de gran prestigio en el sector cooperativo, en los momentos iniciales, creo que estuvo desde el primer momento en la fundación de Fondo Comunal de Domínguez, creo que era de la zona, pero vino a Paraná en 1987 cuando la Cámara Arbitral de Cereales de Entre Ríos celebró sus primeros 50 años de existencia. Ahí lo conocí. Y musicalmente, bueno...podrí a nombrar a varios, pero indudablemente una figura que me impactó, fue la de los 5 Latinos, pero fundamentalmente de Estela Raval, que es una extraordinaria cantante, una figura excepcional de la música argentina, una mujer que se ha valido de sus propios méritos para triunfar sin necesitar otra cosa que con su voz y su calidad interpretativa. Podría nombrar a otros, pero sería muy largo. Quiero señalarles que cada figura de tinte nacional o internacional tiene sus propios méritos y tiene su estilo, su forma de ser, y siempre deja una buena impresión en  quien entrevista, que es mi caso particular.
(RB)  Qué consejo le daría Don Luis a los jóvenes estudiantes de periodismo.
(LP) Simplemente  que tengan presente que nunca se termina de aprender, sobre todo en medios dinámicos... como son la radio, la televisión, las expresiones gráficas de diarios y revistas. Eso por un lado, y por el otro lado mantener siempre como bandera, como objetivo permanente, decir la verdad, y sobre todo defender el pensamiento en un marco de libertad, la libertad es necesaria, imprescindible para desarrollar una actividad de esta naturaleza. Sin libertad nada sirve. Simplemente esto les quiero dejar a los  jóvenes como testimonio de mi vida de 55 años de radio, gracias.


*T.S.Coop.- Periodista

23/12/14

El caballo y la reja

Por Rubén Bourlot
Publicado originalmente en Orillas


“Tenía diecisiete o dieciocho años cuando todavía arábamos con caballos.
“La tarea no era de improvisados, tenía sus técnicas y secretos. Había que atar —ese era el término— los siete caballos juntos, y no era cuestión de juntarlos y ubicarlos donde se quisiera. Los caballos, como las personas, tienen distintas formas de ser. En las personas se dice personalidad; en los animales eso está en discusión pero, en definitiva, tienen características que los diferencian a unos de otros, más allá de la raza.” Así relata Aldo Herrera su experiencia en el libro que precisamente se llama Arar con caballos. 
El caballo aparece en nuestra región traído por los criollos descendientes de los pobladores españoles en la época colonial y pronto son adoptados por los nativos, charrúas principalmente. Eran caballos para tareas de hombres de a caballo, para los arreos y para la caballería de guerra. Hasta mediados del siglo XIX los caballos cumplieron esa función y la de tirar algún carruaje ligero, hasta que la llegada de los inmigrantes los transformó en el auxiliar de las tareas agrícolas, a la par de los bueyes. El caballo utilizado para tirar de la reja, abrir surcos y luego arrastrar el carro para el acarreo de la cosecha.
Tractor de vapor y caballos en la zona de Yeruá en 1910, 
fotografía de Barcón Olesa
Hasta la década del ’60 del siglo pasado se podían ver en los campos a los agricultores roturando las melgas con arados simples (de una reja), dobles, o de tres rejas; pasando la rastra, sembrando o carpiendo el maíz todos con el auxilio de los nobles caballos, a la par de los humeantes tractores que ya venían ganando terreno desde principios del siglo. Los arados utilizados eran el Ruso, Triunfo, Deering, entre otros. Una imagen característica de otras épocas es el arado seguido por bandadas de aves de distintas especies que se agolpan para recoger los insectos dejados al descubierto la roturación del suelo. Eran tiempos cuando aún la lucha contra las “plagas” no había arrasado con muchos de nuestros pájaros autóctonos y otros tantos exóticos. 
Recuerdo que a los cinco o seis años ayudaba con la carpida del maíz: mi padre Isidoro inclinado sobre la esteva del arado de mancera y yo sobre el caballo para conducirlo y luchando con el equino que se engolosinaba con las plantas y cada tanto robaba un bocado. También me tocaba, en la largas tardes de laboreo, llevar el recipiente con el mate cocido para la pausa de la merienda. “El mate cocido a media tarde, que si era con galletas de Zampa, remojadas en el mate cocido, era lo más rico que alguien pueda imaginar – Recuerda también Herrera -. Le servíamos a mi padre en ese tiempo, o algún peón mensual que siempre había…”
Emiliano Delaloye arando en la zona de colonia Las Achiras 
(gentileza de Mario Ramírez)
La jornada comenzaba muy temprano, antes que el sol insinuara sus albores, para reunir los caballos llevarlos al corral y atarlos al arado, la rastra o la sembradora. Aldo Herrera explica que solía usarse un caballo más dócil, al que le llamaban “madrina”, que llevaba “en el cuello el cencerro, una campanita que en la oscuridad de la noche o la madrugada, cuando ibas a buscar los caballos, desde lejos te indicaba dónde estaban. El sonido de esa campanita —y se supone que también el reconocimiento de autoridad de quien la llevaba— hacía que todos los demás caballos se mantuvieran siempre a su alrededor (...)”
Cada caballo, como el perro - considerados de los “amigos” más preciados del hombre por su utilidad y fidelidad -, tenía su propio nombre. Recordemos los famosos como el Rocinante del Quijote, Bucéfalo de Alejandro Magno, Babieca del Cid Campeador, los no menos famosos Tornado de El Zorro y Silver del Llanero solitario, el Moro de Artigas, El Sauce de Urquiza o el Pampero de Patoruzú. Muy al pasar mencionamos nombres escuchados en las zonas rurales que generalmente aluden al pelaje o al carácter del animal: Zaino, Tordillo, Alazana, Carbón, el Novecientos (curioso nombre que recordaba el precio de compra), Picaso, Malacara, Zenona o Titina, una famosa yegua corredora de cuadreras de los pagos de San Cipriano.
En cuanto a las razas, además del muy rústico andaluz traído por los españoles en tiempos de la Colonia, que derivó en el criollo argentino, era muy utilizado el denominado percherón originario de Normandía (Francia) producto de la cruza con caballos árabes. Hacia 1904 llegaron a Argentina, donde se difundieron rápidamente para las tareas agrícolas.
También el noble equino fue utilizado para el placer y el esparcimiento, como animal de monta y de tiro para arrastrar los sulkys, jardineras y otros vehículos de transporte familiar. O para las diversiones muy populares de las zonas rurales como las carreras cuadreras y de sulkys, y las polémicas jineteadas.


Bibliografía:
Herrera, Aldo , Arar con caballos, Imprenta Lux, Santa Fe, Junio de 2013
Gallay, Omar Alberto, Esperanza, corazón y tierra: narrativa histórica de la colonia San Cipriano, El Autor, C. del Uruguay, s/f.

14/12/14

Entrevista a la historiadora Celia Gladys López

Por Ricardo Cesar Bazán, periodista cooperativo

RB—Estamos en Concordia con la profesora Celia Gladys López.
Celia, ¿dónde nació usted?
CGL—Nací en el pueblo de Anzoátegui, una estación de tren muy pequeña en el confín de La Pampa en el límite con Río Negro, el nombre de esa población que es una población de industria salinera es debido al fundador.
RB— ¿cómo empieza su historia  con la historia?
CGL—Bueno, en realidad la historia fue siempre  de estación ¿no?, eso se lo debo a mi padre que inculco desde muy chica el gusto por la lectura, conversaciones sobre personajes, etcétera. Yo me recibí en el profesorado de Concepción del Uruguay y a partir de a ahí comencé ni bien recibida. Me recibí en diciembre y para junio ya estaba haciendo un trabajo de investigación, porque se venía el Segundo Congreso Nacional de Historia de Entre Ríos que se celebraba en la ciudad en conmemoración al bicentenario de la fundación por Rocamora, así que la temática a decidir  fue, como diría, instintiva porque tenía muchos alumnos de la colectividad Judía, yo también soy profesora de inglés, y daba clases en ese momento para ayudarme en mis estudios. Así que empecé a intentar posibilidades de escribir de las colonias judías, que era una temática que había sido muy poco trabajada. Solo unos pequeños trabajos de Beatriz Bosch, en unas colecciones de geografía de la academia nacional de la historia pero ella misma me confesó en una entrevista posterior, que no había podido llegar al fondo del tema por la falta de no sé si de comunicación con la comunidad o de desinterés por parte de la comunidad para que ella investigara. Entonces, había quedado iniciada la temática y yo aproveché esas pequeñas conexiones de mis alumnas  y me fui muy temerariamente al pueblo de Villa Domínguez, que fue el elegido. Estaba  en duda entre Basabilbaso y Villa Domínguez. El corazón me dijo que Villa Domínguez había sido más importante y aparecí ahí con algunas tarjetitas para el intendente. Tenía el nombre Vera  Sajaroff, la hija del gran cooperativista también, y tuve mucha suerte porque no sé si se notó mi entusiasmo o qué habrá sido pero todo el mundo me abrió las puertas enseguida, me hizo horarios especiales  para que pudiera estar en la biblioteca aprovechando todo el día. Yo en ese tiempo esa investigación la hice con mi hijo Patricio que ahora es profesor en el moisés, la mamadera, el calentadorcito,  etcétera y aprovechaba todo el día porque podía viajar una vez por semana.

RB— ¿y después lo plasmaba en un libro?
CGL—Claro, el primero de mis libros Cooperativismo y Cultura, historia de Villa Domínguez. Tiene un recorte cronológico de mil nueve cuarenta (1940). Fue muy pequeño hecho con aporte comunitarios y enseguida tuvo un premio a la actividad de parte de la subsecretaría de Cultura de Entre Ríos, que permitió la edición ampliada por parte de la editorial. En ese tiempo estaba Blanca Nott.
Debo aclarar también que yo no me limité a investigar. Vi una mina de oro, en cuantos documentos que se estaban perdiendo o porque estaban en galpones o porque la gente no les daba el valor que tenían y, documentos muy importantes tanto institucionales como privados. Había varias familias que tenían el archivo desde que salieron de Rusia completos, la saga familiar, pero no le habían dado mucha importancia, salvo dos o tres. Así qué paralelamente a la investigación yo fui creando conciencia en las autoridades y en el pueblo, de que eso tenía que ser resguardado. Y clasificado para que en algún lugar para que la gente pudiera consultar, para que quedara para las futuras generaciones. Desde el primer día eso y bueno, tuve la suerte que en mil novecientos ochenta y cinco (1985), apenas dos años y medio de haber empezado la investigación, fundamos el museo y archivo de la colonia Judía en Villa Domínguez. Desde ahí se preserva todo el patrimonio.
RB— ¿También ha escrito sobre los alemanes?
CGL—Sí, en realidad el que habla de inmigración y cooperativismo no puede dejar de tocar. De investigar ¿no es cierto?, a la colectividad alemana del Volga que es la fundadora de la cooperativa agrícola regional, yo diría que es la única que subsiste como tal en nuestros días. Entonces, la idiosincrasia de cada una de las colectividades es totalmente diferente así que primero hay que hacer un estudio de sus costumbres, su lengua, sus prácticas religiosas, el por qué esas diferencias porque provenían de un mismo territorio pero no eran oriundos de esos territorios, unos eran alemanes otros Judíos, pero ambos provenían de Rusia por eso en los primeros censos de la Argentina no se encuentran discriminados ni judíos, ni alemanes, se dicen rusos. Así que hay que hacer un cálculo estimativo  conociendo más  o menos la gente que vivía en las colonias porque el censo no los diferencia. En el caso de los alemanes es muy interesante, cómo ellos muy lentamente se fueron aproximando al cooperativismo, porque ya tenían sistemas cerrados más bien mutuales, no cooperativismo, mutuales en las pequeñas cajas que  manejaban, no podemos decirle cajas de crédito tampoco que eran manejadas por el sacerdote o el  pastor que personalmente decidía a quién le daba o no, quién precisaba o quién no precisaba. Algo además de cerrado muy subjetivo, ellos mismos consideran que no se puede llamar cooperativa pero en mil novecientos diez (1910), o sea, diez años después  de la primera cooperativa de las colonias judías aparece la agrícola regional con la particularidad, porque siempre tuvo muchas particularidades, por eso ha alcanzado tanto éxito quizás porque fue transitando caminos diferentes y encontrando vías de solución con la particularidad de que estaba atada a un banco agrícola regional, porque el gerente del banco era el gerente de la cooperativa y había sido apoyado por gente importante del lugar. Alemanes como lo son Müller por ejemplo. Pero lo que yo noto como gran diferencia es que parte del éxito de esa cooperativa en sus años iniciales, se debe a que tuvo acceso a créditos fáciles porque tenía el banco. A los chacareros les daba mucha seguridad saber que estaba el banco en algún momento de crisis, no era como en las otras colonias que el crédito del Banco Nación  o del Banco de Italia eran más difíciles de conseguir.
RB— ¿En la actualidad está dedicada a la investigación y actividades catedráticas, universitarias?
CGL—Sí, exactamente sí.
RB— ¿Dictando cursos, seminarios?
 CGL—Sí, yo estoy desde hace cuatro casi cinco años plenamente como investigadora tanto en la enseñanza media, en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay, donde hago trabajos de investigación de la historia de la educación porque el normalismo ha sido un pilar fundamental en el sistema educativo argentino, y en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, presento anualmente los informes de extensión o de investigación como es debido.
RB—Bueno, ¿algún proyecto para el futuro?
CGL—Bueno, siempre hay proyectos. Tenemos para el año que viene, en la parte de extensión las jornadas entrerrianas de inmigración que van a tener su segunda etapa aquí. El año pasado usted estuvo presente. Y de investigación, bueno terminar ese proyecto de historia de la educación que también se va a plasmar en un libro bastante importante, con más de seiscientas páginas. No es solamente sobre normalismo sino sobre todo la trayectoria educativa normalista y de los colegios nacionales pero anclados en Entre Ríos. Bueno, creo que con esto ya tengo bastante  
RB—Muchas gracias.

CGL—No, al contrario.

18/11/14

Artigas y la escuelita de Paraná

Por Rubén Bourlot
Publicada originalmente en revista Orillas

Hacia 1815 José Artigas, ya triunfante en su proyecto de constituir la Liga de los Pueblos Libres, dispone la fundación de una escuela de primeras letras en Paraná. No abunda la información acerca del funcionamiento de esta institución como tampoco de la existencia de otras escuelas en la provincia, lo que hace suponer coherente su preocupación por la educación de los niños.
Pérez Colman consigna que el seis de abril de 1815, estando Artigas en Paraná, ordena al comandante José Eusebio Hereñú fundar una escuela de primeras letras “notando que la existente continuaba clausurada, con graves perjuicios para la niñez en edad escolar”(1). En ese momento Herenú era el comandante militar de Paraná, tras su triunfo en la batalla del Espinillo ante los porteños comandados por el barón Eduardo de Holmberg.
La información surge de un expediente mediante el cual Doña Francisca Paula del Valle, reclama los alquileres adeudado por el Estado de la casa de su propiedad que había funcionado como escuela. Según consta en la documentación, el 5 de julio de 1815, Hereñú dispuso que ese local se destinara al funcionamiento de la institución.
En el petitorio del Valle, viuda y albacea de D. José Romeo, solicita que se certifique la propiedad del inmueble y se le abone los alquileres adeudados entre 1814 y 1821 de “… una casa pajiza, con sitio correspondiente, distante de la plaza una quadra al Norte, (que) la alquilé al actual Tesorero del Estado Dn. José Ramírez, para con el estipendio que perciba vine manteniendo, en el entretanto concluir los encargos de la testamentaria; y habiendo el dicho D. José Ramírez, mudándose, la alquilé nuevamente a D. José Eusebio Hereñú, quien vivió en ella algún tiempo, hasta que pasándose a otra casa determinó de la mía ocupándola en varios destinos, y últimamente a escuela de primeras letras sin mi conocimiento cuyo procedimiento atribuía las circunstancias del tiempo o a otros motivos que debía ignorar …” (2) 
El comandante Hereñú certifica 
que la casa arrendada funcionó como escuela
En la respuesta al reclamo, Hereñú manifiesta que “viví en ella algún tiempo, y que con motivo de hablar venido a esta Villla el Sr. Gral. D. José Artigas, y mandado se pusiese una escuela de primeras letras para la educación de la juventud, destiné y otra casa por lo pronto al mencionado ejercicio con ánimo de consultar el pago de los alquileres, fuese a cuenta del estado, lo que no pudo tener efecto por las ocurrencias del tiempo…”
En el testamento de la señora del Valle, firmado el 14 de enero de 1822, precisa detalles de la ubicación y características de la vivienda localizada en un “sitio distante de la Plaza una cuadra, que hace esquina frente al Leste y Sud y en él edificada una casa pajiza, paredes de adobe, compuesta de una sala y dos cuartos, y en el corral un galpón que servía de cocina y jabonería, y un cuarto de dispensa. Que la expresada casa al poco tiempo se alquiló a D. José Eusebio Hereñú cuyos alquileres no satisfizo y después como gobernador de este pueblo la estuvo en servicio del estado, sin que yo pudiese sacarla, hasta que mudado, y en el mes de febrero del año veinte y uno me la mandó a entregar…” La vivienda lindaba con las propiedades de Dionisio Castañeda, Ignacio Vera, Seguier y Miguel Varbarrey. Pérez Colman concluye que el lugar corresponde a la esquina de las actuales calles Andrés Pazos y Corrientes.
Firma de Francisca del Valle, propietaria de la vivienda
En 1821 la edificación se encontraba en un estado de evidente abandono, “(…) de hecho perdido el galpón, cocina y cuarto y toda la casa muy maltratada; de forma que la alquiló dicho Hereñú el día catorce de septiembre de mil ochocientos catorce y la entregó el día dos de febrero del año mi ochocientos veintiuno (…) La pieza expresada era de tanteo y de treinta y cinco varas de largo y seis de ancho (…)”
Probable ubicación de la escuela, actuales calles
Corrientes y Andrés Pazos
Como mencionábamos más arriba, no existen constancia del funcionamiento de escuelas en la provincia a partir de 1810, y recién para 1916 se informa de la existencia de una de sistema Lancaster en Concepción del Uruguay, fundada por el sacerdote chileno Solano García, también impulsada por Artigas. Es probable que la escuela de Paraná hubiera funcionado por poco tiempo dada la situación de inestabilidad política de la época y la carencia de fondos para sostenerla. El estado de abandono del edificio hacia 1821 demuestra que desde un tiempo considerable no prestaba ninguna utilidad.
Cabe acotar que el Protector de los Pueblos Libres mantuvo una permanente preocupación por la educación demostrada en la abundante legislación y en varias iniciativas como la distribución de cartillas para la enseñanza y la creación de la biblioteca pública de Montevideo, en 1816. "Sean los orientales tan ilustrados como valientes", era una de sus consignas.

(1) Pérez Colman, César B., Paraná 1810-1860, 1946.
(2) Archivo General de Entre Ríos, Fondo Gobierno, Serie VIII: tierras, propiedades del estado y colonización 1778 – 1897.

12/10/14

El día del mestizaje

Por Rubén Bourlot
Publicado en Orillas, el 12 de octubre de 2014

La realidad de nuestro continente latinoamericano es el mestizaje. Un continente nación atravesado por la diversidad de culturas indígenas y por la influencia hispánica que, en tres siglos de ocupación, le dejó dos preciados tesoros: Dios y la palabra. La palabra que une con una sola voz el continente; que es entendimiento, comprensión y prenda de unidad. Y el Dios que funde a la diversidad en un abrazo místico. Porque nuestra América es fruto del sincretismo que fue gestando una religión nueva, un religar de las diversas culturas americanas. Eso explica, además,  por qué la elección de un papa americano provocó el júbilo general del continente, más allá de las confesiones.
Esta palabra americana que alguna vez trajeron los peninsulares, el viejo castellano, no es la misma de hace cinco siglo. Es una palabra mestiza, acriollada, hecha nuestra. Y El Dios, que es único y universal, aquí en esta América también se hizo mestizo; es dios de maíz, de vientos antárticos, de tierras sin mal, de pachamamas. Todo se hace original en nuestra América.
América hispana es cultura de choques y contradicciones, pero también de fusiones y autocríticas. De prédicas religiosas surrealistas para adoctrinar al indio, de inquisiciones incendiarias y de misiones ejemplares para crear pueblos indios dueños de su destino frente a una realidad inevitable.
La persistencia indígena está en el mestizaje; está en la palabra quechua, aymara, guaraní que resisten como lenguas habladas y como argamasa de un castellano enriquecido.  Está en los rostros cobrizos del altiplano, y en los albañiles que todas las mañanas desafían las alturas de los edificios de las grandes urbes.

Cuestión de identidad
Arturo Uslar Pietri, el gran escritor venezolano, ponía el acento en que “… muchos hombres representativos de la América de lengua castellana y portuguesa creyeron ingenuamente, o lo pretendieron, ser lo que obviamente no eran ni podían ser. Hubo la hora de creerse hidalgos de la Castilla, como hubo más tarde la de imaginarse europeos en el exilio en lucha desigual contra la barbarie nativa. Hubo quienes trataron con todas las fuerzas de su alma de parecer franceses, ingleses, alemanes y americanos del Norte. Hubo más tarde quienes se creyeron indígenas y se dieron a reivindicar la plenitud de una civilización aborigen irrevocablemente interrumpida por la conquista …”. Y agrega: “por un absurdo y antihistórico concepto de pereza, los hispanoamericanos han tendido a mirar como una marca de inferioridad la condición de su mestizaje.”
Placa existente en la Plaza de las Tres Culturas de México

 Los entrerrianos nos reconocemos con el gurí, el tagüé, el mboyeré, y el che, que nos traen reminiscencias guaraníticas, y con el mate (mati) quechua en la mano. Porque si observamos a nuestro alrededor, el guaraní está en el aguaribay, el ñandubay, el apereá, el chajá, el pecarí, el mboretá, y tantos nombres dados a la naturaleza. En los caracoles del río Uruguay y en el Paraná como un mar. Ese lenguaje guaraní que en su momento fue común a los charrúas, a los chanaes  y otros grupos que habitaban estas tierras onduladas, y aún habitan en nosotros. Y luego vino el mancebo de la tierra, el mestizo del Paraguay que fue ocupando estas tierras y poblándola con palabras de un castellano castizo con tonadas guaraníticas. Y la soldadura de términos hispánicos con indígenas fue inevitable. La vemos en la Concepción del Uruguay, el San Antonio de Concordia, el Rosario del Tala, la Carmen de Nogoyá, el San José de Gualeguaychú.
Y Entre Ríos fue fusión entre lo español y lo indígena en las luchas por la emancipación y la autonomía de sus pueblos. Resuenan desde el pasado apellidos hispánicos en los Urquiza, Ramírez, López Jordán, Artigas. Pero con ellos están los soldados olvidados de mil batallas de inconfundibles rasgos guaraníticos,  los charrúas de las tropas de Artigas, y Anacleto Medina, y Miguel Guarumba con sus tapes de Federación, y Gaspar Tacuabé, y Pablo de la Cruz, todos misioneros afincados en la provincia.

Nuevas fusiones
Después vino el aluvión, de las montañas alpinas, de las riberas del Volga, de las praderas del oriente europeo, con sus palabras extrañas, y sus dioses, y sus cánticos, y sus ropajes. Y aquí multiplicaron las estancias en cientos de chacras, de concesiones que modificaron el paisaje entrerriano y lo tiñeron de dorados trigales, de celestes linares. Y el caballo del soldado, del tropero, tiró de la reja para hacer brotar el americano maíz, el mijo, el girasol, en melgas geométricas. Y las chacras se poblaron de cabezas rubias, de vacas, gallinas, viñedos, olivares…
Y el judío se hizo hombre de a caballo en Basavilbaso, los rusos de Diamante cocinaron la carne al rescoldo junto con el pirok y el kreppel. Los piamonteses supieron exclamar mboreyé con tanta naturalidad como decían mercí o comprampá. Y así se fueron amestizando, de a poco, con desconfianza, por necesidad y por imposiciones de un estado que quería “nacionalizar” a ese mosaico de culturas trasplantadas. Así el rabino tuvo que admitir la escuela pública en castellano con las efemérides de San Martín, Belgrano y mayos con escarapelas y negritas vendedoras de velas. Y el cura de la aldea alemana tuvo que aprender la lengua de Castilla para pronunciar los sermones en el idioma del país.
“Lo que vino a realizarse en América – dice Uslar Pietri – no fue ni la permanencia del mundo indígena, ni la prolongación de Europa. Lo que ocurrió fue otra cosa y por eso fue Nuevo Mundo desde el comienzo. El mestizaje comenzó de inmediato por la lengua, por la cocina, por las costumbres.”
Pero, como dice Mariano Picón-Salas, otro indispensable escritor venezolano, “es la lengua española el instrumento de identificación mayor y más válido entre los pueblos que viven desde la estepas del río Bravo hasta la helada pampa patagónica. Idioma e historia tienden, contra los obstáculos de la naturaleza, un sentimiento de fraternidad que, precediendo a los bloques económicos y políticos que acaso surjan en el futuro, sostienen la esperanza y más promisoria garantía del mundo hispanoamericano.”

Fuentes citadas:
Uslar Pietri, Arturo, En busca del Nuevo Mundo, Fondo de Cultura Económica, México, 1969.
Picón-Salas, Mariano, De la conquista a la independencia, Fondo de Cultura Económica, México, 1985.

29/9/14

A dos décadas de la muerte de Abelardo Ramos

Una reescritura de un artículo con rememoraba los diez años de la muerte de Ramos, y que fue publicado por algunos medio de Entre Ríos.

Hace dos décadas, el 2 de octubre de 1994, moría Jorge Abelardo Ramos. Escritor, historiador y político, encabezó una singular corriente ideológica y política de alcances latinoamericanos. Junto a una generación de pensadores, políticos e historiadores, identificados bajo diversos rótulos, realizaron un notable esfuerzo para intentar reescribir la historia y la memoria de la sociedad argentina y latinoamericana, debiendo para ello crear categorías de análisis propias, con el objeto de escapar a la inercia de los postulados importados de la vieja Europa. Así podemos mencionar, dentro de esta generación a Raúl Scalabrini Ortiz, Juan José Hernández Arregui, Norberto Galasso, Alberto Methol Ferré, Arturo Jauretche, Rodolfo Puiggrós, Fermín Chávez, entre otros. El pensamiento de Ramos se enraizaba con los enunciados del olvidado Manuel Ugarte, un socialista heterodoxo de principios del siglo XX, que pregonaba la unión de los países de América Latina en la senda de Simón Bolívar. [1]
Hombre de acción, se caracterizó por no medir las consecuencias a la hora de manifestar su pensamiento. Como dijo en estos días el papa Francisco, no temía ir contra la corriente. Fundó partidos políticos, editoriales, revistas y brilló en cuanta tribuna le permitiera canalizar sus ideas, con un discurso incisivo, directo, matizado de giros literarios, no exento de un ácido humor.
Jorge Abelardo Ramos en 1979, en una
entrevista con Ricardo Rodríguez y Aníbal Gallay
Escritor prolífico y con notable técnica literaria que hizo decir al editor Arturo Peña Lillo, que si se hubiera dedicado a la literatura podría haberse emparentado con García Márquez o Alejo Carpentier. En 1949 dio a luz América Latina, un país, un intento de escribir la historia hispanoamericana desde el punto de vista de los propios protagonistas.[2] Consciente de que no hay nada que envejezca más que un libro de historia, posteriormente reescribió su obra, revisándola y publicándola en la década de 1960/70 bajo el título de Historia de la Nación Latinoamericana. Su obra se articula alrededor de la idea de que “América Latina es una nación no constituida. Como somos una nación fragmentada, estamos dominados por las potencias antinacionales y, en particular, por Estados Unidos” [3]
En la década de 1960-1970 publicó su otra obra clave: Revolución y contrarrevolución en la historia argentina, una serie de cinco volúmenes, donde sobresale el primer estudio histórico sistemático del peronismo. Originalmente el volumen correspondiente al periodo de los gobiernos de Juan Domingo Perón se denominó La era del bonapartismo, aludiendo a categorías de análisis marxista. Más tarde lo rebautizó como La era del peronismo, en un esfuerzo por elaborar una categoría original, atemperando las influencias del pensamiento marxista, para explicar ese movimiento que fue objeto de múltiples estudios a partir de su irrupción en 1945. “El bonapartismo en un país colonial se caracteriza por el poder personal que se ejerce por encima de las clases en pugna, haciendo el papel de árbitro entre ellas”, definía Ramos. [4]
Ramos también se atrevió a incursionar en el análisis literario desde una perspectiva socio - política, dando a luz Crisis y resurrección de la literatura argentina. Como siempre sus conclusiones despertaron la polémica y obligaron a repensar lo que se consideraba una síntesis definitiva. Algo similar a lo sucedido con Los profetas del odio de Arturo Jauretche. El análisis del Martín Fierro, de la obra de Borges y de Martínez Estrada es una invitación a nuevas lecturas, desde puntos de vista hasta ese momento no explorados. Decir que la obra de Hernández no es sólo la máxima obra poética nacional, sino un verdadero tratado de historia y política, fue un baldazo de agua fría que conmovió los cenáculos literarios y políticos.
Durante la década de 1960 y la primera mitad de la iniciada en 1970, lo tuvo como el historiador de consulta obligada por los jóvenes que despertaban a las preocupaciones sociales y políticas. La serie Revolución y contrarrevolución..., fue reeditada en varias oportunidades, en formato económico, que competía en ventas con las más afamadas novelas de la corriente del realismo mágico, como Cien años de soledad de García Márquez. Es ese periodo fundó el partido Frente de Izquierda Popular, con el cual logró consolidar el intento de elaborar una doctrina política de carácter nacional que se entroncaba con lo más elaborado de la doctrina de Perón, con el pensamiento de los marxistas americanos y del nacionalismo llamado popular, por oposición al nacionalismo conservador.
Con el FIP, en coincidencia con el operativo de retorno de Perón y con la ebullición de la juventud que se interesaba vivamente por la política, logró captar una importante franja de adherentes que pretendían apoyar al renaciente peronismo pero desde un punto de vista crítico. Difícil era insertarse en el campo nacional junto al peronismo pero sin las limitaciones del pensamiento de Perón en su carácter de “nacionalista popular burgués que se propuso desarrollar el capitalismo argentino” [5], que tal vez no estaba dispuesto a avanzar abiertamente hacia un modelo socialista autóctono. Difícil era insertarse en la ola de la juventud estudiantil de clase media que viraba hacia la izquierda, sin caer en la dinámica de la lucha armada elitista. Difícil encontrar la inserción planteando el socialismo nacional o “criollo” diferenciado de los postulados esquemáticos del marxismo ortodoxo del Partido Comunista o del entusiasmo de los grupos pro guevaristas que impulsaban la revolución armada si tener en cuenta la voluntad del pueblo. No obstante, por primera vez esta posición logró constituirse como partido y participar con identidad propia en procesos electorales. Inclusive sobrevivió a la oscura noche que se comenzó con la muerte de Perón y se consolidó con la dictadura militar 1976 - 1983. La reapertura constitucional encontró a la corriente de la izquierda nacional con la bandera intactas y con acontecimientos nuevos para analizar, como fue el pasado Proceso militar y la recuperación de las Malvinas y el consecuente enfrentamiento abierto contra el colonialismo inglés. Nuevos desafíos del cual el pensamiento de Ramos resultó original y airoso.


[1] Ravano, Gabriel Hernán, Jorge Abelardo Ramos (1921-1994) Notas sobre un escarpado viaje entre el marxismo y el nacionalismo, en Marxists Internet Archive, 2002
 [2] Cfr. Peña Lilo, Arturo, Memorias de papel, De. Galerna, Bs. As., 1988, p. 102.
[3] Pandolfi, Rodolfo, Entrevista a Jorge Abelardo Ramos, Revista Confirmado, 29 de febrero de 1972, en www.elhistoriador.com.ar            
 [4] Ramos, Jorge Abelardo, La lucha por un partido revolucionario, Ed. Pampa y cielo, Bs. As.  1964, p. 15.
[5] Pandolfi, R. Ibíd.

28/9/14

Pedro Aguer. Maestro, político y cooperativista

Entrevista por Ricardo César Bazán*

-Pedro, quisiera preguntarte sobre el cooperativismo desde tu juventud ¿Cómo comienza?
-Mi interés por el cooperativismo data desde que empecé a acompañar a mi padre, Gumersindo Aguer, quien fuera el maestro con quién me forjé como militante en los aconteceres de la política en general y del cooperativismo en particular.
Su vocación por la problemática social hizo que no pudiese mantenerme al margen, iniciando mi formación cuando participé en la creación del Centro Reformista de la Escuela Normal, ese fue mi primer compromiso, el que continué hasta la fecha.

Conocí el movimiento cooperativista de mi provincia escuchando a hombres que dejaron su impronta con el ejemplo: Bernardino Horne, David Merener, Luis de Casas, Guillermo Bender, Arturo Álvarez Daneri, con quienes mi padre sostenía una amistad compartida en la lucha, que se traduciría en una propuesta social agraria, para que el hombre fuese dueño de la tierra que trabajaba y se preparara para quedarse a vivir dignamente en el campo, en vez de prepararse para abandonarlo.
Era una lucha que se daba sin cuartel contra la intermediación despiadada de la especulación.
En sus reuniones aprendí las bondades del cooperativismo como herramienta para encauzar la producción, la educación y el consumo solidario democráticamente.
-¿Qué mas recuerdas de tu familia en relación con el cooperativismo?
-Yo tengo el antecedente de un abuelo mío, de mi abuelo paterno Don  Pedro Aguer que fue participante de la Cooperativa de Ferroviarios (Coop 1° de Mayo fundada en 1917), después mi padre trabajó como docente en la Escuela Alberdi y estuvo siempre vinculado a la actividad rural porque él se recibió de profesor trabajando como lechero y docente, y entonces estuvo vinculado a ese tipo de actividades, porque el comprendía la necesidad que la gente tenía de asociarse para poder seguir trabajando en la pequeña empresa familiar, sobre todo en las empresas rurales familiares, así fue como también vio que era necesario que se asociaran los avicultores que eran los que cultivaban las razas de gallinas de las cuales derivaron todas estas otras que hoy se consideran como parrilleras o se conocen con el nombre de parrilleros o alta postura, pero en realidad en ese entonces acá en la ciudad de Paraná se cultivaban las distintas razas, eran como 20 o 30 razas de distintas gallinas, y entonces formó una cooperativa para realizar exposiciones y para que la gente tuviera la oportunidad de… comunicándose, mejorar la genética, por eso fue que se constituyó esta cooperativa de la que mi padre formó parte.
-Durante tu función pública ¿podrías nombrar alguna cooperativa emblemática?
-Evito nombrar algunas porque si me estuvieran escuchando los cooperativistas dirían ¿Cómo se acuerda de ella y no se acuerda de la mía?, porque el problema del cooperativismo no es si hay mejores o peores cooperativas, sino si hay cooperativistas, verdaderamente cooperativistas en las cooperativas, entonces yo lo que sí inclusive siempre mencioné como cooperativa emblemática ya que vos empleaste esa palabra yo te la tomo, fue la Cooperativa de Pescadores de Victoria que fue todo un ejemplo de lucha, que fue todo un ejemplo de progreso y que fue en consecuencia un ejemplo cooperativista.
-Cuando yo era estudiante leí un escrito tuyo en donde contestabas a una afirmación de una persona que decía que el cooperativismo era un parche del sistema capitalista, ¿Qué pensás hoy?
-Lo que pensaba entonces, el cooperativismo es una entidad institucional, social y espiritual que no tiene nada que ver con el extremo de la derecha que dice que en aras de la libertad hay que restringir los derechos o de la extrema izquierda que dice que para que los derechos se logren es necesario restringir la libertad, estos son los dos planteos de la desesperación, por un lado mantener las injusticias que perjudican a los pobres y por el otro lado de utilizar a los pobres para llegar a las alturas de la burocracia y del poder. En cambio en la cooperativa con la participación democrática de sus asociados y en forma igualitaria, un socio es igual a un voto y a esto lo repito muchas veces, porque ni siquiera el presidente en una cooperativa puede desempatar en el caso que haya dos posturas con igualdad de votos. Tiene que seguirse discutiendo hasta que se llegue a la luz buscada, entonces esto es lo importante del cooperativismo, por eso si bien tiene una raíz socialista, que hay que reconocerla y decirla con toda tranquilidad, porque por lo general han sido los partidos socialistas los que promovieron el sindicalismo, los que promovieron las organizaciones solidarias y entre ellas el cooperativismo, lo que pasa es que a la derecha le conviene para asustar a la gente decir que el cooperativismo es comunista, pero no se trata de una cosa ni de la otra, el cooperativismo es la igualdad, es la equidad y es la libertad en democracia.


*Téc. Sup. en Cooperativismo

21/9/14

La dragona Montenegro ¡Para esto he venido!

Por Rubén I. Bourlot


Las mujeres en la historia de Entre Ríos aun no tienen la visibilidad que se merecen, en parte por los mismos motivos que se da en distintos ámbitos donde el papel de la mujer estuvo y aún está relegado al ámbito privado, alejado de los espacios de decisión. Pero si de manera fortuita emerge una figura protagónica, el tiempo y el desinterés de los historiadores va borrando sus huellas. Poco es lo que se sabe de personalidades como Tadea Jordán la madre de los caudillos Ramírez y López Jordán, a pesar que no fue solamente una mujer ama de casa. De la famosa Delfina, si bien no era entrerriana fue protagonista de sucesos provincianos, casi nada se conoce. Otro caso es el de Juana Montenegro, la Dragona, que estuvo en los entreveros cuando los porteños pretendían meter una cuña en estas tierras cobijadas bajo el protectorado artiguista. Es 1814 cuando el Directorio crea la provincia y manda gobernadores intendentes, rechazados por los entrerrianos. Y la Dragona encuentra una fama fugaz combatiendo del lado de los porteños.

 

El Paso de Belén

El 29 de septiembre de 1814, en el Paso de Belén, situado sobre el río Uruguay, en las cercanías de Mandisoví, se produce el enfrentamiento entre el caudillo artiguista José María Chirico o Chiribao y las fuerzas directoriales que respondían al gobernador intendente José Blas Pico.

Una jugosa crónica de Manuel F. Mantilla relata los pormenores del combate.1

Al rayar el día de una mañana, triste y lluviosa del mes de setiembre de 1814, hallóse campado a inmediaciones del Paso de Belén el Coronel José María Lorenzo con ciento veinte dragones, una pieza de a cuatro y treinta milicianos de Gualeguaychú a las órdenes del Comandante Samaniego.

Según la crónica

los artiguistas ocupaban el pueblo de Mandisoví al mando de José Miguel Chiribao haciendo de aquel punto el centro de sus operaciones (…)

El gobernador intendente de Entre Ríos, teniente coronel Blas José Pico, marchó sobre ellos con toda la división de su comando, y tras una jornada forzada ocupó el pueblo el 28 de setiembre de 1814. Los perturbadores del orden lo habían abandonado al saber su aproximación, llevándose a todos los habitantes, como las tropas de Artigas sabían hacerlo, a punta de lanza y a filo de sable.

Las sospechas de Pico sobre la dirección de los anarquistas, eran vagas; felizmente, capturó un espía de ellos y por él supo que se encontraban en el Paso de Belén. Inmediatamente dispuso que el segundo jefe de la división, teniente coronel José María Lorenzo, fuera a batirlos con ciento veinte dragones, una pieza de a cuatro y treinta milicianos de Gualeguaychú encabezados por el comandante Gregorio Samaniego.

La columna expedicionaria se había puesto en marcha la víspera al entrar el sol y llevaba orden del Coronel José Blas Pico, Gobernador Intendente de Entre Ríos, de batir en ese paraje a los artiguistas que al mando de José Miguel Chiribao infestaban con cuadrillas y partidas de bandoleros parte del territorio fronterizo a Corrientes, interceptando las comunicaciones de ambas provincias.

En ella iba, acompañando a su esposo, un dragón, Juana Montenegro, una de esas mujeres que no abandonan a su prenda querida en las mayores rudezas de la vida, verdaderas heroínas del amor y ángeles de consuelo y de caridad a la vez en medio del fragor de los combates para cuantos caen derribados por el plomo. No compartía de las fatigas de su esposo en clase de soldado, como no lo hacían ni lo hacen sus iguales; era simplemente su ayuda para descargarle de todas las atenciones propias de su sexo. Pero, de varonil carácter, hacía siempre ostentación de un sable ceñido sobre la pollera, que nunca había desnudado pero que guardaba para los casos inesperados y extremos.

Silvia Razzetto de Broggi dice que Juana es la esposa de un soldado del Escuadrón de Dragones de Gualeguaychú.2

Al verla seguir la expedición – continua Mantilla-, cuando sus compañeras quedaban en el pueblo, los soldados, siempre traviesos y pifiones (sic), le hacían farsas y burlas. Ella no se ofendía: era corrida en jaranas soldadescas:

— ¿A qué viene? ¡Qué feo va a disparar!  La víctima será el marido, que por defendería se hará matar.

Tales y parecidos flechazos recibía y contestaba, diciendo de vez en cuando: — ¿A qué vengo?  Ya verán. . . ya verán a lo que vengo.

Durante la marcha llovió abundantemente, pero el agua no detuvo la operación. Escampó a las tres de la mañana, quedando siempre amenazante el tiempo.

A las cuatro se halló Lorenzo a cien pasos del lugar donde le decía el espía que se encontraba el enemigo: un monte espeso. Era oscuro todavía. Esperó que aclarase.

Con la primera claridad adelantó Samaniego con sus milicianos. No veía enemigos. Para llamar la atención de ellos y conocer su paradero hizo disparar unos tiros al penetrar en el bosque.

Los artiguistas, que estaban próximos, en número de más de doscientos armados de lanza, sable y fusil, cayeron sobre él y detrás de él salieron de su guarida, trabándose el combate en terreno limpio con todas las fuerzas de Lorenzo. Minutos después de producido el choque, cayó un fuerte aguacero que imposibilitó el uso de las armas de fuego, quedando en virtud de ello con superioridad los anarquistas, por su número.

— ¡Carabina a la espalda, sable en mano y a la carga!, fue entonces la voz de mando que dio Lorenzo a su tropa, y se lanzó con ímpetu sobre el enemigo.

Juana Montenegro desnudó también su sable, y, colocada al lado de su esposo, se entreveró en la pelea, ágil, entusiasta y valiente como el dragón mas renombrado del regimiento. Deshechos y derrotados los artiguistas, ella siguió encarnizada la persecución a través del monte, donde quedaron girones de su pollera, volviendo al campo de la acción de los últimos, con un fusil arrancado personalmente a un enemigo y que entregó orgullosa a Lorenzo como trofeo de su valor.

- Para esto vine - dijo en seguida con orgullosa altanería a los soldados, que la aplaudían y vivaban.

 

El reconocimiento de Dragona

La actuación de la brava dragona no queda en el anonimato porque su jefe, el coronel Lorenzo, le trasmite al intruso gobernador sus hazañas: “al lado de su marido, atacó sable en mano peleando como un  soldado y después de la acción presentó el  fusil  tomado al adversario”, y éste se dirige Supremo Director del Estado, Gervasio Antonio de Posadas, para dar

cuenta de la acción ganada a los de Artigas en el Paso de Belén por las tropas a su cargo, al mando del teniente coronel D. José María Lorenzo y la bizarría con que la mujer del Dragón, Juana Montenegro avanzó sable en mano como los soldados.3

Como corolario Posadas suscribe un decreto concediendo premios a los que intervinieron en el combate y reconociéndole a Montenegro condición de dragona:

a consecuencia del parte dado por el gobernador intendente interino de Entre Ríos, don Blas José Pico en 29 de septiembre último sobre el triunfo de las armas de la patria ganado en el mismo día en el paso de Belén, acordó el supremo director del Estado con esta fecha lo que sigue.

«Apruébanse las providencias del gobernador intendente interino de Entre Ríos: dénsele las gracias a nombre de la patria, igualmente que a los valientes guerreros en la acción de las armas del paso de Belén: expídanse los despachos de un grado inmediato a su clase al teniente coronel don Blas José Pico, y oficiales que se distinguieron en aquélla, igualmente que el de teniente coronel efectivo de ejército al graduado de la misma clase don José María Lorenzo. Y en consideración al mérito que especialmente ha contraído Juana Montenegro batiéndose con el enemigo con un esfuerzo superior a su sexo al lado del soldado dragón su esposo, vengo desde luego en mandar que dicha Juana Montenegro pase revista en el expresado regimiento desde el día del ataque, y se le abone por toda su vida el haber de Dragón, dándosele especialmente las gracias por su heroico valor. Hágase saber en cuadro esta suprema resolución y publíquese en la Gaceta Ministerial para satisfacción de los interesados.»

Una rúbrica de su excelencia, Javier Viana, secretario.4

De ahí en más la Dragona pasa a formar parte ese ejército de mujeres perdidas entre las brumas del anonimato.

 

Referencias:

[1] Mantilla, Manuel F., (1888), Narraciones, Buenos Aires, Imprenta Europea. También está glosada por Elvira Reusmann de Battolla, (1910), en Páginas inmortales: el libro de oro de la mujer americana: episodios, anécdotas, acciones históricas, citado por P. Grenón S. J. compilador, (1931), Documentos históricos, T. 21, Secc. Patriótica N° 4, Patriotas cordobesas, Córdoba, Archivo de Gobierno.

2 Broggi, Silvia Razzetto de, Juana Montenegro, en https://sites.google.com/site/gualepedia/grupo-iten-gualeguaychu/mujeres-de-gualeguaychu/juana-montenegro. Acceso: 1-9-2017.

3 Archivo Artigas, Tomo XVII, (1980), Campaña contra el gobierno de Buenos Aires, 1814 –1815, pp. 470/471.

4 Transcripto de: Gazeta Ministerial del Gobierno de Buenos-Ayres, (26 de octubre de 1814), núm. 127, pág. 671, en Biblioteca de Mayo, (1963), Tomo XIV, Pág. 12837. 

Bibliografía complementaria a la referenciada:

Sosa de Newton,  Lily, (1980), Diccionario biográfico de mujeres argentinas, 2ª Ed., Buenos Aires., Plus Ultra.

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