7/1/17

La escuela lancasteriana de Concepción del Uruguay

Por Rubén Bourlot

En Concepción del Uruguay habría funcionado la primera escuela lancasteriana de Latinoamérica, en 1816. Y el potencial es porque sólo hay indicios, casi una sospecha de su existencia. El dato lo proporciona Antonino Salvadores en su libro Historia de la Instrucción Pública de Entre Ríos a partir de una noticia publicada por el periódico El Censor de Buenos Aires[1]. Escribe Salvadores: “Curiosa es la noticia, que recoge un periódico de Buenos Aires, según la cual la primera escuela lancasteriana que funcionó en Sudamérica fue creada en 1816 en Concepción del Uruguay por el emigrado chileno Solano García, con protección del comandante Berdúm. Como el sistema lancasteriano comenzó a conocerse en Buenos Aires en 1816, por artículos publicados en La Caceta y El Censor, (…) este sistema de instrucción inglés” se habría implementado primeramente en Entre Ríos.[2] También lo sostiene Urquiza Almandoz: “conviene recordar que el sistema de Lancaster ya era conocido en Concepción del Uruguay, puesto que en 1817 – dos años antes que Diego Thompson la introdujera en Buenos Aires – el sacerdote chileno Solano García había instalado una escuela de ese tipo (…) [3]
Las escuelas lancasterianas utilizaban técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados enseñan a sus compañeros, con el objeto de suplir la carencia de maestros. Un solo maestro puede tener a su cargo 200 alumnos o más. Los alumnos son divididos en pequeños grupos de 10; cada grupo recibe la instrucción de un monitor o instructor, que es un niño de más edad, y más capacidad, previamente preparado por el director de la escuela. El nombre deriva del religioso cuáquero inglés Joseph Lancaster que diseñó el sistema fines del siglo XVIII. Para Simón Rodríguez, el filósofo y educador venezolano que fuera maestro de Bolívar, “la enseñanza mutua es un disparate. Lancaster la inventó para hacer aprender la Biblia de memoria. Los discípulos van a la escuela a aprender, no a enseñar, ni a ayudar a enseñar. Dar gritos y hacer ringorrangos no es aprender a leer ni a escribir. Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos, para que por vida sean charlatanes” y en otro pasaje asevera que “establecer, en las capitales, las ‘escuelas de vapor’ inventadas por Lancaster, a imitación de las ‘sopas a la Rumfort” establecidas en los hospicios[4]. Con pocos maestros y algunos principios vagos, se instruyen los muchachos a millares, casi de balde, salen sabiendo mucho, así como algunas marmitas de Papin y algunos huesos, engordan millares de pobres sin comer carne (…)[5]
Naipes impresos por Solano García,
fundador de la escuela
En el Río de la Plata el sistema es difundido por Diego Thompson y el sacerdote Dámaso Larrañaga lo considera muy adecuado para implementarlo ante la carencia de maestros. Recordemos que Larrañaga es un sacerdote que adhiere originalmente a la causa de Artigas. No es extraño entonces que el sistema arribara a Concepción del Uruguay durante la influencia artiguista. El propio comandante de la ciudad, José Antonio Berdún, es uno de los más destacados jefes del Protector de los Pueblos Libres. 
Y para ello tenemos que referirnos al promotor de la escuela, el cura franciscano Fray Solano García. Vino del otro lado de la cordillera, de Chile, posiblemente siguiendo en el exilio a José Miguel Carrera, y en Entre Ríos adhiere a la causa de Artigas y tiempo después se hará cargo de la parroquia de Concepción del Uruguay y luego de la de Paysandú. Pero lo más curioso de esta personaje es su trabajo de imprentero en Concepción que publicó los famosos “naipes artiguistas”, similares  a las cartas españolas, impresas a partir de bloques de madera y pintadas a mano con el agregado de consignas como “El oriental no sufre tiranos. Libertad y unión” o “Con la constancia y fatigas libertó su patria Artigas”.
Con estos pocos datos podemos aseverar que, al menos por un tiempo, funciona este establecimiento pionero en el corazón de la Liga Federal. A partir de unas vértebras podemos armar un dinosaurio.





[1] El Censor, Bs. As. 9/4/1817, Pág. 105.
[2] [2] Salvadores, Antonino, Historia de la Instrucción Pública de Entre Ríos, "Museo Histórico de Entre Ríos Martiniano Leguizamón", 1966. Pág. 18/19
[3] Urquiza Almandoz, Oscar F, Historia de Concepción del Uruguay, Entre Ríos: Comisión Técnica Mixta de Salto Grande, 2002
[4] La sopa Rumfort era un sancocho inventado por el conde del mismo nombre para alimentar masivamente a ejércitos y obreros. 
[5] Rodríguez, Simón, Obras completas, Caracas, Universidad Simón Bolívar, 1975, T. II, Pág. 25 y ss.

1/1/17

La Barraca Americana

Por Rubén Bourlot

“La primera casa mayorista importadora en los ramos de artículos para la construcción recibidos directamente de Estados Unidos, perteneció a la firma Hufnagel y Plottier, instalada a instancias del general Urquiza”, escribe Urquiza Almadoz en su Historia de Concepción del Uruguay. Con sucursales en varias ciudades de ambas costas del río Uruguay, la firma que giraba bajo el nombre de Barraca Americana fue un símbolo distintivo del comercio de la región y un lugar de cita obligatoria para quienes tenían que proveerse de las más diversas mercaderías.
Edificio de la sucursal C. del Uruguay
Urquiza Almandoz transcribe una evocación de Mariano López que recordaba “con cuánta curiosidad acudió el pueblo, en romería interminable, al llamado ahora puerto viejo, al arribar los embarques iniciales de dos veleros norteamericanos, el Alfredo y el Dudley, novedad que subió a lo extraordinario con la llegada del tercer buque, mucho más grande y cuyo nombre era Don Justo, en homenaje al prócer…”. Transcurrían los primeros años del siglo XX.



Una ficha de clientes
El profesor Mario Ramírez, cuando cursaba el profesorado en Concepción del Uruguay en la década del 80 se enteró, como buen historiador sabueso, que “se estaban por rematar judicialmente las propiedades de la constructora Ivoskevich, la entonces dueña de la Barraca Americana. Un compañero era amigo del que vigilaba los lotes que estaban listos para el remate; un día entre charla y charla se enteró que había un fichero lleno de fichas... Paso siguiente hablamos con el rematador y nos dijo que teníamos que comprar el mueble; cosa imposible para nosotros en ese momento. Pero a la vez sentíamos de corazón que ese material iba a ir a parar a la basura (dependiendo de quién lo compraba). Así que iniciamos trámites ante el Juzgado que entendía en la quiebra, para solicitar la entrega de las fichas solamente, solicitud que fue aprobada a los pocos días.
“En total rescatamos 2861 fichas, algunas más completas que otras”.
Eran las fichas de clientes de la firma a través de su casi centenaria historia, una valiosa cantera de información que tal vez tenían el destino trágico de una fogata.
El origen de la firma se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, aún en vida de Urquiza que mantenía vínculos comerciales con A. B. Morton & Sons de Baltimore (EE. UU.).  Fallecido el gobernador entrerriano, y como consecuencia de la intervención de la provincia y la rebelión jordanista, quedó varado un cargamento de mercadería sobre un buque al mando del capitán John G. Hufnagel. Pensando qué hacer tomó contacto con el belga Eugenio Plottier, radicado en Paysandú y éste le aconsejó vender la mercadería en la plaza de la ciudad cervecera, según se relata en un trabajo del nombrado Ramírez, Portela y Martínez.

Los primeros pasos
De esa feria callejera pasaron a asociarse Hufnagel y Plottier para fundar la Barraca Americana de Paysandú a fines de 1870. Con el éxito obtenido cruzaron el río y abrieron una sucursal en Concordia en 1892. 
Instalaciones portuarias en Paysandú en una postal
Unos años después, con la construcción del nuevo puerto de Concepción del Uruguay, la firma instala depósitos que culminan en 1909, y el 19 de septiembre de 1910 con la autorización final del Ministerio de Hacienda de la Nación, queda inaugurada formalmente la sucursal. En este edificio emblemático “predomina la arquitectura de estilo inglés; con gruesa mampostería, ladrillos de máquina importados de buena calidad y las estructuras de entrepisos con perfilería metálica de gran porte”. La firma comenzó sus actividades comerciando maderas como el pino y combustibles como el kerosene. “Los rubros autorizados fueron: ferretería, carpintería, construcción, derivados del petróleo y químicos”. 
Con el tiempo la operatoria se fue diversificando y las instalaciones incorporaron nuevas infraestructuras. En la sucursal de Uruguay contaban con vías de ferrocarril internas, de tipo “Decauville” que se empalmaban con el Ferrocarril Urquiza. Contaban con aserraderos, talleres diversos y una usina de generación eléctrica.
En 1916, Ford Motor Co. le otorgó la categoría de agente oficial a la Barraca Americana para lo cual construyeron un salón exposición para los vehículos de la marca.

Conflictos laborales 
No todo fue tan pacífico para la firma. La irrupción de la gran guerra europea en 1914 produjo algún tembladeral, entre otros la suspensión de la importación de automóviles. No obstante supieron capear el temporal y continuar con la firma a flote. 
Edificio Sucursal Concordia – Hoy Centro cívico
También tuvieron que enfrentar los reclamos sociales de sus trabajadores hacia 1916 y que se fueron incrementando los años subsiguientes, en plena efervescencia de los reclamos obreros en el país. Fueron tiempos de trabajosas negociaciones que concluyeron en buenos términos.
Finalizada la guerra, la firma retomó su relación de la fábrica Ford y presentó en 1919 los novedosos tractores Fordson. Sucesivamente se abrieron agencias y representaciones en distintas localidades de la provincia y de la Mesopotamia.

La radio de la barraca
En 1923 los empresarios presentaron una verdadera innovación tecnológica. Los autores citados nos informan que “durante una presentación de los tractores Fordson, llevada a cabo en los campos del señor Leopoldo Cabral, localidad de Caseros, para publicitar y entretener a los presentes se instaló un aparato radiotelefónico, que emitió una conferencia y un concierto de la Radio Sud Americana de Buenos Aires. La emisora fue instalada sobre un automóvil en 30 minutos.” 
Asimismo “en la Agencia Ford de la Barraca Americana, se había instalado un equipo radiotelefónico, que transmitía diariamente los últimos acontecimientos ocurridos en la metrópoli y donde se escuchaban las noticias que llegaban telegráficamente antes de su aparición en los principales periódicos. La empresa no solamente comercializaba los aparatos terminados, sino que también garantizaba a través de su servicio de reparaciones y repuestos los productos que representaban”.
Una verdadera novedad ya que en la provincia la primera emisora radial con trasmisiones formales se registran en Paraná hacia 1927.
Una parte muy importante del giro comercial de la firma estaba vinculado con los productores rurales, a los que proveía de insumos y maquinarias, y les adquiría la producción. 
Para 1972 la firma era una sombra de sus antiguas glorias y comenzaba a vender sus propiedades. Persistieron algunas sucursales en el Uruguay administradas por los descendientes de los fundadores.

Bibliografía:
- Mario Rubén Ramírez, Flavia Elizabeth Portela y Roberto Eduardo Martínez, Luces de ayer... Sombras de hoy... La sucursal de Concepción del Uruguay de la Barraca Americana, su instalación y clientela en las colonias Judías, presentado en Terceras Jornadas de Historia Económica, Asociación Uruguaya de Historia Económica (AUDHE), Montevideo, 9 al 11 de julio de 2003.
- Urquiza Almadoz, Oscar F., Historia de Concepción del Uruguay, T. III.
- Testimonios de Mario Rubén Ramírez.

30/11/16

Valioso aporte al conocimiento de Entre Ríos a través de la toponimia

“Índice sintético de la toponimia entrerriana”, es una obra que representa un valioso aporte de investigación sobre poblaciones y accidentes geográficos de la provincia.

El volumen, fruto del trabajo realizado por el geólogo Juan Carlos Bertolini y el historiador Bourlot, se presenta este viernes a las 21:00 en el Archivo Histórico de Entre Ríos (Alameda de la Federación 222), en el marco de la Noche de los Museos.
Toponimia es, según define el diccionario de la Real Academia Española, el conjunto de los nombres propios de lugar de un país o de una región. Por extensión es la rama de la onomástica que estudia el origen de los nombres propios de lugar, así como el significado de aquellos vocablos que le dan origen. 
Pero la toponimia puede resultar mucho más. Según cómo se aborde, también resulta una puerta de ingreso a un mundo fascinante ligado a la historia, la geografía, personalidades y otras temáticas. De allí que resulte asimismo una una ciencia que estudia los nombres de lugar, tanto los de las divisiones administrativas y de las entidades de población como las de los accidentes geográficos.
De ese modo esta rama del estudio de los nombres es una excusa para profundizar el conocimiento de un territorio determinado. 
Así lo han entendido el historiador y docente Rubén Bourlot y el geólogo Juan Carlos Bertolini, autores de un vialioso trabajo: el Indice sintético de la toponimia entrerriana. Se trata de una publicación de interés para que el público en general pueda conocer el territorio de la provincia.
El trabajo, se presenta el próximo viernes a las 21 en el Archivo Histórico de Entre Ríos (Alameda de la Federación 222), en el marco de la Noche de los Museos. 
El volumen es fruto del, trabajo de investigación llevado a cabo por los autores con el aporte del Consejo Federal de Inversiones y la participación del Archivo General de la provincia de Entre Ríos como contraparte del proyecto denominado Toponimias de Entre Ríos, síntesis y actualización. 
Bourlot y Bertolini se proponen suplir la carencia en la provincia de una toponimia actualizada y unificada. “Hasta el momento de iniciar la tarea sólo existían estudios y publicaciones parciales sobre aspectos toponímicos que comprendían diversos tópicos, desde el significado de los vocablos provenientes de lenguas indígenas que nombran los lugares, orografía e hidrografía, hasta índices de estaciones ferroviarias”, explicaron los autores a EL DIARIO.
El libro reúne en sus 264 páginas la información de todas las poblaciones y accidentes geográficos que se encuentran referenciados en el Mapa Oficial de la provincia, elaborado por la Dirección de Catastro.

Antecedentes 
La tarea de Bertolini y Bourlot se suma a otros trabajos similares sobre la cuestión. Entre ellos pueden mencionarse Significado de la nomenclatura de la estaciones ferroviarias de la República Argentina, de Enrique Udaondo, editado en 1942, que trata sólo de nombres de estaciones. 
También existe un título referencial en el campo de estos estudios, se trata de Toponimia de Entre Ríos. La tierra, el hombre y los hechos, de Francisco Ibañez, publicado en 1971, que se enfoca específicamente en los topónimos naturales. A estos se suma el Diccionario Geográfico Argentino del Instituto Geográfico Militar, en edición de 1954 y Toponimia aborigen de Entre Ríos, de Josefa Luisa Buffa, que refiere exclusivamente a los nombres de origen indígena.
Más recientemente se realizaron investigaciones de toponimia parciales, entre ellas la de Damián Gustavo Rondán, Toponimia del departamento Paraná, de 1994 y actualizada en 2004.
En la lista se agregan Hacia una Toponimia Normalizada, de Cristina Moretti, presentado en 1993; Toponimia de Entre Ríos, fundación de ciudades, de Margarita Grimaux de Gil; y la toponimia inserta en la Historia de Entre Ríos, de César Blas Pérez Colman, trabajo publicado en 1936. 

Sueño cumplido
Para Bertolini, la realización de esta obra “es catalizar un sueño personal que traía de mi época de estudiante universitario”. 
“Por sus características creo que es único en el país por la calidad y lo completo del mismo”, añadió el geólogo paranaense –graduado en 1978 en la Universidad Nacional de Córdoba- que comenzó a esbozar este proyecto durante la década del 70 y que trabaja en Entre Ríos desde fines de ese período.
“Cuando vine a trabajar, como referencia teníamos el libro sobre toponimia de Ibañez, pero nosotros queríamos sumar y hacer algo aún más completo”, apuntó.
Por su parte, para Rubén Bourlot se trató de concretar un trabajo que, con este nivel de generalidad, es el primero que se lleva a cabo en varias décadas. Es decir que la actualización es uno de los valores de esta investigación.
“En este caso, el recorte que hicimos fue la de nombres vinculados a la carta de Entre Ríos de 2004, que es la más recientes que se ha publicado en el país”, precisó el historiador.
El proyecto se aprobó en el CFI –previo aval de la provincia- en 2013. “Trabajamos durante algo más de un año y el el trabajo se concluyó, pero no llegó a publicarse. Este año, con el aporte del CFI y de la Secretaría de Cultura se completó la publicación del trabajo en este volumen que presentaremos el próximo martes en el marco de la noche de los Museos”.

Características del trabajo
Los autores concretan una propuesta de clasificación de los topónimos, vinculándolos a cursos de agua, la vegetación, el relieve, la ocupación de la tierra, la colonización agrícola, los recursos naturales y las lenguas indígenas.
También aporta una Evolución de los nombres genéricos de lugares poblados
Para cada población se ha dedicado una breve reseña histórica de su fundación y las razones de su nombre y, eventualmente, sus sucesivas denominaciones. Cada uno de los lugares indicados tiene las coordenadas geográficas lo que permite ubicarlo con precisión en un mapa virtual y poder apreciar la zona a través de sitios en internet dedicados a la cartografía y visualización geográfica.
El trabajo de investigación y la presentación de la información tiene un carácter ordenado, científica y técnicamente aprobado a nivel internacional lo cual le otorga solidez y seriedad.
“Está tomada como base la metodología toponímica de España, ya que ellos tienen muchos estratos acerca de la historia de un nombre en una misma localidad”, explicó Juan Carlos Bertolini.
A ello se añade en la parte final una sección dedicada a estadística, que permite apreciar la frecuencia con que se emplearon los nombres, que elementos la gente empleaba para nombrar los lugares. El primer lugar en la lista lo ocupan elementos naturales, flora y fauna. 
Luego hay una fuerte incidencia de elementos religiosos, ligados a la inmigración europea.
“Sauce es el nombre que más se repite en el recorte que realizamos”, precisó Bourlot.

Publicado en El Diario, Paraná, 29/11/2016

10/11/16

Cooperando, programa de educación cooperativa

Por  Ricardo César Bazán (ricardocesarbz@yahoo.com.ar)*

Ante todo me presento soy Ricardo César Bazán, nacido en Marull provincia de Córdoba  en el año 1957, de madre ama de casa y padre panadero y luego representante de orquestas populares de Córdoba, he desarrollado variadas actividades como vendedor de libros, empleado de comercio y por más de 20 años fui viajante, de ideas socialistas, soy técnico superior en cooperativismo, incursioné como docente en este tema, participé en sus inicios de la cooperativa de trabajo Educar y tuve un programa de cooperativismo en la querida FM De la Nuca que funcionó en el año 1994 en el Hospital Neuropsiquiátrico Antonio Roballos.
En los estudios de FM De la Nuca
Cooperando fue el nombre con que bauticé el programa de radio. La historia parte en el año 1994; en dicho año me encontraba estudiando en la Universidad Popular de Paraná y en la misma conocí a una persona que trabajaba en el Hospital Roballos. Había visto yo una nota en televisión sobre la radio que allí comenzaba a trasmitir, y al encontrarme con esta persona le pregunté sobre la misma y de mi proyecto de hacer un programa radial. Me dijo que fuera a ver quiénes estaban al frente de la emisora.
Un día decidí acercarme a la radio, la misma estaba al fondo del Hospital, allí fui buscando a Daniel Camiolo que me atendió y me presentó al operador Oscar Bordato al que apodaban El Ruso. Les conté que quería desarrollar un programa radial de educación sobre el tema cooperativo, en el cual pasaría los principios, historia y comentarios relacionados con la cooperación.
El 3 de junio de 1994, hice mi primer programa. Los primeros programas duraban 15 minutos y luego fueron extendiéndose a 30. Por la radio puse en el aire a Don Luis Landricina hablándoles a los jóvenes agrarios en el día de la cooperación en el año 1993 en Sunchales, trasmití el homenaje que se le hiciera a Don Aldo Torlaschi en Diamante en el que hablo el presidente de Vicoer Don José Jorge Echeverría y la hija del homenajeado Nelida Torlaschi y las palabras que pronunciara por la tarde la Dra. Elena Albornoz  de la Fundación Fe Cooperativa con motivo del día de la cooperación en una escuela de dicha localidad. También pase la charla de Jesús de Larrañaga que diera en Concordia sobre la experiencia cooperativa de Mondragón llevada a cabo en el País Vasco,  la entrevista que le realizara al profesor Elio C. Leyes que me comentó sobre las cooperativas 1° de Mayo y Eléctrica de la ciudad de Paraná, la primera fue de consumo, ambas se fundaron allá por los comienzos del 1900. La primera noticia sobre la cooperativa 1° de Mayo fue en la nota que le realizara al abuelo Vasco Don Raúl Alcain, quien luego de terminar la misma me llevó hasta el sitio donde había funcionado. Pude pasar entre otras notas, la realizada a Don Salvador Efron un abuelo judío oriundo de Villa Domínguez quien en ese entonces tenía 97 años y me relató la historia de la cooperativa Fondo Comunal.
Desde De la Nuca pude pasar también  la entrevista que le realicé al joven periodista Daniel Tirso Fiorotto  de la cooperativa de periodistas Al Sur Ltda., a Alfredo Bell y Enrique Martínez de Federación Agraria, al presidente de la cooperativa de soderos Los 25, al presidente de la cooperativa de arroceros de Villa Elisa Don Elio Perroud, al Dr. Alberto Depetris del Banco Solidario de Sangre de la Cooperativa Integral de Villa Carlos Paz, a Don León Schujman vice-presidente de Alcecoop Internacional cuando estuvo en el acto de cierre  del curso de formación de gerentes y funcionarios de empresas de economía social, llevado a cabo en el salón de la Cooperativa Vicoer.
La experiencia De la Nuca siguió en el año 1995 desde FM Sur que trasmitíamos desde una casa de familia en construcción en el barrio San Agustín.
En el año 1999 continué haciendo el programa desde la radio FM Vincent, la misma estaba dentro de un taller mecánico y de chapa y pintura recuerdo que canjeábamos publicidad en un almacencito del barrio por Yerba Mate y bizcochos como también recuerdo que por ahí cuando estábamos trasmitiendo explotaba la autógena que el amigo Vincent estaba soldando y salíamos todos corriendo. En ese entonces entrevisté a Raúl  Erhardt, al Dr. Roque Mario Tito y a mi profesor de Cooperativismo Pedro Aguer.
La experiencia continuó por FM Cambalache, FM 9 de Julio, AM LT 14 desde los programas Mundo Rural y El Tren Zonal, y desde Radio FM Cooperativa Aire Libre de la cual fui uno de sus fundadores, y actualmente desde FM Comunitaria Barriletes en donde sigo haciendo un rescate histórico con antiguas entrevistas y otras nuevas que he realizado como las que hice recientemente en mi viaje a Cuba con mi viejo grabador a cassette de los cuales tengo en total un archivo de 200 y espero algún día poder digitalizar para que parte de la historia del Cooperativismo no se pierda.

* Tec. Sup. en Cooperativismo

12/10/16

Los entrerrianos vinimos de todos lados (y los americanos también)

Pa’ los que andan hablando de indios en lengua de Castilla, recuerden que los entrerrianos vinimos de todos lados.
Vinimos de las profundidades amazónicas, del Paraguay buscando la tierra sin mal. De los costeros sambaquís.
Y esa es nuestra identidad.
Vinimos de la Pampa llana y desnuda. Vinimos de todos lados. De la España caballeresca en barcos de vela. De la señorial Asunción, de las misiones guaraníticas.
Vinimos encadenados en naves negreras trayendo el retumbo de los tamboriles.
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos comemos la mandioca y el locro de maíz, y la empanada que nos vino de los árabes a través de España. Comemos el asado al rescoldo, de las vacas que nos trajo Hernandarias. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos tomamos el mate guaraníticos y nuestros criollos usan la bombacha que nos vino de Crimea. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos vinimos de todos lados. En barcos de vapor de Suiza y de Saboya, del Piamonte y de Rusia, de Siria y del Líbano, y de otros tantos rumbos. 
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos venimos y nos vamos. Muchos emigramos llevando nuestro canto de pájaros y chamarritas que nos vino de las Canarias. Acompañamos el canto con la guitarra bien criolla que nos vino de la Europa.
Y esa es nuestra identidad.
Los entrerrianos arrastramos las erres y decimos gurí y mboreyé. Y lo decimos en lengua de Castilla.
Los entrerrianos sembramos cruces de un dios que nos vino allende el mar. 
Y esa es nuestra identidad.
Pa’ los que andan hablando de indios en lengua de Castilla, como escribió el poeta “se dice que el entrerriano / es algo caminador”, en esa misma lengua nos hacemos entender tras las Cordillera, y en los llanos venezolanos. Nos hacemos entender en México y en la Cuba de los sones. Los entrerrianos podemos charlar de bueyes perdidos en Bolivia y en el Perú. Y si nos apuran, bien que nos defendemos en los morros del Brasil.
Los entrerrianos vinimos y vamos a todos lados, y no renegamos de nuestra identidad.

5/10/16

De Roballos mejor no hablar

Por Rubén Bourlot

Si uno pregunta a Paraná qué colectivo hay que tomar para ir a la zona del Túnel, seguramente le indicarán: “tomate el uno que pasa por el Roballos”. No advertirán que desde 2010 la institución de salud que existe en el lugar ya no lleva el nombre del prestigioso médico. 
La política de los nombres de los lugares es una práctica milenaria, en particular cuando se trata de cambiar o eliminar una designación para modificar las connotaciones de sitio. Pero los nombres los ponen y adoptan los pueblos, no los funcionarios. Esa es la lógica de la toponimia. Y aunque les digan que de Roballos no se habla, la gente no se calla.
La institución a la que nos referimos es la hoy conocida como Hospital Escuela de Salud Mental, situada en la zona de El Brete, en la capital provincial. Sus orígenes se hunden en las primeras décadas del siglo XX cuando se crea un servicio especial para tratar a personas con patologías mentales. Hasta ese momento el lugar que se merecían esas personas era algún calabozo en una comisaría. 
Antonio Roballos
En 1927 se crea en el ámbito municipal el Refugio de Alineados que en 1944 fue transferido a la provincia. Posteriormente, a principio de la década de 1950, este servicio tomó la forma de un hospital y pasó denominarse Neuropsiquiátrico “Dr. Antonio L. Roballos”. La historia de la institución se corona en 1963 con la inauguración del actual edificio.
Mucha agua pasó debajo de los puentes. Distintos criterios fueron aplicándose para el tratamiento de las patologías mentales. Notable es lo que se avanzó en este terreno, y parte de lo construido en la provincia se le debe al vapuleado Roballos. 
Volvamos a 2010. Un escueto decreto justifica, muy raquíticamente el cambio de denominación de la institución, que se transforma en Hospital Escuela de Salud Mental, sin el aditamento del nombre del reconocido profesional. “Se fundamenta - sostienen los considerandos – a que durante décadas se ha denominado Neuropsiquiátrico “Dr. Antonio Roballos”, lo que estaba ligado a una concepción médica hegemónica, especialmente centrada en la neuropsiquiatría que entendía los problemas mentales como campo específico de la ciencia médica, a lo que cabe adunar que “Roballos” como se lo denomina vulgarmente, se asocia con lo manicomial, con las prácticas que pensaban a los hospitales como lugares de asilo permanente, circunstancia esta que se halla internalizada por la comunidad de nuestra provincia, en su subjetividad y eso contribuye a la etigmatización que sufren los pacientes.” 
Un verdadero pase mágico para solucionar la cuestión del estigma sobre nuestros locos. Pero que coloca un gravoso estigma sobre la figura Antonio Roballos y de su hijo, ambos no suficientemente valorados.

La saga de los Roballos 
Antonio Luis Roballos nació en Buenos Aires, en 1882, se recibió de médico a los 23 años, y en 1906 se casó con la entrerriana Sara Albariño, hermana del ex gobernador Ramón Albariño (1950-1952). Por ese motivo se radicó en la capital provincial donde desplegó una notable labor profesional. 
En apretada síntesis, durante los 16 años que convivió con nosotros, participó de la organización del Hospital San Martín, fundó la primera Escuela de Enfermeros y el Cuerpo Médico Escolar. En 1911 dirigió el Laboratorio Bacteriológico y en 1912 el Laboratorio de Análisis Clínicos del Hospital San Martín. Entre 1914 y 1818 fue nombrado para dirigir el Departamento de Salubridad Pública e Higiene, equivalente a un ministerio de salud. En 1921 fundó el Comité Paraná de la Cruz Roja. Fue durante su gestión que dispuso modificaciones sustanciales para el tratamiento de los pacientes psiquiátricos, destinando un espacio específico para esas patologías.
Al año siguiente se trasladó a Córdoba para dirigir el Sanatorio Nacional de Tuberculosos. Murió muy joven, a los 53 años y dejó además una larga lista de publicaciones reunidas entre libros, ponencias y colaboraciones. 
Del matrimonio Roballos – Albariño nació Rodolfo Alberto (hoy residente en Buenos Aires), quien llegó a desempeñarse como Secretario General de la Gobernación de Ramón Albariño. Años después tuvo una breve gestión como Ministro de Bienestar Social de la presidencia de Isabel Perón, tras la caída de López Rega. 
Durante la gobernación de Albariño es precisamente cuando se rinde el merecido homenaje al médico Antonio Roballos. En 1950 se impone su nombre a la flamante Clínica Médica Escolar de la provincia. Por esa misma época, aunque no hay precisiones, se nombró al hospital neuropsiquiátrico como Antonio L. Roballos.
El Hospital Roballos antes del cambio de nombre
En la década de 1960, a partir de 1967, con los trabajos del doctor Luis César Guedes Arroyo, el hospital se transforma en una Comunidad Terapéutica modelo y puntapié inicial de los cambios en el enfoque de la psiquiatría que se proyecta hasta nuestros días. Un centro de salud que comienza a derrumbar las fronteras entre el adentro y el afuera.
Pero un buen día, alguien resolvió que no eran suficientes los esfuerzos de investigadores y profesionales para cambiar la supuesta imagen negativa del “Roballos” y concluyeron que el problema era el nombre. La solución tan buscada estaba al alcance de una oficina burocrática que en una veintena de renglones borró para siempre el estigma manicomial de la institución.

Bibliografía y fuentes
- Sors, Ofelia: “Paraná- Dos siglos y cuarto de su evolución urbana- 1730  –1955- Paraná 1981.
- Decreto 4901/2010 Ministerio de Salud
- Memorias de Rodolfo Alberto Roballos, 2009.
- Testimonios de Mario Chiesa
- http://antonioluisroballos.blogspot.com.ar/

19/9/16

Urquiza, no tan colonizador

Pro Rubén Bourlot
Los historiadores consideran a Justo José de Urquiza como uno de los pioneros de la colonización europea en Entre Ríos y el país. Con la consigna alberdiana de “gobernar es poblar” introducida en el artículo 25 de nuestra constitución sancionada en 1853 bajo el imperativo de “fomentar la inmigración europea”, no cabe duda de su vocación colonizadora. 
Héctor de Elía 
No obstante esta aseveración tendría algunos matices. Héctor de Elía, el fundador de Villa Elisa y Colonia Elía, en nuestra provincia, en alguna oportunidad puso en tela de juicio la vocación del Organizador por la radicación de agricultores del viejo continente.
 La acción pionera de Urquiza en 1857, no se trató de otra cosa que hacerse cargo de un contingente de inmigrantes que tenía por destino original su radicación en una colonia privada en Corrientes, y ante el no cumplimiento del contrato por parte de la compañía colonizadora, les ofreció en venta lotes de terrenos de su propiedad. Así nació la colonia San José. Las experiencias anteriores, como la Colonia Agrícola Militar de Las Conchas, fueron pobladas por criollos. Luego vendrían la colonia y villa Urquiza y las ampliaciones de la de San José.

Una carta
En una carta hallada por David Rougier en el Museo Estancia El Porvenir de Villa Elisa, Héctor de Elía refuta al historiador Benigno Tejeiro Martínez la afirmación “Urquiza no olvidó el fomento de la inmigración, planteando las primeras colonias de Entre Ríos; San José en 1857, y Villa Urquiza en 1858”. En la misiva firmada en Villa Elisa el 23 de julio de 1916, de Elía hace alusión a una actitud de Urquiza contraria a la radicación de colonos, a partir de una experiencia familiar. Escribe el fundador de Villa Elisa que en la década de 1840, su abuela, Isabel de Álzaga, viuda de Ángel Mariano de Elía, propietaria de la Estancia San Lorenzo que se ubicaba al sur de Gualeguaychú, intentó fundar una colonia con inmigrantes griegos y canarios (de Las Canarias), a quienes trasladó desde sus países de origen y los ubicó en una parcela de la zona de Puerto Unzué. Esta sería la primera experiencia colonizadora en la provincia (si dejamos de lado el intento frustrado de colonización inglesa de 1825, en la calera Barquín). Apellidos hoy reconocidos en la provincia como Mabragaña, Mihanovich, Cardassy, Vázquez, Jorge, Maldonado, Ducó se asentaron en lo que debía ser la Colonia San Lorenza pero con poca suerte. Por esos años gobernaba la provincia Justo José de Urquiza que no autorizó la formación de la misma “porque no quería gringos”, según testimonia de Elía. Ante el fracaso de la iniciativa los colonos fueron trasladados a Concepción del Uruguay y su promotora, la señora Álzaga, detenida y en prisión durante seis meses en la estancia San José, medida sin dudas desproporcionada pero no ajena a la época.
Fragmento de la carta de de Elía
Tales actitudes no se condecían con la vocación por radicar agricultores que le adjudican sus panegiristas. Pero esto no sería un juicio negativo a priori. Podría suponerse que la expresión “no quería gringos” estaba relacionado con la intención de darles prioridad a los pobladores criollos, en su mayoría soldados, que pretendía radicarlos para que trabajen la tierra. Existen varias iniciativas de la época que apuntan en ese sentido, como la formación de Estancias del Estado, la promoción de la ayuda mutua para levantar las cosechas de los soldados en campaña o la ya nombrada Colonia de Las Conchas. En 1848 el gobernador Urquiza dispuso ayudas económicas "a todos los agricultores que por su pobreza no tengan recursos para hacer de su cuenta la cosecha de de granos que hayan sembrado" y también la entrega de semillas "gratis y por cuenta del Estado” a quienes carecían recursos para comprarla.  
Agreguemos que las distintas normativas para combatir la “vagancia” podrían haber tenido como motivación fomentar el arraigo a la tierra de matreros y gauchos errantes. Los proyectos colonizadores con inmigrantes europeos son posteriores.
No obstante, para David Rougier, la cancelación del proyecto de la familia de Elía habría tenido un motivo muy distinto y personal. “Colonia San Lorenzo hubiese sido la madre de la colonización nacional – dice Rougier-, un proyecto próspero con puerto propio pero que se vio truncado por la voracidad latifundista de Urquiza quien ambicionaba para sí el extenso campo conocido como Rincón de Elía o Estancia Cupalén (sus límites eran: al Norte el Arroyo de la China, al Este el río Uruguay y al Oeste y Sud el Gualeguaychú).
“Urquiza paulatinamente ejercerá presión sobre cada uno de los tíos de Don Héctor para que le vendan sus heredades lo cual logra a excepción de Don Genaro (padre de Don Héctor) quien se niega a venderle los campos al general Urquiza y automáticamente por temor a represalias cruza a ‘la otra Banda’ y es allí donde circunstancialmente nace el fundador de Villa Elisa.”
El sueño de la abuela Álzaga se vio realizado con creces por la acción fundadora de su nieto Héctor de Elía organizó la colonia y villa Elisa, en el departamento Colón, Colonia Elía, en el departamento Uruguay y también la localidad de San Jorge en la provincia de Buenos Aires.

Fuentes y bibliografía:
- Testimonios de David Rougier
- Carta de Héctor de Elía a Benigno Martínez, Villa Elisa, 23 de julio de 1916

12/8/16

PRECONGRESO: “Identidades: perspectivas del pasado en clave regional”

25 y 26 de agosto de 2016 – Salón del Consejo General de Educación, Paraná

Preparatorio del 
II Congreso de Historiadores “Identidades – Vigencia del Artiguismo – Unión de los Pueblos Libres – La Historia y su Enseñanza en clave Regional”

(21 y 23 de setiembre en las ciudades de Concepción del Uruguay y Paysandú)



La creciente complejidad de temas y problemas que hoy comprende la investigación y enseñanza de la Historia demanda de las instituciones formativas de nivel terciario y universitario la generación de instancias de intercambio e integración, dentro y fuera de la academia. Estos puentes disciplinarios e interdisciplinarios animan a los integrantes de sus comunidades a revisar con actitud crítica y constructiva los relatos forjados en el tiempo acerca del pasado, presente y futuro de las sociedades. En ese marco, el estudio de la formación histórica de los Estados y comunidades del Cono Sur ofrece la oportunidad de reunir especialistas, profesores, docentes en formación y actores de la sociedad civil regional para compartir, debatir e intercambiar ideas y experiencias en torno a la dinámica social, política, económica y cultural que hizo posible su constitución, o bien el abandono o la derrota de formas alternativas de organización. 
En este pre Congreso, preparatorio del II Congreso de Historiadores “Identidades – Vigencia del Artiguismo” la Historia es uno de los pilares para la reflexión de las identidades, objeto de indagaciones disciplinares múltiples, pero sin descuidar a su vez las relaciones entre docencia, investigación y extensión para la educación primaria, secundaria, terciaria y universitaria. 
Se han convocado en la oportunidad a especialistas en diversas áreas del conocimiento para volcar sus experiencias que contribuyan al debate contemporáneo desde varias perspectivas.

Objetivos:

· Analizar y debatir críticamente los procesos históricos nacionales y regionales y sus formas de enseñanza, así como promover la difusión de nuevos enfoques en las aulas.

· Facilitar la interacción de docentes, estudiantes y egresados con académicos de la región.

· Efectivizar instancias de intercambio estudiantil entre Centros, Universidades e Institutos de Formación docente de la región.

· Fortalecer las líneas de investigación en curso así como las acciones de extensión de docentes y estudiantes.

PROGRAMA

Día 25

*9 hs. Acreditaciones
*10 hs. Apertura: 
*11.30 Intermedio
* 12 hs. Panel: “El proceso histórico emancipador sudamericano“ (proyectos y realidades) 
Panelistas: Rubén Bourlot (Instituto Federal Artigas), Alfredo Mason (Ex docente UBA- Universidad del Salvador y otras), Alejandro Damianovich (Junta de Estudios Históricos de Santa Fe - ANH), Prof. Luis Moyano (UNC).
Coordinador: Prof. Ramón Cieri 

*13 hs. Receso para almorzar

- Visita al Archivo General de la Provincia: exposición de documentos- Archivo “Artigas” – Alameda de la Federación 222

*14 hs. Encuentro docente SINTEP (Uruguay) - SADOP en Alem 258.

*15. hs. Panel: “Enseñanza e investigación de la Historia en clave regional” 
Panelistas: Dra. Mariela Coudannes (UNL – UADER), Rubén Román (UCSF), Dr. Pablo Fucé, (Consejo de formación docente ANEP - Uruguay), Prof. Damián Capdevila (Archivo General de Entre Ríos).
Coordinadora: Prof. Sara del Rosario Mentasti

*16.30 Intermedio
*17 hs. “Artigas: la vigencia de su pensamiento en la identidad cultural de la región” 
Panelistas: Alfredo Montenegro (UNR - Diario La Capital, Rosario), Lic. Paola Volker (Instituto Sedes Sapentiae- Gualeguaychú – USAL - Delegación Sur, SADOP), Dr. Norberto Marani (Colegio de Abogados de Entre Ríos).
Coordinadora: Prof. Marina Pagani

*19 hs. Peña. 

Día 26 

*9.00 hs. Presentación de la novela “Amores Cimarrones. Las mujeres de Artigas “

*10. 30 hs. Panel: Panel “Perspectivas del pasado- Desafíos del presente: la Integración en el espacio geopolítico y social” 
Panelistas: Lic Cyntia Cabrol (UCA), Carlos Schepens (Ministro de la Producción de Entre Ríos), Dr. Guillermo Caraballo (Pte. Comité Hidrovía del Río Uruguay)
Coordinador: Lic. Facundo Gabás

*11. 30 hs. Intermedio
*11.45 Lectura de conclusiones y recomendaciones 
*12.30 Lunch

Declaración de interés educativo por el Consejo General de Educación de Entre Ríos. Se otorga puntaje docente.
No se cobra arancel

Instituto Federal de Estudios e Integración José Artigas


21/7/16

La independencia entre dos congresos

Por Rubén Bourlot

Versión completa, publicada originalmente en el quincenario Análisis de la actualidad, .

Promediando la segunda década del siglo XIX parten las diligencias hacia el norte, rumbo a Tucumán. Los porteños almidonados abandonaban por primera vez las comodidades d
e la aldea portuaria para asistir a un congreso que, sin proponérselo, dejaría su impronta en los libros de historia. Por fin parecía que desde el centralismo se accedía a deliberar fuera del puerto que todo lo absorbía.
En abril de 1815, la Junta de Observación dicta un estatuto por el que reglamenta la forma que debían elegirse los diputados y lo envían a los gobiernos provinciales para su conocimiento y aprobación. 
Las disposiciones de ese instrumento improvisado disgustaron a los pueblos por las excesivas prerrogativas que se arrogaban sus autores, simples miembros de una autoridad que gobernaba desde Buenos Aires. Sólo las aceptaron, con reservas, Salta, Jujuy, Tucumán, Chuquisaca y Potosí.
La Junta de Guerra presidida por José de San Martín, en Mendoza, lo rechazó, “por no considerarlo oportuno al actual régimen de las provincias”.

El congreso de Oriente
Por otro lado el 29 de junio de 1815, en el Congreso de Oriente o de Concepción del Uruguay convocado por Artigas, se trató el tema de la independencia como una de las prioridades en el diálogo pendiente entre los representantes de las provincias y las autoridades de Buenos Aires. Fueron citados a esta magna asamblea representantes de Córdoba, de Santa Fe, de la provincia Oriental, de Corrientes, los pueblos guaraníticos de las Misiones, y de Entre Ríos. La voluntad de declarar la independencia que propiciaba el Protector José Artigas estaba atada también a la forma de organización de la nueva nación independiente de la América del sur, que comprendía el sistema republicano y el respeto a la autonomía de cada territorio, la “soberanía particular de los pueblos”, según su particular definición.
Mucho se ha dicho acerca de una presunta declaración de la independencia en 1815. Son debates de barricada son escasos fundamentos y mucha imaginación literaria. Sólo algunas manifestaciones posteriores, por cierto ambiguas, alientan las especulaciones. Artigas no lo dice en su informe inmediato sobre los resultados del Congreso. Sólo menciona la negociación con Buenos Aires en reclamo de la “unión ofensiva y defensiva” de todas las provincias respetando sus respectivas autonomías, y por añadidura el reclamo de una pronta decisión de declarar la independencia. No habría sido prudente, sostenemos, que el Congreso del Arroyo de la China adoptara tal decisión para dejarle servido en bandeja el propósito de Buenos Aires, que días antes, mediante la Misión Pico – Rivarola, precisamente le había ofrecido a Artigas: “Buenos Aires reconoce la independencia de la Banda Oriental del Uruguay, renunciando los derechos que por el anterior régimen le pertenecían.” La independencia debía declararse manteniendo la unidad de todas las Provincias Unidas del Sur según surge de la voluminosa documentación artiguista. Sí el congreso uruguayense resuelve enviar cuatro diputados a negociar con el director Álvarez Thomas “la unión ofensiva y defensiva” de todas las provincias.
No hubo ningún acuerdo. Sólo el ofrecimiento de una paz ficticia (“habrá paz entre el director Álvarez Thomas y el Protector de los Pueblos Libres”) mientras se preparaba una expedición militar sobre Santa Fe. Los enviados del Congreso de Oriente (José Simón García del Cosio por el continente de Entre Ríos, Pascual Diez de Andino por Santa Fe, José Antonio Cabrera por Córdoba, y Miguel Barreiro por la provincia Oriental), fueron alojados en una fragata de guerra, la Neptuno, sin poder abandonar los camarotes. Así frustró la posible participación de las provincias de la Liga en Tucumán.
En julio de 1816, tras la declaración de la independencia en Tucumán, Artigas le manifiesta al director Pueyrredón, en una breve misiva, que "Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V. E. presente al soberano Congreso para su superior conocimiento.” No existe otra documentación que corrobore esta afirmación y está sujeta a las más diversas interpretaciones.

El Congreso de Tucumán
Así llegamos a la fría jornada del 9 de julio 1816 cuando los diputados de medio país resolvieron, enredados en intrigas, declarar la independencia. Tan accidentada fue esta manifestación que lo hizo un congreso no convocado con ese objeto sino para decidir acerca de la forma de gobierno. Los diputados de dos provincias fueron los únicos que llevaron el mandato expreso de tratar la cuestión de la independencia: Tucumán y Jujuy. Pero era un contrasentido discutir cómo se iba a gobernar un país si primero no se constituía en un estado independiente.
Así lo hizo saber San Martín desde Mendoza: "¡Hasta cuando esperaremos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? ... Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos...
"Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas".
¿Qué territorios estuvieron representados? Por el conflicto entre la Liga de los Pueblos Libres y Buenos Aires no estuvieron Entre Ríos, Corrientes, Santa Fe Misiones y la Banda Oriental. Tampoco asistieron representantes del Paraguay alejado desde 1810 del gobierno de Buenos Aires y de parte del Alto Perú, ocupado por los realistas. Córdoba estuvo representada a medias, haciendo equilibrio entre su adhesión a la Liga artiguista y la participación del congreso que sesionaba en la provincia vecina.
Concurrieron 33 congresales que representaban a las provincias de San Juan, Salta, Buenos Aires, Catamarca, Córdoba, Jujuy, La Rioja, Cuyo, Santiago del Estero, Tucumán, Mizque, Charcas y Chichas, estas tres últimas actualmente pertenecientes a Bolivia. 
El 9 de julio al fin se declaró con toda solemnidad que las "Provincias Unidas en Sudamérica" eran "una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli". Días después se agregó "...y toda otra dominación extranjera".
Como dijimos, en 1816 se cierra la primera etapa del proceso de emancipación con la declaración de la independencia que en esos tiempos era de las Provincias Unidas de Sudamérica, no solo del Río de la Plata. Había una vocación de integración de los países de América del sur que se deslizaba en la terminología. Así el mismo Congreso nombra, el 5 de mayo de ese año, a Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas de Sudamérica. 

15/7/16

Cooperativa “La Unión San Guillermo” de Galarza

Por  Ricardo César Bazán, periodista cooperativo

Siguiendo con el rescate histórico del cooperativismo entrerriano a continuación transcribo material de la Cooperativa La Unión San Guillermo escrita en la recopilación de  Conrado Martín Uzal  de 1921 titulada “Las Cooperativas de la Provincia de Entre Ríos”.
Comenta el compendio en su página 264 que “con algunos días de antelación al 31 de octubre de 1920 se llevaron a cabo los trabajos de propaganda en toda la zona agrícola comprendida entre las estaciones Desvío Clé y Lazo, Colonia San Guillermo y grupo de chacras ubicadas en todo el Distrito Tercero de Gualeguay, con una acogida entusiasta por parte de los ganaderos y de los órganos de publicidad de Tala y Gualeguay.
“Siendo la estación Galarza el eje de esa propaganda, tenía que ser forzosamente el centro elegido, o sede social, ya que las personas más caracterizadas por su moral, labor y fortuna, propiciaron desde un principio que así lo fuera, en recompensa al bienestar de que gozan actualmente y en donde se iniciaron en la explotación agrícola-ganadera.
“El éxito obtenido en estos últimos tiempos por ser la sociedad similar de Mansilla ‘Unión Agrícola’, fue un aliciente perpetuo el mejor de los estímulos y argumento eficaz de que se valió la propaganda de cuyas ulterioridades nos ha tocado constatar”.
Sobre su fundación detalla:
“Concurrencia de agricultores y ganaderos –Los Fundadores- 
“La persisten lluvia de todo el día el día 31, no fue un obstáculo para el éxito de la reunión; los caminos en tales condiciones se ponen insoportables y los vecinos de más lejos encomendaron a sus relaciones su representación en la asamblea, para que los inscribieran como socios y suscribieran acciones (…).
“Corresponde dejar constancia, que siendo esta sociedad de carácter universal, se han inscripto alrededor de 200 personas de la más progresistas de la región y que teniendo que defender nuestras dos fuentes de producción, concurren por consiguiente a formar una entidad respetable por la cantidad y calidad de sus elementos. No estando  en pugna los interesados  ganaderos con los de la agricultura, si no que por el contrario se encuentran íntimamente ligados o se complementan en sus formas y fondo, su influencia tuvo y tiene que ser de positivos resultados en el futuro.”
En la nómina de socios fundadores transcriptos, se hallan agricultores progresistas dueños de buenas extensiones  de campo, pequeños propietarios y arrendatarios que gozan de la relativa holgura, en fin, ganaderos  que llevan a la explotación  de su industria el aporte de su experiencia a las practicas modernas del refinamiento de sus haciendas, cierran la lista un contingente de agricultores pobres que reciben la Sociedad con los brazos abiertos ya que ella concurre a salvarlos de las múltiples adversidades a que están expuestas su reducida pero humanitaria industria. 
He aquí la nómina:
Nemesio y Eduardo Hyastuy, Agustín Baldi, Juan Bellolo, Jorge Bensen (hijo), Federico, Victor y Jorge Besen, Conrado y Alejandro Bruckman, Teófilo Berac, Gregorio Cuenca, Cristián Degraf, Enrique y Federico  Degraf, Pedro E. Elizalde, Godofredo, Enrique y David Engel, Enrique y Federico Erbes; Fioravanti, Fantini, Francisco y Luis Frare; Felipe Gauderrino, Santiago y Enrique Hock; David Hopp; Jorge Hocck; David Klauss, Baltazar:Klos; David Loose; José Liggerini; Enrique Loose; Miguel Malarino; Juan Nooz; Antonio Riton; Segundo Romero; Antonio Riton; Antonio Reggiardo; Domingo Ritou; Rómulo E. Rochelle; Jorge Riedel; Jorge E. Sinner; Jorge E. Schimpf; Santiago Simner; David Schazambach; Pablo Hurinetto; Francisco Turinetto, Conrado Ubrig; Pedro Wenfer y E. Panseyra.
Sobre los propietarios y Arrendatarios – Nacionalidad, comenta el compendio:
“Puede considerarse que un ochenta por ciento de las tierras que cultiva, y en cuanto a la nacionalidad están representados por orden siguiente: rusos alemanes, argentinos, uruguayos y franceses”.
Su primer presidente fue el señor Antonio Reggiardo “agricultor, ganadero afincado que tiene aquilatada su reputación como hombre de trabajo y progresista y cuyo su decidido partidismo por la cooperación recibió la consagración unánime de votos de sus compañeros. Los demás miembros del Directorio son: Jorge Enrique Sinner; vice-presidente: Jorge Besel (hijo) , secretario; Agustín Baldi, prosecretario; Jorge Enrique Schimp, tesorero; Pablo Turinetto, protesorero, Consejeros: Nemesio Ayastuy, Anonio Riton, Jorge Reichel (h) Genaro Bencenutto y Baltazar Kloos”.

Para publicar en este blog enviar los artículos a bourlotruben@gmail.com. Son requisitos que traten sobre la temática de este espacio, con una extensión no mayor a 2500 caracteres y agregar los datos del autor. Se puede adjuntar una imagen en formato jpg.
---------------------------------------------------------------