Mapa de las tres campaña de Ricardo López Jordán contra la intervención del gobierno federal a Entre Ríos, entre los años 1870 y 1876
10/12/12
28/11/12
Un museo para Teresa
Por Jorge Riani (El Diario, Paraná)
Reproducimos una nota de Jorge Riani, publicada en El Diario de Paraná, acerca de esta extraordinaria mujer entrerriana, pionera en varios aspectos, oriunda de Concepción del Uruguay.
Reproducimos una nota de Jorge Riani, publicada en El Diario de Paraná, acerca de esta extraordinaria mujer entrerriana, pionera en varios aspectos, oriunda de Concepción del Uruguay.
Teresa Ratto se recibió de bachiller en 1895 y fue la primera mujer en alcanzar ese título en el país. Luego se graduó como médica y militó en causas feministas. En su ciudad natal, los exalumnos del Colegio del Uruguay anunciaron que crearán un museo en su memoria.
La vida de Teresa Ratto fue apasionante. Su fugaz paso por la Tierra le otorga mayor mérito a su trascendencia. Fue la primera mujer que se recibió de bachiller en el país. La primera médica de Entre Ríos –segunda en el país, después de su amiga inspiradora Cecilia Grierson–. Militó en el primer centro de estudiantes argentino. Trabajó incansablemente en atender a los enfermos de una epidemia de las que asolaban a la humanidad hasta los primeros años del siglo pasado. Fue jefa de Vacunación de la Asistencia Pública de Buenos Aires y participó de la fundación del Centro de Universitarias Argentinas, donde canalizó gran parte de su batalla feminista. Todo eso alcanzó a hacerlo antes de que la muerte la sorprenda tan joven: a los 29 años Teresa Ratto daba su último suspiro para convertirse en historia, en leyenda, en inspiración.
En esos años en que ser argentino era ser hijo de inmigrantes europeos, Teresa Ratto nació en Concepción del Uruguay. Sus padres eran genoveses y se instalaron en la histórica ciudad entrerriana hacia 1870, donde formaron una familia con 15 hijos. “Teresa había egresado como maestra de la Escuela Normal en 1892, a los quince años, con premura y decisión en esa estampa quizás algo frágil pero de voluntad férrea”, escribió Laura Erpen en un notable ensayo, recientemente impreso, y que tituló Tostadas dulces con mermelada de durazno y manteca. “Fue maestra –agrega el estudio– pero no se contentó sólo con eso: quería ser médica. Servicio, filantropía, profesión, estudios, autodeterminación, libertad, se unían y complementaban en alegre concierto”.
HOMENAJE. Por esa característica tan particular como noble que tienen los concepcioneros de vivir la historia, en su ciudad Teresa Ratto no es una desconocida. Trabajos como los de Laura Erpen o Pablo y Américo Schvartzman contribuyen a mantener viva la memoria en la figura de esta extraordinaria mujer joven a quien nada le fue fácil y mucho menos regalado.
De hecho, una de sus primeras batallas fue que la acepten en las aulas del histórico y hasta ese momento exclusivamente masculino Colegio del Uruguay. Teresa Ratto encontró enormes trabas en la sociedad machista de entonces para ingresar a estudiar algo que no sea maestra, que ya lo era, desde los 15 años. Pero como en toda sociedad culta –así lo era aquella Concepción del Uruguay– no faltaron tampoco algunas mentes luminosas que supieron entender la trascendencia de ciertas decisiones a contramano de las costumbres y el orden establecido.
Uno de esos hombres fue el educador reformista y progresista José Zubiaur, que batalló junto a Teresa para que se le abran las puertas del Colegio del Uruguay a esta mujer insistente y decidida. Llegaron hasta el ministro de Educación de la Nación y lograron el propósito.
Por esa misma devoción laica que se tiene por Teresa Ratto, una comisión de ex alumnos del Colegio del Uruguay ha comenzado a soñar con crear un museo que atesore los objetos que pueblan el mundo de la médica pionera, pero que esté también imbuido de su espíritu revolucionario. Porque Teresa fue una revolucionaria de su tiempo.
Sin dudas que para su loable empresa, los ex alumnos del Colegio del Uruguay deberán contar con la pasión y colaboración de la sobrina de Teresa Ratto, que lleva su mismo nombre. “Soy la que mantengo vivo su recuerdo hasta tanto llegue también mi partida. Vivo sola sin ‘soledad’, en la casa que hizo mi abuelo en 1874, donde Teresa nació, tuvo su consultorio y falleció”, escribió en una carta manuscrita con impecable caligrafía la Teresa Ratto (sobrina) a este cronista, a propósito de una nota que se publicara en EL DIARIO el 13 de febrero de 2011.
El vestido de gala, el maletín de cuero, las fotografías de egresada como bachiller en 1895 y como médica en 1903, instrumentales médicos, la tarjeta de invitación a la comida de agasajo por el título universitario obtenido, la placa de bronce, tarjetas personales con ornamentación en relieve son solo algunos de los objetos que pueblan el mundo de Teresa Ratto. El mundo inanimado de las cosas, pero también vivo y siempre vigente que logran las figuras inspiradoras. Como la de Teresa Ratto.
20/11/12
El regreso de la Nº 1
Mucho hemos hablado de la histórica gaseosa Nº1, bebida creada en Concepción del Uruguay y de la cual se ha esperado siempre su regreso. José Ascona, hombre de Basavilbaso que adquirió la fórmula en el año 1972, confirmó en la mañana de Radio 9 el retorno de la Nº1.
Este es el enlace donde se puede escuchar el anuncio del retorno de la popular gaseosa, que sale a competir con las grandes marcas multinacionales.
http://radio9digital.net/web/?p=11288
http://radio9digital.net/web/?p=11288
27/9/12
PIRNA: un plan a la medida de los avicultores
Por Rubén Bourlot
En 1974, alentado por los nuevos aires institucionales, con
la recuperación de la democracia, el gobierno de Entre Ríos implementó el Plan
Integral de Reconstrucción y Nacionalización Avícola (PIRNA) que pretendió, junto a las cooperativas,
mejorar las condiciones de trabajo de los avicultores, específicamente a los productores de pollos parrilleros, y ofrecer un precio justo.
Conocido también como Plan Avícola Provincial intentaba defender al productor
avícola pequeño y mediano, dándole un horizonte de seguridad con financiación y
asesoramiento, mediante equipos técnicos, apoyo en la comercialización y un
margen de rentabilidad razonable. A principios de la década de 1970 el sistema de producción avícola se encontraba en un proceso de cambios por los cuales los frigoríficos planteaban la producción mediante la modalidad de integración. El avicultor recibía los pollitos y los insumos para la crianza y cobraba un monto por pollo entregado terminado. De esta manera iban desapareciendo los productores independientes que ya no encontraban donde colocar su producción.
Se decía en la época que a la avicultura no sólo se la
debía valorar desde el punto de vista estrictamente económico, que representaba
un porcentaje muy alto del producto bruto provincial, sino como un factor
social. La producción avícola significaba el arraigo de la familia rural en una
época que Entre Ríos se caracterizaba por sus altos porcentajes de emigración
rural y expulsión de la población fuera del territorio provincial. “El Plan
Avícola incluye a la avicultura como parte de un programa de recuperación del
minifundio, donde van a intervenir principalmente actividades intensivas y
donde también están ligados planes de colonización – declaraba el entonces
Subsecretario de Industria y Comercio, González Languasco -. El plan va mucho
más allá de la avicultura, tiene connotaciones directas con el pequeño
productor y con la familia campesina, que en estos años se quedó enfrentando la
adversidad, defendiendo su permanencia en la tierra”.
El plan pretendía involucrar a organismos, instituciones y
empresas vinculadas a la actividad, entre los que se mencionaban a las Ligas
Agrarias, cooperativas, frigoríficos, fábricas de alimentos balanceados,
incubadores, transportistas, el INTA, SELSA, Junta Nacional de Carnes, Banco de
la Nación, Banco de Entre Ríos, entre otros. El objetivo era lograr una
producción de un millón y medio de pollos mensuales con financiamiento del
Banco de la Nación entregado a los productores. La compra de la producción
estaba a cargo de un organismo gubernamental.
Pero los propósitos tan plausibles no estuvieron,
aparentemente, acordes con las expectativas. A los pocos meses de implementado
el plan se conocieron los primeros cuestionamientos y desajustes entre los
sectores involucrados. Desde el cooperativismo reclamaban por la falta de pago
de la producción en los términos acordados y por la demora en levantar los
pollos terminados de las granjas. Una de las medidas adoptadas con el propósito
de favorecer el valor agregado local fue la prohibición de sacar de la
provincia los pollos vivos, pero esto provocó una sobreoferta que los frigoríficos
locales eran incapaces de absorber.
Los productores testimoniaban su preocupación a través de
entrevistas en la prensa, como Pablo Thea, del departamento Uruguay, que
observaba la mala calidad de los alimentos y las dificultades para encarar las
inversiones que les exigían para mejorar
las instalaciones. Los productores
Daniel y Victorio Boujón ponían el acento en las dificultades para conseguir
pollitos bebé a través del plan. Otro avicultor, Julio Kachinisky, también
cuestionaba la falta de cumplimento de los pagos en fecha y la calidad del
alimento balanceado.
Desde las Ligas Agrarias Entrerrianas, el delegado Orlando Lepratti también observaba como un
obstáculo las exigencias de inversión que eran imposibles de cumplir para los
pequeños productores. También era evidente que los hombres de campo eran
remisos a tomar los créditos ofrecidos para ese fin ya que nadie los mencionaba
en las entrevistas.
Sin dudas que la desconfianza del avicultor, la falta de
experiencia y eficiencia por parte de los sectores involucrados y alguna que
otra mano dada por los grupos de poder vinculados a las grandes empresas del
sector fueron limando las posibilidades de éxito del plan. Finalmente, con tras
el golpe de estado de 1976, el PIRNA se canceló definitivamente.
19/9/12
Historia del cooperativismo entrerriano: Cooperativa Saladeril
Por Ricardo César Bazán
Tec. Sup. en Cooperativismo
Cuenta la recopilación histórica de
Concordia que la Cooperativa Saladeril se constituyó en el año 1923. La iniciativa fue de
varios hacendados de la provincia de Entre Ríos a los cuales luego se plegaron
muy pronto otros de Corrientes.
Cita la recopilación antes mencionada que
“su fin primordial era industrializar los ganados de sus asociados y obtener
con ello una mejor defensa de los precios de los animales, que hasta ese
entonces estaban librados a arbitrios impropios, de entidades extrañas”.
El funcionamiento de la cooperativa
sirvió para regularizar la salida de ganados de diversas categorías y clases.
Cooperativa Saladeril y Frigorífica Concordia S.A.L. |
Al cumplirse los propósitos de sus
fundadores se decidió la construcción del establecimiento propio, y de esta
manera aumentar la capacidad industrial, llegando también a la elaboración del
tasajo, la preparación de carnes conservas y aprovechar la totalidad de los subproductos.
La fábrica fue levantada a orillas del
río Uruguay, entre los arroyos Yuquerí Grande y Chico, teniendo una capacidad
para la industrialización de 1.200 animales diarios.
El primer presidente de lo que se llamó
Cooperativa Saladeril y Frigorífica Argentina Concordia fue el señor Benito Legern, quien dirigió sus
destinos por varios años.Cooperativa Saladeril y Frigorífica Argentina Concordia S.A.L. Establecimiento de su propiedad, en construcción. Octubre 1926 |
Menciona también la recopilación en la página
109 lo que fue un establecimiento anterior que se llamó El Saladero Grande, y
que Don Eduardo Nebel había alquilado las instalaciones de aquel
establecimiento a la recién constituida Cooperativa de Ganaderos, quienes
llevaron allí sus faenas de haciendas durante varios años.
Debido a la buena marcha de la misma, fue
necesaria una ampliación, por lo cual la Cooperativa de ganaderos se instaló en
la zona del Yuquerí y fue la base del frigorífico de ese nombre.
El Saladero Grande al que la cooperativa
alquiló sus instalaciones fue fundado por Don Hipólito Lesca, ciudadano de
origen Vasco. Dicho saladero tuvo su época de apogeo entre los años 1904 y 1914.
El cronista H.E. Aramburo del periódico “La Calle” afirmaba en una nota
aparecida el 27 de septiembre de 1969 que El Saladero Grande había llegado a
ser un verdadero emporio de trabajo y quizá el principal de la ciudad de
Concordia.
Cooperativa Saladeril y Frigorífica Argentina Concordia S.A.L. Octubre 1926 |
Las instalaciones del saladero se
levantaban en el actual Barrio Nebel, estando compuesto el mismo por varios
galpones de madera y techo de cinc y pisos de material.
Continúa diciendo la publicación antes
mencionada que “Se supone que el edificio
cubierto y cerrado correspondería a lo que fue la fábrica de extracto de carne,
con instalaciones de calderas a vapor, independientes de las grandes calderas y
las llamadas tinas de hierro, donde -con el vapor- se cocinaban los esqueletos
de los animales.
Sobre el río, casi, se elevaba otro
galpón, el que se conocía como “La Tonelería”, pues allí se armaban los cascos
de roble que llegaban de Europa. El agua era extraída directamente del río, por
medio del bombeo con una máquina de vapor, alimentada por las calderas
principales.
El muelle de madera, al que llegaban los
barcos y chatas para carga o descarga, se comunicaba directamente con la parte
central del saladero por medio de una vía, con un desvío”.
A continuación cito datos estadísticos de
la época, relacionada con la actividad mencionada en esta nota:
SALADEROS Y FÁBRICAS DE CONSERVA -
PROVINCIA DE ENTRE RÍOS
Establecimientos Localidad
Compañía “Liebigs” Ltda. Fábrica Colón
Establecimientos Argentinos Bovril Ltda. Santa
Elena
S.A. Pastoril e Industrial M. Freitas Concordia
Sociedad Cooperativa Saladeril Argentina Concordia
Saladero Alzúa Gualeguay
Saladero San José Gualeguay
S. A. Abastecimiento Urbano Saladeril
Frigorífico Gualeguaychú
TASAJO ELABORADO Y EXPORTADO POR LOS
SALADEROS DE LA PROVINCIA - AÑO 1925
Establecimientos Localidad Kilos Valor M$N.
S.A. Cooperativa Saladeril Concordia 6.491.527 4.009.250.69
S.A. Pastoril Industrial “M. Freitas Concordia 914.997 532.768.73
S.A. Abasto Urbano Salad. Frig. Gchú. 711.552 451.625.05
S.A. Salad. S. José (E. Etchebarne) Gualeguay 121.074
35.213.02
Totales 8.239.110 5.028.857.49
Fuentes:
Libro de Oro de Paraná (1826-1926)
Archivo María Lourdes Cura.
Recopilación histórica de Concordia- Grafelco-Edic.
Etiquetas:
Concordia,
Cooperativa saladeril,
frigorífico,
saladeros
13/9/12
¿Dónde está López Jordán? (Parte II)
Por Jorge G. Villanova
El jordanismo, encarnación del federalismo más extremo, se
encuentra espantado. Observa en los últimos años de Urquiza una renuncia a los
postulados del partido Federal. Sacarlo del medio parece ser la única
oportunidad para devolver a la provincia su lugar de preeminencia entre sus
hermanas. Eso creen al menos.
"Vengo a tabear de nuevo con mi pueblo
pero de amores fuertes, no de chala:
vengo a pintar mi pena en una bala.
Hay hombres que se venden como anillos
y que le vienen como anillo al dedo
al unitario que pagó su credo.
Hay hombres que disparan cuando hay fuego
y están enfermos para la pelea
porque adentro ya tienen manea.
Hay un hombre en Montiel recién volteado:
lo manearon de aquí los setembrinos
cuando él durmió su corazón alzado.
Voy a tabear de nuevo con mi raza,
con mis amigos de tendón celoso,
con mi pueblo chasqueado, con mi casa.
Voy a calzar mi amor americano
como a un pozo de huesos insondables
donde nadie ha llegado con su mano.
Trotando voy hacia mi corazón.
Y le garanto, amigo, que esta tarde
medio toruno me dejó Pavón.
Voy a hablar con soldados montaraces,
con hombres de pereba y esos otros
con ojos negros como mangangases.
Dicen que el hombre les llovió del cielo,
que ya no asusta dicen los salvajes;
pero si él se vendió, yo no los pelo..." 1,
...dicen que borronea el poeta Fermín Chávez, ¿o es el mismo
Ricardo López Jordán, que no entiende derrotas propias y ajenas cuando no son
derrotas? O entiende que existe la derrota pero no es la de las armas, que es
otra, mucho más profunda. Es la de un hombre, la de un partido, una provincia,
o un país, o lo que es peor la de un proyecto que se escapa, que ya no será.
Tal vez no entiende de los nuevos tiempos de campos llenos de vacas, ovejas y
alambrados, de ferrocarriles y de mercancías británicas, del por qué ese
progreso no lo incluye a él ni a sus pares. Ni por qué arrasarán a sangre y
fuego las provincias internas, y por qué caerán sus amigos Peñaloza y Varela.
Sí, sabe quiénes son ellos y sabe quién es él, y por eso no los pela.
Escribe Susana Cogno: "La historiografía y literatura
liberal, para negarle al gaucho y al trabajador del presente la capacidad de
enfrentar opositores políticos con plena conciencia de su destino como clase y
componente de la Nación, crearon el mito romancesco de los gauchos tomándolos
como personajes pintorescos, alejándolos de los compromisos y luchas por un
proyecto de nación soberano contra las élites de la oligarquía. Así intentaron
sacar del debate la marginación de la que son objeto por parte del proyecto
unitario y liberal" 2.
Y entonces, si tomamos esta definición por cierta, caen
todos. Desde Artigas, pasando por Ramírez, López, Quiroga, Peñaloza, Varela y,
por supuesto, López Jordán. ¿Y quién era Ricardo López Jordán?: "Fue un
luchador de la causa federal, un auténtico militante de esa causa. Y no era
ningún ignorante, fue profesor en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay.
En la parte militar, se conservan las actas de los exámenes" 3.
En la misma línea, Aníbal Vásquez agrega: "Él era el
caudillo de la nueva causa; pero no el caudillo ramplón, grosero e inculto que
presume la gente desaprensiva, sino aquel que había definido sus capacidades y
aptitudes civilistas en la Cámara de Diputados de la Confederación, en la
Presidencia de la Legislatura local, en la integración de las mesas
examinadoras del Colegio Histórico del Uruguay, en el ejercicio interino y
reiterado del gobierno de la provincia" 4.
Después de las insurrecciones, la cárcel y el exilio,
"lo mataron en Buenos Aires, en la calle Esmeralda al 500, por un enviado
de los hijos de Urquiza. El asesino llamado Aurelio Casa utilizó una infamia,
diciendo que Jordán había matado a su padre, y al padre de Casa lo habían
matado sus propios partidarios, por traidor" 5.
A principios de los años 90, durante el siglo pasado, el
entonces presidente Carlos Menem, decidió repatriar los restos del brigadier
Juan Manuel de Rosas como parte de una política de unidad nacional. Un tema que
se presuponía espinoso. En verdad, salvo algunas pocas voces, nadie puso
reparos.
Una de las consecuencias del hecho fue la instauración del
método 'repatriemos a todos', que continuaron los corifeos de Menem. Así, Entre
Ríos, con su gobernador Jorge Busti a la cabeza, decidió que ya era hora de que
los restos de Ricardo López Jordán descansen en la provincia. Así se hizo, y el
antiguo general -o lo que quedaba de él- fue a descansar al cementerio de
Paraná. En realidad, el lugar correcto donde hubiera correspondido depositar
sus restos, hubiera sido Concepción del Uruguay. Pero tal vez esto hubiera sido
demasiado irritante para el sentimiento urquicista que aún se mantiene en La
Histórica.
"EDICTO: El Gobierno del Pueblo de la Provincia de
Entre Ríos y la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires comunican a los
familiares de quien en vida fuera el Gral. Ricardo López Jordán y a los
titulares de la bóveda formada por los lotes 7/9, tablón 7, de la Sección 18,
del cementerio de la Recoleta, donde se encuentran inhumados los restos de
dicho prócer, que los mismos serán trasladados el día 21 de junio de 1990 a la
Provincia de Entre Ríos. Le otorgan cinco (5) días corridos para formular las
oposiciones del caso, de lo contrario se procederá a su traslado en la fecha
indicada. 16/6/1990" (6).
Por supuesto, pasado el tiempo de los actos rimbombantes y
especulativos, sucedió lo que debía suceder: los mismos que intentaron un acto
hueco y vacío de contenido -no incluimos aquí a Fermín Chávez-, en pos de sus
propios intereses políticos, le dieron el golpe de gracia al pensamiento
legítimo y revolucionario del caudillo autonomista:
"López Jordán
Señor director: En la edición de La Nación del 12 de julio
hemos podido leer la carta del único nieto con vida del caudillo entrerriano
Ricardo López Jordán, el señor Jorge Eduardo López Jordán, y enterarnos de la
voluntad de sus ancestros de dejar que sus restos descansen en Buenos Aires.
Voluntad que evidentemente fue desoída por las autoridades entrerrianas.
¿Qué dirá López Jordán nieto si un día resolviera venir a
Paraná para conocer la nueva morada de las cenizas de su ilustre abuelo? No la
hallaría. Aquí ha pasado al anonimato.
Ninguna autoridad acompañó la cureña con los restos en el
trayecto que va del palco de actos centrales hasta la necrópolis. Una vez allí,
fue depositado en un mausoleo anónimo y finalmente trasladado al panteón de la
familia Martínez de Forte, sin que se colocara en su exterior referencia
alguna. Si no hay quien guíe a quienes desean visitar la tumba, es imposible
hallarla. (...) Apagados los ecos del acto político en el que reiteraron
discursos dos precandidatos de la interna entrerriana, el general López Jordán
descansa anónimo... Y quizás olvidado en poco tiempo más".
Luis Egidio Jacobi, periodista, Yrigoyen 1213, Crespo, Entre
Ríos 7.
Publicado originalmente en www.miercolesdigital.com.ar,
acceso: 31 de Agosto de 2012
Citas y fuentes
1- Fermín Chávez, 'López Jordán regresa de Pavón', en Crisis
Nº 25, Buenos Aires, Mayo 1975, Pág. 47.
2- Susana Cogno, 'Caudillos y montonera', Uno, Paraná,
9-9-2001.
3- Fermín Chávez, 'Hablando bien claro', Reportaje de Aníbal
Vicentín en Análisis Nº 624, Paraná, 29-7-04, Pág. 28-9.
4- Aníbal Vásquez, 'Periódicos y periodistas de Entre Ríos',
Dirección de Cultura de Entre Ríos, Paraná, 1970, Pág. 103.
5- Chávez, Hablando...
6- La Nación 16-6-90.
7- La Nación 29-7-1990.
3/9/12
¿Dónde está López Jordán?
Por Jorge G. Villanova
(Parte I)
El jordanismo, encarnación del federalismo más extremo, se encuentra espantado. Observa en los últimos años de Urquiza una renuncia a los postulados del partido Federal. Sacarlo del medio parece ser la única oportunidad para devolver a la provincia su lugar de preeminencia entre sus hermanas. Eso creen al menos.
No es de ahora, todo habría arrancado en Pavón. En 1864,
Evaristo Carriego, ya asumido en el rol de opositor, escribe a su amigo Martín
Ruiz Moreno sintetizando la posición de los jordanistas: "Parece que el general
Urquiza se ha propuesto, como dice muy bien usted borrar, todos sus buenos
antecedentes. Desde Pavón a esta parte no ha hecho más que seguir una cadena de
desaciertos. Pierde el país, pierde a sus amigos y se pierde él mismo. La
historia no presenta el caso de una ceguedad igual... Lástima causa verlo en la
declinación de sus fuerzas morales y en el oscurecimiento de una gloria que ha
podido brillar con tanto esplendor. ¿A dónde va hoy? Va al precipicio que su
misma mano ha cavado...".
Sumemos todos los antecedentes ya tratados y ubiquémonos en
el 11 de abril de 1870, con Urquiza muerto. ¿Cómo reaccionó la población?
"Nadie se movió. No se alzó una voz de protesta. Descabezado el gobierno,
ni civiles ni militares dieron muestra de desasosiego, de inquietud, de
reacción. El pueblo no se conmovió", dice Aníbal Vásquez.
López Jordán asume la gobernación y no sólo eso, también se
hace cargo de la responsabilidad política que le cabe a su movimiento por la
muerte del viejo caudillo. Y cuando todo se perfila para una nueva etapa en la
Provincia, sobreviene lo impensado: Sarmiento decide que es imprescindible
intervenir Entre Ríos.
El presidente, presionado por Mitre, pero no sin poca buena
voluntad de su parte, ordena a un 'ejército de Observación' ubicado en la zona,
proceder al desembarco en la provincia sin autorización legal alguna el día 19.
Ubiquémonos en el pensamiento del sanjanuanino y preguntémonos, conociéndolo
mínimamente en sus antecedentes ¿Podía acaso Sarmiento, -desde su óptica de
país- permitirse el lujo de que renazcan las lanzas montoneras?
"...(Urquiza) ha sido víctima de su sumisión al gobierno nacional,
deplorada su muerte por los que antes fueron sus enemigos y por Buenos Aires, y
que ha sido sacrificado por los suyos y sus favoritos, como es casi siempre la
suerte de los que se salen de las condiciones ordinarias del poder
regular...", contesta el presidente. Y procede a su manera.
Mientras, el día 14 la Legislatura designa a Ricardo López
Jordán para ocupar el cargo vacante. Todos los pasos fueron ejecutados
legalmente. Las acciones del nuevo gobernador se desarrollan de acuerdo a esa
tesitura: "El mismo jefe oficiaba al gobierno nacional su elevación al
poder y manifestaba que aceptaba las autoridades y órdenes del Poder Federal".
Claro que Sarmiento no estaba para este tipo de sutilezas
por más legales que fueran. Y en una proclama del 20 de abril señala: "Un
general de Entre Ríos oculta su espada para tomar el puñal del asesino, y
premedita una muerte eligiendo sus adeptos entre aquellos que el crimen ha
hecho más famosos. Atraviesa con ellos una larga distancia, se aposta en un
lugar vecino y envía a sus sicarios...", y agrega: "La Legislatura se
reúne después bajo el estupor de este crimen, y estando presentes los que lo habían
cometido, eligió cediendo a sus intimidaciones al general López Jordán... En
Entre Ríos no hay administración de justicia, porque los criminales se han
apoderado del gobierno...".
Ahí se prenden los urquicistas y van a los números. Sobre 23
diputados, asisten 12 y de ellos dos votan en contra, señalan.
Una carta del legislador Francisco Crespo al Ministro de
Guerra, Martín de Gainza, refiriéndose acerca de la revolución, es nota
interesante de repasar: "Querido Martín: No pertenezco a los que la
hicieron ni remotamente la esperaba, pero simpatizo con ella porque espero
tendremos un gobierno más liberal y menos despilfarrador que el anterior. La
tranquilidad que reina en toda la provincia, la prontitud y alegría con que fue
recibida y cumplida la primera orden del nuevo gobierno (...) me hace creer que
piensa como yo la mayoría del pueblo entrerriano (...) Tal vez se diga a
ustedes que en la elección del general López ha habido cohecho, pero esto es
falso (...) Tengo también la persuasión de que se intentará hacer creer en ésa
que López Jordán en el poder es una amenaza para el gobierno nacional. Yo no lo
creo. Antes que todo es argentino y ambiciona, me consta, para su patria,
engrandecimiento, libertad y progreso, bienes que no se obtienen sino con la
paz y el respeto a la Constitución...".
Otra opinión autorizada será la de Onésimo Leguizamón,
presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien en 1877
reconocerá: "La intervención fue a Entre Ríos, terrible i desoladora como
la manejaban los mejores generales del imperio, es decir Mitre (...) López
Jordán vivía i me era odiado. Su causa mala en sus formas, era, sin embargo
justa en su derecho".
Obviamente que López Jordán reaccionará, y el 23 convoca a
cadena provincial y atiza al pueblo, con su conocida proclama:
"¡Entrerrianos! Os acabo de dar libertad y derecho. Nuestros eternos
enemigos no lo quieren reconocer, trayéndonos la guerra, y aquí me tenéis con
la lanza en la mano para defenderlos. Si queréis ser esclavos permaneced en
vuestras casas. Si queréis ser libres, venid a acompañarme...
¡Entrerrianos! Vuestros representantes me han elegido para
defender la Constitución; y esos infames enemigos desconocen y pisotean vuestro
gobierno, vuestros representantes y la Constitución. ¡La guerra pues! Esto manda
el honor y la libertad".
Y a los gobernadores de las provincias hermanas, en un
extenso cartapacio, les comunica, entre otras cosas: "Hace 30 años que
Entre Ríos cumple con la noble misión de fecundizar con su sangre el árbol de
la libertad, a cuya sombra viven felices, ricos y prósperos los pueblos
hermanos, mientras él, sacrificado en dilatadas campañas, volvía a su hogar a
encorvarse bajo el yugo del despotismo personal.
Jamás le alcanzaron los beneficios de la libertad que
llevaba con sus armas victoriosas al otro lado del Uruguay y al otro lado del
Paraná, y como hijo i desheredado de la justicia y el derecho, el pueblo grande
y generoso, gemía bajo la mano férrea que había oprimido a dos generaciones...
Entre Ríos quería ser libre, necesitaba ser libre. Y por santo amor a la
libertad, esa aspiración sublime de los pueblos que los lleva hasta el
martirio, esa conciencia de su derecho por tanto tiempo hollado y desconocido,
armó su brazo en el glorioso movimiento revolucionario del 14 de abril en que
se dispuso a poner término a su prolongado sufrimiento".
"Si al decretar la intervención militar de la Nación en
Entre Ríos, Sarmiento supone que sus planes han de verse secundados por una
parte de la población entrerriana, se equivoca, pues mientras los principales
vecinos de Gualeguay, Concepción del Uruguay y otras poblaciones reclaman el
retiro de las fuerzas nacionales, por considerar que los habitantes disfrutan
de plenas garantías, los comandantes militares de los departamentos se ponen
incondicionalmente a las órdenes del nuevo gobernante", afirma Newton.
Hasta la insospechable Beatriz Bosch reconoce que la mayoría
del pueblo se alinea tras el nuevo gobernador: "Por un momento los
entrerrianos olvidan la muerte inicua del Organizador. Sólo piensan en detener
a los invasores. Provistos de escasas y rutinarias armas comandan las huestes
Carmelo Campos, Mariano Querencio, Bartolomé Castañeda, Alejandro Leiva,
Robustiano Vera, Juan Luis González".
Las acciones de guerra son conocidas, los combates también:
Santa Rosa, Don Cristóbal. Ñaembé, el 24 de enero del 71, será el final del
jordanismo. Derrotado por el joven Julio Roca, su ex alumno en el Colegio,
López Jordán marchará al exilio. Pero es el fin. Los dos intentos posteriores
no tendrán sentido. López Jordán lamentaba haber sido derrotado por un puñado
de muchachos, pero no fue así. Ni siquiera fue abatido por los Remington ni por
los cañones Krupp, ni por los sobornos, ni por el precio que impuso Sarmiento a
su cabeza. En verdad había sido vencido por el nuevo país que conformaba la
antigua oligarquía vacuna de Buenos Aires, bajo la protección del comercio
británico. Donde los caudillos federales, a la vieja usanza, no tenían cabida.
Con todo lo que eso implicaba.
y hay que saltar la cuja
con su poncho se tapuja
del fiero viento los fríos.
¡Y revoleando los sables
gritemos: Viva Entre Ríos!"
Publicado originalmente en www.miercolesdigital.com.ar, acceso: 31 de Agosto de 2012
Citas y fuentes
Carta de Evaristo Carriego a Martín Ruiz Moreno en enero de
1864, en Roberto Iñigo Carrera, 'Sarmiento y López Jordán, Revolución en Entre
Ríos', CEAL, Buenos Aires, 1981, Pág. 261.
Aníbal Vásquez, 'Periódicos y periodistas de Entre Ríos',
Dirección de Cultura de Entre Ríos, Paraná, 1970, Pág. 105.
La República del 14-8-1870.
28/8/12
En el cielo las estrellas...
Por Estanislao Córdoba
Hay una cuarteta que podernos decir sin exagerar, son muy
pocos los que alguna vez no la repitieron. Es aquella que dice: «En el cielo
las estrellas, en el campo las espinas, y en el medio de mi pecho, la República
Argentina». Hasta 1966 nada se sabía sobre quién era su autor. Pero en este
año, el 1°de Febrero, el diario «La Razón» de Buenos Aires comenta el origen de
tan difundida cuarteta de sentido patriótico en toda la sencilla composición de
la misma. Su autor habla sido don José Piñeiro, español residente en Buenos
Aires y emparentado con una antigua y conocida familia lapaceña, y precisamente
aquí en La Paz había sido compuesta la tan mentada cuarteta “…que se remonta a
1901, y por lo tanto es anterior a “La Morocha”, el sencillo tango de Enrique
Saborido y Villoldo. Autor de esta difundida cuarteta lo fue don José Piñeiro,
quien la compuso en oportunidad de encontrarse en La Paz (Entre Ríos). José
Píñeiro había llegado de España en 1896 y trabajaba como mandadero en un
almacén en la Capital Federal. Con el afán de progresar, invertí en libros
parte de sus ahorros y redactaba pequeñas composiciones en prosa y en verso.
Atraído por el sentimiento familiar, en 1901 viajó a La Paz para visitar a su
prima Generosa Piñeiro de Dopazo. Carmencita Dopazo, hija de doña Generosa,
tenía entonces cuatro años y mucha gracia y se veía en el compromiso de tener
que tomar parte en una fiesta escolar, y alguien pidió a su tío que el hiciera
un versito.
José Piñeiro Escuchar "Los argentinitos" de Miguel Mateos |
Don José sentía la influencia y atracción de Gustavo
AdolfoBecquer, pero escribir especialmente para una criatura le hizo meditar.
Entonces se le ocurrió la asociación de la belleza del cielo y la profundidad
del amor a la Argentina, y compuso cuatro graciosos versos para que Carmencita
en su balbuceo infantil, los dijera en la fiesta de fin de curso.
La nena los aprendió y fue el éxito. El episodio quedó en el
olvido para don José Piñeiro, que sin siquiera previo lo que acontecería. Es
posible que la maestra anotara la cuarteta y siguiera enseñándola a sus
pequeños, pues se difundió y hasta llegó a vulgarizarse en La Paz…”
La niña Carmencita, fue después la señora Carmen Dopazo de
Giménez que vivió los últimos años de suestada en La Paz, en la esquina Este
que forman calle San Martín y Sáenz Peña, frente al Palacio de Tribunales.
“…Cincuenta años después de aquella visita a La Paz,
mientras don José esperaba un tren en Capilla del Señor, oyó a un niño repetir
la poesía, lo que le produjo gran emoción.
El tiempo siguió. Los decenios de este siglo fueron
sumándose, y los cuatro versos se repitieron por todas partes.
Y así, aquel humilde “mayora de tranvía llegado de
Pontevedra años antes, pleno de ilusiones y esperanzas, compuso en 1901 en
nuestra ciudad aquellos versos sencillos y emocionantes: «En el cielo las
estrellas, en el campo las espinas, y en el medio de mi pecho, la República Argentina».
Este relato fue publicado en la revista Cuando el pago se
hace canto, La Paz, enero de 1996, con el título original “La más difundida y
popular de las estrofas patrióticas fue compuesta en La Paz”
22/8/12
Más sobre la guerra contra el Paraguay
Por Ángel Harman
La guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay siempre dará lugar a controversias y especulaciones.
De todos modos, es necesario hacer algunas aclaraciones:
1) Este conflicto se inscribe en el largo proceso de conformación territorial de los Estados sudamericanos y de formación de las nacionalidades.
2) Tanto la diplomacia del Estado oriental como la paraguaya cometieron errores inconcebibles q
ue tuvieron influencia decisiva en el origen de la guerra.
3) El Paraguay no era una potencia industrial: el establecimiento de Ibicuy era una fundición de hierro, no muy diferente de las que se conocían en Europa desde fines de la Edad Media.
4) Nadie duda de que el Paraguay era un país independiente, en el cual el Estado ejercía el monopolio de los principales rubros del comercio exterior (yerba mate, tabaco y maderas). Pero su producción esencialmente agrícola y forestal alcanzaba para el autoabastecimiento, y en menor medida, para la exportación a los países vecinos.
5) No se puede decir que la guerra fue alentada por Gran Bretaña. En todo caso, una vez iniciada la contienda, tanto Argentina como el Imperio del Brasil buscaron financiación a través de las casas bancarias británicas, que eran las que mayor presencia y capacidad en la región.
6) La guerra fue aprovechada por grupos empresariales vinculados al gobierno argentino, que hicieron buenos negocios como proveedores del ejército. Esta costumbre no era una novedad, pues venía desde los tiempos de las guerras de la independencia.
7) De parte del gobierno argentino hubo errores e improvisación: nadie había pensado en que el conflicto durara más de un año.
8) Además, las deserciones en los ejércitos, más que relacionarse con el sentimiento de unidad americana o de reacción antimperialista, era común en nuestro país: mientras la lucha fuera en territorio propio había posibilidades de conservar el control de las tropas; pero siempre hubo deserciones masivas cuando los conflictos se producían en regiones alejadas del lugar de procedencia de los milicianos.
9) No se puede negar las responsabilidades que los principales actores tuvieron en el estallido de la guerra y en su perduración: en principio, la del Imperio con su afán expansionista; la del gobierno encabezado por Mitre, por haber alentado el derrocamiento del gobierno “blanco” uruguayo; los desaciertos políticos y diplomáticos cometidos por el gobierno oriental; y los errores políticos y estratégicos cometidos por de Francisco Solano López, cuya megalomanía suicida condujo al sacrificio de la mayor parte de su pueblo.
10) Esta guerra significó para los entrerrianos otro elemento negativo en el declinante prestigio del general Urquiza, que se sumó a las dudas sobre la derrota de Pavón y a las subsiguientes rebeliones protagonizadas por los federales del interior. Pese a la resistencia y desbande de las milicias entrerrianas, un buen número que participó en la guerra murió, en tanto, algunos pocos de los que pudieron regresar, recibieron compensaciones, mientras la mayoría padeció las secuelas producidas por las heridas o por el abandono de sus propiedades.
La tragedia de la guerra contra el Paraguay ha representado una pesada carga sobre la conciencia de los argentinos. Pero si se quiere comprender en amplitud las causas de la misma, es necesario hacer un análisis profundo de cada una de ellas. No hubo entre los principales protagonistas voluntad de solucionar los conflictos por otra vía; en cambio, millares de hombres de los cuatro Estados fueron conducidos a sufrimientos indecibles. El Paraguay padeció las peores consecuencias de la guerra; pero los otros países quedaron endeudados y maltrechas sus economías.
Etiquetas:
Guerra contra el Paraguay,
Guerra de la Triple Alianza
14/8/12
Los entrerrianos en la Guerra contra el Paraguay
Por Rubén Bourlot
La guerra contra el Paraguay, librada entre 1865 y 1870 por
la Triple Alianza – Argentina, Uruguay y el Imperio del Brasil – tuvo en Entre
Ríos una amplia repercusión y graves consecuencias. Fue un conflicto ajeno a
los intereses de la provincia y del país todo. La guerra estuvo motorizada por
el Imperio del Brasil y tuvo como telón de fondo los intereses del libre cambio
comercial de Inglaterra.
El Paraguay industrial e independiente era un precedente
insoportable para la política británica.
Bartolomé Mitre fue el firmante de la alianza bélica y
exigió a las provincias la contribución de todos los hombres disponibles. A Justo
José de Urquiza le tocó la movilización de las tropas entrerrianas. Pero los
entrerrianos no eran fáciles de arrear por su rebeldía natural y por la
impopularidad de una guerra de la mano del Brasil. Hacía medio siglo que la
provincia había sido teatro de operaciones de la compaña contra el imperio
portugués y aún estaban candentes las bombas que Tamandaré había lanzado contra
Paysandú en 1864-65. Allí estuvieron, junto a Leandro Gómez, en la defensa
heroica de la ciudad oriental entrerrianos como Lucas Piriz, Waldino de Urquiza
(hijo del General), Ricardo López Jordán, entre otros. Era la Paysandú que le
cantó Gabino Ezeiza: “Heroica Paysandú, ¡yo te saludo!”, y Olegario V. Andrade:
“¡Sombra de Paysandú, sombra gigante…!. Y ahora tenían que marchar bajo la
bandera imperial contra los hermanos paraguayos.
El gobierno nacional le impuso a Entre Ríos una contribución
de 5.000 hombres de caballería que serían reunidos en el campamento de Calá. Urquiza
cumplió sobradamente con ese cometido y partió hacia el norte provincial con
6.000 efectivos que acamparon sobre el arroyo Basualdo, en el límite con Corrientes.
En Concordia se encontraba Bartolomé Mitre al comando del cuartel general. Pero
el 3 de julio de 1865, aprovechando la ausencia de Urquiza, la caballería
provocó un desbande general. Los cuerpos de “victorianos” y “nogoyaceros”
escaparon y, al decir de Mitre, “no existe ya el cuerpo del ejército
entrerriano” (carta de Mitre a Juan Gelly y Obes). Urquiza le prometió volver a
reunir las tropas “después de haber tomado sus medidas contra aquellas que él
cree han tenido participación en tan desagradable incidente”. Mitre sostiene
que la rebelión fue producto de las “miserables intrigas de alguno de sus
jefes, entre los que parece haber sido cabecilla López Jordán”. No obstante
Aníbal S. Vázquez (Caudillos entrerrianos: López Jordán), dice que López Jordán
se mantuvo en su puesto ante la rebelión. Otros historiadores acusan al santafesino
Telmo López (hijo del brigadier Estanislao López), al servicio del Paraguay, de
ser el instigador.
No hay dudas que López Jordán no simpatizaba con esta guerra
y en una carta que se le atribuye le manifestaba a Urquiza: “Usted nos llama
para combatir al Paraguay. Nunca General, ese pueblo es nuestro. Llámenos para
pelear a los porteños y brasileros. Estamos prontos. Esos son nuestros enemigos.
Oímos todavía los cañones de Paysandú. Estoy seguro del verdadero sentimiento
del pueblo de Entre Ríos”. (Ramón J. Cárcano: Guerra del Paraguay).
Según Estanislao Zeballos, el propio Urquiza convocaba a las
tropas diciéndole que iban a la guerra contra el Imperio del Brasil.
Tras el desastre de Basualdo, Urquiza prometió reunir un nuevo contingente “más numeroso, más entusiasta y más decidido que el que licencié en
Basualdo…”, le asegura a Mitre.
Con mucho esfuerzo logró tener la tropa lista, que para noviembre se
encontraba en el arroyo Toledo y ahí nomás se volvieron a desbandar.
Posteriormente, bajo su propia vigilancia, embarcó en el
puerto de Concepción del Uruguay dos batallones de infantería y uno de
artillería, a los que seguirían otros contingentes en el transcurso de la
guerra.
No hay dudas que desde el comienzo fue esta una guerra impopular,
resistida por todas las provincias, que provocó la destrucción del Paraguay y
horadó el prestigio de muchos de los dirigentes que en ese momento tuvieron que
optar entre resistir los embates del gobierno nacional como lo hicieron Juan
Saá o Felipe Varela, u obedecer a regañadientes.
“La libertad que los presidentes Mitre y Sarmiento han
servido por la guerra contra el Paraguay, cuesta a la República Argentina diez
veces más sangre y diez veces más dinero que le costó toda la guerra de su
independencia contra España; y que si esta guerra produjo la independencia del
país respecto de la corona de España; la otra está produciendo la enfeudación
de la República a la corona del Brasil”, escribía Juan Bautista Alberdi (El
crimen de la guerra).
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