30/1/18

Cuando las voces federales se apagan

Por Rubén Bourlot
En estos días se suceden conflictos en el marco de ajustes implementados por el gobierno nacional, que alcanzan también a los medios de comunicación del estado, es decir de toda la comunidad. Tanto LT 14 de Paraná como LT 11 de Concepción del Uruguay están pasando por un proceso de centralización, en el ámbito de su pertinencia a la cadena de Radio Nacional, con el argumento, según el locuaz responsable de Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Ing. Hernán Lombardi, de “ir transformando los medios públicos en una cosa de periodismo profesional, que sea atractiva para los que estén escuchando, que sea federal”. Pero hacen todo lo contrario. 
Mary y Cristina en LT 11
Hicieron desaparecer la FM De la Baxada y la FM Arenas (frecuencias moduladas de LT 14 de Paraná y LT 11 de Concepción del Uruguay, respectivamente) para trasmitir la temperatura de Capital Federal, un grúa que se cayó sobre una casa... en Bs. As., un accidente en Liniers. Nos muestran un mundo ancho y ajeno.
Raúl Lagos y Martín González
Quienes bregamos por profundizar el federalismo por el que lucharon nuestros mayores, por las identidades regionales, por la reafirmación de nuestras raíces en cada aldea para ser universales, parafraseando al gran escritor ruso ("Pinta tu aldea y pintarás el mundo"), no podemos rifar esa herramienta esencial que es un medio de comunicación local y regional. Ese federalismo de Artigas, de Ramírez (que es el nombre que la radio parece que ya tiene por perdido), del mismo Urquiza, no se puede rifar.
LT 11, una de las tres emisoras pioneras de la provincia que marcaron rumbos (instaladas entre 1945 y 1951), que la gente hizo suyas, que entraron si permiso en los hogares con la música de nuestra región, con las voces mágicas de rostros imaginados. Voces de hombres y mujeres que se fueron cincelando sobre la marcha y fueron marcas registradas de cada emisora. LT 11, que comenzó como Splendid y luego Gral. Francisco Ramírez, con Rosalía y Mary Charrier, Raúl Lagos, Roberto Barozzi, Enriqueta Morera, Rosalía Charriere , Federico Lombardo, Aroldo Flores, Raúl Lagos, Celso Villanueva, Juan Carlos Nery, Zacaría Piloni, Edgardo Visagno, el Gordo Puchulo,  Cristina Tami, Horacio Palassoli, Roque Galotto, los Etcheverri. 
Los radioteatros de LT 11
Programas memorables como el Rinconcito de los niños, Hola mañana, la Revista social, Ud. y su mediodía, el Gigante, los radioteatros, el informativo del Sportman, las trasmisiones de Pista 11 y las Veladas de Puño a puño, los relato de básquet de Palassoli, y de automovilismo de Enrique Pontelli. 
Gente joven y la Discoteca del aire de Barozzi. Y hay más que dejaban a la gente prendida a la radio. Música a su casa, La pila de los éxitos, los programas de Roberto Román: La noche de Entre Ríos. Mañanitas camperas y Cultivando el campo. Seguro que dentro de un par de décadas pocos recordarán con nostalgia las voces y programas de la hoy LT11-Radio nacional ¡"la radio de todos"!

28/1/18

Cooperativa Eléctrica de Paraná

Por Ricardo César Bazán
T. S. Coop. Periodista

La Cooperativa Eléctrica Ltda. de Paraná inicialmente y luego Cooperativa Municipal Mixta de Electricidad Ltda., fue fundada el 26 de noviembre de 1932. La personería jurídica le fue acordada el 22 de Febrero de 1933, e inscripta en el registro de cooperativas del Ministerio de Agricultura de la Nación el 9 de abril de 1935, bajo matricula Nº 532 y (mixta) por Ordenanza Municipal de Asociación Nº 3452, sancionada el 30 de  noviembre de 1938 y promulgada el 3 de enero de 1939.
Entre sus iniciadores se encontraban José Segón, Alfredo Antelo, Amaro Etienot, Eugenio Tamburini y Juan D. Neubert. 
El Profesor Elio C. Leyes recordaba que la cooperativa llego a tener su local propio en calle San Martín llegando a Plaza Alvear, en los documentos encontrados (memoria 1936) el local social estaba en Corrientes y Victoria y en 1940 (memoria y balance) dice el mismo que estaba situado en Urquiza Nº 610 y su teléfono era el Nº 13077. 

El espíritu inicial
La cooperativa nació porque una parte de la comunidad de la ciudad de Paraná tomó conciencia que eran explotados en la parte de consumo por el Trust Eléctrico.
Se comenzó con una gran campaña a través de un camión sonoro con grandes paneles que salía por las calles de la ciudad hablando sobre la cooperativa eléctrica, se convocaron asambleas, se realizó una gran inscripción de socios, se compró el local, pero nunca se pudo concretar la instalación de la Usina Eléctrica. La cooperativa tuvo una gran oposición por parte de la mayoría de los miembros de los partidos conservadores y el radical. Hubo excepciones como la del Dr. Carlos H. Perette quién defendió el proyecto de la misma. 
Distintas organizaciones de la comunidad solicitaron el apoyo del Concejo Deliberante para que se suscribiera la Municipalidad de Paraná a la Cooperativa Eléctrica. Los impulsores de la iniciativa fueron La Fraternidad Ferroviaria, La Sociedad Argentina Smiles, La Sociedad Española de Socorros Mutuos y El Centro de Almaceneros Minoristas. 
A continuación se transcribe un pasaje de la memoria de la cooperativa que refleja el sentimiento que los animaba como así también la oposición y falta de apoyo por parte de un sector de la comunidad. El mismo dice así: 
“Si bien es cierto que no podemos conformarnos con la obra realizada desde la fundación de nuestra sociedad a la fecha porque era de esperar una amplia acogida por parte de los consumidores de nuestra ciudad, dada la situación realmente extraordinaria en que los tiene sometidos el Trust de la Electricidad, estimamos que en medio de las dificultades de todo orden porque atraviesa el país y muy especialmente en lo que respecta a la faz económica, podemos considerar que nuestro movimiento cooperativo ha respondido a las necesidades del momento y con pequeños esfuerzos de parte de los consumidores y la participación de la Municipalidad, como primera consumidora, podrá considerarse un hecho la Usina Popular. No obstante considerar que por el esfuerzo de los consumidores más necesitados hemos llegado a un punto tal que nuestra Cooperativa podrá muy pronto iniciar sus actividades y dar a luz a nuestros asociados y alumbrar las calles, parques y paseos de nuestra ciudad, porque así lo exige la mayoría de nuestra población, debemos también consignar la indiferencia de los más pudientes a una iniciativa de carácter exclusivamente económico y local que una vez impuesta sería el orgullo de nuestra Capital porque demostraría su capacidad económica y la férrea voluntad de administrarse a sí misma”. 
Cuando terminó la cooperativa el capital de la misma fue donado por decisión de los asociados en asambleas a distintas entidades de bien público. Una de ellas fue la Universidad Popular de Paraná. 
Para finalizar es importante destacar que entre sus socios activos se encontraban: la Asociación Trabajadora del Estado, la Cooperativa de Consumo y Crédito 1º de Mayo, el Centro Socialista de Paraná, el Colegio de Contadores Públicos, la Unión de Obreros Municipales, la Municipalidad de Paraná, el Profesor Elio C. Leyes y el historiador César Blas Pérez Colman.

26/11/17

El gobernador que perdió la cabeza*

Por Rubén Bourlot

Eduardo Racedo fue gobernador de Entre Ríos en el periodo clave de la consolidación del estado argentino. Una figura que no da lugar para la indiferencia. Con claroscuros, puede decirse que fue el más amado y el más odiado de su tiempo, como se decía de Napoleón, de Perón… 
Placa sobre el costado de la Catedral de Paraná
donde descansan sus restos
Los historiadores dividen las aguas: para unos es el estadista que construyó la Entre Ríos moderna. Para otros, el execrable gobernador que trasladó la capital de Uruguay a Paraná. 
Y un buen día este gobernador perdió la cabeza, más bien el busto entero. Pero no por desequilibrios mentales. Sucedió en 2011 cuando el monumento que le rinde homenaje, en el bulevar que lleva su nombre y que conduce a la estación ferroviaria que supo impulsar, fue mutilado por manos anónimas.
El vapuleado Racedo fue un militar que a los 17 años ingresó al batallón de Línea de Buenos Aires, en 1860. Actuó como soldado en la guerra contra el Paraguay y diez años después participó de la represión de los entreveros jordanistas. A algún historiador trasnochado se le habrá ocurrido poner en tela de juicio su participación contraria a los intereses de la provincia, pero a esa altura era un joven teniente coronel que cumplía órdenes. La decisión política le correspondió al entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento. 
Más adelante el destino lo llevó a la campaña patagónica, integrando los ejércitos de Julio Argentino Roca, para incorporar al territorio nacional las vastedades del sur. Era el gobierno de Nicolás Avellaneda, para algunos distraídos. Esta campaña que está de moda denostar hasta el infinito con argumentos anacrónicos y descontextualizados.
Busto de Racedo en el bulevar que lleva su nombre
Después participó en la batalla decisiva de Puente Alsina, contra el gobierno de Carlos Tejedor, para logar la capitalización definitiva de Buenos Aires. 
El 80 de 1800 fue el año de la llegada de Roca al poder de la mano del Partido Autonomista Nacional, una alianza de provincianos que rompía con el círculo vicioso de partidos atrincherados en Buenos Aires. 
En Entre Ríos, Racedo constituiría la alianza roquista con el Partido Popular, la corriente del “racedismo” que lo llevará  a la gobernación. ¿Y quiénes integrarían ese nuevo movimiento de la política entrerriana? Gran parte del jordanismo se plegará en un trasvasamiento natural que tiempo después alimentará las filas del incipiente radicalismo, como lo fueron Juan A. Mantero, Vicente Morán y Miguel M. Laurencena entre otros, aunque sobre este último el historiador Celomar Aragachá sostiene que nunca estuvo vinculado al jordanismo.
El año 1883 fue el de Racedo; el de la reforma constitucional con logros como las autonomías municipales y la creación del Consejo General de Educación con un régimen educativo gratuito, laico y obligatorio. Pero también fue el año de la tragedia para los uruguayenses que vieron perdida su capitalidad en manos de los paranaenses. Esta medida le costó caro al prestigio del gobernador y fracturó al partido que vio emigrar a valiosos elementos del jordanismo de la costa del Uruguay. 
Racedo promovió el poblamiento de la provincia mediante la expansión de la colonización agrícola y amplió las redes ferroviarias. Tal vez como una compensación, Concepción del Uruguay se unió con caminos de hierro a la nueva capital. 
Y como era usual, y lo es hoy mismo, la geografía se llenó de topónimos con el nombre del gobernador, tan abundante que resultaba harto difícil distinguir las localidades: Pueblo Racedo, Colonia Racedo, Estación  Racedo. Y en Paraná el bulevar que pasa frente a la estación central también fue bautizado con el nombre del gobernador. 
Y para completar el homenaje, en 1938 sobre una de las plazoletas se erigió un busto obra del notable escultor entrerriano Israel Hoffman. Una obra de arte que embellecía esta arteria que aún conserva los tradicionales adoquines.
Pedestal sin el busto 
Pero un día, manos anónimas, cobardes, descabezaron el pedestal y se llevaron con rumbo desconocido el busto del general. ¿Cuáles fueron los motivos de semejante acto vandálico? Una nota también anónima bajo la presuntuosa firma de “el pueblo” pretendió justificar el acto derramando las consabidas críticas a la “mal llamada conquista del desierto (que) fue en realidad un plan sistemático de exterminio de los reales dueños de esta tierra. Un plan que sirvió para consolidar la dependencia del tirano opresor extranjero”. Y agregaba: “Ahora, con los vientos de cambio que soplan, debemos tirar los mármoles de los traidores que tanto ensuciaron a nuestra patria para dejar pedestales libres para los reales héroes del pueblo. Basta de mentiras en los libros. ¡Viva la historia de los valientes!”. Una ironía completa que los cobardes de esa calaña exclamen vivas a los “valientes”.
El pedestal quedó trunco, descabezado, con algunas placas que testimonian el homenaje. El busto, con suerte soterrado en algún sitio desconocido, o tal vez fundido, convertido en vil metal.

Bibliografía:
- Jorge Riani, “Estupor y desconcierto por el robo del busto a Racedo “, El Diario, Paraná, 28/6/2011.
- Argachá, Celomar José, Origen y fundación de la Unión Cívica Radical en Entre Ríos, 1998.
- http://paranahaciaelmundo.com.ar
- https://es.wikipedia.org/wiki/Eduardo_Racedo

*Publicado originalmente en la revista Orillas.

3/11/17

Los canales de La Picada

Por Rubén Bourlot
 
En 2014 se anunciaba la construcción de acueductos para irrigar las tierras del norte entrerriano, uno en la cuenca del arroyo Mandisoví, en el departamento Federación, y el otro en el departamento La Paz, que desde el río Paraná se prolongaría entre La Paz y Estacas.
Pero esta idea de volcar las aguas de la rica red hidrográfica provincia a los campos para hacerlos producir en épocas de sequía nos viene de muy lejos. Aunque nos parezca extraño que en una provincia rodeada de ríos que la abrazan y surcada por centenares de arroyos, haya épocas que nos quedemos sin agua. Así sucede.
En tiempo de Urquiza, el gobernador, se impulsó la construcción de tajamares para proveer de agua a los animales. En 1851 había en la provincia 465 de este tipo de represas.
Diario La Acción, 6-11-1913
Años después, con la formación de colonias agrícolas, se creyó necesario proyectar un sistema de irrigación para salvar los cultivos de las recurrentes sequías. Así en la gobernación de Prócoro Crespo, a fines de la primera década del siglo XX, se planeó una obra vinculada a los arroyos Las Conchas y Espinillo, en la zona de La Picada, departamento Paraná.
Para 1913 las obras estaban finalizadas con la instalación dos máquinas accionadas por dos motores de 60 H. P. y un depósito con capacidad de 300.000 litros de agua y una casa de máquinas, canales de distribución y un tanque para los mismos. En el momento de la inauguración existían 85 kilómetros de canales destinados a irrigar unas 3.000 hectáreas.
Esta obra ambiciosa al parecer no arrojó los resultados esperados, según los informes que difundían los medios de prensa. Un año antes de la habilitación, el diario La Acción comentaba que a consecuencias de las lluvias “la obras del dique de la irrigación pública, que dirige el ingeniero señor Segovia, han sufrido desperfectos que se estiman en 14 mil pesos.” Y abundaba en detalles que explicaban por qué no eran viables estos trabajos. En primer término sostenía en base a un informe que el arroyo, en épocas de sequía no tendría el caudal suficiente para abastecer los canales. En segundo término, en los periodos de lluvias excesivas los canales quedarían ociosos y no se podrían cobrar los cánones estipulados. Y finalmente, las crecientes de los arroyos Tala y Espinillo destruirían permanentemente los embalses. Recomendaba por lo tanto realizar una obra más pequeña a modo de ensayo.
Un vecino de la zona, irónico decía: “¡Viera Ud. los famosos canales destinados a traernos la riqueza y la vida! Ni siquiera para proveer de agua a algunas hectáreas de repollo han de servir esas pobres zanjas que las lluvias últimas y el paso de los caballos y los bueyes han destruido…”
Medalla conmemorativa
No obstante las obras continuaron, y a fines de 1913 el citado diario informaba sobre una excursión a las obras prontas a habilitarse, invitados por la casa Bromberg y Cía., proveedoras de las máquinas. “Tras un corto viaje hasta el lugar donde está ubicada la dirección y oficina técnica y previo breve descanso – dice la crónica - , se inició un recorrido por el dique de embalse, depósitos de distribución y galería de máquinas.”
Y abunda en detalles sobre el funcionamiento del mecanismo.
“Los ensayos verificados ayer dentro de la capacidad de las máquinas –continua la crónica – y conforme a las especificaciones del ingeniero Segovia has dado buen resultado.
“A nuestro juicio las obras construidas por la casa Bromberg y Cía. han dado el resultado esperado. Falta ahora verificar si el canon establecido por el gobierno está de acuerdo con los servicios que prestará.”
El tren a las obras
Pero de este viaje también surgió la necesidad imperiosa de mejorar los caminos. “Los automóviles dispuestos para el traslado de esos invitados sufrieron en el trayecto varios atascamientos para salir de los cuales fue preciso que se ofreciesen unos a otros recíproca ayuda.”
El dique de La Picada en 1926 (Fondo Germinal Chemín - AGER)
Precisamente el día anterior (5 de noviembre de 1913) el periódico cuestionaba la inclusión en el presupuesto para 1914 una partida destinada para construir un ramal ferroviario a las obras de irrigación al que calificaba de “ridículo e irrisorio”. “Se trata (…) de construir una línea férrea de una extensión máxima de 30 kilómetros de extensión, por lugares despoblados a través de la campiña de nuestro departamento.” En días subsiguientes se continuó cuestionando el proyecto a pesar de las dificultades experimentadas en la citada excursión. “Esto no quiere decir en manera alguna que se sienta la necesidad de un ferrocarril – escribía en la edición del 7 de noviembre -. Que por razones expuestas en nuestro diario, y según versiones autorizadas que justifican nuestras aseveraciones, considerábamos y seguimos considerando que es un puro disparate, sin objetivo inmediato (…)”
En ese mismo año se efectúan reforma en el diseño del dique para corregir los defectos de construcción.
Fragmento del plan de reformas del dique -1914 (AGER)
Durante la gobernación de Laurencena, se mencionaban los trabajos de reparaciones ejecutadas en el dique de la obra y a la resistencia de los vecinos a abonar el canon ya que “el costos de provisión y de transporte de los productos que pudieran obtener, parece que no resulta francamente compensado por el precio de los mismos.”, decía el gobernador en su mensaje a la Legislatura de 1817. Al año siguiente se confirma con un informe del ingeniero estadounidense Lorenzo Bennet, la escasa viabilidad de la obra. Los costos para el funcionamiento del sistema de riego eran considerablemente altos que no compensaban la mayor producción que se podía obtener. Para esa época sumaba 253 hectáreas cubiertas por irrigación, muy lejos de las 3.000 prevista inicialmente.
Hacia 1926, una fotografía muestra la obra del dique sobre el arroyo La Conchas, en La Picada. Con el tiempo esta ambiciosa obra se fue diluyendo, y hoy, en pleno siglo XXI, aún siguen en proyecto las obras para volcar el agua a la producción.
 

Bibliografía y fuentes:
- Mensajes del gobernador Miguel Laurencena 1917 – 1918
- Diario La Acción, Paraná, varios números, 1912 y 1913
- http://diariojunio.com.ar/noticia.php?noticia=62401, 18/07/2014
- Archivo General de Entre Ríos (AGER)



16/10/17

Historia del cooperativismo entrerriano: Caja Entrerriana de Créditos

Por Ricardo César Bazán*

La Caja Entrerriana de Créditos Cooperativa Limitada fue fundada  en Paraná un 31 de agosto de 1958 (D.N. Coop. Mat. N° 4495) con personería jurídica otorgada por Decreto N° 4772 del 24 de Julio de 1959, y N° 58 del 10 de agosto de 1966 - Sup. Gobierno de Entre Ríos, inscripta en el Registro Público de Comercio (Secc. Cont. Sociales N° 94 - Folio 2163- Libro 16, y registrada en el Banco Central de la República Argentina (Inscripción N° 6-5-159), la Caja Entrerriana de Créditos Coop. Ltda. tenía su local en 25 de junio 123/25, fueron sus fundadores (primer Consejo de Administración - Año 1958):
Presidente: Marcos Bufaliza; Vice - Presidente: Pedro C. Vieytes; Secretario: José M. López Fernández; Pro - Secretario: Domingo Amato; Tesorero: Domingo Paultroni; Pro - Tesorero: Manuel  Aldasoro; Vocales Titulares: Eduardo D. Vallana, Carmelo J. J. Sporturno, Luis Fernández, Vocales Suplentes: Antonio S. López, Carlos Bilello, Maximino Aldasoro, Horacio A. Patriarca; Sindico Titular: Luis A. Repetto; Sindico Suplente: Mehir Titievsky.
Nos cuenta Don Carlos Bilello que la Caja de Créditos.(Entrerriana) nació por iniciativa del gerente del Almacén por mayor del Centro de Almaceneros (en calle 25 de junio)  Don Nicolas Repetto, recuerda también Don Carlos, que la misma se llamaría Cooperativa de Crédito de Almaceneros Minoristas, y que los comienzos fueron duros, pusieron unos pocos pesos entre todos, Galizi presto un mostrador, y unos muebles viejos del centro de Almaceneros también formaron parte del mobiliario de la  cooperativa, fueron sus primeros empleados el Sr. Luis Bader y la Sra. Cándida Loisafe, en la parte de adelante funcionaba la caja de créditos y el almacén  (centro Almaceneros) por mayor lo hacia en la parte de atrás, el capital de la  caja de crédito muchas veces no lograba cubrir algunos cheques y el gerente los hablaba para que mandaran algunos pesos y de esa manera poder pagar los mismos, la cooperativa fue progresando por el tesón puesto por todos, el consejo de administración trabajaba buscando nuevos clientes, lo que llevo a que muchos comerciantes destacados del centro se acercaran a participar de la misma.
La caja  de créditos antes de construir el nuevo edificio se traslado desde calle 25 de junio a calle España, entre San Martín y Pellegrini (cerca de la actual D.G.R.).
Cuando se inauguró el nuevo edificio un 31 de agosto de 1974, el Consejo de Administración era el siguiente:
Presidente: José L. A. Mottalli; Vice - Presidente: Juan Silio; Secretario: Domingo H. Mendoza; Pro - Secretario: Pedro Lischinski; Tesorero: Guido A. Lugli; Pro - Tesorero: Fredi Berta; Vocales Titulares: José P. Grandin, Luis Bande, Oscar E. Heit; Vocales Suplentes: Eduardo D. Vallana, Edmundo A. Yuri, Ernesto D. Arietti, Jorge A. Truffer; Sindico Titular: Francisco F. Badalotti; Sindico Suplente: Daniel E. Russo.
En el año 1978, un 1° de noviembre, la Caja Entrerriana de Crédito Paraná se fusiona con otras cajas de crédito de la región (Cooperativa de Ahorro y Crédito de Santo Tome y Cooperativa del Abasto, Cooperativa de Ahorro y Préstamo Ltda. de Santa Fe), dando nacimiento al Banco B.I.C.A. Coop. Ltdo. (Banco Interprovincial Cooperativo Argentino)
A mediados de 1979 se unieron dos cajas del norte santafesino (Crédito Zona Norte de Gobernador Crespo y la Caja Criolla de la localidad homónima). En el año 1984 (mayo) se amplia el servicio al sur de la provincia de Santa Fe con la fusión por absorción del Banco Intercoop C. L.  (con casa central en San Lorenzo).
En abril de 1995 amplia sus sucursales hacia el oeste de la provincia de Santa Fe y provincia de Córdoba con la  absorción del Banco Rural Sunchales Copo. Limitado.
La crisis financiera del año 1995 surge la necesidad de constituir Banco BICA Sociedad Anónima, mediante la transferencia de activos y pasivos, con el control absoluto por parte de BICA  Cooperativa de Emprendimientos Múltiples Limitada (CEML).
En el año 1997, BICA CEML vende la totalidad de su tenencia accionaria del Banco BICA S.A. al Banco del Suquia, y comienza a operar desde ese entonces como Cooperativa Financiera, con su capital propio y no regulado por el Banco Central de la República Argentina.-
La palabra  BICA cuenta la página de Internet de dicha empresa que “El nombre de la cooperativa proviene de un hecho fortuito. Cuando entre los consejeros de las tres cajas que formaron el Banco se convino un nombre para la nueva Entidad, se determinó que fuera Banco Interprovincial Cooperativo Argentino (B.I.C.A.). Estando todos los elementos para la constitución del Banco en posesión del Banco Central de la República Argentina, este a través de una circular prohíbe la inclusión en el nombre de los bancos que en el futuro se constituyan, de términos como Nación, Provincial, Argentino, etc. Para no demorar la autorización, se convino en una denominación imaginaria: Banco BICA Cooperativo Limitado, por lo tanto, las letras no deben ser separados por punto alguno.”

Fuentes:
  • Placa recordatoria Caja Entrerriana de Créditos – Inauguración nuevo edificio – 31 de agosto de 1974 -  Salón BICA Coop. Ltda. 25 de Mayo 180 Paraná Entre Ríos (2006).
  • Diario Uno - 5/7/04 - Bica cooperativa: con el empuje del cooperativismo financiero.
  • Ofelia Sors – Paraná después del Tunel Subfluvial – 1960 – 1990 – Aspecto urbano (1993).
  • Compendio informativo sobre el movimiento cooperativo entrerriano 2004 – Elaborado por la Secretaría Técnico Administrativa de la Mesa de Coordinación Cooperativa de Entre Ríos (2004)
  • Programa radial de educación cooperativa “Entre Todos” - Ricardo César Bazán, Julio Argentino Maidana (F.M. Cambalache - 2005/ F.M. 9 de Julio 2006).
  • Dr. Horacio Amato, Sr. Carlos Bilello.
  • Sr. Herminio Ludi, Dr. Eduardo Broguet, Sr. Eduardo Altman, Sr. Pedro Aguer, Sr. Hugo Alberto Ramón González, Dr. Edmundo Bellodi, Sr. Alberto Costa
  • Archivos Sr. Ramón Santos Peñalba (Hugo Alberto González) “El Teyu”
  • Pagina de Internet BICA (2006).

*Téc. Sup. en Cooperativismo

2/10/17

Conversaciones entre Grosso y Golz*

Por Rubén Bourlot

Una larga amistad salpicada con el buen humor del poeta supieron cultivar Luis Sadi Grosso y Adolfo Argentino Golz. Y en el transcurso de esa amistad desgranaron prolongadas charlas y algunas de ellas fueron reunidas de una serie de artículos de Golz en periódicos de Paraná.
Luis Sadi (¿o Sadí?, no se ponen de acuerdo) Grosso nació en Paraná el 10 de octubre de 1921 y falleció en su ciudad natal el 8 de enero de 2008. Entre ambas fechas fue madurando el “poeta, ensayista curioso de la palabra, ocasional periodista, dibujante circunstancial y guitarrista poco conocido…”, escribe Golz en una crónica. Cuando Hernán Pirro ocupó el cargo de Director de Cultura de la Provincia, lo convocó para conformar el área de letras de su dependencia y gracias a la gestión de Grosso se debe la creación del Premio Fray Mocho, entre otras iniciativas. Autor de Odas ínfimas, Recuerdo de Paraná, Las estatuas, Libro de Venus. En 1992 MC Ediciones publicó sus obras completas y en 2000 dio a la luz A la sombra del espantapájaros.
La amistad entre Grosso y Golz —vínculo que se extendió a lo largo de décadas— se inicia a mediados de la década del 50, cuando éste último jugaba en las divisiones inferiores del Club Patronato, las que dejó para pasar a la Reserva del Club Universitario. “En este club, el capitán y recio zaguero de la primera era precisamente Luis Sadi Grosso”, dice Golz.
En esa época, aparte del deporte, Golz cursaba la secundaria en el Colegio Nacional y oficiaba de cronista deportivo en El Diario. Un día descubre en las páginas del matutino una poesía firmada por un tal Luis Grosso. Le costó convencerse de que era el mismo Grosso al que los delanteros rivales temían cada vez que entraban al área. De allí en más la relación se volcó a otras temáticas vinculadas con las letras y la cultura.
Golz recuerda que “Grosso fue un hacedor de amigos, conocedor de la bohemia de otro tiempo, de noches muchas veces alargadas hasta el amanecer, que supo compartir su andar con otros grandes de nuestras letras como Juan L. Ortiz, Luis Alberto Ruiz, Reynaldo Ros, José María Díaz, Rubén Turi, para citar unos pocos nombres de una larga lista de recordados escritores.
“En las tantas charlas que compartimos, un día le preguntamos si había sido feliz y contestó con aquella copla: Fui feliz como ninguno, / como se suele decir, / porque siempre al dividir/ en el dos encontré el Uno.
Grosso (izquierda) y Golz

“Y añadió: - Siempre hice lo que quise, incluso lo que no debía hacer..."
El humor fue siempre el condimento que matizó la convivencia amistosa de estos dos hombres, uno que ya partió y el otro que gasta suelas por las calles de Paraná para dar su testimonio. El humor que plasma en esas décimas gauchescas. “- Mire, patrón, me parece / que hay hacienda entreverada, / además está aumentada / y alguna no pertenece; / a eso, y a lo que crece / hace rato que no lo veo; / habrá que curar yo creo, / y marcar y ver a ver / qué hay que arreglar o vender… / - Va a haber que parar el rodeo”. El humor compartido junto al mate o en una trasnochada de guitarras y vino. En una recopilación que Golz publica en El Diario de Paraná cuenta que en una oportunidad “habíamos ido con Mingo Nanni, el matrimonio Grosso y Susana Martínez Lacabe a tomar mate al Club Náutico, fue cuando a esta última se le ocurrió tomarle una fotografía. Al ver con posterioridad la copia, Grosso la observó y dijo:
—Mira lo que asemejo, tras de ser fiero parezco un desayuno campero. — ¿Por qué?—preguntó Mingo Nanni. —Claro, puro mate...”
—Fijate vos, no hay nada mejor que hablar macanas para que te tomen en serio, solía decir Grosso.
Otra que cuenta Golz. “Sonó la campanilla del teléfono en la casa de Grosso y él atendió, produciéndose el siguiente diálogo:
— ¿Hablo con la casa del Sr. Grosso?— preguntó una voz de mujer.
—Mí casa no habla, habla Grosso— (Silencio del otro lado)
—Mire señor Grosso, me comentaron que usted es medio poeta...
—Pero no se preocupe, la mitad que resta es igual a todos los hombres— contestó el poeta, con tono tranquilizador. La mujer colgó”
En otra oportunidad “un grupo de jóvenes lo visitaron porque estaban trabajando en una monografía sobre poesía entrerriana y en un determinado momento del diálogo le preguntaron:
— ¿Qué nos puede contar de esa poetisa Di Grosso?
— ¿De quién?—preguntó francamente intrigado.
—Una mujer que tiene varios libros publicados. Se llama Luisa Di Grosso. Al recordar la anécdota, Grosso comentó: -Te das cuenta, me cambiaron de sexo así nomás, sin bisturí”
Y otra humorada relatada por Grosso a Golz que sin dudas despierta la hilaridad. Una docente de Literatura decide que los alumnos deben tomar contacto con los autores y le pide a los chicos que confeccionen breves biografías sobre escritores locales. Uno de los estudiantes decide entrevistar al nuestro poeta y se produce el siguiente diálogo telefónico:
—Hola, ¿Hablo con el escritor Luis Sadi Grosso?
—Sí, con él habla.
—Ah, bueno. Le habla Pablo. La profesora me dijo para mañana tenía que llevar los datos de un poeta entrerriano y yo lo elegí a usted.
—Muy bien, ¿qué datos necesitas?
— Es cortito. Le voy preguntando, a ver... ¿Dónde y cuándo nació?
—En Paraná, el 19 de octubre de 1921.
—Ahá. ¿Qué libros escribió y cuántos son?
Con infinita paciencia, Grosso le fue enumerando los títulos.
—Ya está. Listo. Y ahora la última,
— ¿Dónde y cuándo murió?

Fuentes: Entrevista con Adolfo Argentino Golz, septiembre de 2013. El Diario Paraná, 23 de diciembre de 1997, 1º de junio de 1999 y 6 de enero de 2009. Revista Ser, Nros. 9/10, C. del Uruguay, 1970.

*Publicado originalmente en la revista Orillas.

28/9/17

Entrevista a Miguel Pepe

Ricardo Cesar Bazan*

En Concepción del Uruguay, en el Día de la  Cooperación, entrevistamos a Miguel Pepe, un destacado cooperativista, luego de que pronunciara unas palabras en el almuerzo que se llevó a cabo en tan emotivo día.

Dijo entre otras cosas:
“Creo que me eligieron por ser el más viejo de toda esta reunión, es una cuestión exclusivamente de edad y de suerte de haber llegado a los 83 años todavía con ganas de conversar (...)
“La cooperación me dio…, las cooperativas me dieron, me enriquecieron con una cantidad de amigos que están acá presentes y otros a los cuales quiero recordar como pioneros del movimiento en Concepción del Uruguay. Y me acuerdo de Don Juan Balcechi que fue el que nos acompañó para la organización de hace 50 años de la cooperativa C.O.P.U.L. (Cooperativa de Obras Públicas Uruguay Limitada) y que también intervino en la creación de Río Uruguay. Es una figura que doblemente debe ser recordada  por nosotros. Recuerdo también a Roberto Uncal, que fue un hombre que se fue muy joven y que hubiera hecho una carrera maravillosa dentro de la cooperación. Lo ha recuerdo a  Fernández Canavesi con gran cariño porque fue un gran amigo que me enriqueció mi vida, y mi vida fue enriquecida por todos los camaradas, todos los compañeros que he tenido en toda la provincia en este movimiento que es un movimiento maravilloso, el movimiento de la solidaridad, el movimiento que nace con la fuerza con que nacen las hermosas ideas, es una idea como la del cristianismo la que nos une a todos, la que no hace diferencia entre los hombres (...).”
Luego de su discurso, todavía muy emocionado, le realicé la siguiente entrevista:

RB ¿Cuándo nació Miguel?
MP: Yo nací el 10 de agosto de 1925 bajo la presidencia de Marcelo T. de Alvear.

RB ¿Cuándo se acerca al cooperativismo?
MP: Me acerqué al cooperativismo en el año ‘48 en La Plata. Yo estudiaba en la Facultad de Humanidades, y en el ‘48 me afilié al Partido Socialista y teníamos un centro donde venían oradores como Carlos Sánchez Viamonte, Alfredo Palacios, Mario Bravo, una cantidad de gente con una cultura enorme, y todos planteaban que la solución ante el capitalismo era la de la cooperativa, donde nos explicaban que la cooperativa trata no solamente del problema de  la justicia social sino de la libertad, de las dos cosas juntas que son tan difíciles de unir. Hay países que parece que hubieran logrado la justicia como fue la Unión Soviética o como fue Cuba, pero no tienen libertad, y hay otros países con gran libertad que no tienen justicia social.

RB ¿Y cómo es que funda C.O.P.U.L.?
MP: Bueno, C.O.P.U.L. se funda porque acá en Concepción del Uruguay el Intendente en ese momento que era el Dr. (Juan) Lacaba se encontró que la municipalidad no estaba en condiciones de hacer obras públicas, entonces no tenían dinero tampoco para llamar a licitaciones para agua potable, cloacas y pavimento y se conectó con un dirigente sindical que era Don Juan Balcechi con el cual teníamos contacto nosotros.
 
RB ¿El manco Balcechi?
MP: El manco Balcechi, que nos ayudó y dijo aquí lo que hay que formar es una cooperativa y se llamó al Dr. Roberto Uncal que era un teórico, un abogado joven, que tenía mucho conocimiento del movimiento cooperativo.
 
Miguel Pepe es agrimensor, docente, y destacado cooperativista; es socio fundador y ex consejero de C.O.P.U.L. Cooperativa de Obras Públicas Uruguay Ltda., y fue consejero de Río Uruguay Cooperativa de Seguros Ltda. hasta 2005.
Ejerció la docencia a nivel Universitario hasta 1987 y fue Decano de la Universidad Tecnológica Delegación Concepción del Uruguay hasta 1987.

*Tec. Sup. en  Cooperativismo – Periodista- Investigador.

7/9/17

Las huellas de Francisco*

Por Rubén Bourlot

Aún no era Francisco. Tal vez ni soñaba con serlo. El joven y futuro curita al que llamarían padre Jorge, docente en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe, un día de 1965 se arrimó a Paraná, el pago de sus abuelos.
Bergoglio en La Inmaculada
Jorge Bergoglio era el “maestrillo” del colegio jesuita que impartía clases de filosofía y literatura a los alumnos del secundario, era "el profe Carucha". Estuvo en esa ciudad entre 1964 y 1965. Solo dos años pero dejó su sello. 
En ese 1965, durante sus clases de literatura el padre Jorge desafió a sus alumnos del último año para que escribieran cuentos con un resultado tan auspicioso que merecieron su publicación agrupados en un libro. No solo eso. Consiguió que la obrita fuera prologada por el ya afamado Jorge Luis Borges. Nada menos.
Las amarillentas páginas de los diarios de Santa Fe y Paraná informan sobre la presentación del libro “Cuentos originales” editados por el sello local Catellví. Una selección de cuentos de ocho alumnos de Santa Fe y del entrerriano Sereno Oscar Grassi.
Borges escribió en el citado prólogo “Es verosímil que alguno de los ocho escritores que aquí se inician llegue a la fama, y entonces los bibliófilos buscarán este breve volumen en busca de tal o cual firma que no me atrevo a profetizar”.
La presentación en la capital santafesina se llevó a cabo el 15 de noviembre de 1965 en el Colegio de la Inmaculada con la presencia de autoridades provinciales, de la institución, Leoncio Gianello y el propio Bergoglio. 

Una carta
Días después, el padre Bergoglio dirige una carta al director de El Diario de Paraná, Arturo J. Etechevehere, para solicitarle la publicación de la “crítica efectuada por la afamada poetiza entrerriana Sofía Acosta (…)”
El libro, explica Bergoglio, “es una compilación de cuentos escritos por alumnos de dicho colegio. Todos ellos cuentan con 17 años de edad y esta publicación es la culminación de un esfuerzo realizado íntimamente entre el claustro de profesores y los alumnos (…)”
Esta carta junto con la crítica de Acosta la publica el periódico el 5 de diciembre. 

El padre Jorge en Paraná
Pero no quedaría así la historia de este libro. Como el propio Bergolglio lo menciona, llegó a ser un Best-seller en Santa Fe, y ese éxito debía traspasar el río, y tal vez fue un compromiso porque uno de los autores era de Paraná. Así, el 18 de diciembre se llevó a cabo la presentación de la obra en el Ateneo “Luis L. Etchevehere”. Para referirse al libro habló la profesora Sofía Acosta y luego Jorge Bergoglio agradeció al Colegio de la Inmaculada Concepción por el esfuerzo de auspiciar el acto. Finalmente Rosita Perino leyó uno de los cuentos.
La presencia del futuro Francisco pasó casi inadvertida. Solo El Diario de Paraná lo nombra. Pero no hay dudas que su visita fue una vuelta al hogar de sus abuelos y de su padre Mario. Escribe una autora sobre esta familia inmigrantes piamonteses, “en Paraná, en la provincia de Entre Ríos, los tres hermanos de Giovanni habían comenzado una modesta empresa de pavimentación que, en poco tiempo, les había permitido comprarse un edificio entero; el único de la ciudad con ascensor.
“El «sueño americano» de la familia, sin embargo, duró poco: la crisis de 1932 se tragó la empresa y los ahorros de toda una vida. Giovanni y Mario lo habían dejado todo y habían recomenzado de cero en Buenos Aires.”(1) 
Aún en Paraná permanece orgulloso este bello edificio conocido como “Palacio Bergoglio”.

Los autores
El libro reúne cuentos de ocho alumnos del quinto año: Rogelio Pfirter (hijo), Carlos Ghiara, Julio César de la Torre, Julio Orlando Peña, José Hernán Cibils, Ubaldo Pérez, Jorge Milia y el parananense Sereno Oscar Grassi con los cuentos “El Viaje”, “El Reto” y “La Enferma”. Sobre el último autor la profesora Sofía Acosta considera que sus cuentos “son técnica y argumentalmente, los mejores entre los catorce de Cuentos originales”. El trabajo era la conclusión de las actividades impulsadas por Bergoglio en su cátedra de literatura que incluían “cursillos” con la presencia de destacados autores como el propio Borges, María Esther de Miguel y María Esther Vázquez.
¿Y qué fue de estas jóvenes promesas? Rastreando un poco nos encontramos que Sereno Oscar Grassi, que llegó a ser un actor profesional en Washington, según lo testimonio la autora citada más arriba, está dedicado a negocios gastronómicos. 
Rogelio Pfirter se recibió de abogado y siguió la carrera diplomática. Fue director general de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), Director de la Agencia Espacial Argentina (CONAE) y embajador ante el Reino Unido de Gran Bretaña entre  1995 y 2000.
José Hernán Cibils se recibió de Licenciado en Ciencias Políticas y luego se inclinó por los estudios musicales consagrándose como compositor: unas de sus obras, "Pieza para orquesta", fue estrenada en 1985 por la Orquesta Sinfónica de Mendoza, dirigida por Luis Gorelik.
El papa Francisco junta a Yayo Grassi
Jorge Milia, periodista, escritor, poeta. Fue corresponsal militar ante la ONU. Colaboró en distintos medios del país.
Carlos Ghiara, empresario dedicado al turismo en Santa Fe.
Julio César de la Torre, radicado en Venezuela con varios premios en el rubro Ensayo. Su investigación "Algunas constantes estéticas en la narrativa de Vladimir Nabokov" fue distinguido con el primer premio en el VIII Concurso Anual de Literatura (Año 2000), de la Universidad Central de Venezuela.
Ubaldo Pérez se encuentra radicado en Alemania, profesor, filósofo, escritor y cantor de tangos. 
Julio Orlando Peña se dedica a la paleontología en el Museo de Ciencias Naturales de Paraná y ha escrito artículos de divulgación referidos a su especialidad.

(1) Lucia Capuzzi, Rosa de los dos mundos La historia de la abuela del Papa Francisco.

Fuentes y bibliografía:
El Diario, Paraná, 5, 17, 18 y 19 de diciembre de 1965.
El Litoral, Santa Fe, 19 de noviembre de 1965.
Lucia Capuzzi, Rosa de los dos mundos La historia de la abuela del Papa Francisco, Palabra, 2015.
Publicaciones varias del Colegio de la Inmaculada de Santa Fe.

*Publicado originalmente en la revista Orillas.

3/9/17

Tesoros, entierros y tapados*

Por Rubén Bourlot 

En el norte de la provincia desde siempre circulan leyendas acerca de tesoros enterrados. Y dicen que la gente solía recorrer los campos, pala en mano, en la búsqueda de su salvación. Con las mismas ilusiones de los que jugaban una tarjeta del Prode o la Lotería, y hoy se entusiasman con el pozo acumulado del Quini 6. 
Tal vez muy pocos hayan encontrado algo de valor, o al menos no lo difunden. Pero no es aventurado suponer que esos entierros existieron. Hasta hoy es una costumbre de muchos que no confían en los bancos, guardar sus riquezas en sitios bajo tierra.
Desde muy antiguo, desde tiempos de la colonia, las personas que acumulaban valores como joyas, oro o dinero lo ocultaban en lugares insólitos, ante la falta de entidades bancarias o cajas de seguridad.  Y muchas veces sucedía que por diversos motivos los propietarios abandonaban el lugar, fallecían sin develar el secreto, y el “entierro” quedaba oculto para siempre. 

Luces buenas y malas
En Corrientes se cuenta que muchos estancieros dejaban escondidos sus bienes en el campo y con el tiempo empezaba a circular leyendas acerca de luces que se desprendían del lugar. Si esas luces o resplandores nocturnos eran de color rojizo se trataba de oro, y si eran blancos significaba un tesoro de plata. También entre las tejas de viejas casonas solían ocultar fortunas. Cuenta la tradición que sólo se podía hallar el tesoro en la oscuridad de la noche, y si el buscador demostraba excesiva codicia, el tesoro cambiaba mágicamente de lugar, oculto tras una cortina de humo. Más aún, el lugar solía estar protegido por fantasmas o espectros que se desplazan produciendo amenazante sonidos metálicos. 
Suelto aparecido en el diario Democracia de Concordia
el 9 de enero de 1943
Durante la Guerra contra el Paraguay, entre 1865 y 1870, se dice que los propietarios se alejaban del conflicto no sin antes enterrar sus su bienes en el campo.
Otra historia de Corrientes afirma que en la actual colonia Mota y Piedritas, atrás de un enorme de ombú, casi todas las noches aparecía una luz brillante y extraña.
Un hombre que vivía en la zona estaba muy preocupado y extrañado a la vez por este hecho, por lo que decidió una noche, no sin temor, acercarse a dicha planta para así averiguar de qué se trataba. Los vecinos le habían contado tantas historias al respecto sobre la “luz mala” o un “ánima en Pena”.
Esa noche se dispuso a buscar la misteriosa luz, pero la luz parecía alejarse de él cuando este se acercaba. Varias noches el hombre perdió el sueño en su tenaz búsqueda, pero la luz parecía empecinada en desaparecer sin más ni más.
Hasta que recordó lo que alguna vez contara una anciana, sobre los famosos “entierros”.
El hombre llamó a otros vecinos para que lo ayudara y palas en manos fueron en busca de lo que podría ser un gran tesoro.
Cavaron detrás, al costado, al frente del ombú hasta que una de las palas tocó algo macizo, que no era una piedra precisamente. Se trataba de un cajón. Temerosos lo abrieron. No se sabe si contenía algo de valor o sólo baratijas, porque ninguno develó lo que habían hallado. Pero dicen los vecinos que todos continuaron su vida con una permanente expresión de felicidad. Vaya a saber.

Los “tapados” del Noroeste
En el Noroeste son de particular fama las leyendas sobre “tapados”. El investigador y escritor Félix Coluccio señala que "hay tapados que se han hecho famosos como el de Casas Blancas, cerca de Cafayate; el de El Zorrito en la Quebrada de las Conchas; el de Pirgua, en Pampa Grande; el de Las Flechas, en San Carlos y Molinos. (Tobías) Rosemberg afirma que en el Tucumán actual aún se habla de la Laguna del Tesoro, del Tapado de Quiroga o de Las Lomas de Monte Rico. Con posterioridad, cuando las monedas de plata -bolivianas, quintos y chirolas - circulaban en el Norte sin restricciones, también se hacían tapados en pequeña escala, en localidades apartadas de los centros poblacionales" 
Un cuento de Juan Carlos Dávalos relata la historia de un hombre que vivía en la trastienda de un viejo negocio donde era empleado. Cuando se acostaba, agotado por las tareas diarias, observaba que del cielorraso pendía una cola de gato, ya reseca por el paso del tiempo. Todos los días se decía: "mañana voy aponer la escalera para ver lo que es..." Pero nunca era el día, y fueron pasando las jornadas y los años hasta que murió el propietario. El empleado tuvo que dejar su habitación. Los nuevos dueños del lugar se aprestaron a limpiar y lo primero que hicieron fue tirar de la desagradable cola de gato, con la ayuda del empleado holgazán. Al  arrancar la cola empezaron a caer monedas de oro hasta formar un pequeño tesoro. El propietario le entregó al ayudante una de esas monedas a modo de propina. 
En Santa Fe, Ricardo Kaufmann cuenta en su libro La muerte del Conde, la historia trágica del conde de  Tessieres, uno de los fundadores de la colonia Cayastá. No viene al caso relatar el crimen pero sí nos interesan las historias que se tejieron acerca del tesoro que dejó oculto, de rumores que circulaban por los boliches de la zona y de los varios intentos de búsquedas infructuosas. 
También tras la expulsión de la Compañía de Jesús hacia 1767 se difundieron leyendas sobre los tesoros ocultos por los padres de la Compañía. Un de las versiones fue la que divulgó Lina Beck-Bernard, en su libro La Confederación Argentina. Relata que en el antiguo convento jesuita, luego ocupado por los mercedarios, en la ciudad de Santa Fe, hacia 1858 arribaron dos jóvenes suizos para buscar un tesoro. Provistos de un viejo plano que indicaban el sitio donde se hallarían las joyas de los jesuitas, pidieron permiso al cura al cargo del convento para explorar, pero el religioso les negó el permiso. Retirados los jóvenes, el mismo cura intentó infructuosamente hallar el tesoro. 

El tesoro de la columna 
En 1906, en Concordia, el intendente de ese momento, Juan Salduna decidió demoler una vieja columna de la plaza 25 de Mayo. La misma había servido para sostener un busto de Urquiza, hacía tiempo ya destruido por lo que no cumplía ninguna función. En la ciudad se había desatado el debate y empezó a circular el rumor que debajo de su base  se ocultaba un tesoro. Decían “hay allí bolivianos que da gusto, y cosas raras como para formar un Museo”.
 Lo único que se encontró fueron dos tubos de plomo, relata una crónica del diario El Litoral, “entre los que se hallaron pedazos de cintas y restos de moños, cuyos colores no se pueden distinguir por estar completamente deteriorados”.
Uno de los tubos guardaba los antecedentes de la erección de la pirámide, en 1850. El otro, un rollo de papeles, casi totalmente destruidos, pero en los que se advertía la siguiente inscripción: “Viva la Confederación Argentina. Mueran los Enemigos de la Organización Nacional”, y una fecha: “Mayo 24 de 1851”, Para el historiador Antonio P. Castro, este sería primer monumento a Urquiza en el país. En cuanto al tesoro, nada se encontró.

Entierros en La Paz
Julio  Oscar Blanche, historiador de La Paz, cuenta que “desde chico escuché estos casos de tesoros enterrados, especialmente en el distrito de Tacuaras; uno que me contaron fue en el paraje de Ramblones. Se decía entonces que mi cuñado Armando Zaffi, que tenía un almacén en el lugar, se enteró que uno de sus parroquianos había encontrado un entierro y lo extorsionó con contarle a la policía y le sacó la mitad del mismo, y que después lo perdió todo jugando al póker. En 1979 yo vine a La Paz de turista – continúa Blanche -  y se comentaba que en la zona de San Víctor (Feliciano), mientras se estaba trabajando para hacer una especie de represa para juntar el agua del arroyo Las Mulas destinada a una arrocera, habían encontrado un tesoro enterrado. Varios años después un amigo que me llevaba en su coche me mostró donde lo habían encontrado. Nada de esto puedo asegurar que sea cierto.” 
Noticia aparecida en El Diario de Paraná
el 9 de enero de 1943
Pero no todo es leyenda, alguna vez algo se halló, salió a la luz, y no fue precisamente la “luz mala”. En 1943, una pequeña noticia aparecida en El Diario de Paraná informaba sobre el hallazgo de un tesoro en el campo Los Baguales, en el departamento La Paz. La propiedad pertenecía a Walterio Skirlin, un inglés radicado en la zona. La crónica relata que “un peón mientras se hallaba ocupado en hacer una excavación halló un pequeño tesoro. El peón hundió el pico que empuñaba, en una botija de barro, cuya construcción se hace elevar a más de cien años, que se encontraba enterrada a más de dos metros y medio del nivel de tierra, haciendo saltar unas cuantas monedas de plata y oro de gran tamaño. Hecho el recuento de las mismas se estableció que la botija contenía tres mil monedas de plata y cien de oro.” No sabemos el destino que tuvo el tesoro y qué parte le habrá tocado al peón.

Bibliografía:
Ricardo Kaufmann, La muerte del Conde, Santa Fe, 1982.
http://www.corrientesaldia.info/es/articulo/89258/Los-Entierros
http://efamocovi.escribirte.com.ar/1218/el-entierro.htm
 http://www.delaconcordia.com.ar/1906_Demolicion_de_la_columna.htm
Testimonio de Julio  Oscar Blanche, La Paz, 15-9-14
La cola del gato, cuento de Juan Carlos Dávalos
*Publicado originalmente en la revista Orillas.
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