Por Rubén Bourlot
En la década que va de 1950 a 1960 las hermanas
Charriere se vincularon al medio radial, Rosalía como locutora y, con cierta
audacia para la época, relatora de radioteatro en ocasiones muy esporádicas.
Era todo un desafío explorar un terreno dominado por voces impostadas al más
puro estilo de Julio César Barton. Mary Mabel, la menor, se inclinó hacia el
radioteatro, tentada por Teodoro Galotto que dirigía el elenco de LT 11 de
Concepción del Uruguay junto a Liliana Campos, su hermano Roque Galotto y
otros.
"Quien estuvo primero en la
radio fue mi hermana Rosalía - afirma -, quién abrió el camino en estas cosas
porque ella también hizo radioteatro e hizo teatro. Participó en las obras
clásicas con el matrimonio Pepe - Saravia. Yo era una chiquilina que estaba muy
apegada a mi hermana y como ella estaba en la radio a mi me gustaba todo lo
artístico, y me llevaba a todos lados, yo iba y los miraba. Yo siempre fui una
persona muy introvertida, muy calladita... Y entonces observaba todo y me
gustaba. Pero en realidad mi vocación era ser maestra.
"Tal vez en la intimidad de
mi casa, con esos espejos grandes, donde uno se podía ver, yo hacía de artista
y hablaba con esa otra que era la del espejo. Pero para mí sola. Mientras mi
sueño era ser maestra. Y mis hermanas escribían a las artistas de EE UU, a las
direcciones que salían en la revistas, y recibían las fotos autografiadas. Yo
pienso que ya había posiblemente algo muy metido en mí que me daba timidez
expresarlo. Lo hacía yo sola en los espejos de mi casa. Y así fui sumando esas
ganas de hacer algo.
"Cuando estaba estudiando en
la Escuela Avellaneda, que está a media cuadra de la radio, me dicen si no
quería actuar en un papelito en la compañía la dirigía Teodoro Galotto; la
primera actriz era Liliana Campos. La recuerdo a Liliana Campos porque ella [en
la ficción] era mi amita Dolores, yo hacía de una mulatita. Y era todo en vivo,
todo se hacía en vivo. Era como hacer teatro dentro de la radio. Yo tendría
ocho años... Yo hacía mi papel y me iba la
escuela, y en la escuela me olvidaba del papel".
Mary Charriere, como se la conoce actualmente en
el medio radial recuerda su primer papel, donde debía contar una historia muy
triste.
"Yo era muy llorona porque a
mi amita le pasaba un montón de cosas, sufría mucho mi amita, y yo como
mulatita era muy fiel a mi ama. Entonces yo lloraba, pero en algún momento yo
lloraba en serio y no me decían que ya había terminado la escena, y yo seguía
llorando. Yo lo vivía al personaje".
Después de ese primer paso continuó con la
compañía pero
"el problema era el nombre -
cuenta - Los esposos Galotto, Roque y Beba [María Luisa Casanova de Galotto o
Marisa Allende], eran los que me tenían que buscar un nombre, porque como mi
hermana ya era locutora y era Rosalía Charriere, no me querían poner Mary
Charriere, para no confundir. Y como yo era chiquita, me querían elegir cada
nombre: Aromito, entre los que me acuerdo. Después viene Marisa y me dice 'ya
sé como te vamos a poner: Yunque, por el famoso escritor Álvaro, y entonces
quedó Irita Yunque' y yo dije: bueno, mejor que Aromito...Pero después cuando
fui creciendo y encabecé compañía, y conduje compañía con Rubén [Grey], ya me
parecía que Irita era de chiquita, y entonces quedó Iris Yunque".
A fines de la década, actuó con las compañías de
Roberto Volpi y Raúl Jordán
Mary Charriere (Iris Yunque) y Oscar Trocoso (Rubén Grey) |
"que estaba con su esposa
Manuca Montes, con la hija Zaída y había también un grupo de jóvenes. Ellos
iban a los teatros. Yo no salía a los teatros, yo solamente actuaba en la
radio. En mi nombre iba otra persona".
Posteriormente, junto a Oscar Troncoso (Rubén
Grey) encabezó y dirigió una compañía propia que hacía radioteatro familiar con
obras de las autoras locales Marisa Allende, Eugenia Orlegui y de los
consagrados de Rosario y Buenos Aires.
"Hicimos un montón de obras
hasta que se hizo radioteatro doble, a la mañana y a la tarde. Yo me quedé a la
mañana con Rubén [Grey]; el de las diez y cinco que nos escribía Marisa Allende
con temas sociales. Un ciclo muy extenso, hasta que yo en el 65 me fui de
Uruguay".
"Y todo era, como se dice,
autodidacta. Si hubiéramos tenido la posibilidad que tienen tantos hoy de
capacitarnos - reflexiona -. Los que nos sucedieron también fueron
autodidactas. Ahora hay muchos talleres acá con los que vienen de Buenos Aires.
Los artistas conocidos hacen talleres.
"Todo era todo corazón, pura
sensibilidad. Y hacíamos todo. Cuando quedamos con Rubén habíamos adelantado en
materia de sonido. Teníamos efectos especiales... Hasta ahí los efectos lo
hacíamos nosotros. La silla para los golpes, los tiros, eran sillas de madera
terciada",
ejemplifica.
También
participó de la experiencia de radioteatro unitario que se trasmitía una vez a
la semana, con obras de un repertorio más selecto. La obra que tuvo mayor
repercusión fue El diario de Ana Frank. "Eso iba por la noche - dice -.Lo
hicimos con Manuca Santángelo, Zaída Santángelo, Rubén Grey y Maricarmen
Galván. Y después se hicieron
otros".
El
director de la emisora, en ese periodo era Jacobo Corach,
"el hombre que más apoyó el radioteatro - asegura -. Fue él que me
descubrió a mí como locutora. Yo dejé el radioteatro. Por razones particulares
tuve que dejar todo eso y entonces: ¿qué hago ahora?, no es que yo vivía, en
cuanto a dinero, del radioteatro. Yo estudiaba y hacía radioteatro. Pero cuando
me estoy recibiendo me llama el señor Corach y me dice: 'Señorita, ¿no le
gustaría probarse como locutora?'. A mí me pareció una cosa tan distinta a lo
que yo estaba haciendo. Me dice 'pruebe, pruebe'. Y probaba en los horarios de
la siesta, esos horarios que nadie escuchaba, decía él. Yo hacía alguna
práctica y me decían los vecinos 'Mary, ¡qué feo que sale!. ¿Por qué no seguís
con el radioteatro?'. Y yo tímida, introvertida, le digo: 'mire señor, yo no
voy a venir más'. Y me dice: 'Usted me hace caso a mí. Siga practicando, que si
no va para esto, yo se lo voy a decir".
A partir de ese momento se
incorporó a la radio como locutora, y cada tanto vuelve a interpretar alguna
que otra obra que evoca los buenos tiempos del radioteatro. Como conductora
tuvo recordados ciclos como "El rinconcito de los niños" donde
utilizaba el seudónimo Iris Yunque, "De todo un poco", ya como Mary
Charriere, y "Ocho y medio", un musical. Desde hace varios años
conduce uno de los espacios de mayor popularidad en la región, la revista
matutina "¡Hola, mañana!".
* Charriere, Mary Mabel (2006, septiembre 30). Entrevista, C. del
Uruguay.