7/7/11

Rescate de una entrevista al padre de “Papá árbol”

Entrevista publicada en Isla –años 1, nº 3 de marzo de 1984-, pequeña revista literaria efímera, mecanografiada e impresa en oficio plegada, editada en Concepción del Uruguay por Hugo Alberto Luna.
Roque M. Galotto, docente, escritor de cuentos, teatro y guionista de cine y televisión. Su obra más reconocida es  “Papá árbol”.

Actividad literaria
Mi actividad literaria comienza en Buenos Aires, entre los años 60-61. Comencé a escribir argumentos cinematográficos – a pedido – y luego, cuando retorno a Concepción del Uruguay, Roberto Parodi me dice que esos argumentos (como los llamaba) eran “verdaderos cuentos”. Me entusiasmé cuando oí los elogios de una persona que yo consideraba autorizada y seguí escribiendo cuentos.
Preferencia por la prosa
Prefiero la prosa porque en ella, yo mismo creo, te aclaro, consigo mentirme o engañarme a mí mismo. Las pocas poesías que he escrito no me llegan, en cambio tengo cuentos que, aún después de haberlos leído diez o quince veces, me siguen emocionando. Me pasa lo mismo con mi obra teatral Papá árbol. Hasta el día de hoy, hay pasajes que me ponen un nudo en la garganta.
¿Por qué cree que en general un poeta no es un buen prosista, y viceversa?
Los casos Lugones, tan buen prosista como poeta, a mi modo de ver, son muy raros. Para mí Borges como poeta es extraordinario, en cambio como prosista no pasa de ser un erudito que se jacta de serlo, y hace lo indecible para que se note. No te podría decir por qué pasa, pero pasa!
Publicación de un cuento en una revista de Buenos Aires
Efectivamente, ha editado un cuento mío en la revista Creativos Argentinos que se edita en Buenos Aires. Se trata de “Campoamor hoy”, uno de los cuentos que más quiero. Me alegro porque cuando me pidieron colaboraciones les alargué tres o cuatro y, de todos, eligieron ese; yo hubiera hecho lo mismo. La coincidencia, en estos casos, es gratificante.
¿Cree que nuestros escritores se pueden agrupar en alguna corriente o escuela?
No te olvides que la producción literaria fue muy anterior a la aparición de las escuelas o corrientes o “ismos”. Personalmente, le tengo algo así como una aversión a los encasillamientos o etiquetas. Hace unos años desistí a una mesa redonda que se organizó en Buenos Aires para analizar mi obra teatral “Papá árbol”. Vos no te imaginás todas las cosas que se dijeron! Teatro de la crueldad; alegato social despiadado; Knoch-outismo dijeron algunos snob porque consideraban que mi obra los ponía “fuera de combate”; en fin, para no extenderme, que cuando salí de esa mesa redonda yo me sentía como el japonés, único sobreviviente de la bomba de Hiroshima; ¿sabés el cuento, no? Y yo lo único que pretendí con Papá árbol fue poner sobre aviso a algunos padres de que les puede ocurrir, cuando en épocas cruciales del desarrollo de sus hijos, se desentienden, por desidia o multiocupaciones, de problemas que prioritariamente a ellos les toca resolver. Aparte de esto, si a algún estudioso se le ocurre agrupar a los escritores locales en escuelas o corrientes literarias, tiene todo su derecho, pero a mí me gustaría no figurar en ninguna de ellas.
¿Qué opina acerca del trabajo de los talleres literarios?
Tengo mis reservas respecto a los talleres literarios. Pero no puedo cortar tan a lo grande. Por lo tanto esto merece una explicación. Depende de los objetivos que persiga el taller literario. Si el objetivo es fomentar el gusto por las bellas letras, capacitar para aprehender el mensaje literario a través de expresiones, giros, metáforas no siempre inteligibles; saber discernir entre lo literariamente bello y lo que es literariamente exitoso, dicho de otra manera, entre lo que va a permanecer y lo que fatalmente “va a pasar”, etc. Etc., si se tiene esos objetivos, repito, bienvenidos sean los talleres literarios. Pero si el objetivo es sacar escritores te aseguro que les temo. Simplemente porque, la persona que dirija un taller debe tener, sí o sí, entre otras virtudes, una personalidad definida, contundente. Y se corre el riesgo que de los talleristas salgan adocenados, en serie… que la producción literaria de los discípulos esté teñida toda, del color del mandamás. Y si quien dirige no tiene esa personalidad que señalé, a mi modo de ver, no sirve para estar al frente de un taller literario. He ahí el problema. Las pocas experiencias personales que tengo, de talleres literarios conocidos, me llevan a opinar así. Tal vez otras experiencias me muestren lo contrario y mañana tenga que desdecirme. Por otro lado, hasta ahora no conozco ningún buen escritor que haya salido de talleres literarios. Yo no digo que no los haya; digo que no los conozco.
Sería inminente la puesta en marcha de un taller en nuestra ciudad…
Estimo que es una magnífica idea la de organizar uno en nuestra ciudad. No soy contradictorio. La capital cultural de la provincia no puede estar al margen de las nuevas corrientes. Y esto de los talleres literarios, que es relativamente nuevo, puede dar frutos óptimos, a pesar de las reservas de algunos viejos que ya han pasado el codo de los sesenta.

6/7/11

La independencia y el artiguismo

Por Rubén Bourlot
Seis años después del primer grito de libertad dado en el cabildo de Buenos Aires los pueblos del Río de la Plata se atrevieron a dar el gran paso de anunciar al mundo su independencia.
Fue un largo y accidentado proceso que estuvo salpicado por conflictos internos, intrigas políticas y amenazas de las potencias de entonces.
La idea de la constitución de un nuevo estado independiente estuvo latente desde décadas antes de la Revolución de Mayo pero tomó fuerza a partir de los intentos de ocupación inglesa en 1806 y 1807.
El año 10 fue el momento justo para dar el gran paso pero la mayoría de la Junta de gobierno no pudo o no quiso resolverlo. A los más impulsivos, como Mariano Moreno y su grupo, los enviaron a realizar misiones alejadas de los lugares de decisión.
Tres años antes, ante la convocatoria de la Asamblea Constituyente, conocida como del año 13, los diputados de los pueblos que respondían a José Artigas tenían la instrucción de pedir “la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y de la familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España es y debe ser totalmente disuelta”, pero no pudieron participar del cónclave por cuestiones formales o excusas que interpusieron en Buenos Aires para no avanzar en la declaración de la independencia como se solicitaba.
En junio de 1815 en el Congreso de Oriente o de Concepción del Uruguay, convocado por Artigas, se trató el tema de la independencia como una de las prioridades en el diálogo pendiente entre los representantes de las provincias del Litoral y las autoridades de Buenos Aires.
Pero recién en julio de 1816 los diputados de medio país, ya que las provincias de la Liga de Artigas no concurrieron, resolvieron declarar la independencia. Es verdad que el Congreso no fue convocado con ese objeto sino para decidir acerca de la forma de gobierno. Pero era un contrasentido discutir cómo se iba a gobernar un país si primero no se constituía en un estado independiente.
Así lo hizo saber San Martín desde Mendoza: “¡Hasta cuando esperaremos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? … Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos...
“Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas”.
El 9 de julio, al fin, se declaró con toda solemnidad que  las "Provincias Unidas en Sudamérica" eran “una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli”. Días después, luego de varios cabildeos, se completó la fórmula con el agregado "...y de toda otra dominación extranjera".

29/6/11

El Congreso del Arroyo de la China

Por Rubén Bourlot
Este 29 de junio se recuerda la convocatoria del Congreso de Oriente, de los Pueblos Libres o del Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay) convocado por José Artigas en su carácter de Protector de la Liga de Pueblos Libres del Río de la Plata.
Entre los asuntos discutidos en el encuentro estaban las condiciones para llegar a un pacto con Buenos Aires para convocar a un Congreso Constituyente en donde, sin dudas, estaría presente la declaración de la independencia, postergada desde 1813. El potencial es porque las actas del congreso no fueron encontradas y sólo se conocen los pormenores por menciones indirectas.
Para algunos autores no hay dudas que el 29 de junio de 1815 hubo una declaratoria de independencia de España y de todo otra potencia extranjera. Para otros no se trató la declaración de independencia pues no era ese el objeto del congreso.
Al cónclave asistieron representantes de los pueblos que integraban la Liga como Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Corrientes y los pueblos indios de la Misiones a los que se recomendaba, por intermedio de Andrés Guacurarí (Andresito), “que mande cada pueblo su diputado indio al Arroyo de la China. Usted dejará a los pueblos en plena libertad para elegirlos a su satisfacción, pero cuidando que sean hombres de bien y de alguna capacidad para resolver lo conveniente.” (…)”
No obstante la idea de marchar por los caminos de la independencia, frente a la actitud dubitativa y timorata de los personeros del centralismo porteños, habría sobrevolado en ese digno encuentro. Artigas, en el Congreso de Tres Cruces, había instruido los diputados a la Asamblea Constituyente de 1813 para que se solicite “la declaración de la independencia absoluta de estas colonias, que ellas están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona de España y de la familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas y el Estado de la España es y debe ser totalmente disuelta”

21/6/11

Día Internacional de la Cooperación. Una propuesta argentina

Por Ricardo César Bazán*
El primer sábado de julio (desde 1923) se celebra en todo el mundo el día internacional de la cooperación. La conmemoración de este día inicialmente surge en la Republica Argentina, en el 1º Congreso de la cooperación llevado a cabo en la ciudad de Buenos Aires bajo los auspicios del Museo Social Argentino de la Capital Federal, dicho evento tuvo lugar en el salón Augusteo (12 a 17 de Octubre de 1919), la iniciativa es del cooperativista argentino Don Domingo Borea.

La comisión organizadora de dicho congreso estaba integrada por:
Dr. Eleodoro Lobos, presidente (mas tarde el Dr. Juan José Díaz Arana); Dr. Emilio Lahitte, vicepresidente; Dr. Domingo Bórea, secretario; Dr. Eduardo Crespo, tesorero; Ing. Tomás Amadeo, Dr. Jorge Lavalle Cobo, Dr. Alfredo Palacios, Dr. Felipe Senillosa, Dr. Enrique Uriburu, como vocales.
El congreso tenia por objeto el estudio de: 1) Legislación sobre cooperativas, 2) La cooperación y la producción, 3) La cooperación y el consumo, 4) La cooperación y el crédito, 5) La cooperación y el seguro, 6)Cooperativas agrícolas, 7) Sindicatos profesionales.
Adhirieron al mismo: 79 cooperativas de todo el país, que fueron representadas por 104 delegados; 53 instituciones y reparticiones públicas, por 69 delegados, y hubo 111 adhesiones particulares.
La sesión inaugural del Congreso tuvo lugar el domingo 12 de octubre a las 10 horas, abrió el acto el presidente Museo Social Argentino, doctor Enrique Ruiz Guiñazu, y el presidente de la Comisión Organizadora del Congreso, Dr. Juan José Díaz Arana.
La resolución de dicho Congreso decía: “El Congreso de la cooperación considerando que la obra de los probos pionners de Rochdale representa el principio práctico y concreto de las aplicaciones de la doctrina cooperativista, indica a la Alianza Cooperativa Internacional y a las confederaciones de Cooperativas del Orbe, la conveniencia de resolver que se fije el 21 de diciembre (aniversario del comienzo de las operaciones de la Sociedad de Rochdale) para celebrar anualmente, en el universo, la Fiesta de la Cooperación”.
José Agustín Cáceres cita en el Manual sobre Cooperativismo Escolar del año 1961 que: “La Alianza Cooperativa Internacional con sede en Londres hizo suyo el voto del Congreso, pero cambió la fecha y el nombre de la celebración. En vez del 21 de Diciembre adoptó el primer sábado del mes de julio; y en vez de fiesta de la cooperación, lo llamó día de la cooperación. Con ello no altero su espíritu y su honda significación”. 
Es importante destacar que al congreso de la cooperación realizado en Buenos Aires participo una delegación de Fondo Comunal de Villa Domínguez (Entre Ríos), la misma estaba constituida por M. Kipen, M. Sajaroff e Y. Kaplan, en los debates se destacaron los delegados de Fondo Comunal M. Kipen y M. Sajaroff, al delegado Kipen le cupo el honor de ser uno de los presidentes de dicho congreso.
En el año 1934 se instituye el “día de la cooperación de la provincia” (Entre Ríos),consta en la Memoria del Ministerio de Hacienda, Justicia E Y. Publica (Pcia. de Entre Ríos) presentada a las Honorables Cámaras Legislativas por el Ministro Dr. Bernardino C. Horne, lleva por fecha el 1 de Junio de 1934, y en sus considerandos expresa: “Que es necesario difundir la idea cooperativista ya que con ella, a la vez que se coordina la vida de los hombres, se da solución a diversos problemas del individuo aisladamente no puede resolver, especialmente los que se vinculan a la producción, como el de la comercialización de los productos y el de las industrias propias.
Que convencido de ello el P.E. viene desarrollando una acción intensa para aumentar las cooperativas y fortificar las existentes, por medio del control y la orientación.
Que de la misma manera ha propiciado la reorganización de la “Federación de Cooperativas de Entre Ríos” que termina de constituirse y se ha incorporado a los programas de todas las escuelas de la Provincia la enseñanza del cooperativismo.
Que por recomendación de la “Alianza Cooperativa Internacional” el primer sábado del mes de julio, es la fiesta de la cooperación, consagrada universalmente para demostrar “la solidaridad de los cooperadores y la eficacia de su organización como medio de emancipación económica y garantía de fax universal” Manifiesto de la Alianza 1923.
Que concorde con esas ideas, para difusión de las mismas y en adhesión a la fiesta de los cooperadores, EL GOBERNADOR DE LA PROVINCIA ACUERDA Y RESUELVE: 1º.- Declárase feriado y “día de la Cooperación” en la Provincia de Entre Ríos, el primer sábado del mes de julio de cada año a contar desde el corriente.
2º.- En las escuelas dependientes del Poder Ejecutivo se darán conferencias sobre cooperativismo en ese día y se solicitará la adopción de igual medida para las que dependen del H. Consejo de Educación”.
ETCHEVEHERE
B. C. Horne.
La provincia de Entre Ríos en el año 1950 (11 de Octubre)sanciona con fuerza de ley la Enseñanza del Cooperativismo Ley Nº 3662 (Decreto Nº 3711 M. E., Exp. 15-4-1675-Nº 9923) en la que implementa la enseñanza obligatoria del cooperativismo en todos los establecimientos educacionales de la provincia en su art. 1º e instituye el segundo domingo mes de septiembre de cada año como “día de la Cooperación” y la doctrina cooperativista, en el art. 14 decía : Institúyese con carácter permanente el Premio “Cooperativismo Escolar”, el que consistirá en un subsidio único que anualmente fijará el Poder Ejecutivo, para ser otorgado el “día de la Cooperación” a la “Cooperativa Escolar de Consumo” que de acuerdo al informe de la Comisión Central, se haya destacado por su organización, eficiencia y el empeño de sus integrantes, en esos años era gobernador de la provincia de Entre Ríos Don Ramón A. Albariño y presidente de la Republica Argentina Don Juan Domingo Perón.
En el año 1951 la Alianza Cooperativa Internacional traslada la celebración del día de la cooperación al segundo domingo de Septiembre, mas posteriormente se realizo un plebiscito entre las organizaciones centrales de todos los países y se restableció a partir del año 1953, como fecha celebratoria y definitiva, el primer sábado de julio de cada año.
 *Tec. Sup. en Cooperativismo

9/6/11

Secundario para jóvenes y adultos: datos de una consulta

Por Rubén Bourlot
En los últimos años hay un aparente incremento de jóvenes y adultos que cursan el secundario para adultos, generalmente en horarios nocturnos. Esta afirmación se deduce de la creación de numerosos nuevos establecimientos en la provincia de Entre Ríos. Otro fenómeno detectado es la baja en la edad de los cursantes. Hace unos 20 años la matrícula se componía de personas mayores a 30 años, en tanto en la actualidad hay una notable participación de jóvenes de entre 16 a 20 años. Hasta la nueva ley de educación provincial se permitía el ingreso con 18 años. Luego de la aprobación de la nueva norma, el ingreso es a partir de los 16.
Sin dudas, el incremento de jóvenes de corta edad, menos de 20 años, indica una crisis profunda del sistema educativo con altos índices de repitencia. Nadie puede sostener la conveniencia de que jóvenes de 16 años asistan a la escuela en horarios nocturnos con los riesgos que implica, ya que estos establecimientos fueron establecidos en su momento para permitir la asistencia de gente mayor que trabajaban en el horario diurno.
De una pequeña muestra realizada entre alumnos del primer y segundo año de una escuela secundaria para jóvenes y adultos de Paraná surgen algunos datos significativos.
El 75 por ciento de los encuestados pertenecen al grupo de edad que va de los 16 a 20 años y sólo el 10 por ciento comprende las edades de 39 a 50 años.
Del grupo de 16 a 20 años el 40 por ciento manifestó que trabaja y el 7 por ciento tiene hijos.
Consultados acerca de los motivos por los cuales ingresaron al secundario nocturno el 64 por ciento lo hizo por repitencia, el 38 por ciento debido a que dejó el secundario porque tuvo que trabajar, y el 7 por ciento lo abandonó por embarazo.
Consultados por las motivaciones que tuvieron para reiniciar el secundario el 55 por ciento manifestó que quería seguir una carrera posterior, el 48 por ciento para conseguir trabajo, el 38 por ciento porque era un desafío personal y el 20 por ciento porque le piden el título en su trabajo e igual porcentaje para distraerse y relacionarse. Para ayudar a sus hijos o para cobrar un plan social (asignación por hijo, etc.) lo hace un 14 por ciento de los encuestados y un 7 por ciento son obligados por los padres.
Finalmente fueron consultados acerca de las carreras futuras que tienen pensado seguir: uno sólo respondió que no piensa seguir carrera alguna, el 27 por ciento no sabe y el resto tiene previsto continuar estudios. Entre las carreras preferidas están: policía, psicología, educación inicial, inglés, abogacía, en ese orden. También aparecen carreras como agronomía, educación física, enfermería, medicina y veterinaria. Con menor preferencia están las carreras de bioinformática, bromatología, comunicación social, ciencias económicas, computación, electricidad y mecánica del automotor, evicerador,  radiología, turismo, entre otras.

16/5/11

Olvidos en línea

Por Rubén Bourlot
Decía José Hernández: "Sepan que olvidar lo malo también es tener memoria”. En este caso son olvidos de cosas significativas y positivas, por lo tanto es desmemoria, nada más.
El Consejo General de Educación de entre Ríos, a través de una Comisión de conmemoración del bicentenario en educación, produjo una publicación en formato revista denominada 200 años de educación entrerriana donde escriben destacados colaboradores y al final agrega una “Línea de tiempo del bicentenario (1810 – 2010)” de aspecto atractivo y didáctico pero que adolece de notables olvidos.
Fragmento de la Línea de tiempo
La línea de tiempo muestra en a vuelo de pájaro un resumen de lo acontecido en dos siglos de la educación en Entre Ríos y un sincronismo con lo sucedido en el orden regional y nacional. Ello obliga a realizar una rigurosa selección de contenidos tratando de reflejar sólo lo más significativo. Y precisamente se olvidaron de consignar acontecimientos muy significativos como la creación de la Escuela Normal de Paraná en 1871, primera en el país. Sí nombran la fundación de la Escuela Normal de Concepción del Uruguay que se produjo dos años después y señalan, con una confusa redacción, que  “Sara Eccleston funda la Escuela Normal de Paraná el curso de Profesorado en Kindergarden” (sic). También olvidaron que en 1904 se creó la Escuela Normal de Maestros Rurales Juan Bautista Alberdi, la primera de América Latina. Omitieron, por otra parte, que en 1828 el padre Francisco de Paula Castañeda fundó una escuela de niños en Paraná.
En el periodo que corresponde a las gobernaciones de Pascual Echagüe (1832- 1841) señalan el un dudoso “comienzo de la organización de la Enseñanza Superior” en la provincia.
Esta serie de desaguisados surge de una rápida lectura de un instrumento, que bien hecho, sería de valiosa utilidad para docentes y alumnos de las escuelas entrerrianas. Pero así no sirve.

14/5/11

La iglesia de las cinco esquinas y una vivencia

Por Rubén Bourlot
En Paraná la imagen del templo de la Primera Iglesia Evangélica Bautista recibe al viajero que ingresa a la ciudad por calle Almafuerte. La congregación, radicada en 1920,  es una de las tantas que salpican el territorio entrerriano, producto de las múltiples corrientes inmigratorias. Los distintos grupos arribaron a la provincia trayendo su bagaje de costumbres, tradiciones y creencias religiosas.
El templo en construcción a mediados del siglo XX
Hace unos días se comunicó con La Solapa Marha Baskin, residente en Florida, Estados Unidos, pero que vivió su infancia en Paraná. Vino con su padre,  Fay Askew Baskin, que era misionero de la congregación. Martha testimonia su paso por estas tierras: “En enero del 1944 lo trasladaron a mi papá a Paraná y vivimos en el barrio Gazzano (…) En Julio de 1956, repentinamente nos volvimos a los EEUU.  Yo estaba en el segundo año del secundario.  Mientras vivimos en Paraná, casi todo el tiempo éramos los únicos norteamericanos”.
El padre de Martha fue quien impulsó la construcción del templo de la iglesia hacia 1954. “Mi papá construyó ese edificio – cuenta- en el 1954-5.  El edificio es típico de cómo se ven las iglesias aquí (en EE UU)”.
Dentro de las experiencias que vivió Martha en Paraná recuerda el paso de Eva Perón en una de sus visitas de 1950. “Ella volvía al puerto pero en vez de seguir una ruta directa, habían tomado una calles "indirectas".  Nosotros habíamos dejado el auto muy lejos y yo me quejaba de tener que caminar tanto.  Evita pasó a unos 3 metros de mi.  ¡Electrificante! Iba despacio, con las manos alzadas, tal como en las fotos que uno ve de ella. Nunca, pero nunca lo voy a olvidar”. 


11/5/11

La número uno

Por Rubén Bourlot
Durante un medio siglo o más los entrerrianos de los departamentos Uruguay, Colón y alrededores disfrutaron de una gaseosa que se fabricaba en Concepción del Uruguay y  se comercializaba bajo la denominación Número 1. Por esos tiempos en la ciudad se elaboraban bebidas que tuvieron fama en el orden regional y nacional como fueron los aperitivos Lusera y Marcela, entre otras. Después vinieron las compañías multinacionales con sus políticas comerciales monopólicas acompañadas por campañas publicitarias agresivas para imponer marcas y así fueron desapareciendo prestigiosos productos locales.
La Número 1 nació de una embotelladora de soda y distribuidora de cerveza afincada en un barrio de la ciudad que tomó su nombre de unos de los productos distribuidos por la firma: La Quilmes. Hasta hoy perduran las soderías en barrios y pequeños pueblos, que solían anexar el envasado de bebidas gaseosas para ofrecer a la clientela.
La gaseosa, cuentan los que la degustaron, tenía una fórmula en base a naranja que era muy preciada por chicos y grandes, además de su atractivo color ámbar. Los más grandes acostumbraban a mezclarla con algún líquido más espirituoso como cerveza o un toque de ferné.
La firma elaboradora giraba con la razón social La Entrerriana fundada en 1890 por Antonio Bidart. Como lo mencionamos, envasaba soda, distribuía la cerveza Quilmes y elaboraba “refrescos finos y bebidas sanas en general” como lo anuncia un aviso de 1924 cuando estaban al frente de la empresa los sucesores de Bidart.
Hacia 1933 la firma pasó a manos de la Viuda de Suilar y entre sus productos ofrecía “especialidad sidra naranja exquisita y preferida bebida de verano a base de jugo de naranja Nº 1".
El producto mantuvo su vigencia hasta principios de la década de 1970 cuando la firma cerró sus puertas y la gaseosa continuó fabricándose durante unos años en Basavilbaso.
Hoy un grupo de la red social facebook (Para los que qeremos que vuelva la gaseosa nº 1) reúne a quienes recuerdan la gaseosa uruguayense.

6/5/11

Acerca de la fundación de Colón

Por Rubén Bourlot
La ciudad de Colón es una pequeña y simpática villa turística recostada sobre el Uruguay con playas de blancas arenas y aguas cálidas. Un viejo eslogan la caracterizaba como “la ciudad de las camelias que pintaron los ángeles con paisaje de tarjeta postal”.
La precisión sobre fecha de fundación de la localidad ofrece algunas dificultades puesto que actualmente la oficial es el 12 de abril, como lo conmemora una de sus calles céntricas. Esta fecha corresponde al decreto que ordena la colocación de la piedra fundamental, en 1863. Pero con anterioridad, el 9 de mayo de 1862, se sancionó una ley que dispone la creación de “una villa en el terreno de la calera contigua a la Colonia San José, que se denominará Colón”.
Ley del 9 de mayo de 1862
El gobernador  Urquiza, inspirador de la medida,  consideró oportuno establecer un puerto en el sitio conocido como Rincón de Espiro o Calera Espiro, para que sirva de salida de las mercaderías que se producían en la pujante colonia San José. Pero como vemos, junto con el puerto dispuso la creación de un centro urbano que provocó algunas controversias con los vecinos de San José donde se perfilaba el surgimiento de la villa que al año siguiente sería declarada municipio.
Al año siguiente se dicta el citado decreto de fecha 12 de abril mediante el cual se “reglamenta” la ley y se ordena, “de conformidad a la ley de 9 de mayo del año pasado que mandó fundarla en el terreno contiguo a la colonia San José”, la “colocación de la piedra fundamental del edificio de la Escuela que el Gobierno ha ordenado que se construya”. También se instituye el nombre “Wáshington” a la plaza principal.
En conclusión, la fecha de fundación de Colón es el 9 de mayo de 1862 mediante una ley. El 12 de abril de 1863 se emite un decreto, norma de jerarquía inferior, que dispone la fundación de la escuela y reglamenta algunos aspectos acerca de la organización de la villa.

4/5/11

Los rostros invisibles en la historia entrerriana

Por Rubén Bourlot
Recientemente se presentó el libro Los rostros invisibles de nuestra historia. Indígenas y africanos en Concepción del Uruguay de Àngel Harman en una edición auspiciada por la Vicegobernación de la provincia de Entre Ríos.
El autor, profesor de Historia, nacido en Rosario del Tala que pasó, como tantos, por la histórica Fraternidad, realizó toda su carrera docente en la amable provincia del Chaco, donde tantos entrerrianos hicimos las primeras armas.
Presentación realizada en el Club Social de
Concepción del Uruguay
Con sus jóvenes 25 años se involucró en un proyecto editorial: Río Uruguay en Blanco y Negro y publicó su primer trabajo acerca de las inquietudes que lo movieron a investigar la problemática de los olvidados que conviven con nosotros: “Los aborígenes reclaman sus derechos como hombres” fue el artículo editado en una revista colombiana.
Si bien su vínculo laboral estaba en el Chaco, nunca rompió los lazos con la provincia de origen ni con su pueblo natal. El bicentenario de Rosario del Tala lo motivó para llevar adelante investigaciones sobre su origen.
Y volvemos al tema que siempre estuvo latente en sus preocupaciones: la invisibilidad de grupos humanos sometidos por los sucesivos procesos de poblamiento en nuestra provincia: los indígenas, habitantes originarios de estas tierras, y los africanos, sólo tenidos en cuenta mientras sirvieron de mano de obra esclava para los procesos productivos.
“Los rostros invisibles de nuestra historia. Indígenas y africanos en Concepción del Uruguay” traza un panorama que intenta descubrir una parte sustancial de nuestra identidad como pueblo. Y lo que se plantea para Concepción del Uruguay se puede extender a toda provincia.
Este trabajo prueba, aunque no lo parezca para el observador desprevenido, que tenemos mucho de indio y de negro. Que la bruma de los tiempos no logra ocultar emociones, sentimientos, modos de pensar y de hacer que marcan una identidad propia gracias a esas presencias ancestrales. Y pone en relieve algunas cuestiones interesantes como es la de la antigüedad del poblamiento entrerriano. Que no existan hasta hoy pruebas materiales no significa que desde muy antiguo no hayan trotado por nuestras lomadas grupos humanos, aprovechándose su la abundante flora y fauna para sobrevivir.
Las crónicas suelen sostener que los indios entrerrianos desaparecieron a fines del siglo XVIII tras la batalla de la Matanza contra los minuanes por parte de la expedición militar enviada por el gobernador de Santa Fe, Antonio de Vera y Mujica.
El eje del trabajo es precisamente revelar la persistencia de esos pueblos indígenas y africanos en los siglos XIX y XX.
La presencia de charrúas, minuanes y guaraníes en la ciudad y sus alrededores es más significativa de lo que se pensaba. De los registros parroquiales y censales que tan minuciosamente analizó el autor se puede determinar que en el siglo XIX un porcentaje importante de la población uruguayense era de origen indígena. Especulamos que aún un número significativo podría encontrarse sin figurar en los censos o sin bautizar.
Del primer censo mandado a levantar por Ramírez en 1820 surge que de los 1.223 habitantes de la villa de Concepción del Uruguay, 113 eran de origen guaraní, es decir el 10 % de la población.
Otro dato interesante son las ocupaciones de esto habitantes. Había peones, labradores, carpinteros y hasta 3 músicos.
Treinta años después, en el censo de 1849 se registran 215 personas de origen guaraní, la mayoría provenientes de los pueblos de las misiones.
Con respecto a los habitantes de origen africano residentes en la zona, que fueron traídos en el período colonial como mano de obra esclava, en los censos aparecen con el apellido del amo. Así sucede con los hijos de los esclavos que poseía el matrimonio de Josef de Urquiza y Cándida García, padres el general, todos bautizados con el apellido Urquiza.
El autor rescata, además, el papel protagonizado por negros y mulatos en los ejércitos entrerrianos. En 1814 se registra una Compañía de Pardos en Punta Gorda, y hacia 1817 la Compañía de negros del Arroyo de la China.
Hacia 1842 aparecen unos 180 negros del Arroyo de la China, reclutados por el general Paz en su invasión a la provincia.
Con esta prolija recopilación, confrontada con datos más reciente rescatados de la historia oral, se demuestra que la población de Concepción del Uruguay, y por extensión de nuestra provincia, tiene una composición mucho más compleja de la que se suponía, donde la relevancia del origen europeo se ve diluida por la persistencia del componente originario de charrúas, guaraníes y otras etnias, y la mestización con sangre de origen africano.

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