Por Rubén Bourlot
Manuela Tejedor comenzó su labor radioteatral con
el seudónimo Manuca Montes, en la compañía de su suegro, Felipe Santángelo en
la radio de Paraná. Pero, como ya se consignó anteriormente, Manuca bebió el
arte dramático desde la cuna en el circo familiar y tuvo oportunidad de hacer
sus primeras incursiones en la radio rosarina, meca del radioteatro en la
década de 1950. El circo marcó profundamente su carácter y el destino de su
vida. En ese ámbito se conoció con su esposo, Raúl Santángelo con quien constituyó
una de las parejas más reconocidas del radioteatro entrerriano.
"Yo me crié en el circo -
dice -. Desde que tengo uso de razón yo hice obras, las segundas partes le
decíamos nosotros, y la primera parte también. Hacía contorsiones, hacía
escalera con mi hermana, hacía el alambre, caminar sobre el alambre, en fin
varios números. Es decir, me crié trabajando.
“A mí me dieron un premio por los
cincuenta años. Un premio nacional por los cincuenta años de teatro.
"Y
ahí [en el circo] hacíamos, por ejemplo de Alberto Vacarezza, El último gaucho, El calvario de una madre, El
rosal de las ruinas, Fanfarrón pero
derecho, Los chicos crecen, la
obra de Darthés y Damel , Juan Moreira,
Santos Vega, Los cardales, que nosotros le poníamos La venganza del arriero, para hacerlo más llamativo, porque los
cardales no dice nada. Creo que también es de Vaccarezza Los cardales, Llegan
parientes desde España. Esa siempre la hacíamos de debut, porque es una
obra muy linda, y salía muy bien. El circo era de mi hermano y aún sigue
trabajando [actualmente con el nombre Lowandi]."
Los
carromatos y vagones del circo la llevaron por toda la república.
"Yo me casé a los 19 años - cuenta - y seguimos con mi marido ahí. Yo
lo conocí porque ellos vinieron a trabajar con nosotros. Él y los padres. Él
hacía galanes, hacía secretaría... los trabajos de afuera. Hacía maestro de
pista que es el que presenta los números. El que toca el pito... antes. Ahora
ya no se usa". (1)
En un relato de Eduardo
A. Lorenzo en su libro “Crónicas de mi
Pueblo”, hallamos el paso de Manuela por la ciudad de residencia de su
familia, Victoria. Escribe Lorenzo que en la Romería de la Sociedad Española,
una tradición en la ciudad de las siete colinas, tras una jornada de ágapes y
homenajes se pasaba a los bailes donde
“en los concursos de jota siempre se destacaban Doña Manuela Tejedor (madre
de los muchachos del circo de los hermanos Tejedor), las señoritas Fe,
Esperanza y Caridad Riquelme, Don Lapresa y Oitavén". (2)
Manuca Montes, Raúl Jordan y Abelardo Santangelo |
En Paraná los esposos Santángelo
se incorporaron a la compañía de Felipe en 1953, y en 1959 se afincaron
definitivamente en Concepción del Uruguay formando la compañía propia que marcó
una época en el radioteatro, y en la actividad teatral, posteriormente. Manuela
por esa época adoptó el nombre artístico Manuca Montes.
La gran repercusión que tenía la
compañía se podía palpar durante las giras. Manuca cuenta que se presentaban
por toda la zona de influencia de la emisora, LT 11,
"hasta 60
kilómetros, 100 kilómetros, donde se
podía arreglar una pista, una escuela, un salón de cine. En fin, donde nos
daban lugar. Los pueblos eran todos los de acá a la vuelta: Colonia Elías,
Caseros, Herrera, San José... todos esos pueblos. Hasta ese pueblo que era de
los ferroviarios: Basavilbaso. Y las colonias: colonia La Suiza, pista La
Marcianita (colonia Hughes). Incluso viajábamos con una orquesta - en ese
entonces no teníamos camioneta ni nada -. Viajábamos con la orquesta de
[Enrique] Zanardi. Entonces nosotros, después de la función, teníamos que
aguantarnos el baile hasta no sé qué hora, hasta las cinco de la mañana.
Sentaditos ahí hasta que terminara el baile para que él nos trajera de vuelta.
"Todos los días que
se podía trabajábamos. Todos los días salíamos. Cuando uno tiene un negocio
tiene que levantar la cortina todos los días. Hacíamos el capítulo a la tarde.
A veces lo grabábamos, cuando era muy lejos la localidad donde trabajábamos,
grabábamos el día anterior para que quedara grabado.
"Y en cada lugar se armaba la escenografía. Me acuerdo que en una
pista de Vence, [el lugar para la actuación] era un ruedo de arpilleras
alrededor del escenario y ahí las sillas. Había mucho viento, entonces no se
podían poner los decorados. Entonces se empezó la obra y uno anuncia: 'Primer
acto, la casa del conventillo del Rubio Millán' - vivía en un conventillo-.
Decorado: 'las arpilleras...' porque imposible poner decorado. El segundo acto:
'en la casa del juez Arístides de la Vega', se llamaba el juez... 'siguen las
arpilleras' - decía -. Es claro, si no se podía cambiar ni poner nada. El
viento, había un viento terrible". (3)
Sus hijos también continuaron vinculados al medio.
La hija Zaída integró desde joven las compañías de radioteatro y teatro, y
Abelardo es locutor de LT 11.
Cuando el radioteatro fue desapareciendo del medio,
la familia se volcó al teatro independiente.
Su esposo falleció en el 1973 y a
partir de ahí Manuela adoptó el seudónimo Manuca Santángelo, como se la conoce
en el ámbito de la actuación teatral. En 2006 integraba el elenco de teatro
dirigido por Héctor Ferrari que puso en cartel una versión de El conventillo de la Paloma, de
Vaccarezza.
1 Tejedor, Manuela (2006, septiembre 29).
Entrevista, C. del Uruguay.
2 Yaber, Jalil. Del
anecdotario popular. Extraído de http://www.turismovictoria.com.ar/espanola.htm.
3 Tejedor, cit.