Rubén I. Bourlot
La historia del primer monumento en homenaje a la bandera y a su creador Manuel Belgrano devela un hecho opacado hoy por el majestuoso monumento levantado en Rosario.
La historia del homenaje a la bandera nacional y a su
creador, a través de un monumento conmemorativo, siempre estuvo plagado de
contratiempos, falta de presupuesto, proyectos frustrados y debates artísticos,
arquitectónicos e historiográficos. La primera iniciativa nació en Rosario en
1872, al cumplirse los 60 años de su creación. Fue un proyecto ejecutado por el
ingeniero municipal, de origen genovés, Nicolás Grondona. Su propuesta
consistía en levantar dos pirámides, una de mayor importancia en las barrancas
de la ciudad donde se había emplazado la batería “Libertad” y la otra en la
isla del Espinillo (hoy territorio entrerriano), en el sitio donde estuvo
ubicada la batería “Independencia”.
A pesar de su complejidad, la pirámide de la isla fue la única que se construyó. De forma “egipcia”, con materiales sencillos, revocada y blanqueada, tenía 9,5 varas de altura. En sus frentes estaban inscriptas en números azules las cuatro fechas que se consideraban más importantes para nuestra historia: 1810, 1812, 1816 y 1853. En el frente principal llevaba una lápida de mármol con la inscripción: “Aquí existía la batería ´Independencia’, donde se enarboló por primera vez la Bandera Nacional Argentina el día 27 de febrero de 1812 a las 6 y media de la tarde. La Patria perpetúa este glorioso recuerdo con este monumento, 27 de febrero de 1873”. Sin embargo, duró muy poco tiempo, la gran crecida del Paraná de 1878 no dejó rastros de ella.
La pirámide en la barranca de la ciudad, era la segunda parte del proyecto que debía levantarse mediante suscripciones en todo el país.
El monumento en suelo entrerriano
Detalles
El costo del monumento fue de $1.470,68 y las donaciones llegaron a los $751. Por esto, los encargados de su construcción, marmoleros, grabadores, herreros y albañiles también italianos ligados a la masonería, donaron su trabajo y materiales. Lamentablemente, esta pirámide se derrumbó en 1878 por una creciente del Paraná. La prensa señalaba un error técnico en la ubicación, pero valoraba los propósitos “patrióticos” de los constructores con la tierra adoptiva, al destacar su historia y legitimar su símbolo nacional como nadie lo había hecho antes. El monumento en la ciudad no llegó a levantarse por falta de fondos y de apoyo del gobierno nacional que -bajo la presidencia de Sarmiento- alimentaba el proyecto de Mitre de instalar un monumento a Belgrano en Buenos Aires.