27/5/25

La resignificación de los actos escolares y las fiestas patrias

 Rubén I. Bourlot

Desde hace unos 150 años las escuelas argentinas conmemoran las fechas patrias y recuerdan a los próceres con actos escolares que repiten un ritual "casi sagrado" que ni padres ni maestros se atreven a alterar, aunque en lo que los rituales tienen de particular como una expresión de símbolo de creencia social, están cambiando. La investigadora y especialista en educación Marta Amuchástegui explica que a través de los actos escolares "se sostiene la tradición" y los maestros buscan "formar la conciencia cívica y transmitir el amor a la patria".

Era el ideal de quienes comenzaron a edificar un estado nacional a partir de una población heterogénea, un aluvión inmigratorio que iba sumando nuevos actores de diversa procedencia que era necesario homogeneizar. El ideal de “educar al soberano”, “civilizar al bárbaro”, más que nada dirigido a la población criolla se chocaba con las nuevas capas de europeos “civilizados” que había que "argentinizar". De ahí la importancia de los actos patrios, tanto como la de enseñar a leer y escribir.

Con el paso del tiempo poco se modificó de esta estructura si le quitamos algún apoyo tecnológico del siglo XXI.  No podemos negar que estos rituales no hayan cumplido con una función y no la sigan cumpliendo pero no está demás pensar cómo actualizar esos espacios que escapan de los límites del aula y de los diseños curriculares para conmemorar acontecimientos del pasado y fechas memorables que inviten al debate de ideas y al pensamiento crítico. No se trata de cambiar un discurso hegemónico por otro. Hasta no hace mucho se solía exaltar sin lugar a disensos la figura de un Cristóbal Colón “descubridor” de América que fue reemplazado por la figura del “indio bueno” idealizado sin demasiada apertura para la discrepancia. 

Repensar los actos escolares para darle una dinámica que revise conceptos cristalizados, ideas trasplantadas de la cultura europea a nuestras tierras, y haga de los actos un espacio más atractivo, participativo, para los chicos y jóvenes del siglo XXI.

 

Actores

En un acto conmemorativo de hechos históricos no podían faltar todos los actores, no solo los principales o que se consideran así. Hasta hoy se repiten hasta el cansancio la mención a los miembros de la Primera Junta en los actos del 25 de mayo, decorado con algún soldado Patricio, la consabida dama antigua como una mujer ricamente vestida, los infaltables French y Berutti repartiendo cintitas (celestes y blancas), morenos  y morenas vendiendo velas y empanadas sin dejar en claro que eran esclavos probablemente realizando esas tareas para sus amos. No aparecen ni los campesinos de los alrededores, ni las comunidades indígenas, ni los pueblos de las demás provincias que aún no se habían enterado de los que sucedía en las cuatro manzanas que rodeaban el Cabildo de Buenos Aires.

En Entre Ríos podemos realizar un recorrido de los actos escolares revisando los programas escolares que se guardan en los archivos e, incluso, los que se publicaban en los diarios. En los mismos observamos que su desarrollo no difiere demasiado de los actuales. Con la apertura que incluye la entrada de la bandera nacional (la de Entre Ríos se agregó después), la entonación del Himno Nacional (la marcha de Entre Ríos es posterior), las palabras del o la docente, una poesía recitada de memoria, los bailes tradicionales, alguna dramatización tomada de la revista La Obra (el caballito de batalla de toda maestra) y el final de fiesta con el agasajo a los presentes con chocolate y bizcochos de panadería recién horneados.

 

Con cohetes y bombas

De una rendición de fondos de la escuela de Curtiembre (departamento Paraná), para el festejo del 25 de mayo de 1897, observamos que se había adquirido para la ocasión papel azul y blanco, pelotas, 5 docenas de cohetes, mates con bombilla, cintas argentinas y punzó, pañuelos entre otros insumos. En un programa que publica el diario local en la primera década del siglo XX se describe la conmemoración del 25 de Mayo en Pueblo Brugo donde participaba toda la comunidad: “El 25 a la mañana saldrá una gran manifestación de la escuela a cuyo frente irán las autoridades nacionales y provinciales de este punto y los alumnos de la escuela hasta la plaza donde cantarán el Himno Nacional.”

Otro programa de la Escuela Infantil Nº 1 de Estaquitas da cuenta de los actos del 9 de Julio. Por la mañana, “a la salida del sol, disparos de bomba; a las 9 Himno Nacional cantado por los alumnos; discurso pronunciado por el director Sr. Valentín Cabrera; Los congresales de Tucumán, declamación por el niño B. Ventura, y A San Martín, por el niño Manuel Cabrera. Para la noche se programaba una Velada literaria que, entre otras actividades preveía la representación de La clase del 95 por “dos niñas y un niño”, un monólogo a cargo del niño Julio R. Cabrera y varias representaciones breves que documentan el esmero puesto en la preparación de los actos.

 

En carro a la plaza

Francisco Francou en su libro El faro de la cuchilla -valiosas memorias sobre la educación en la zona de Villa Elisa- nos ilustra sobre las fiestas patria en los últimos años del siglo XIX. “Es digno de hacer constar aquí -escribe Francou-, toda la buena voluntad y acatamiento de nuestra soberanía nacional, que siempre tuvieron las colectividades extranjeras que poblaron nuestra villa y colonia.”

“En los años 1896 y 1897, por orden de la Inspección, los maestros de la campaña con el mayor número posible de niños, tuvieron que reunirse en Colón, para festejar el 25 de Mayo.” Los niños de las colonias con sus maestros y padres, en caravanas de carros “colono”, atravesaron los gredosos caminos rurales para llegar puntuales a las 10 de la mañana del 25 en la plaza de la ciudad.

“Los alumnos iban lo más arreglados que podían, luciendo con orgullo en sus pechos, la Escarapela Argentina.” En el lugar participaron de los actos formales y luego fueron obsequiados con “masitas y caramelos”. Pero todo no fue tan bien en 1897 cuando a la vuelta se desató una copioso y fría lluvia azotando a los niños que viajaban en vehículos descubiertos. “desde esa fecha -dice Francou- los padres no quisieron exponer nuevamente a  sus hijos a tantas contingencias desagradables y resolvieron no concurrir más a Colón.”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy acertado su planteamiento querido profe. Es tiempo de pensar las fechas patrias desde otro lugar . Con el mismo respeto, pero con una estructura más acorde a los tiempos que corren.
Que interesante sería introducir esta discusión en las escuelas.

Rubén Bourlot dijo...

Muchas gracias. Así lo hemos planteado en la institución donde trabajaba y algunas modificiaciones se lograron pero hay que seguir el debate.

Para publicar en este blog enviar los artículos a bourlotruben@gmail.com. Son requisitos que traten sobre la temática de este espacio, con una extensión no mayor a 2500 caracteres y agregar los datos del autor. Se puede adjuntar una imagen en formato jpg.
---------------------------------------------------------------