19/1/25

Guido y Spano, combatiente con la pluma y la espada

Rubén I. Bourlot


Carlos Guido y Spano anduvo por Entre Ríos en épocas de la Confederación. Recordado como escritor fue mucho más que eso aunque su poesía quedó resumida en la memoria popular con su “Nenia”: “Llora, llora urutaú / en las ramas del yatay, / ya no existe el Paraguay / donde nací como tú. / Llora, llora urutaú.” Era hijo de uno de los protagonistas de los procesos históricos del siglo XIX, el general Tomás Guido que actuó junto con San Martín, Rosas y Urquiza.

Cuando falleció, el 25 de julio de 1918, el país era muy otro del que lo tuvo combatiendo entre verso y verso. Las luchas por las reivindicaciones federales, por la organización nacional; por la integración territorial y la capitalización de Buenos Aires, eran parte del pasado. Los versos que rememoraban la penosa guerra contra el Paraguay se habían convertido en una oda para recitar en los salones literarios, vaciados de contenido. Los combates por el voto habían logrado sus primeros triunfos con el yrigoyenismo ganando el poder.

Sus exequias fueron imponentes, según las crónicas de la época. Una multitud acompañó al patriarca; era el homenaje de Buenos Aires a su poeta cantor, a quien se había ufanado de ser porteño y “argentino hasta la muerte”. La Prensa y La Nación publicaron sentidas notas necrológicas; este último dedicó una página entera de duelo, con el retrato de Guido viviente, y otra con “la cabeza yacente del poeta” en el ataúd. La última imagen era la de un anciano de aspecto venerable, enmarcado el rostro por barba y cabellos blancos. Era la suya, una cabeza de profeta, a lo Leonardo da Vinci; poderosa y espiritual.

La revista Caras y Caretas reprodujo en la tapa de la edición del 3 de agosto de 1918 una foto que muestra su estampa señorial. En la crónica interior ponía en relieve que “más de una vez tomó la espada para defender las causas que consideró justas, con un espíritu de libertad y de americanismo que fue una de sus bellas características (…). Pero, además y principalmente, fue nuestro poeta, el poeta argentino por antonomasia.”

Para esos tiempos el poeta había cubierto con un manto piadoso al político combativo de la generación del ‘80 que en su bagaje cargaba con las luchas contra la guerra del Paraguay, esa que, entre otros, motorizó Bartolomé Mitre fundador del diario que escribía esa necrológica laudatoria en el momento de su muerte.

Había nacido en Buenos Aires el 19 de enero de 1827, hijo de Tomás Guido, guerrero de la Independencia, y de María del Pilar Spano y Ceballos, pero muy joven, en 1840, se radicó en Río de Janeiro llamado por su padre, que ocupaba en ese país el cargo de ministro plenipotenciario de la Confederación. Allí aprendió el portugués, y más tarde escribió poemas en ese idioma. Era un brasileño más, en esencia un latinoamericano. Pocos años después, para ayudar a un hermano, partió hacia Francia. Era 1848. Tiempos revolucionarios en la ciudad luz. Intervino en las refriegas callejeras fundacionales de la Tercera república que encumbraron a Napoleón III en la presidencia bajo el lema "¡Abajo los ricos!".

A su regreso en el Brasil también se vio involucrado en la política local. Se afilió a un Club de Letras y tradujo al portugués la novela “Rafael” de Alphonse Lamartine. Su actividad política opositora le costó el destierro. Después de protestar y de escribir en publicaciones opositoras al gobierno imperial, se retiró nuevamente a Europa.


REGRESO AL HOGAR

Cuando la Confederación Argentina se aprestaba a encauzar su organización definitiva el agitador político y poeta en ciernes retornó a Buenos Aires donde había nacido, luego de la batalla de Caseros. Con motivo de la fallida revolución del coronel Hilario Lagos que se levantó en contra del gobierno separatista de Buenos Aires en 1852, fue nombrado ayudante del general Ángel Pacheco.

Cuando general Justo José de Urquiza asumió la presidencia, hombre de olfato para rodearse de talentos, lo llamó para colaborar con su gobierno constitucional. En 1855 ocupó una banca en el Senado de la Confederación electo por San Juan y en 1857 fue elegido vicepresidente del cuerpo. Ya con el grado de Brigadier General acompañó, en 1859, a Urquiza al Paraguay interviniendo exitosamente en las gestiones pacíficas entre ese país y Estados Unidos, enfrentados por haber este último enviado una escuadra naval con el objetivo de desembarcar en Asunción.

El presidente Santiago Derqui (1860-1862) lo nombró subsecretario del departamento de Relaciones Exteriores. En 1861, tras la batalla de Pavón renunció al cargo y se radicó en Montevideo.

En simultáneo con su actividad política colaboró en la histórica Revista del Paraná que editaba en la capital de la Confederación Vicente G. Quesada. En el número inicial publicó una de sus más celebradas piezas: “Al pasar”, especie de idilio impregnado de tierna nostalgia que tiene por escenario un lugar rústico del norte de Francia.


OTRA VEZ LA GUERRA

De vuelta en Buenos Aires se volcó a la poesía, pero los sucesos políticos reclamaron nuevamente su presencia. En 1864 con motivo del ataque a la oriental Paysandú por parte del Brasil, con la colaboración del gobierno de Bartolomé Mitre, partió hacia Concepción del Uruguay con el propósito de plegarse a los defensores de la ciudad sitiada.

A esa altura ya se había encendido la llama de la guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay donde el país que lo había visto crecer era parte. Pero este hombre que hablaba fluido portugués se posicionó en la otra vereda, junto a los paraguayos que hacía varios siglos habían sido fundadores del criollismo rioplantense. Al respecto Jorge Abelardo Ramos (Del patriciado a la oligarquía) escribió que “su ensayo ´La guerra y la alianza’ es una pieza eximia de nuestra literatura polémica (…) Aquel ensayo, y sus numerosos artículos escritos en una prosa clásica, fueron dirigidos contra la guerra del Paraguay.”

Guido y Spano escribió en el ensayo citado sobre “la singularidad monstruosa de un tratado de alianza (la suscripta con el Brasil para combatir al Paraguay), según la cual la misma parte perjudicada (Argentina) por la separación incondicional de una de sus más ricas provincias (Paraguay), constituida hoy en Estado soberano, se obliga a combatirle en unión y provecho de la propia nación que apadrinó su independencia (Brasil), fiel a su sistema de fomentar la división de la República.”

Su labor no cesó en los gobiernos sucesivos. En 1871 tomó parte activa en la Comisión Popular de lucha contra la fiebre amarilla. En 1872, el ministro Nicolás Avellaneda lo nombró secretario del recién fundado Departamento Nacional de Agricultura. Formó en la Guardia Nacional para aplastar la rebelión de Mitre en 1874 contra la candidatura de Avellaneda. Al término de la misma fue nombrado director del Archivo General de la Provincia, a la vez que ejercía la presidencia de la Sociedad Protectora de Animales.

Al arribar Julio Argentino Roca al gobierno lo nombró vocal en el Consejo Nacional de Educación, donde se desempeño desde 1881 hasta 1894 cuando el gobierno le otorgó la jubilación.

La historia lo ubica como uno de los protagonistas de la Generación del ’80 junto a Olegario V. Andrade, José Hernández, Lucio V. Mansilla, Eduardo Wilde, entre otros. Pero su vida política y literaria atravesó varias generaciones desde la conocida como “Los hombres del Paraná” que, como vimos, se expresaron en la Revista del Paraná, y la del 900 junto a Manuel Ugarte, Leopoldo Lugones, Alfredo Palacios y muchos otros.

9/1/25

Los caminos rurales de la producción, una problemática aún sin solución

Rubén I. Bourlot


Entre Ríos es una provincia difícil para el trazado de caminos. Su geografía surcada por infinidad de ríos y arroyos, el relieve de lomadas y los suelos pesados son obstáculos para el desarrollo de la red vial. Señala Maximiliano Camarda (2022) que “el relieve de la provincia es llano y surcado por una extensa red hidrográfica. Esta llanura es alterada por suaves ondulaciones o lomadas que se denominan ‘cuchillas’ —ya que su origen no es geológico-rocoso como en las cercanías de la República Oriental del Uruguay, sino de elevaciones fosilizadas—. Fueron dos las problemáticas del transporte en el territorio: las conexiones con el resto del territorio nacional, así como el gran número de arroyos y ríos internos.”

El 5 de octubre fue instituido como Día del camino por el primer Congreso Panamericano de Carreteras se realizó en Buenos Aires, en 1925. El objetivo de esta conmemoración es promover la educación vial para concientizar sobre el uso del espacio público, las vías de circulación y el respeto por las normas de convivencia vial. 

 

CAMINOS Y POSTAS

En tiempos de carretas y cabalgaduras los caminos eran simples huellas trazadas de solo pasar, de abrirse picadas a machetazos en el monte espinal. Senderos que serpenteaban buscando los vados o rodeando las nacientes de los arroyos. De tanto en tanto alguien instalaba una balsa precaria y se hacía unos reales con el cobro del servicio. Eran caminos que unían postas a donde se arribaba para descansar, tomar algún alimento y cambiar de caballos. Las redes de postas fueron los medios de comunicación hasta avanzada la segunda mitad del siglo XIX. Los carros, carretas, diligencias no necesitaban más infraestructura para atravesar la provincia llevando personas y mercaderías. El transporte más moderno y eficaz de esos tiempos era el fluvial por los ríos navegables. Luego, a partir del último cuarto del siglo XIX, llegó el modernísimo ferrocarril.

En los últimos años del siglo XIX comenzaron a construirse puentes y mejorarse los caminos. Dice Camarda que “en 1884, se contabilizaron los puentes en Entre Ríos en los distintos departamentos, eran 28, de variada importancia, distribuidos en gran parte del territorio, en particular en la zona sur, los cuales se encontraban en mal estado.

“A partir de la evaluación de los puentes, el 8 de abril de 1884, se sancionó con fuerza de Ley, la realización de estudios sobre las trazas de caminos y puentes. A partir del año siguiente, se comenzó con el estudio señalado y con la construcción de puentes en forma sistemática por el territorio.”


CAMINOS ABOVEDADOS Y PUENTES

En las primeras décadas del siglo XX el trasporte automotor irrumpió para reemplazar a la tracción animal pero necesitaba de otro tipo de infraestructura. No era posible circular por esas huellas precarias y atravesar los arroyos por los vados con esos heroicos Ford T y similares.

Un papel fundamental en la mejoras de la vialidad la cumplieron las Comisiones Departamentales para las obras públicas creadas en 1898, que “eran destinatarias de los fondos recaudados por la provincia para la realización de puentes y caminos. Este proceso va a comenzar a cambiar con la asunción del radicalismo, en 1914, pero recién hacia fines de esa década las agencias estatales van a lograr diagramar y ejecutar las obras públicas.”(Camarda)

En 1912 se proyectaron los primeros caminos mejorados (en este caso entre La Paz y Feliciano). Según se explicita en una memoria de gobierno “dicho camino se hará con calzada abovedada de diez metros de ancho y treinta centímetros de espesor, con cuneta de desagüe donde fuere necesario, todo perfectamente pisonado por máquinas especiales.”

El sistema de abovedar los caminos de suelo natural permitía el escurrimiento del agua de lluvia y garantizaba el rápido secado de la calzada.

Durante el gobierno de Miguel Laurencena (1814-1818) se inició un amplio plan para construir puentes de hierro que se continuó en la gestión de Celestino Marcó. En el periodo fueron construidos los puentes denominados Patricio, Las Guachas, Ceibas Grandes, Los Cerros, Barrenechea, Estación Galarza, Estación Mansilla, Estación San Julián, Camino Albardón, Antonio Tomás, Espinillo, Ramblones, Carazú, Paso Duarte y el complementario La Picada, en un total de 15. Y se construyeron las calzadas bajo nivel sobre los arroyos Nogoyá y Doll.

Las Comisiones Departamentales de Puentes y Caminos llevaron a cabo una tarea muy importante que se concretó en la construcción y reparación de 130 puentes y alcantarillas puentes de madera dura; 70 fajinas; instalación de 466 alcantarillas de madera dura, 12 de cemento armado y 19 de fierro fundido y construcción de 9 calzadas de piedra.

La próspera situación económica le permitió al gobierno de Celestino Marcó la realización de un plan orgánico de obras públicas, aprobado por decreto del 20 de enero de 1919, y que comprende fundamentalmente, la construcción de caminos y comisarías de campaña, en todos los departamentos de la provincia. La ejecución de ese plan representó para 1922, la construcción de un total de 64 obras; entre otras el importante del puente La Picada, sobre el arroyo de Las Conchas en el departamento Paraná. A este puentecito que le cantó Jorge Méndez y años después fue destruido durante un conflicto militar (1962).

Hubo en este periodo un cambio en la estrategia con la supresión de las subcomisiones de caminos y su reemplazo por cuadrillas permanentes bajo la dirección general del Departamento de Obra Pública y la supervisión de las Comisiones Departamentales. Con equipos camineros adquiridos en 1925, se abovedaron un total de 67 kilómetros de caminos.

La gobernación de Eduardo Laurencena, continuó la política caminera: Filiberto Reula describe en su “Historia de Entre Ríos” que “los criterios fundamentales establecidos son: preferencia por los caminos de acceso a los centros de embarque y de consumo y de éstos a los centros mediterráneos de producción, sin servicios de ferrocarril; construcción por etapas, iniciando los trabajos por pequeñas obras de mejoramiento, como drenajes y desagües, continuando con el endurecimiento paulatino de las calzadas, hasta alcanzar los tipos firmes, más o menos definitivos; el tipo de calzada debe adaptarse, en cada uno de sus trazos a las características locales; recursos especiales, ordinarios o extraordinarios, sancionados por ley y acrecentamiento de la confianza pública respecto de la eficiencia de la acción a desarrollar y a la inversión de los recursos, que como consecuencia, debe facilitar e intensificar la cooperación particular. Y con tales normas, se realiza la obra de abovedamiento de la red caminera de la Provincia, empezando por los dos caminos troncales de Paraná a Uruguay y de Gualeguay a Concordia y siguiendo con los que les siguen en importancia, mediante los equipos camineros de construcción y conservación, a cargo de Vialidad en su gran mayoría y a cargo de Consorcios vecinales de caminos y mediante contratos con particulares.”

Durante los cuatro años de su gobierno se concretaron 3.500 kilómetros de caminos abovedados, 120 puentes y obras menores y 510 alcantarillas, con el empleo de 50 equipos camineros y con 80 Consorcios vecinales en actividad.


CONSTRUCCIÓN DE CAMINOS PAVIMENTADOS

En 1933, durante la gestión de Luis Etchevehere, la Dirección Nacional de Vialidad se hizo cargo de la red caminera troncal, por lo cual la provincia pudo ampliar su acción en el resto de las rutas provinciales. Pero el gran problema era todas las mejoras realizadas sobre suelos naturales no eran suficientes. La comercialización de la producción entrerriana tropezaba con el grave inconveniente de la red caminera de la provincia cuya transitabilidad estaba sometida al azar de las condiciones meteorológicas.

El 1934, la Provincia se acogió a los beneficios de la ayuda federal instituidos por la ley nacional 11.658 de 1932 que implicó aportes de fondos para la mejora vial y la Provincia pudo contar con los primeros caminos pavimentados, construidos por vialidad nacional. Pero los avances no fueron muy significativos puesto que una década después Héctor Maya, en su primer discurso como gobernador de la provincia (1946), sostuvo que en la provincia solo había tan solo 30 km de caminos pavimentados.


Referencia

Camard, M. (2022). Infraestructura vial, puentes y caminos en Entre Ríos (Argentina), 1893-1922.

15/12/24

Cuando la Libertad actuó en la cárcel de Paraná

Rubén I. Bourlot

A fines de diciembre de 1933 se anunciaba la inauguración de la enfermería de la cárcel pública de Paraná. El acto se llevaría a cabo el año nuevo de 1934 y “con este motivo se ofrecerá a los recluidos un festival con participación de varios artistas” en donde participaría nada menos que la ya consagrada Libertad Lamarque.

La información publicada en EL DIARIO agregaba que la enfermería contaba con equipamiento moderno para satisfacer las necesidades del penal. También la Sociedad de Beneficencia había donado quince colchas.

En la inauguración, la mañana del primero de enero, se presentarían la pareja de cantos y bailes americanos Dupont-Pelegri, el cómico Della Valle y el dúo “futurista” Splendid. A la tarde, como broche de oro, se presentaba el recital de Libertad Lamarque.

En la edición del 3 de enero EL DIARIO publicaba la crónica del festival acompañada por registros gráficos de la actuación de Lamarque. En la misma se insertaba el texto de una carta enviada por los reclusos que describe las “escenas hilarantes y amenas que nos ofrecieron los artistas que nos visitaron por la mañana, nos ha hecho vivir momentos de felicidad verdadera en nuestra monótona y sombría existencia, cuyo recuerdo perdurará por mucho tiempo.

La mejor sorpresa -agregan- se nos tenía deparada para la tarde cuando hizo su entrada en el penal la calandria criolla que con su habitual amabilidad acogió las ovaciones jubilosas y departió con nosotros afablemente”, refiriéndose a Libertad Lamarque.

También los propios reclusos fueron protagonistas sobre las tablas con el discurso de José Sauer, un recitado de parte de Luis Di Pangracio y una canción interpretada por el penado Víctor Marín acompañado por la guitarra de José Catalán.

También José Sauer le escribió a Lamarque un soneto: “Bienvenida seas, Libertad. Es tanta / tu gentileza como es la canora / algarabía agreste que atesora / tu suave, dulce y musical garganta.”

Hoy no conocemos que se lleven a cabo actividades de este carácter en las unidades penales de la provincia, más allá de las laborales y educativas destinadas a la reinserción social.

La presencia de Libertad Lamarque en el ámbito carcelario parece algo curioso pero no resultaba extraño a su trayectoria como veremos.

Ya había estado en territorio entrerriano en varias oportunidades. Por ejemplo en Colón donde actuó en el teatro Centenario en 1932. Luego se presentó, el 20 diciembre de 1933, en Concepción del Uruguay. Su actuación fue en el salón del Cine Teatro Texier. El 21 actuó nuevamente en dos funciones, vermouth y noche. Luego continuó su gira por la ciudad de Gualeguaychú según relata el historiador Andrés Rousseaux.


Libertad en las cárceles

Su labor en el ámbito artístico fue muy precoz. Había nacido el 24 de noviembre de 1908 en Rosario y su primera experiencia fue la participación a los siete años actuando en una obra de teatro de beneficencia ¡en la cárcel de su ciudad natal! El detalle es que su propio padre estaba preso en el lugar condenado por su militancia en el anarquismo.

Al notar su potencial, la familia decidió trasladarse a Buenos Aires con una carta de recomendación para el dueño del Teatro El Nacional, Pascual Carcavallo. Francisco Canaro fue quien la descubrió y unió a su orquesta, grabando temas como Mocosita, El ciruja, Langosta y Pato. Así fue como en 1926 consiguió un papel en el sainete La muchacha de Montmartre, cantando junto a Olinda Bazán y Antonia Volpe. A los dos meses debutaría en Radio Prieto y la discográfica Víctor la contrataría a 150 pesos por disco, grabando uno por mes.

En 1926, en el marco de una gira, actuó nuevamente en la cárcel de Rosario junto a Pedro Maffia y Osvaldo Pugliese para acompañar a Ernesto Ponzio, el autor del tango Don Juan, que estaba allí alojado por haber asesinado a un hombre en 1924.

En el tiempo que visitó Paraná, ya era consagrada y calificada como “la reina del tango”. En 1929 había participado de El conventillo de la paloma, de Alberto Vaccarezza, un gran éxito. Luego de dos años y más de mil representaciones, decidió renunciar para continuar su carrera como cantante.

En 1930 debutó como actriz en un filme mudo, Adiós, Argentina, de Mario Parpagnoli, mientras que en 1933 intervino en la primera película sonora argentina, ¡Tango!, junto a Tita Merello. Con su actuación en El alma del bandoneón (1935) se consagró definitivamente como actriz melodramática.


Vida de contrastes

Su vida privada estuvo plagada de contrastes. A los sinsabores por las persecuciones políticas a su padre se sumó un precoz y tormentoso matrimonio a los 18 años con Emilio Romero, tuvo una hija y tras episodios de maltrato intentó divorciarse que recién logró tras doce años de litigios. En 1935, en Santiago de Chile, tuvo un intento de suicidio.

En medio de la disputa por la tenencia de la hija una información consigna que Romero la raptó -tenía siete años- y se la llevó al Uruguay. Pero Libertad no se resignó y logró recuperarla del mismo modo. El diario El Orden de Santa Fe (12 de julio de 1935) publicó la noticia de este episodio con el título “Libertad Lamarque raptó de una escuela de Montevideo a una hija de siete años” que luego la condujo a Buenos Aires en avión. Menciona que el amigo que la ayudó fue el cantor Alberto Gómez.

Luego contrajo matrimonio con el pianista Alfredo Malerba, autor de Besos brujos y Madreselva, clásicos en el repertorio de la artista.

Otro de los episodios que debió enfrentar Lamarque fue su distanciamiento con la otra actriz en ascenso en la época que luego escalaría a la cumbre de la política nacional: Eva Perón. El desarrollo de los acontecimientos llevó a la actriz a irse del país para continuar su exitosa carrera en México proyectándola a toda América Latina y España.

Existen distintas versiones sobre el enfrentamiento con la que luego sería la esposa de Juan Domingo Perón. Ambas se habrían conocido en la filmación de la película La cabalgata del circo (1945), dirigida por Mario Soficci.

Según Fermín Chávez, en su libro Eva Perón en la historia, en el curso de la filmación tuvo lugar un incidente con Eva Duarte cuando “Libertad le había propinado una cachetada, lo que habría dado lugar a una enemistad indeleble. No es verdad; el propio Soffici se encargó de desinflar el globo en una entrevista periodística. Ocurrió que, un día, Evita llegó unos cuantos minutos tarde a la filmación y Libertad Lamarque, que era una profesional muy exigente y a la vez muy cumplidora en los horarios, le recriminó su atraso (…)”. Días después la propia Lamarque se retrasó a lo que Eva hizo lo propio posteriormente en una competencia que solo finalizó cuando intervino el propio Soffici. De ese incidente quedaron heridas que nunca se saldaron.


11/12/24

Del discurso a los hechos: sin ciencia no hay potencia

Rubén I. Bourlot


En el discurso del primer aniversario de gestión el presidente Milei evaluó que el aumento de demanda de energía que implica la Inteligencia Artificial va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear después de décadas de declive, y nosotros no nos vamos a quedar atrás.” Tras lo cual anunció que “vamos a diseñar un Plan Nuclear Argentino que contemple la construcción de nuevos reactores, así como la investigación de las tecnologías emergentes de reactores pequeños o modulares, manteniendo los máximos estándares de seguridad y eficiencia”.


Estos anuncios, que más se parecen a discursos de campaña, tienen su contraparte en el desfinanciamiento que viene sufriendo en la presente gestión un proyecto como en anunciado y que lleva años de construcción. Se trata del pequeño reactor nuclear argentino CAREM que se destaca como una de las pocas que se encuentra efectivamente en marcha, posicionando al país entre los principales desarrolladores y -en consecuencia- como uno de los líderes mundiales de esta clase de tecnología, fundamental para la transición energética y para neutralizar el cambio climático.

El país, desde fines de la década del 40 estuvo a la vanguardia en materia de energía nuclear y avanzó a los tropezones, más allá de los cambios de gobiernos y los boicots internacionales.

En 1949 llegaba al país el científico austríaco Ronald Richter para instalar en la isla Huemul, en el lago Nahuel Huapi, un laboratorio para experimentar la fusión nuclear como alternativa a la fusión que es lo que hasta hoy se utiliza para producir energía atómica.

El proyecto en sí no resultó y todo tipo de versiones se tejieron alrededor del científico. No obstante este intento fue el puntapié inicial para la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).

Corresponde acotar que la fusión nuclear continúa experimentándose en el mundo -no fue solo una locura de Ritcher- y se produce a partir del hidrógeno que es un elemento muy abundante y prácticamente inagotable. El resultado de la reacción es un gas noble, el helio, que no es radiactivo. La fisión utiliza uranio.


Computación cuántica

También la referencia a la inteligencia artificial y a los reiterados elogios a Elon Musk se dan de bruces con el desfinanciamiento del CONICET, las universidades y otros organismos científicos.


Como muestra podemos destacar el retaceo al apoyo de otro de los proyectos que podría poner al país a la vanguardia en el mundo como es la denominada computación cuántica. Seguro que los dilettantes que pululan por redes sociales no deben tener la menor idea de lo que es, incluido el primer mandatario.

Veamos. La física cuántica puede ser empleada para reemplazar al actual sistema binario que se utiliza en la informática y revolucionar los sistemas. Sería una revolución mucho más importante que la IA (inteligencia artificial). A partir de la conexión entre la física cuántica y la lógica matemática, se pueden desarrollar lenguajes de programación robustos y verificables que no tengan errores y permitan maximizar el rendimiento de esta herramienta. A diferencia de las computadoras clásicas, las cuánticas permiten resolver problemas de forma mucho más veloz y tendrán impacto en diferentes áreas como medicina, defensa, telecomunicaciones e inteligencia artificial, entre otras.

El país contaba con un equipo de investigación en la temática encabezado por el licenciado Alejandro Díaz-Caro, oriundo de Paraná (Entre Ríos) docente de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del Conicet, uno de los científicos que había regresado al país en 2014 a través del programa “Raíces”, tras realizar un doctorado en la Universidad de Grenoble, Francia y luego de algunos años más de investigación y docencia en ese país.

En junio de 2024, desde la Universidad de Quilmes se puso al frente de una investigación internacional dedicada a la computación cuántica. El financiamiento lo aportaba la Unión Europea y, además de Díaz-Caro como coordinador, el equipo contaba con investigadores de la UNQ, de la UBA, de la Universidad de la República (Uruguay), universidades italianas y Casas de Altos Estudios y una empresa francesa.

Pero rápidamente el proyecto fue abortado. En septiembre de este años Díaz-Caro resolvió retornar a Francia para seguir con sus proyectos en un ámbito más amigable para los desarrollos científicos. “Después de 10 años tengo que destruir todo, irme, desarmar”, declaró. Y agregó: “La situación de este año es que se cortó absolutamente todo. Se cortaron cooperaciones internacionales y somos muchos los que nos estamos yendo. Las universidades se están vaciando. Si vos le retirás todo tipo de apoyo a la ciencia, no hay forma de hacer ciencia… el mayor daño que se hace es a Argentina”


1/12/24

Bernabé Castellano, militante de la resistencia

Rubén I. Bourlot


“Yo soy proveniente de una familia… de un patriciado de nuestra patria que está muy desconocido. Mis familiares eran Mansilla, Correa, emparentados con Urquiza… toda esa gente que había dado lugar a que mi padre se ocupara, fuera una persona que estaba en la política” dice Bernabé Castellano en una entrevista.

Castellano fue un personaje muy singular en el entramado de la militancia peronista, vinculado a Entre Ríos, escasamente conocido entre los entrerrianos. Integró la Asociación de Trabajadores del Estado en Concordia entre 1953 y 1955. Luego del derrocamiento del peronismo en 1955 sufrió persecuciones y estuvo detenido más de setenta veces. Durante la década del ‘60 se encuadró en el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP). Fue enviado por Perón, con quien estuvo varias veces en Puerta de Hierro, en misiones a Cuba, Indonesia, Argelia, Egipto, China (portador de una carta de Perón a Mao), Alemania, Suiza, Francia e Italia.

Castellano había nacido el 11 de junio de 1931 en Colonia Berón de Astrada, departamento Esquina, Corrientes, y aún adolescente se trasladó a la ciudad de Concordia, para trabajar en el Frigorífico Yuquerí donde comenzó su militancia sindical y política. “En 1946, en unas vacaciones -dice Castellano- yo fui a trabajar al frigorífico, de ayudante veterinario, y ahí la mayoría no sabía leer. Eran 51 secciones y había 51 delegados, y 49 no sabían leer.

“Entonces yo estaba ya en la escuela secundaria, en la escuela de comercio, entonces iba con ellos y comencé a hacerle actas y todo eso, y al final terminé siendo Secretario de Asistencia Social del Sindicato en una elección que se hizo en el ‘48. Yo era menor de edad todavía”.

Tras su despido ingresó a trabajar en el estado y en 1953 se incorporó al sindicato de los estatales (Asociación de Trabajadores del Estado). “Ahí empecé en ATE, que terminé estando en la parte jubilatoria, estuve como integrante de varias comisiones, especialmente de la parte jubilatoria.

“Siempre me elegían a mí, porque yo era joven y además estaba bastante capacitado. La mayoría de los dirigentes que había, algunos firmaban con el dedo, los grandes. Y esos grandes eran muy cuidadosos de la gente que dejaban entrar en las organizaciones sindicales.”


La resistencia

La vida política de Castellano transcurrió en su mayor parte en el marco de la resistencia a los distintos gobiernos dictatoriales que se sucedieron en el país en las décadas del ’60 y ’70. Tras el golpe de estado de 1955 que derrocó a Juan domingo Perón “aparecieron escritas en todas las paredes la P y la V, Perón Vuelve -dice-.

“Y todo el pueblo, todos los habitantes de la Argentina, desde la Patagonia hasta La Quiaca, y desde la Mesopotamia hasta la montaña, hasta Mendoza, en todos lados apareció escrito Perón Vuelve, sin que eso haya sido dirigido ni alentado por nadie. La PV. Y desde ahí se comenzaron a formar todos los grupos para trabajar por el retorno de Perón.”

“Eso dio lugar a que nosotros ahí en la Mesopotamia armáramos nuestro grupo, un poco por la CGT, un poco por los militares, y entre los militares, las fuerzas de seguridad, la Prefectura, la Gendarmería y Ejército, que era lo que había ahí, la CGT, armamos una organización para el retorno de Perón.”

En 1957, ante la proscripción del partido Peronista, participa de la fundación del Partido Blanco de Entre Ríos

De esa organización surge en 1964 el Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) que integra. De sus frecuentes contactos con Juan Domingo Perón, en esos tiempos exiliado en Madrid, en 1964 surgió su designación como delegado ante la República Socialista de Cuba donde se entrevistó con el comandante cubano Manuel Piñeyro (Barbarroja) que miraba con buenos ojos al peronismo.

En 1965 viajó a China con una delegación del MRP portando una carta de Perón para Mao Se Tum. Perón les había transmitido que: “Hasta que no lean el texto de Mao acerca de la contradicción, a nuestros dirigentes les va a faltar una visión cabal de la realidad política”.

También por esa época fue enviado a Indonesia a “una reunión para la formación de los países del tercer mundo. Y que ahí iba a estar Sukarno (entonces presidente de ese país), y que nosotros teníamos que tener presencia para formular las políticas económicas nacionales, que eran las que daban bases a las políticas de Justicia Social. Y me dio (Perón) un escrito, que yo tenía que leerlo ahí.

“De ahí de Indonesia me dieron la misión de era ir a Shangai. Y fuimos con Ho Chi Minh, que estaba de Presidente de Vietnam. Fuimos con él y con Ben Barka, que era un dirigente marroquí. “De ahí vinimos a Argelia, estuvimos ahí para verlo a Ben Bella” donde 1965 Perón lo había nombrado su representante en la Conferencia Económica de países afroasiáticos efectuada en Argelia, en contra de los imperialismos.


En el gobierno de Entre Ríos

Cuando se produjo la reapertura constitucional en 1973, fue candidato a diputado nacional por la provincia de Entre Ríos. Tras el triunfo justicialista el electo gobernador de Entre Ríos, Enrique Tomás Cresto, lo designó al frente del Instituto Provincial del Seguro, cargo que ejerció hasta el golpe de estado de 1976. El gobierno de facto ordenó su captura por lo que resolvió salir del país.

Dice Daniel Parcero, autor de una biografía de su segunda esposa Marta Curone, que “gracias a una amistad que Marta, su esposa, hiciera con una dirigente española en uno de sus viajes de representación política, ambos pudieron exiliarse en Palmas de Mallorca en una propiedad de aquella amiga. Marta permaneció cuatro años, pudiendo regresar al país desde donde a través de abogados trató infructuosamente desactivar la persecución de su marido, pasando siete años hasta que Bernabé pudo regresar a la Patria.”

Versiones no documentadas por escrito pero proporcionadas por fuentes confiables sostienen que en la década del ‘70 habría participado de las negociaciones en el marco de la crisis por la ocupación de la embajada de Estados Unidos en Irán (1979-1981) cuando el ayatolá Ruhollah Jomeini tomó el poder tras el derrocamiento del sha Reza Pahlevi.

Castellano falleció el 1º de mayo de 2010 y sus restos descansan en Miramar, provincia de Buenos Aires.

30/11/24

El mate, bebida nacional rioplatense

Rubén I. Bourlot


El Congreso de la Nación Argentina sancionó, el 17 de diciembre de 2014 la Ley 27.117 que estableció el 30 de noviembre como el Día Nacional del Mate en homenaje al caudillo artiguista misionero Andrés Guacurarí, conocido popularmente como “Andresito”.

No hay dudas que el mate debe ser considerado la bebida nacional rioplatense. El vino fue establecido por un decreto la bebida nacional pero el verde brebaje guaranítico es la bebida autóctona sin rivales y que trasciende las fronteras del país para explayarse por Uruguay, Paraguay y Sur del Brasil. Es en la única región del mundo donde prospera la prodigiosa Ilex paraguariensis o la dumosa a diferencia de la vid. Y más aún, al no contener alcohol puede consumirse en cualquier ocasión y en todas las edades sin ninguna contraindicación. Es una de las bebidas más versátiles que se combina con todo. Se toma caliente o fría (tereré), amarga o dulce, con la bombilla tradicional o en taza como desayuno, merienda o en cualquier oportunidad.

El uso de la yerba mate hunde sus raíces en la tradición de los pueblos guaraníes desde mucho antes que la descubrieran los europeos.

El término mate viene del quechua “matí” que es nombre de la calabaza -el conocido porongo o el mate galleta- usada para contener la yerba llamada ka’a. La bombilla primitiva es la tacuapi que consiste en una cañita con un filtro confeccionado con cerdas o fibras.

Cuando llegaron los europeos al continente se encontraron con ese extraño modo, para ellos, de perder el tiempo mateando. Hasta llegaron a prohibirlo por ser una bebida perniciosa o diabólica, pero los padres jesuitas de las Misiones supieron aprovechar muy bien el producto que se convirtió en una mercancía redituable y en una “moneda de la tierra”, pues servía para el intercambio.


El mate panza verde

Entre Ríos desde muy temprano adoptó el mate como una de las bebidas favoritas, seguramente desde la época de la dominación hispánica. Hasta en los más humildes ranchos criollos era infaltable la presencia del mate con su accesorio básico que era la pava morocha reposada sobre el fogón o a los tientos acompañando las largas cabalgatas. El mate fue el bálsamo de los guerreros federales en tiempos de montoneras. El mate igualaba en la rueda donde el caudillo departía con los soldados endulzando sus pesares con unos mates. Porque es casi seguro que el mate dulce era común entre el criollaje. Lo demuestran las listas de provistas para las tropas donde no faltaba la yerba junto con el azúcar.

Nuestro Martiniano Leguizamón relata en Recuerdos de la tierra que en la segunda mitad del siglo XIX “un frasco de ginebra que se alternaba con otro de hesperidina o un mate cimarrón o de leche cebado por las hijas del dueño de casa, servían de aperitivo mientras llegaba la hora de la cena”.

Jorge Abelardo Ramos en su libro Revolución y contrarrevolución en la Argentina escribe, cuando retrata la crisis de la década del ’30, que “el mate había sido una necesidad en los viejos tiempos de la pampa libre; luego fue un vicio amable en las conversaciones lentas. En 1930 es de rigor como alimento casi exclusivo, con el bizcocho con grasa”.

Desde tiempos virreinales sabemos que la infusión estaba presente en Buenos Aires donde los mates finamente repujados en plata o alpaca adornaban la vajilla de las viviendas señoriales de la ciudad puerto. En el siglo XX pareció decaer la costumbre sustituida por el café pero en los últimos tiempos recobró popularidad acompañado por la publicidad, su jerarquización por los ‘sommeliers’ de la yerba y la incorporación de tecnología como el termo y la pava eléctrica. Del otro lado del charco los uruguayos incorporaron el termo como un apéndice más de su cuerpo.

En el Litoral el mate nunca decayó. Porque el mate tiene su lenguaje, tiene boca y sabe hablar. Amaro Villanueva recopiló un extenso lenguaje vinculado a la bebida criolla como “mate muy caliente: yo también estoy ardiendo... de amor por ti” o “mate frío: me eres indiferente.”

En mate en rueda promueve el diálogo, la amistad, el tiempo compartido. Bien podríamos parafrasear la conocida canción de Julián Zini para aplicarla al mate: “Compadre, que tiene el mate / Que usted al tomar / Comienza a sentirse hombre / Y empieza a hablar... “

En tiempos de pandemia la costumbre del mate compartido sufrió un duro embate pero no desapareció. Ante la adversidad se reprodujo porque en la emergencia se convirtió en un artículo individual.

Como señalamos en los primeros párrafos el mate es generoso y se amiga en combinaciones con los más diversos yuyitos aromáticos como el cedrón, el burrito, la peperina y tantos otros. Los cordobeses son maestros en esto de combinarlos con sus hierbas autóctonas, y ¡bien caliente! Pero también hay otras variantes más heterodoxas como el agregado de una cucharada de café, coco rallado, gajos de naranja, pomelo o mandarina. El mate de pomelo que se prepara ahuecando la fruta para colocarle yerba y cebarlo así. Y algún invento más espirituoso que consiste en humedecer la yerba con un chorrito de ginebra.


Pero no olvidemos el típico mate cocido o simplemente cocido como le dicen en el Norte. Es el desayuno de los más pobres para sustituir al café o la merienda de los chicos en reemplazo de la leche con cacao.

Un recuerdo personal es el mate mañanero que compartía como mi padre en el campo mientras escuchaba el informativo de Radio Colonia relatado por el inconfundible Ariel Delgado. Cuando despuntaba el sol mi madre se levantaba a ordeñar las vacas y mi padre preparaba el mate, una división de tareas muy común. No era un experto en el arte de matear puesto que lo cebaba apenas tibio, nacía como lavado y lo disimulaba muy bien con el agregado de cedrón o burrito.

Hoy también el mate cocido se modernizó con la incorporación del saquito. Pero el modo instantáneo de prepararlo no es tan nuevo.

Hace varias décadas en la localidad de Seguí, Entre Ríos, inventaron un novedoso mate cocido instantáneo que revolucionó el consumo de la zona de influencia. En la década del ’50 la firma Noryal lanzó al mercado el mate cocido soluble que se vendía con la marca Presmat, envasado en frascos de vidrio, elaborado con yerba mate comprada en molinos de Misiones. También incorporaron con el mismo procedimiento el mate cocido con leche, cacao con leche, polvo para helado con varios sabores, huevo en polvo y malta en polvo.


La yerba plebeya

La Ilex paraguariensis no es la única variedad de yerba mate que existe. Otra denominada Ilex dumosa, conocida como Caá miní, también fue utilizada por los guaraníes y luego por los jesuitas. Testimonio de ello es que cuando pasó por nuestros pagos, en tiempos de la República de Entre Ríos, Amado Bonpland consiguió el permiso de Francisco Ramírez para realizar estudios de la vegetación en las Misiones. Luego, en junio de 1821, le escribió a Francisco Ramírez que "en el pueblo de Candelaria encontré la yerba mate, pero la mayoría de las plantas son de las llamadas caá guazú y hay solamente algunos de la caá mirí", lamentándose porque la última se comercializaba a un precio mucho mayor en el Perú.

Luego el uso de la Caá miní pasó al olvido y en la década del ’30, cuando se establecieron las regulaciones alimentarias, solo se admitió la Ilex paraguariensis como yerba mate. Hoy hay proyectos para su recuperación.

 

Crédito de la foto: Fondo Hugo Bertellotti - Archivo de Entre Ríos (Digitalización: Rubén Bourlot)

23/11/24

“Urquiza debe desaparecer de la escena”

Rubén I. Bourlot

Tres días después de la batallas de Pavón, apenas aplacada la pólvora, Domingo Faustino Sarmiento le dirigió una extensa misiva a Bartolomé Mitre, el virtual triunfador del combate, con duras referencias a Urquiza y la belicosidad ensoberbecida.

La batalla de Pavón, librada en el sur de la provincia de Santa Fe el 17 de septiembre de 1861 sobre la cañada homónima, significó el cierre definitivo del gobierno de la Confederación en Paraná y el retorno de la capital del país a Buenos Aires. Se enfrentaron las fuerzas armadas gubernamentales comandadas por Justo José de Urquiza, durante la presidencia de Santiago Derqui, y las que respondían a la provincia separatista de Buenos Aires conducidas por Mitre. La principal causa del enfrentamiento fue la negativa por parte del gobierno bonaerense de cumplir con lo estipulado en el Pacto de San José de Flores en noviembre de 1859, tras la batalla de Cepeda, que disponía la reincorporación de esa provincia a la Confederación a cambio de una serie de concesiones, entre otras la reforma de la Constitución.

La derrota del gobierno nacional en Pavón no estuvo ajena a las polémicas y acusaciones cruzadas sobre la actitud de Urquiza que firmó prematuramente la rendición.

En este contexto Sarmiento le escribió a Mitre (20 de septiembre de 1861) con recomendaciones y pedidos para avanzar en la atropellada contra las provincias, seguramente para curarse en salud ante una posible rebelión generalizada, y contra el propio Urquiza. Y para ello le pidió la provisión de armamento para operar, ya probándose el saco para asumir la gobernación de San Juan. Mitre en tanto hacía lo propio para asumir la presidencia de facto. La gestión presidencial de Derqui se sostenía en medio del tembladeral.

La carta comenzaba con un “podemos dormir tranquilos” pero le recomendaba que “no se ensoberbezca ante su amigo. No se crea infalible. En política erraba. El general me ha vengado del diplomático. Tenemos patria y porvenir.” Y le reclamaba que tras el triunfo de Pavón no se había resuelto a avanzar hasta Rosario y a la capital de la Confederación. “¡Qué golpe de teatro embarcarse e ir al Paraná! Quién pudiera sugerirle la idea de quemar, ordenadamente, los establecimientos públicos, esos templos impolutos.”


URQUIZA A LA HORCA

Inmediatamente exigía que “no deje cicatrizar la herida de Pavón” y que “Urquiza debe desaparecer de la escena, cueste lo que cueste. Southampton o la horca”, en clara referencia a la ciudad británica donde estaba exiliado Juan Manuel de Rosas.

Redoblaba la apuesta: “No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos.

La obsesión de Sarmiento en contra de los que calificaba despectivamente de “gauchos” o “bárbaros” venía de lejos, de la época de la hegemonía de Rosas y Facundo Quiroga -que lo inspiró para escribir ese extraordinario libro que llamó “Facundo” (1845)-.

En otro párrafo de la misiva consideraba “preciso evitar a todo trance que Entre Ríos no se separe; que no se haga hueso la situación actual.

“Échele veinticuatro batallones de infantería y sublévele a Corrientes.”

Sobre la provincia de Santa Fe le decía: “tengo algo muy grave que proponerle. Desde 1812 este pedazo de territorio sublevado es el azote de Buenos Aires. Sus campañas desoladas por sus vándalos; su comercio destruido por sus contrabandistas que improvisan ciudades para dañarlo. Sus costas están siempre francas para desembarco de los enemigos de Buenos Aires; sus expatriados tienen allí su asilo. Buenos Aires recobra su antiguo dominio y jurisdicción; el Rosario será gobernado por sus jueces de Paz como San Nicolás; su Aduana será sucursal de la de Buenos Aires. El Congreso, para pedirlo, dará garantía de que Buenos Aires no será dañada desde allí en adelante. Puede darse a Córdoba, Santa Fe como frente fluvial y resguardo de sus campos de pastoreo, tomando el Carcarañá por línea divisoria. ¿Quién se quejaría de ello? Bobos pero argentinos.”


REPRIMIR A LAS PROVINCIAS

De inmediato venía el mangazo: “Necesito ir a las provincias. Usted sabe mi doctrina. Los candidatos están hechos de antemano. Un precursor necesita que digan: yo sólo vengo a prepararle el camino.

“(José María) Paz pudo hacer algo. Más puedo hacer yo. Me siento más hombre. Pero déjese de ser mezquino.

(…) Ordene la entrega de las armas que pido en ‘El Nacional’, dinero, cuanto se pueda.”

Y se preguntaba “¿Valgo yo menos que cualquiera de los torpes que mandan un regimiento de caballería? Entiendo esta arma, y usted sabe que tengo valor como cualquiera. ¿Por qué no me da el mando de uno de los regimientos de línea, que ha quedado vacante después de tanta vergüenza?” Se infiere que era una referencia a la actuación de la caballería porteña en Pavón que había sido vapuleada por los pingos de López Jordán, que si no los frenaba Urquiza llegaban a las puertas de Buenos Aires.

Su plan era “ir a Córdoba, ponerme en contacto con Santiago, Tucumán y Salta, sacar a (Anselmo) Rojo de su nulidad, hacerlo encabezar la cruzada de San Juan y acelerar de paso el nombramiento de un presidente de la República y la convocatoria de un Congreso en Buenos Aires, o donde se quiera, para arreglar las cosas definitivamente.”

Decía para movilizarse “(Wenceslao) Paunero le hace falta; aunque la muerte de Modestino Pizarro le constituye gobernador de Córdoba. (José) Posse está en Tucumán. Un ejército de dos mil hombres en el río Cuarto, a las órdenes de Paunero, tendría a raya a moros y cristianos.

“Así se hacen las cosas. Deme los oficiales sanjuaninos y cordobeses, yo llevaré la cruzada a los Andes (…). Deme un regimiento, no me desprecie como soldado. Valgo más que todos esos compadres que me prefiere. Tengo la conciencia de levantar la caballería de su postración; porque la sentí postrada siempre y nunca me hice ilusión. Ud. lo sabe.”

Se consideraba “un hombre de gran valor. En la época grandiosa que atravesamos yo no me quedaré maestro de escuela, pegado a un empleo, ni periodista. Me debo algo más.” Modesto el hombre.

Más aún, con un complejo de inferioridad provinciana, necesitaba “probar que fui más porteño, más hombre de estado que los que hallan tan lógico que yo inspirase movimientos puramente sanjuaninos.”

Y por lo demás “estoy ya viejo y necesito hacer algo. Soy sanjuanino y quiero no estar por siempre proscripto. Puedo en las provincias, y deseo ser el heraldo autorizado en Buenos Aires.”

También se proponía reincorporar Mendoza a San Juan para reconstituir la antigua provincia de Cuyo con capital en su provincia natal. Y luego pasar a Chile para arreglar “la liga americana contra la España que nos va a importunar diez años.”

Si su interlocutor no respondía a sus reclamos “iré a San Juan, a pagar a mi pueblo el tributo de mis pobres servicios.”

Meses después, cuando Mitre asumió la presidencia, lo designaba gobernador provisorio de su provincia natal.

17/11/24

“Nada se mueve en el Urquiza”. Basavilbaso en la huelga ferroviaria de 1961

Rubén I. Bourlot


El 30 de octubre de 1961, tanto la Unión Ferroviaria como La Fraternidad, iniciaron una huelga por tiempo indefinido, que se prolongaría por 42 días para reclamar aumentos salariales y por la reforma al reglamento de trabajo. Pero el motivo principal del descontento era la implementación del Plan de Reestructuración Ferroviaria o Plan Larkin –por el asesor estadounidense teniente general Thomas Bernard Larkin-.

En el marco de las políticas desarrollistas implementadas por el presidente Arturo Frondizi, la “racionalización” del sistema de comunicaciones era central. Uno de los objetivos fue el desarrollo de la industria automovilística local. De allí que se instalaran numerosas terminales automotrices de compañías extranjeras, principalmente en Córdoba, y se planificara la construcción de una red caminera, que competiría con el tren e implicaba una reducción del 32% de las vías.


En Entre Ríos, en particular en Basavilbaso nacida alrededor de la estación que constituía el nudo ferroviario en el cruce de las líneas que vinculaban Paraná y Concepción del Uruguay de este a oeste y Buenos Aires con Misiones de sur a norte, el impacto del paro fue contundente. “Nada se mueve en el Urquiza” era la consigna esgrimida por los huelguistas.

El ferroviario Miguel Julio Neira, autor de Rieles de Entre Ríos, recopiló interesantes testimonios de la lucha de los trabajadores del riel y que son parte de la historia del siglo XX en la provincia. Muchos son testimonios orales con la imprecisión y la frescura de los recuerdos de quiénes vivieron los acontecimientos.

Neira recapitula que en 1912 se llevó a cabo la primera huelga ferroviaria de 52 días que no obtuvo mayores beneficios para los trabajadores pero un nuevo conflicto en 1917 terminó con una serie de conquistas.

El conflicto de 1961 tuvo en Basavilbaso un fuerte apoyo popular. La represión por parte del gobierno en el marco del Plan CONINTES fue virulenta. El centro comercial local ayudaba con facilidades a los ferroviarios para la provisión de artículos de uso y consumo, y muchos productores rurales cedieron sus galpones para refugiar a los trabajadores.

El vecino Salomon Schvartz recordaba que “en noviembre de 1961 estaba haciendo la colimba en Concepción del Uruguay y toda una semana estuvieron los camiones (del Ejército) alistados. Dormíamos vestidos y con la carabina o fusil colgado a la cama, porque el regimiento de Concepción estaba esperando la orden de ir a ‘reprimir a Rosario’, orden que felizmente se anuló, pero que de todas maneras había tropas distribuidas en la estación local en ‘prevención de disturbios.’"

Otro testimonio sobre el temor a las persecuciones lo brindó Jorge Tacchi, en ese momento secretario de la Comisión Ejecutiva de la Seccional Basavilbaso de La Fraternidad, que recordaba: “tuvimos que refugiarnos en los campos y estancias de la zona rural. Hubo gente que nos dio cabida. Alguna de estas personas fueron Yáñez, Yankelevich, el doctor León, la familia de Don Ronconi, Manuel Huck de la Colonia Novibuco II o la familia Argalas de Novibuco I.”

Se designaba algún compañero del grupo para que entrara al pueblo en la urgencia de tener noticias de los acontecimientos, llevar cartas a las familias y comprar mercadería. Nos conducíamos con frases cifradas que compañeros muy confiables -ejemplo don José Merini o Don José Ascona que no eran ferroviarios pero si honorables personas, además del maquinista José Chiarella- recibían telefónicamente de Buenos Aires las noticias y estas se distribuían entre los huelguistas, haciendo cadenas. Estuvimos bien organizados, teníamos un fondo de resistencia”.

Agrega por su parte Neira que “en una asamblea de la seccional La Fraternidad, de fecha 13 de noviembre de 1961, se da lectura a una circular general de Comisión Directiva donde se sugiere el alejamiento de la ciudad de todos los obreros. El presidente de la asamblea extraordinaria dice que tiene conocimiento que ha llegado la orden de requisitoria, por intermedio de la Policía Ferroviaria, habiendo varios compañeros notificados, así que todos sin excepción comienzan a alejarse del pueblo.”


Paso de vencedores”

Los boletines de huelga fueron una herramienta fundamental para los compañeros en Basavilbaso -según Neira.

Los editados por La Fraternidad se distribuían secretamente por todo el país, tenían formato oficio doble faz en letra arial con un encabezamiento que decía: ‘Vamos a la lucha con paso de vencedores’”, en clara alusión la consigna del general José María Córdova en la Batalla de Ayacucho (1824): “¡Armas a discreción! ¡Paso de vencedores!”.

El boletín del 20 de noviembre del año 1961 “relata la situación de los detenidos en los establecimientos penales o carcelarios a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. También se destacan las páginas de heroísmo como la de la pequeña abanderada de Rosario, que se interpuso entre fuerzas de gendarmería y los trabajadores apostados en los talleres.

“’Nada se mueve en el Urquiza’ decía el título, y se lee: Informes directos de correos personales que han estado en distintas zonas del Urquiza indican que nada se ha movido ni se moverá en el ferrocarril desde que comenzó el paro. La excepción está dada por el tren petrolero que condujeron los inspectores krumiros (por ‘carneros’ o ‘rompehuelgas’) Doronzoro, Sersewitz y García que condujo 21 tanques al Norte, hasta el momento que fue baleado el tren en jurisdicción de Corrientes. Los Ferro-Barcos que en número de cinco hacen la travesía del Paraná entre Ibicuy y Zarate (Bs As) están parados. Tres en el primero y dos en el segundo de los puertos habiendo apagado sus calderas el Lucía Carbó.


Nunca volvió a ser como antes

En la primera asamblea seccional –agrega Tacchi-, finalizada la huelga, los compañeros afiliados nos felicitaron además de aprobar esto con un caluroso aplauso. También se decidió en esta asamblea que la Comisión Ejecutiva visite el Centro Comercial y se le agradezca por su atención como así a todas las personas que material o espiritualmente nos ayudaron. La verdad nunca los trabajadores nos habíamos sentido tan humillados por un gobierno de la democracia. Los compañeros jubilados nos entusiasmaban en el fragor a continuar adelante con la lucha, y también tuvieron oradores ese día que se expresaron con palabras bonitas y sencillas. Esta asamblea fue emotiva, los jóvenes de la industria ferroviaria teníamos incorporados sus relatos, la fundación, las luchas y las huelgas por condiciones de trabajo y la jornada de ocho horas. Hasta compañeros caídos en estas luchas históricas hubo”.

Por gestiones de la Comisión Directiva se consiguió poder cobrar el sueldo adeudado, el que luego sería descontado en doce cuotas. En los primeros días no se sintieron los efectos de los despidos pero progresivamente hubo un reacomodamiento y, en el caso de los aspirantes, fueron ubicados de peones generales y así sucesivamente maquinistas foguistas a una categoría menor inmediata, y las vacantes estuvieron todas congeladas. La preocupación continuaba por todos aquellos compañeros que, a lo largo del país, fueron a parar a las cárceles. Fue dura esa gran resistencia y no era más que la defensa de los ferrocarriles.”

Luego del levantamiento del paro el 10 de diciembre de 1961 nunca nada volvió a ser como antes en el galpón de máquinas de Basavilbaso. Había más de 20 locomotoras rotando por día; si ingresaban diez otras diez se iban. Las vimos morir sopleteadas y los ramales cerrados.”

Y agrega que “en los años transcurridos he visto como todo se ha terminado y esto me lastima. Pasaron por alto aquel clamor de la nacionalización que decía: “Ahora los ferrocarriles son nuestros”.

En la escuela técnica los aspirantes habíamos aprendido un cantito que el instructor repetía: “Sos la excéntrica que gira en torno a las manivelas, sos el conjunto de bielas, la zapata que suspira, sos el enganche que tira cargas grandes y completas, el vaivén de la crucetas, los perezosos sectores y también los purgadores para espantar los sotretas”.


Sugerencia de lectura

Miguel Julio Neira, “Rieles de Entre Ríos”, 2013.

12/11/24

La importancia de escribir y aprender la historia en clave local y regional

(Apuntes del conversatorio llevado a cabo durante el Encuentro Interinstitucional-interniveles del departamento Diamante en Aldea Brasilera el 8 de noviembre de 2024)

Rubén I. Bourlot

 

Esta es una invitación a plantear una manera distinta de abordar los hechos de nuestro pasado. Tenemos que atrevernos a romper algunos esquemas (Rompela como canta Charly García), a transgredir y ver nuestra historia desde otro punto de vista. A liberarnos de convenciones que no se ajustan a nuestra la realidad. Tal vez nos parezca incómodo y nos mareamos al principio mirar la historia desde otra perspectiva, que es la nuestra.

Esto no significa reducir el aprendizaje a lo meramente local e inmediato pero sí dejar de lado el supuesto de que “la historia” empezó en la mesopotamia asiática, en Egipto, pasó por Grecia, Roma y llegó a América con Colón.

Por eso la propuesta es investigar, escribir y aprender la historia vista como un esquema de círculos concéntricos. Esto nos permitirá trabajar desde lo más cercano a lo más lejano tanto en la dimensión temporal como espacial.

En la dimensión espacial, sustituimos la idea que se deba aprender la historia, la geografía, la cultura, valores, categorías que vienen desde las metrópolis, a partir de una visión eurocentrista, para comprender nuestra realidad. También debemos descolonizarnos de las metrópolis locales que supone trascendente lo que pasó por Buenos Aires: la historia, literatura, el arte en general, en desmedro de los sucesos de la localidad y la provincia. Esto no implica un aprendizaje localista, descontextualizado de lo nacional, latinoamericano y mundial sino aprender desde la perspectiva de la persona que aprende localizado en un tiempo y lugar determinado.

La persona que aprende comprenderá primero lo cercano, lo que tiene al alcance de la mano, lo concreto y lo que contribuye a construir un sentido de pertenencia.

En historia se aprenden primero los acontecimientos sucedidos en el entorno, donde aún se pueden palpar los rumores del pasado, observar documentos, consultar los relatos de los vecinos más antiguos y visitar los lugares en donde se produjeron.

 

Círculos concéntricos espaciales y temporales

Es importante trabajar con las categorías región, espacio, tiempo en un esquema de círculos concéntricos a partir del lugar y tiempo donde estamos situados cada uno. Eso significa que el aprendizaje avanza desde el centro, lo más inmediato -en tiempo y espacio-, hacia lo más lejano pero sin perder el eje de donde estamos parados ya que se trata de aprender situados en un lugar y tiempo determinado. En un gráfico podemos ver que personas ubicadas en distintas localidades aprenden saberes particulares de su lugar pero a medida que se amplían los círculos estos se interceptan, y esto significa que sus aprendizajes coinciden.

No obstante ese aprendizaje no es exactamente el mismo porque está mediado por la perspectiva desde donde se ubica la persona que aprende. Pongamos como ejemplo a dos personas observando un mismo paisaje pero desde dos colinas: los dos no van a ver exactamente el mismo paisaje ya que tienen perspectivas distintas. Así un estudiante de La Rioja, otro de Buenos Aires y otro de Entre Ríos no tienen por qué estudiar los mismos contenidos de Historia, Biología, Literatura o Geografía argentina, etc. Por lo tanto no es posible construir un libro de texto, un manual común para todo el país.

En la dimensión temporal, se deberá dejar de lado el criterio cronologista del aprendizaje que indaga los saberes más antiguos para avanzar cronológicamente hacia el presente. Lo que se propone es aprender a partir de lo más inmediato, de los aconteceres cercanos al contexto temporal que se está viviendo para ir avanzando hacia los orígenes más remotos. Aquí también se aplican los círculos concéntricos que se van ampliando sucesivamente. Esto no significa que se aprenda de manera descontextualizada y sin interactuar o dialogar con lo más lejano en el tiempo.

Resulta fuera de toda discusión que la persona que incursiona en la lectura de textos literarios se sentirá más familiarizado con obras de autores contemporáneos, incluso locales, que escriben en un lenguaje que le resulta más familiar al lector que comenzar con las lecturas del Quijote de la Mancha, o los autores argentinos del siglo XIX. Lo mismo aplicamos a la Historia, la Filosofía y a otras áreas del conocimiento.

 

La escritura de la historia

Y lo importante es la escritura de nuestras historias y su divulgación mediante diversos medios.  Precisamente el fin último de la investigación e interpretación del pasado es la difusión de ese conocimiento al pueblo, con un lenguaje accesible pero que no desdeñe el rigor para trasmitir hechos verdaderos: investigados y comprobados.

Mucho antes que se usara la escritura para contar historias sobre algo o alguien cantores, trovadores, fabulistas, relatores de cuentos y leyendas transmitían oralmente su propia visión de los hechos importantes de una comunidad. Hoy se rescatan estos testimonios con la metodología de la historia oral, haciendo hincapié en aspectos relacionados a la vida social y a sus actores anónimos para comprender no sólo los grandes hechos, sino también, rescatar las vivencias y experiencias particulares en torno de estos.

Las fuentes orales son creíbles pero con una credibilidad diferente. Su diversidad y diferencia reside en el hecho de que los relatos “equivocados” son psicológicamente “verídicos” para quien narra un acontecimiento.

Lo que define su carácter renovador no es la oralidad, ya que la historia de los pueblos se ha transmitido a lo largo de los siglos a través de la tradición oral, sino la labor sistemática de creación, recuperación y de utilización de las fuentes orales.

 

Ficción e historia

Otra manera de introducirnos a la historia es a través de la ficción que recrea hechos del pasado. En particular me refiero a la recientemente editada novela El secreto y la jaula.

Se trata de una novela histórica a partir de personajes y hechos reales, investigados en archivos, pero también alimentada de mitos y tradiciones orales que no necesariamente se ajustan a la verdad histórica pero contribuyen a crear un clima de época.

Los protagonistas principales son el caudillo Francisco Ramírez y su misteriosa compañera conocida como Delfina. En el telón de fondo desfilan personajes protagonistas de la historia de la época.

El relato transcurre como un largo viaje que recorre los territorios alguna vez integrantes de la extensa Liga de de los Pueblos Libres que encabezó José Artigas, desde la frontera entre la Banda Oriental del Uruguay y las posiciones portuguesas del Brasil hasta el confín norte de la provincia de Córdoba y el regreso hasta Concepción del Uruguay, en el lapso que va de 1818 y 1821.

En el itinerario atravesado a lomo de caballos se suceden batallas, escaramuzas, arrojos personales, romances, miserias humanas, ideales, durante un periodo clave de construcción de la patria rioplatense que finalmente terminaría fragmentada entre la Argentina y el Uruguay.

Para publicar en este blog enviar los artículos a bourlotruben@gmail.com. Son requisitos que traten sobre la temática de este espacio, con una extensión no mayor a 2500 caracteres y agregar los datos del autor. Se puede adjuntar una imagen en formato jpg.
---------------------------------------------------------------